viernes, 26 de octubre de 2018


Texto de apoyo y TP sobre COMUNICACIÓN Y PODER, Manuel Castells, Siglo XXI, México, 2012


1- De ejemplos de conformación de redes en los movimientos sociales. ¿Cuáles serían sus nodos? Analice la flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia de las mismas.
2- ¿Cómo pondría en funcionamiento el público los sistemas de predisposición y vigilancia con respecto a los movimientos sociales? Cómo podría demostrarse la hipótesis de Castells que señala que las personas son “avaros cognitivos” con relación a la actuación de los movimientos sociales.
3- De un ejemplo de “comunidades de prácticas”. De qué manera éstas utilizan la autocomunicación de masas para conformarse y sobrevivir.
(Colgar antes del 9 de noviembre)

El poder es la capacidad relacional que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezca la voluntad, los intereses y los valores del actor que detente el poder. El poder se ejerce mediante la coacción o la posibilidad de ejercerla y/o mediante la construcción de significado partiendo de los discursos a través de los cuales los actores sociales guían sus acciones. Las relaciones de poder están enmarcadas por la dominación, que es el poder que reside en las instituciones de la sociedad.
Es necesario aclarar algunos conceptos. Actor: se refiere a distintos sujetos de la acción (individuales, colectivos, instituciones, organizaciones, redes). Capacidad relacional: el poder no es un atributo sino una relación. No puede abstraerse de la relación específica entre los sujetos de poder, los empoderados y los que están sometidos a dicho empoderamiento en un contexto dado. Asimetría: Si bien existe una influencia recíproca, en las relaciones de poder siempre hay un grado mayor de influencia de un actor sobre otro. Nunca existe un poder absoluto, siempre existe la posibilidad de resistencia que pone en duda la relación de poder. En cualquier relación de poder hay un cierto grado de cumplimiento y aceptación de los que están sujetos al poder. Pero cuando la resistencia y el rechazo se vuelven considerablemente más fuertes que el cumplimiento o la aceptación, las relaciones de poder se transforman. Según Castells cuando la dominación es total, las relaciones de poder se convierten en relaciones no sociales.
Cuanto mayor es el papel de la construcción de significado en nombre de intereses y valores específicos a la hora de afirmar el poder de una relación, menos necesidad hay de recurrir a la violencia. Sin embargo, la institucionalización del recurso a la violencia en el Estado y sus derivados establece el contexto de dominación en el que la producción cultural de significado puede desplegar su eficacia. En este sentido, hay un apoyo complementario y recíproco entre los dos principales mecanismos de formación de poder: la violencia y el discurso.
La violencia, o la amenaza de recurrir a ella, los discursos disciplinarios, la amenaza de implantar la disciplina, la institucionalización de las relaciones de poder como dominación reproducible y el proceso de legitimación por el que los valores y las reglas se aceptan por parte de los sujetos de referencia son elementos que interactúan en le proceso o de producción y reproducción de las relaciones de poder en las prácticas sociales y en las formas organizativas.
Para que un actor social participe en una estrategia con el fin de lograr un objetivo, adquirir el poder para actuar en los procesos sociales significa necesariamente intervenir en el conjunto de relaciones de poder que enmarcan  cualquier proceso social y condicionan el logro de un objetivo concreto. El empoderamiento de los actores sociales no puede separarse de su empoderamiento contra otros actores sociales. El poder para hacer algo es siempre el poder de hacer algo contra alguien, o contra los valores o intereses de aquel que están consagrados en los aparatos que dirigen y organizan la vida social. En sentido general, el poder es la capacidad para perseguir y lograr objetivos mediante el dominio de lo que nos rodea.
Por ello, el poder no se localiza en una esfera o institución social concreta, sino que está repartido en todo el ámbito de la acción humana. Pero también hay manifestaciones concentradas de relaciones de poder en ciertas formas sociales que condicionan y enmarcan la práctica de poder en la sociedad en general imponiendo la dominación. El poder es relacional, la dominación es institucional. Una forma específicamente relevante de poder ha sido, a lo largo de la historia, el Estado en sus distintas manifestaciones. Pero los Estados son entidades históricas, la cantidad de poder que ostentan depende de la estructura social en la que operan.
El fundamento de todo Estado es la fuerza. Este es el garante último de los micropoderes, es decir, de los poderes que se ejercen fuera de la esfera política. Cuando las relaciones de los micropoderes entran en contradicción con las estructuras de dominación incorporadas en el Estado, o éste cambia o la dominación se reinstaura por métodos institucionales. Si bien el énfasis está en la fuerza el poder se puede integrar a través de discursos y no habría una contradicción entre ambas posibilidades, debido a que los discursos disciplinarios están siempre respaldados por el uso potencial de la violencia. Asimismo la violencia del Estado se racionaliza, interioriza y en última instancia se legitima mediante discursos que enmarcan o conforman la acción humana. Por ello para desafiar las relaciones de poder existentes hacen falta discursos alternativos que puedan vencer la capacidad discursiva disciplinaria del Estado como paso necesario para neutralizar su uso de la violencia. La fuente de poder más importante para la soberanía es el poder sobre las ideas que dan lugar a la confianza.
Ahora bien, en la actualidad los límites nacionales de las relaciones de poder son solamente una de las dimensiones en las que operan el poder y el contrapoder, ya que si las relaciones de poder existen en estructuras sociales concretas que se conforman a partir de espacios espaciotemporales y estas ya no se sitúan a nivel nacional sino que son tanto locales como globales a la vez, los límites de las relaciones de poder trascienden lo nacional. Esto afecta al estado-nación, que si bien no desaparece como forma específica de organización política y social, evoluciona hacia una nueva forma de Estado: el estado-red.
La sociedad es conformada en la actualidad por múltiples redes socio-espaciales de poder superpuestas y en interacción continua. Por ello, para entender las instituciones en la actualidad, debemos comenzar desde las redes, desde las formas de ensamblaje entre lo local y lo global que definen las relaciones de poder. Las redes no tienen límites fijos y su expansión o contracción dependen de la compatibilidad o competencia entre los intereses o valores de cada red y de aquella con la que entran en contacto.
¿Qué es una red? Es un conjunto de nodos interconectados, cualquier componente puede ser un nodo y su función y significado dependerán de las características de la red y de la interacción con los otros nodos. La importancia de un nodo se expresa por su capacidad para contribuir a la eficacia de la red para lograr sus objetivos. Los nodos existen y funcionan exclusivamente como componentes de las redes. “La red es la unidad, no el nodo”. Las redes son estructuras comunicativas por donde circulan flujos de información conectadas a través de los nodos. Las redes cooperan cuando tienen la capacidad de comunicarse entre sí. Esto se logra cuando existen protocolos de comunicación comunes. Pero las redes funciona con una lógica binaria de inclusión o exclusión, por lo tanto, también pueden competir con otras redes.
Históricamente ha existido una supremacía de las organizaciones verticales jerárquicas sobre las organizaciones sociales en red, pero esto se ha debido a que estas últimas tenían límites materiales, especialmente con relación a la tecnología disponible. Por ello su capacidad para introducir nuevos actores y nuevos contenidos en el proceso social se incrementó a lo largo del tiempo con el cambio tecnológico y especialmente con la evolución de la tecnología de la comunicación. Esto quiere decir, que la disponibilidad de una tecnología adecuada es una condición necesaria pero no suficiente para la transformación de la estructura social.
Las redes avanzaron sobre otras formas de organización social cuando tres rasgos fundamentales se beneficiaron del cambio tecnológico: flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia. Flexibilidad: las redes pueden reconfigurarse en función de los cambios en el entorno, manteniendo su objetivo aunque varíen sus componentes. Adaptabilidad: pueden expandirse o reducir su tamaño con pocas alteraciones. Capacidad de supervivencia: al no poseer un centro y ser capaces de actuar con diferentes configuraciones, las redes pueden actuar resistir ataques a sus nodos y a sus códigos, porque los códigos se encuentran en todos los nodos y de esta forma encontrar otras formas de actuar.
La sociedad red es aquella cuya estructura social está compuesta por redes activadas por tecnologías de digitales de la comunicación y la información basadas en la microelectrónica y debe analizarse: 1. Como una arquitectura global de redes autorreconfigurables, programadas y reprogramadas por los poderes existentes en cada dimensión; 2. Como resultados de la interacción entre las diferentes estructuras de las redes que incluyen actividades básicas, como aquellas que configuran la vida y el trabajo en la sociedad; y, 3. Como el resultado de una configuración de segundo orden, entre estas redes dominantes y aquellas que quedan fuera de la lógica de la red global.
El valor en la sociedad en red es lo que las instituciones dominantes de la sociedad deciden que sea. Es decir, el valor es una expresión del poder, quien ostenta el poder decide lo que es valioso.  Pero dada la variedad de orígenes potenciales de la dominación de las redes, la sociedad red es una estructura social multidimensional en la que redes de diferentes clases tienen distintas lógicas para crear valor. Por ello es muy difícil reducir todos los valores a un criterio común, tal situación se enfrenta a dificultades metodológicas y prácticas insuperables.
La cultura común en esta nueva realidad es una cultura de protocolos que admite la comunicación entre diferentes culturas sobre la base no necesariamente de valores compartidos, sino de compartir el valor de la comunicación. Esta nueva cultura no está basada en el contenido sino en el proceso. Más que la aparición de una cultura homogénea global, lo que puede observarse como tendencia principal es la diversidad histórica y cultural: fragmentación más que convergencia.
La conexión y la programación de las redes globales son las maneras de ejercitar el poder en la sociedad red global. La conexión la realizan los enlaces y la programación los programadores. Quien es quien depende de cada red. Los medios concretos de conexión y programación determinan en gran medida las formas de poder y contrapoder en la sociedad red. Hay una segunda gran fuente de poder: la capacidad de programación de las redes. Esta depende de la posibilidad de generar, difundir y poner en práctica los discursos que enmarcan la acción humana. Sin esta capacidad discursiva, la capacidad de las redes concretas es frágil y depende únicamente del poder de los actores atrincherados en las instituciones. La mente pública (el conjunto de valores y marcos que tienen una gran visibilidad en la sociedad) es en último término lo que influye en el comportamiento individual y colectivo, la programación de las redes de comunicación es la fuente decisiva de los materiales culturales que alimentan los objetivos programados de cualquier otra red. Los proyectos alternativos y los valores que plantean los actores sociales para reprogramar la sociedad también deben pasar por las redes de comunicación a fin de transformar la conciencia y las opiniones de la gente para desafiar a los poderes existentes. Para resistir las relaciones de poder existentes se necesitan discursos alternativos que puedan vencer la capacidad discursiva disciplinaria del Estado como paso necesario para neutralizar su uso de la violencia.
El poder de programación condiciona el poder de conexión porque los programas de las redes determinan el rango de posibles interfaces en el proceso de conexión. Los discursos enmarcan las opciones de lo que las redes pueden o no hacer. En la sociedad red, los discursos se generan, difunden, debaten, internalizan y finalmente incorporan en la acción humana, en el ámbito de la comunicación socializada construido en torno a las redes locales-globales de la comunicación digital multimodal. El poder en la sociedad red es el poder de la comunicación.
La oposición al poder se efectúa mediante los dos mecanismos que constituyen el poder en la sociedad red: los programas de redes y las conexiones entre ellas. El primer mecanismo de resistencia es la introducción de nuevas instrucciones y códigos en los programas de las redes, como por ejemplo la acción colectiva de los movimientos sociales. Un segundo mecanismo consiste en bloquear los puntos de conexión entre redes que permiten el control de estas por los metaprogramas de valores compartidos que expresan la dominación estructural. Una característica central de la sociedad red es que tanto las dinámicas de dominación como las de resistencia están basadas en la formación de redes y en la estrategia de ataque y defensa mediante redes.

La comunicación se produce activando las mentes para compartir significados, es decir, es un proceso por el que se realiza una movilización cognitiva para informarla o comunicarla a otra persona. Las ideas son configuraciones de imágenes mentales. Las imágenes mentales son a su vez, elementos esenciales para el funcionamiento del cuerpo. Debemos entender la mente como un proceso de construcción de la realidad, no como un órgano. La mente funciona con redes de imágenes, ideas y sentimientos, que son vitales para realizar relaciones espaciales y temporales, así como para la comprensión e interacción con el mundo exterior. La mente percibe las emociones como sentimientos. Las emociones son modelos diferenciados de respuestas químicas y neuronales al detectar el cerebro un estímulo emocionalmente competente (ECS), es decir, cambios en el cerebro y en el propio organismo inducidos por el contenido de una percepción. Esto nos permite tener una capacidad de abstracción y de evaluación del entorno. “El cerebro político es un cerebro emocional”.
El comportamiento humano se produce a través de un proceso de toma de decisiones que involucra tanto a emociones, sentimientos, como razonamiento. Pero las emociones tienen un doble papel a la hora de influir para la toma de decisiones: por un lado, activan de manera encubierta las emociones relacionadas con el hecho sobre el que hay que tomar una decisión. Por otro lado, pueden llevar al individuo a actuar directamente según lo que siente. No es que no exista el razonamiento, sino que las personas tienden a seleccionar la información que ayuda a tomar la decisión que se sienten inclinados a tomar.
La comunicación, en sus diferentes modalidades, desempeña un papel fundamental para activar las redes neuronales correspondientes en el proceso de toma de decisiones. La comunicación puede influir en el comportamiento mediante la activación de las llamadas neuronas espejo del cerebro. Las neuronas espejo representan la acción de otro sujeto. Activan los procesos de imitación y empatía. Permiten comprender los estados emocionales de otros individuos, un mecanismo subyacente a la cooperación en animales y humanos.
Los votantes particularmente, se mueven con inteligencia afectiva en dos sistemas fundamentales: Sistema de predisposiciones y Sistema de vigilancia. El primero funciona a partir del entusiasmo y el otro a partir de la preocupación. Los afectos positivos y negativos se relacionan con dos sistemas motivacionales básicos que son resultado de la evolución humana: aproximación y evitación. El sistema de aproximación tiene que ver con un comportamiento de búsqueda de objetivos que produce emociones positivas, dirigiendo al individuo a experiencias y situaciones que producen placer y gratificación. El afecto negativo está relacionado con la evitación para proteger al individuo de los acontecimientos negativos.
Como señala Castells, las personas son avaros cognitivos, ya que buscan información que confirmen sus creencias y costumbres, este es un atajo que reduce el esfuerzo mental necesario para realizar una tarea. Es decir, las personas tienden a creer lo que quieren creer. Filtran la información para adaptarla a sus juicios previos.
Las acciones explícitas construyen un conjunto ilimitado de informaciones. En cambio, las implícitas son el resultado de asociaciones automáticas de muchos factores y tienden al estereotipo. Las actitudes implícitas y explícitas a menudo entran en conflicto. Las implícitas desempeñan un importante papel en las decisiones políticas porque ayudan a construir las coaliciones que fomentan la cooperación. Tal como las características comunes que ayudan a conformar coaliciones.
Para el autor, el enmarcado de la opinión pública se realiza mediante procesos que se producen principalmente en los medios de comunicación. La investigación sobre la comunicación ha identificado tres grandes procesos que intervienen en la relación entre los medios y las personas durante la emisión y recepción de noticias sobre las que los ciudadanos se perciben en relación con el mundo: el establecimiento de la agenda (agenda setting), la priorizacion (priming) y el enmarcado (framing). El establecimiento de la agenda representa la asignación de una especial relevancia a un asunto particular o a un conjunto de informaciones por parte de la fuente del mensaje con la expectativa de que el público prestará una mayor atención al contenido y formato del mensaje. La priorización se produce cuando el contenido de las noticias sugiere a las audiencias que deben utilizar determinados asuntos como referencia para evaluar la actuación de los líderes y de los gobiernos. El enmarcado es un dispositivo esencial de activación del pensamiento porque relaciona directamente la estructura de una narración transmitida por los medios con las redes neuronales del cerebro. Asimismo, la emisión de mensajes en los medios depende también de operaciones concretas que reducen la autonomía de la audiencia para interpretarlos. Una de estas operaciones es la indexación. Los editores y directores tienden a indexar la relevancia de las noticias y de las opiniones según la importancia que las élites y la opinión pública den a un asunto determinado. Más concretamente, los profesionales de los medios tienden a clasificar la importancia de un asunto en función de las declaraciones del gobierno.
El poder se construye conformando la toma de decisiones, por coacción o por construcción del significado, o por ambos a la vez. La lucha secular por la democracia pretendía crear reglas para compartir el poder sobre la base de la ciudadanía. Los ciudadanos se encargaron de delegar su poder en representantes responsables, pero las manipulaciones políticas por parte de quienes ostentan el poder han deformado el ideal de la democracia.
La clave está en cómo se deciden las políticas. Hay políticas buenas y políticas malas para grupos concretos y para la colectividad en su conjunto, la pureza de los ideales políticos se busca en la confrontación de políticas bien diseñadas para resolver los problemas de la colectividad.
Pero para llegar al nivel de la toma de decisiones políticas tienen que llevarse adelante unos procedimientos democráticos con una comprensión plena de los procesos que intervienen. Estos procesos son en gran medida emocionales, se articulan en torno a sentimientos conscientes y están conectados a decisiones que provocan un conjunto complejo de respuestas dependientes de los estímulos recibidos de nuestro entorno de comunicación. Los datos y las teorías de la comunicación política convergen para poner de relieve el poder del marco en el proceso del ejercicio del poder.
En la actualidad, las instituciones del Estado juegan un papel vital para la democracia o el autoritarismo. Este papel decisivo se basa en gran parte, en la capacidad de modelar las mentes construyendo significados a través de la creación de imágenes de poderoso significado semántico. Dicha construcción de imágenes se realiza en el ámbito de la comunicación socializada. En esto, los grandes medios de comunicación y los medios de autocomunicación (Blogs, foros, redes sociales, donde el administrador dosifica y recibe la retroalimentación que quiere) tienen un papel determinante.
El autor señala que no se puede aislar el poder de los medios en los regímenes autoritarios, dónde el estado tiene el monopolio, además de que puede censurar los medios de autocomunicación. Si realizamos un paralelo de los regímenes autoritarios y los sistemas democráticos, vemos que la censura se presenta de otra forma. Primero con una sobre-exposición a una información escueta y deficiente, que termina teniendo un efecto narcotizante, por otro lado, los medios en este sistema siempre responden a intereses políticos y empresariales. A este punto, no debemos ver la democracia como un ente orgánico, sino como un conjunto de prácticas en vías de la paridad, por eso, la diferencia entre la democracia de manual y el autoritarismo no es tan abismal.
Los medios de comunicación son más que el cuarto poder, son el centro y donde se desarrolla el poder mismo, sin mencionar que tienen credibilidad por antonomasia y en Internet las empresas de medios son las más consultadas. A menudo, los medios tienen líneas editoriales y un sesgo tan profundo, que no sirven para formar opiniones, sino para reafírmarlas, porque se dirigen a públicos específicos.
En la política mediática es recurrente que los escándalos se sobrepongan a las ideas, a menudo candidatos realizan sondeos negativos en contra de otro candidato para dañar su imagen. Esto puede tener un efecto nocivo en la víctima, si tenemos en cuenta la dimensión de los medios de comunicación.
La política mediática tiene como fin las siguientes tareas claves:
Primero debería asegurarse el acceso a los medios de comunicación. Los actores y políticos deben asegurar su poderío en los medios. Deberían elaborar mensajes que sirvan a sus intereses, utilizar la información como instrumento. Deberían tener elementos para realzar una medición y difusión de su mensaje. El mundo post-moderno, se encuentra enmarcado en el consumismo. En ese orden de ideas, los medios deben proporcionar entretenimiento y dar una falsa percepción de arraigo al público. Por esto, los escándalos de los candidatos resultan atractivos, el espectáculo se sirve a la orden del día.
Ahora bien, podemos pasar al escenario de la publicidad política, está se da en la mayoría de países del mundo, casi en todos los casos, hay un regulación por parte del estado, que varía por el contexto cultural y el régimen político de dicho país. Esta regulación, también puede responder a los intereses de los grupos empresariales que responden a intereses políticos y empresariales y que terminan censurando o apoyando a uno u otro candidato.
Hay formas en que los medios ponderan o no a los candidatos, debemos diferenciar entre la publicidad pagada y la habitualidad con que los candidatos aparecen en notas periodísticas de los magazines o noticiarios. Uno de los efectos de esto, es que los candidatos tiendan a llamar la atención de los medios, para lograr visibilidad en ellos.
Para esto, hay cuatro puntos fundamentales: 1.El acceso que brindan los medios a los políticos; 2. Las decisiones o tendencias editoriales de los medios; 3. Las opiniones de los periodistas (Líderes de opinión); 4. Lógica de asignación de espacios.
Para lograr el acceso de los medios, los políticos y candidatos deben aprender a jugar con el lenguaje y la teatralidad de los medios, pues sino, no ofrecen espectacularidad necesaria en medios como la televisión y terminan relegándose.
Así pues, a nivel makro, podemos diferenciar dos filtros.
Primer filtro: Control gubernamental.
Segundo filtro: Dueños de medios – línea editorial.

La transformación social se consigue a partir de la conformación de una red de cambios donde se unen los factores culturales, relacionados a los valores y creencias humanas, y los factores políticos, cristalización de la institucionalidad y normativas que las sociedades contemplan para sí. Estos son buscados por los movimientos sociales y las políticas insurgentes, esta última con menos arraigo en las instituciones.
Son estos movimientos sociales los que buscarían cambios mediante la utilización del espacio público como centro de control de la comunicación socializada, claro que ahora, en la era de la información, este espacio público ha devenido en espacio virtual, digital, por lo que los cambios sociales deben ser instalados desde la programación de las redes de comunicación. Pero aquí está el conflicto de la notoriedad: en un mundo donde la autoobservación y la autocomunicación de las masas derivan de un mayor acceso, los mensajes se multiplican pero la atención a los mismos se divide. Por ello, se termina replicando el modelo de los medios tradicionales, dado que estos tienen audiencias masivas, justamente a lo que aspiran los movimientos.
En el capítulo 5 el autor ejemplifica su teoría sobre la comunicación y el poder sobre tres movimientos: el ecologismo, los movimientos contra la globalización, el 11 M y la campaña presidencial de Obama en EEUU.
Los casos que analiza muestran el cambio social en nuestro tiempo, donde intervienen los movimientos sociales y movimientos insurgentes que desafían la inevitabilidad de la política de siempre y regeneran las raíces de nuestra democracia. En los dos casos (movimientos sociales e insurgentes) se modifican las relaciones de poder existentes e introducen nuevas fuentes para la toma de decisiones. Un elemento significativo para conseguir el cambio social en la sociedad de red es la reprogramación de las redes de comunicación que constituyen el entorno simbólico para la manipulación de las imágenes, además del procesamiento de la información en nuestras mentes que determinan las prácticas individuales y colectivas.
Un concepto importante es el de comunidades de práctica: son agrupaciones sociales de individuos que comparten valores, creencias y normas con aquellos que se identifican como pertenecientes a la comunidad. Cada comunidad se define por criterios concretos: fronteras territoriales, afiliación religiosa, orientación sexual, identidad nacional y cosas parecidas. Las comunidades de práctica son las que se construyen en torno a una práctica definida, tal como un proyecto científico, una creación cultural o un proyecto empresarial. Lo que las distingue es que forman fuertes vínculos durante la práctica pero no se mantienen como comunidades después. Son efímeras pero intensas. De modo que pueden reproducirse y expandirse formando distintas comunidades; por ejemplo, los científicos pueden reunirse de nuevo con sus colegas en otro equipo de investigación formado a partir de una experiencia previa satisfactoria. Cada comunidad de práctica se identifica por la práctica y se agota con la práctica concreta que dio origen a la comunidad.
En cuanto a los sujetos comunicadores, mientras más grande sea su autonomía respecto de los controladores de los nodos de comunicación sociales, mayores serán sus oportunidades para introducir mensajes que cuestionen los valores dominantes y los intereses en las redes de comunicación.
Por eso, el nacimiento de la autocomunicación de masas  proporciona nuevas oportunidades de cambio social en una sociedad organizada alrededor de una meta-red de redes de comunicaciones electrónicas. En consecuencia, la reprogramación de las redes de significado afectará el ejercicio del poder en todas las redes. Un ejemplo de lo anterior sería que en la actualidad, toda persona es un periodista en potencia porque puede informar con un teléfono móvil, y al mismo tiempo vigilar a los grupos influyentes.
De esta forma, el nuevo sistema multimodal interactivo refuerza a los mensajes y mensajeros, para que ocupen las redes de comunicación de toda la sociedad, reprogramándola con sus intereses, valores y proyectos. Pese a ello, los grandes grupos siempre estarán manejando a su antojo las herramientas de autocomunicación de masas. Por eso, hoy los movimientos sociales luchan por conservar la libertad en Internet, para construir un espacio de autonomía para la comunicación, la base del nuevo espacio público de la Era de la Información.

viernes, 19 de octubre de 2018

Texto de apoyo y TP Unidad III- Texto de Fillieule y Tartakowsky (colgar antes del 26/10)


Texto de apoyo y TP Unidad III- Texto de Fillieule y Tartakowsky

Estimad@s: a continuación facilito el link de la Revista  Pacarina del Sur, de donde podrán leer una  reseña de mi autoría del libro de Olivier Fillieule y Danielle Tartakowsky, “La manifestación cuando la acción colectiva toma las calles”.

A continuación les propongo pensar:

1-      ¿Por qué las demandas y marchas del movimiento feminista son reclamadas por las tecnologías de información?
2-      ¿El motor de acción del movimiento de inquilinos responde a cierto espontaneísmo por  las demandas irresueltas de sus integrantes?  ¿se encuentra lo suficientemente maduro para generar lazos identitarios? ¿Cómo se ejecuta la solidaridad en el movimiento?

lunes, 10 de septiembre de 2018


Textos de apoyo y TP de textos de Sadaba y Gómez de Unidad 3. Colgar antes del 5/10.

Teniendo en cuenta la lectura de los siguientes textos:
Sadaba Garraza, Maria Teresa (2008): “El éxito del framing en la teoría de la comunicación” en Framing: el encuadre de las noticias. El binomio terrrismo-medios, La Crujía, Buenos Aires.
Gomez, Marcelo (2009): “Los medios de comunicación y los enmarcamientos clasistas de la protesta social. El caso argentino” en Revista Comunicación y Ciudadanía, Nº2/Julio 2009, Colombia, pp. 18-41.
a) Busque un ejemplo en los medios de comunicación masiva de agenda-settings y agenda building relacionado con los movimientos sociales. Justifique.
b) Analice los marcos con los cuales se construye una noticia sobre los MS con los conceptos de reflexividad e indexividad.
c) ¿Sería posible un análisis cuantitativo del tratamiento que realizan los medios sobre las acciones de los MS? ¿De qué manera? ¿Sería de utilidad en su trabajo monográfico?
c) En su tema de monografía, cómo plantean los medios la posición del movimiento como sujeto de necesidad, de derecho o de decisión.

Movimientos sociales y medios de comunicación. La cuestión de la incidencia de los medios sobre la percepción de la realidad. 
Según Sadaba el objetivismo parecería ser el ideal periodístico, según éste la verdad informativa estaría garantizada a partir del cumplimiento de reglas claras que permitirían separar los elementos subjetivos de los objetivos. Pero éste parece ser sólo un elemento defensivo que utilizan los periodistas ante los ataques del público, ya que en realidad el objetivismo sería uno de los aspectos más ideológicos del discurso periodístico. Esta pretensión de ser objetivo ha tenido tanta influencia que, aunque se entiende que tal objetividad no existe, sería un ideal a seguir. Una de las maneras de tender a ello sería presentando todos los puntos de vista sobre una noticia, para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones. Aunque esta tampoco sería una solución, ya que al presentar cada una de las variantes, el periodista pondría diferentes énfasis en cada una, incidiendo en la lectura final del público. Uno de los errores corrientes en relación a la objetividad es el lenguaje que se utiliza, donde determinados vocablos implican un juicio de los acontecimientos, una valoración sobre ellos.
La teoría del framing niega los postulados del objetivismo ya que según éste cuando el periodista cuenta un acontecimiento encuadra de alguna manera la realidad y aporta su punto de vista. Igualmente no hay una postura única sobre el framing y según D´Angelo pueden distinguirse tres:
1.       Cognitiva: interesa comprobar hasta dónde influyen los marcos sobre los lectores, en cuanto los hacen propios, los reproducen, los reinterpretan o los rechazan.
2.       Construccionista: los individuos negocian los significados, para luego formar sus propias opiniones.
3.       Crítica: la profesión periodística estaría dominada por los grandes grupos económicos, que utilizarían los marcos para mantener su poder.
Podríamos agregar una cuarta, donde los medios se situarían como mediadores entre la realidad y el público, ya que los medios serían la única manera de acceso “de lo que sucede ahí afuera”. Esta mediación no sería un mero enlace del medio con la sociedad, ya que estos también son parte de esa realidad social a la que contribuyen con sus propios marcos. Para ello los periodistas otorgan a las noticias un encuadre determinado (frame), es decir una idea central que organiza el sentido de los acontecimientos y insinúa cuál es la materia tratada. La definición de framing sería entonces “el proceso por el que una fuente de comunicación, por ejemplo una organización de noticias, define y construye un asunto político o controversia pública”.
El concepto de frame está relacionado con el concepto de agenda. Esta se compone de los asuntos públicos polémicos que deben ser resueltos, es decir, aquellos que afectan a un número importantes de ciudadanos. En la agenda mediática se encuentran aquellos que adquieren mayor relevancia por ser difundidos de modo masivo. Por otra parte, se supone que ésta puede ser cuantificable. En efecto, la medición de la opinión pública puede basarse en datos acumulados o individuales, o también se pueden analizar cuáles son los temas o asuntos de mayor circulación.
Aunque las distintas agendas tienen sus propias estructuras (políticas, públicas o mediáticas), las tres tienen una íntima relación y en algunos casos se retroalimentan.
En el caso de la agenda mediática, los estudios han girado en torno a la teoría de la agenda-settings, que se centra exclusivamente en el estudio de la agenda de los medios de comunicación, en cómo se establece la agenda del público. A partir de algunos estudios se ha demostrado la existencia de una importante correlación entre la importancia que en los medios se otorgaba a un tema y lo que la sociedad consideraba como prioritario. Por lo tanto, los medios establecían la agenda del público. En otros estudios, se establecía que los medios además nos dicen cómo pensar sobre ciertas cosas. Y es aquí donde el framing y la agenda-setting comparten un mismo campo, aunque en el caso del framing se concibe al individuo más activo, es decir participante del enmarcado. La diferencia se encontraría en que los frames o marcos se situarían en el campo de la elaboración de las agendas, más que en el de sus efectos. “La agenda setting está relacionada con la transferencia y la accesibilidad; el framing con la interpretación del mundo”.
Un paso más presenta la teoría de la agenda building, donde se supone que los efectos de los medios dependen además de: cuál es el contenido de los medios, cómo se crean y cómo se presentan. Se analiza, por lo tanto, cómo se genera la noticia, proceso en el cual se realizan los enmarcados o el framing.
En este sentido, algunos estudios como el de Tuchman trasladan las ideas de la sociología interpretativa al modo de entender el trabajo de los periodistas y del proceso de elaboración de una noticia.  Señalando que los elementos que determinan los marcos interpretativos de los medios de comunicación son su organización y las actitudes profesionales de los periodistas que trabajan en ellos. En este caso los marcos serían las normas transmitidas y compartidas por los miembros de una redacción a través de las cuales se analiza la realidad sobre la cual se informa. La noticia se constituiría como un proceso de socialización a partir de una determinada metodología en donde se recogen, se seleccionan y difunden la información, dependiendo de la organización en la que se trabaja. Su análisis se enfoca en los factores que repercuten en las organizaciones: el lugar desde donde se cubre la noticia; la organización de las distintas secciones; quién es el seleccionador de la noticia; el momento en que sucede la noticia; y la tipificación de la misma (noticias duras, cuestiones importantes; o noticias blandas, cuestiones más superficiales).
Todos estos condicionamientos constituyen el marco a través del cual el periodista mira la realidad. Pero también, a partir de este marco la noticia define y da forma el propio suceso. Es decir, que el significado de los hechos los da el periodista, ya que los hechos no tienen significado.
Para explicar el funcionamiento de estos marcos, Tuchman utiliza dos conceptos: reflexividad e indexividad.  La primera se refiere a que las crónicas se encuentran insertadas en la misma realidad que definen, registran o estructuran. Los marcos permiten que los sucesos puedan ser comprendidos. La indexividad es la facultad que permite que un suceso pueda ser explicado fuera del contexto en el que se produjo, pero necesitan de un contexto propio. La reflexividad de las noticias hace que se ordene la realidad para hacerla accesible a las audiencias; la indexividad convierte la noticia en un significado para los que la reciben. Ambas características son elementos integrantes de la transformación de los sucesos en acontecimientos informativos. La conformación de los marcos interpretativos en los medios sería un proceso de mediación entre una realidad que no vivimos directamente, contada por periodistas a los que no conocemos, para una audiencia con la que no convivimos sino virtualmente.
Aquí hay una transformación en el modo de entender el framing, desde los estudios de los movimientos sociales se consideraba que la elaboración del sentido de los acontecimientos era una construcción social de la cual también participaban los medios. En cambio las investigaciones en comunicación señalan que son los medios los que imponen el significado. Esto lleva a considerar que las noticias también son creadoras de realidad.
Otros autores señalan la importancia de la presentación de las noticias, donde también se podrían descubrir los frames: la ubicación de la noticia, su título, las fotografías, etcétera. Pero en el proceso de elaboración hay muchas cuestiones que no se reflejan en el proceso noticioso, pero que resultan decisivas para entender el resultado final. Es decir, los frames no se reducen a la forma en que una nota está redactada, ni a los elementos visuales, aunque determinadas palabras, connotaciones y formas podrían ser indicadores válidos de los marcos interpretativos. Por lo tanto, para descubrir los frames se precisa una lectura de las noticias que remita a contextos más amplios. Estos se encontrarían no solo en los textos, sino también en el emisor, el receptor y la cultura donde aparece el mensaje. Los mensajes instauran significados que los receptores pueden comprender de acuerdo a un determinado contexto cultural. El intercambio de contenidos sería imposible de no existir estos significados compartidos.
Los frames se encontrarían en los cuatro lugares que hemos señalado, los periodistas deciden qué comunicar guiados por sus propios esquemas de conocimiento; los textos contienen frames en los que se presenta o no determinadas palabras claves, fuentes de información o imágenes; por su parte, los receptores cuentan con su propia forma de pensar, coincidiendo o no con las de los periodistas y con el resultado de las noticias; y, por último, la cultura es el reservorio de los frames que se invocan comúnmente. Esta introducción del público en el análisis, procura descubrir hasta qué punto los enfoques de los medios determinan los significados que el público acepta como auténticos.
Entman concibe el framing como una selección de la realidad, puesto que los medios resaltan o esconden atributos de las cuestiones con el consiguiente impacto en la opinión pública. Esta selección puede genera además una rutina en la cobertura.
Otro concepto importante para analizar esta cuestión es el de key events, estos se producen cuando un hecho tiene tanta relevancia que atrae una mayor cobertura y genera esquemas periodísticos propios y prioritarios. De esta manera, se generan frames persistentes, donde los frames iniciales van a determinar cómo se presentaran las cuestiones referidas al mismo tema en el futuro.
El artículo de Gómez muestra claramente que los procesos de enmarcados son históricamente determinados, tanto los movimientos sociales (MS) como los medios de comunicación son productores o fuentes de procesos cognitivos, proporcionadores de marcos de percepción y comprensión de acontecimientos y situaciones sociales. La lucha por la definición de ciudadanía, es decir, quiénes, cómo y en qué los MS pueden ser reconocidos como agentes políticos, es elemento de una lucha simbólica que cambia permanentemente con las coyunturas y los procesos enmarcadores pasados. El artículo, a través del análisis de la historia reciente (desde la década del noventa hasta el conflicto con el campo) indaga sobre los cambios producidos con relación a la producción de significados en torno a la lucha política y el conflicto social.
En este sentido, una de las funciones elementales de cualquier intento enmarcador es la de atribución, donde tanto los medios como los movimientos sociales pugnan por la construcción de sentidos y disputan sobre la atribución de rasgos e identidades a los protagonistas de los hechos. El medio no solo vende espectáculo para atraer a la audiencia sino que también vende esquemas de elaboración de sentido acerca de los hechos que está mostrando. Existen dos factores causales que inciden en la conformación de las claves “mediatizadoras”. Por una lado, el imperativo de lo “noticiable”, es decir de aquello que puede atraer la atención del público. Y, por otro lado, los intereses propios de las propias empresas de comunicación, que priman a la hora de la construcción de la noticia.
En general los estudios sobre la relación entre los medios de comunicación y los movimientos señalan que debe haber un intercambio entre la visibilidad y la repercusión de los reclamos y la espectacularidad y la atención pública. Asimismo, los estudios confirman que la eficacia de los medios sobre las audiencias es mayor cuanto mayor es la distancia social del público con el tema tratado, y además cuando el conocimiento con relación al hecho o tema es muy bajo. El éxito de los medios se basa en su capacidad de estimular al público a utilizar un marco interpretativo ya disponible y arraigado en ellos, para interpretar otro tipo de temas o eventos.
La forma más común de enmarcamiento mediático de las acciones de los movimientos sociales, es la de poner en primer plano las acciones espectaculares, dejando de lado las tareas organizativas, culturales, sociales que permiten dicha acción. Por ello es necesario que los MS combatan el enmarcado mediático mediante algunos recursos: en primer lugar, tratando de dejar la menor libertad posible para que los medios produzcan un reenmarcado o una manipulación mediática de las protestas; en segundo lugar, tratando de evitar la estigmatización, intentando moderar o descartar el uso de la violencia; en tercer lugar, la construcción de canales propios y más controlados de comunicación.
Una clave importante del enmarcamiento mediático, es de atribución o negación de atribución de “agentividad”, es decir, la posibilidad de ciertos grupos como actores legítimos de enunciación de significado sobre el orden colectivo o, por el contrario, grupos privados de esta posibilidad. En este sentido los medios de comunicación generalmente enmarcan a las clases populares como objetso pasivos dentro de un orden y no como sujetos activos capaces de cambiar o intentar cambiar un orden. En relación con ello, algunos análisis plantean tres grados de importancia con respecto a la responsabilidad y capacidades de incidencia sobre el orden social de los distintos grupos.
1_ Sujetos de necesidad: se los reconoce como meros carentes, damnificados, víctimas que en su fragilidad pueden ser manipulados o utilizados. Serían meros receptores de la solidaridad colectiva, dependientes de la atención del Estado.
2_Sujetos de derechos: Son víctimas de una injusticiaa o portadores de intereses propios reconocidos como legítimos. Estos tienen capacidad de acción en tanto dejen en manos del orden la respuesta a sus demandas. Estan limitados a la queja, beneficiarios de la corrección del orden dado.
3_Sujetos de decisión: Son responsables y autosuficientes, no están condicionados por necesidades ni injusticias, están legitimados para expresar sus preferencias sobre el orden colectivo y el bien general. Estos son capaces de tomar decisiones en lugar de sus representados o grupos inhábiles.

sábado, 18 de agosto de 2018

Texto de apoyo y TP de textos Sadaba y Rivas de Unidad 2 - Colgar antes del 7/9

Teniendo en cuenta la lectura del texto “Origen, aplicación y límites de la teoría del encuadre (framing) en comunicación” de M. Teresa  Sadaba Garraza, cuyo resumen puede leerlo a continuación, responda:

1-      El tratamiento de la ley de despenalización del aborto en la Argentina, generó conflictos políticos y sociales. Distinga,  cuáles fueron los usos políticos, articulados por los medios televisivos, cómo fueron definidos  los actores sociales involucrados y cuáles fueron los marcos periodísticos, que estaban encaminados a combatir esta iniciativa legal o defenderla,   ante la opinión pública. Tenga en cuenta el discurso tanto de periodistas como de los actores políticos y los marcos utilizados por diferentes organizaciones sociales. Describa los patrones de argumentación que subyacen en los frames o enmarcados periodísticos. Tenga en cuenta la circulación de imágenes,  además del soporte argumentativo tanto de los diferentes partidos políticos y la Iglesia. Distinga rupturas y continuidades  en el discurso político, colectivo  y mediático, tras la primera muerte (de una mujer que practicó un aborto clandestino), días después de desestimada la ley en el  Senado.

2-      El  enmarcado mediático y periodístico , en el tratamiento de la lucha del “colectivo de inquilinos” ¿impacta beneficiosamente  en éstas organizaciones que demandan cambios?

Resumen : “Origen, aplicación y límites de la teoría del encuadre (framing) en comunicación.  - M. Teresa  Sadaba Garraza.-  Elaborado por Lic. Vanesa Da Silva

La teoría del framing  ha estado evolucionando desde los años 60’. En este sentido,  como herramienta de análisis, se la utiliza en  el estudio de los efectos de los medios de comunicación sobre los colectivos e individuos, cuyo punto de arranque destaca:  un contexto cultural en dónde  tanto emisor y receptor como  el texto (información) obran como partes de una dinámica.  El breve recorrido sobre el concepto de framing, nos sitúa inmediatamente con Irving Goffman que lo instala en el ámbito de la sociología. Este corpus teórico  se maneja con conceptos  de - “situación”: en tanto una realidad interpretada con consecuencias.  En este sentido,  antes  de realizar acciones, las personas  evalúan “una situación”, disponiendo de sus  saberes y experiencias previos; y - una “interpretación” contenidas en normas sociales que repercuten en sus respuestas.  Dentro de la rama de la sociología surgen tres escuelas con diferentes aportes que movilizarán a los autores del framing; a saber: el interaccionismo de la escuela de Chicago, aquí se destacan Albion Small, William Thomas, Robert Park y George Mead,  tras la muerte de este último,  surge el enfoque del Interaccionismo simbólico de la mano de Herbert Blumer.  Para el interaccionismo simbólico, los significados de las acciones de los individuos surgen en el proceso de interacción, la narrativa social engloba  (situación, acción e interacción), en síntesis, la idea subyacente es “cómo es interpretada la realidad social”, en donde relaciones y símbolos posibilitan la comunicación. Desde la fenomenología, la vida cotidiana se instaura como objeto de estudio,  destacando “una actitud natural”, en el marco de fenómenos sociales, donde prima un “mundo natural” en el que se desenvuelven las personas y las lleva a realidades diversas contenidas de valores y normas.  Con los postulados de la fenomenología y del interaccionismo, autores como   Peter Berger  y Thomas Luckmann  (discípulos de Schutz),  elaboran un enfoque constructivista,  que sostiene que la realidad es una construcción de definiciones colectivas e individuales.  Por otro lado,  la etnometodología de Harold Garfinkel,  centra su mirada en circunstancias que dan sentido a acontecimientos ordinarios, observando al  lenguaje que describe tales circunstancias; el objeto de estudio  es  la interacción en torno al habla y la conversación; en este sentido,  la realidad social es “la interpretación contextual e indéxica de signos y símbolos entre actores situados”.  En síntesis, la sociología interpretativa estudia las significaciones  de la realidad para las personas,  tras un proceso interpretativo mediado por la interacción que persigue el objetivo de definir las situaciones de la vida cotidiana.

Con Goffman, la teoría del encuadre se traslada a los estudios de los medios de comunicación, cabe aclarar que los periodistas interpretan la realidad para luego difundirla a la audiencia. Gregory Bateson destacó que en la recepción de los mensajes las personas toman aspectos de la realidad y descartan otros,  es necesario remitir a un marco para comprender un mensaje;  este autor destaca distintos  niveles de comunicación: denotativo o referencial, metalingüístico y metacomunicativo, este último remite a (contexto y cultura).  Goffman, sigue avanzando para entender cómo se organizan los acontecimientos tanto en la mente como en la sociedad, así, la definición de una situación es elaborada, “con principios organizativos que gobiernan los acontecimientos”, y nuestra implicancia en ellos.  Para definir situaciones las personas se hacen la pregunta: “¿qué sucede aquí?”,  que es respondida con un frame que da sentido a los acontecimientos.  Los frames explican la definición de la situación. Marco y esquema son solidarios entre sí, siempre que un individuo enmarca una situación lo hace utilizando esquemas mentales.  Goffman también destaca que los marcos no son definitivos  y son suceptibles de ser revisados conforme cambia la realidad. Frame es marco y esquema, producto de la interacción, y por ende dinámico.  Con Goffman el interés comienza a trasladarse desde el marco de la experiencia individual al marco colectivo y aquí  se instalan en el estudio de los medios de comunicación.  Los medios se constituyen en procesos de encuadre del discurso social, e impulsan a la creación de marcos sociales.  En relación a la movilización, las personas deben definir colectivamente una situación intentando generar una nueva interpretación de la realidad como aceptable. Así, con los marcos, se intenta integrar a nuevos miembros a los movimientos.  En este sentido, es fundamental para los movimientos acceder a la agenda política y la opinión pública. Por ello los medios de comunicación, son un factor importante tanto en el nacimiento como en el desarrollo de  los movimientos, en tanto, facilitan la difusión de sus demandas, generando la posibilidad de sumar nuevos integrantes. Además los frames  son recursos utilizados por los medios desde una posición dominante para organizar la realidad de una sociedad.  Para que un problema  sea un motor de protesta, tiene que instalarse en el discurso público.  Los marcos de acción colectiva son pensados (en)  y (para)  la acción, los frames de los medios están ligados al pluralismo en tanto instancia informativa.  El frame en los medios de comunicación,  persigue y enlaza con la objetividad informativa y periodística, pocas veces lograda.  El uso de los marcos en los medios de comunicación , son el soporte de las distintas significaciones que adquieren los hechos. Los medios transforman los acontecimientos en informaciones que pasan por varios filtros hasta llegar a las audiencias donde puede observarse el impacto de los medios sobre los contenidos.  El encuadre genera diversas formas de ver la realidad, los encuadres de las noticias llevan a instalar temas, seleccionarlos o callarlos.

Con los elementos de títulos, antitítulos, subtítulos, fotos, citas, estadísticas, gráficos, etc, constitutivos de las noticias, se destacan ideas y se esconden otras, se constituye en un proceso de selección, énfasis y exclusión, es decir, el framing es la selección de la información.  Frames  y marcos son estructuras para conocer la realidad, lo que define una situación son los frames, el mundo debe ser ordenado para ser comprendido, en los medios  la realidad está formada de piezas inconexas que el periodista deber ordenar para presentarlas inteligiblemente y otorgarle un significado. Tanto desde los movimientos sociales como desde la comunicación, los frames establecen significados dominantes y hegemónicos. ///



2-  Teniendo en cuenta la lectura del texto: “El análisis de los marcos: Una metodología para el estudio de los movimientos sociales”  de Antonio Rivas, cuyo resumen encontrará a continuación, responda:

1-      En el caso de las organizaciones feministas, (teniendo en cuenta los procesos de alineamiento de marcos), explique cómo se desarrolla la amplificación de marcos, (relativa a los valores y las creencias).

2-      En el caso de los inquilinos organizados, (teniendo en cuenta los procesos de alineamiento de marcos), explique cómo se desarrolla la amplificación de marcos en dicha organización.

Resumen “El análisis de los marcos: Una metodología para el estudio de los movimientos sociales” – Antonio Rivas-

En el ámbito de las Ciencias Sociales son muchos los autores que intentan aplicar la teoría de los marcos al estudio del discurso público y de los movimientos sociales.  En esta vía, a partir de la incorporación del “marco de injusticia”, (Gamson, Fireman. Rytina),  inspirados en la obra de Goffman, definieron los marcos  como: “orientaciones mentales que organizan la  percepción y la interpretación.  Este enfoque fue dejado de lado para estimar otro abocado a los procesos colectivos y organizativos. Distintos autores fueron trazando nuevos horizontes, incluso críticos a través de este punto de partida.  Este texto persigue el objetivo de  mostrar la relevancia de la teoría de los marcos en el estudio del discurso de la acción colectiva. El concepto de enmarcamiento, introducido por Gregory Batenson, da  cuenta de lo que era el fenómeno de la comunicación. Para entender un marco comunicativo hay que remitir a un metamensaje (lo que sucede),  el marco de interpretación aplicado a ese acto. Hay tres niveles de comunicación para este autor:  denotativo o (referencial), metalingüístico (hablar sobre el lenguaje) y metacomunicativo  (la comunicación en tanto relación entre sus participantes).  Los marcos definen las intenciones de comunicación. En la interacción el significado es un producto colectivo. También reaparece en la teoría de los marcos los aportes de otros autores, que usan términos como los de (guion y esquema). El primero, similar al de marco (salvo que aquel apunta a tratar con secuencias de acontecimientos). De la mano de la obra de Goffman,  “marcos” es lo pertinente para el estudio de la organización de la experiencia. La pregunta subyacente para Goffman es “¿qué sucede aquí?”. En la identificación de un acontecimiento  se necesita remitir a uno o varios marcos de interpretación, a los que se denominarán “primarios”: (no están relacionados con una previa interpretación), y sirven para localizar y clasificar acontecimientos. Hay dos clases de marcos primarios: “los naturales y sociales”.  Los primeros son vistos como no ordenados, no guiados, puramente físicos.En los segundos, a través de ellos se distinguen acontecimientos que incorporan, la voluntad y la finalidad.  Por otro lado, la experiencia puede ser reorganizada y reenmarcada, según distintos intereses.  La teoría de los marcos tuvo mucha utilidad en el análisis del discurso. Recorriendo a los diferentes autores, los marcos se instalan como estructuras de expectativas. Para William A Gamson, los marcos son “formas de entender que implican la necesidad y el deseo de actuar”, para él, los marcos de acción colectiva se componen de (injusticia,  agencia, identidad). Con el concepto de resonancia entre marcos, intenta dar cuenta de la relación entre un discurso en relación a un debate público. En el desarrollo de los marcos,  los grupos usan diferentes estrategias de recursos (cultural, personal e integrada) con las cuales se combinan los diferentes  conocimientos, provenientes de lo popular, la experiencia y el discurso de los medios.  Si un marco existe y está a disposición, es debido a la existencia de un grupo patrocinador.  Acerca de David Snow y colaboradores:  éstos autores definen “el alineamiento de marcos”,  como el nexo entre el individuo y las organizaciones de los movimientos sociales. Los valores, intereses y creencias del individuo, deben ser congruentes con las actividades, metas e ideologías de las organizaciones.  El alineamiento de marcos es necesario para la participación de actores en un movimiento social.  Hay cuatro procesos de alineación de marcos: “Puente entre marcos”: nexo entre dos o varios marcos en relación a un problema, que si bien son congruentes se encuentran estructuralmente desvinculados. El proceso de amplificación de marcos: resalta un marco interpretativo haciendo énfasis en un problema en particular, aquí se distinguen dos tipos de ampliación de marcos: el de “valores”: (los actores poseen valores organizados por jerarquías, la ampliación de valores consiste en resaltar un valor específico acorde a las actividades de la organización); el segundo tipo de ampliación es el “creencias”: una creencia puede ser expresada con slogans. El tercer proceso de alineación de marcos es “la extensión de marcos”: cuando las actividades, metas e ideologías de los movimientos no encuentran una relación con los valores, creencias y los intereses de los actores. Si es así, un movimiento tiene que ampliar las fronteras de ese marco primario para englobar intereses que pueden ser secundarios para sus objetivos, pero necesarios para adherentes potenciales.  El cuarto proceso de alineamiento, es la transformación de marcos: consiste en la creación de nuevos valores, intereses y creencias de los actores del movimiento social. En síntesis, el concepto de alineamiento, usado por los autores, remite a la necesidad de establecer un vínculo entre los marcos interpretativos usados por los líderes de los movimientos y la gente que está afuera del mismo. El alineamiento supone que entre los marcos (construídos  por líderes y los marcos usados por un grupo, hay congruencia ideológica, pero por alguna razón se encuentran desvinculados.). 

viernes, 8 de junio de 2018

Trabajo Práctico Unidad 2

Sobre los temas propuestos para las monografías.
De acuerdo a la teoría del enmarcado interpretativo conteste lo siguiente:
1) ¿cuáles serían las fuentes de dónde extraer el corpus para determinar los marcos de diagnóstico, de pronóstico y de motivación a la movilización?
2) proponga tentativamente procesos de alineamiento de marco externos e internos en el movimiento o caso seleccionado para la monografía
3) proponga tentativamente los tres tipos de efectos de resonancia que pretenden los movimientos seleccionados.

Texto de Apoyo Unidad 2 Teoría del Enmarcado Interpretativo


Comunicación y movimientos sociales, los aportes de la teoría del enmarcado interpretativo.   Por Marcelo Gómez

            El recorte del tema deln Taller nos sitúa en la intersección de los fenómenos de movilización social con los procesos de comunicación en la arena pública. La inscripción de los movimientos sociales en las distintas corrientes que dominan la reflexión sobre los impactos de los medios masivos de comunicación nos lleva a realizar un breve recorrido teórico.

En los años ‘70 M. McCombs y D. Shaw proponen la señera noción de “agenda” como un instrumento mediante el cual se logra identificar y comparar las opiniones vehiculadas por los medios con las opiniones de los ciudadanos (Maigret, 2005). Las agendas se ven entonces estableciendo las prioridades a la hora de presentar la información por parte de los medios, frente a los intereses y preferencias de los ciudadanos. El desarrollo posterior de esta noción tuvo un punto culminante en la reconocida corriente teórica de la Agenda Setting, impulsada por B. Cohen, que plantea que la selección de temas por parte de los medios determina, de una parte, la evaluación que el público hace sobre cuáles son los asuntos más importantes y, de otra, la posición que asume sobre esos asuntos.

Una inflexión de esta teoría aparece en las investigaciones de E. Noelle-Neumann sobre la llamada “Espiral del Silencio”: más que imponer temas y opiniones, los medios operan fundamentalmente limitando la variedad de opiniones haciendo que el ciudadano que tiene una posición opuesta a la que los medios promueven como mayoritaria, se sumerja en “espiral del silencio” por temor a ser excluido o sentirse aislado. Apelando a la “ilusión de unanimidad” los medios nos dicen lo que no se debe pensar.

La inscripción de los movimientos sociales y las protestas en estas teorías tienden a otorgar un papel determinante a los medios de comunicación comulgando con una visión pasiva de las “masas” como dóciles e irracionales al mismo tiempo. Los movimientos sociales desafiantes serían subestimados y recluidos a posiciones subordinadas dentro de las agendas y estereotipados en torno al desorden y la violencia. El imperativo de “lo noticiable”, es decir la necesidad de satisfacer el objetivo de atraer el interés y la atención del público, tiende a operar como deslizamiento del foco desde el actor y los motivos del reclamo hacia las acciones de protesta y la alteración del orden público que afecta intereses de terceros con quienes se busca generar una inmediata identificación de las audiencias.

Cobb y Elder abandonan los supuestos de las teorías de Cohen y Noelle-Neumann y comienzan a prestar atención a las agendas ciudadanas que se sostienen más allá o se superponen a la mediática. Así aparece una nueva corriente teórica conocida como Agenda Building que se focaliza en las formas de construcción de las agendas de los medios. S. Moscovici demuestra la capacidad con la que cuentan muchas minorías de expresarse y de fortalecerse hasta convertirse en mayorías sobreponiéndose exitosamente a la “espiral de silencio”. A través de la movilización contestataria las audiencias toman conciencia de problemas o definen posiciones en conflictos. Los movimientos sociales son entendidos como “agencias de significación” o usinas cognitivas a través de las cuales el conjunto asume problemas. Ingresan a la esfera pública donde ya están instalados  los mass media y el Estado, desarrollando una  “política de la significación” (Stuart Hall, 1982) para cohesionar movilizados, ganar apoyos y simpatías, desmovilizar y neutralizar oponentes, y luchar por condiciones que favorezcan el trabajo de producción de sentido.
Pero la construcción de agendas de los medios no se limita solo a las interacciones con otras agendas. Stuart Hall (2000) analiza las formas internas de construcción de las noticias y señala la tendencia puramente pragmática de los periodistas a consultar permanentemente las mismas fuentes a las que Hall denomina “Definidores Primarios” y que tendencialmente coincide con las autoridades y los grupos dominantes.

Dentro de la problemática de la construcción de agendas, no pueden obviarse los intereses articulados a los propios medios de comunicación masiva, donde las principales fuentes de financiamiento, su articulación con otras actividades económicas, procesos de concentración y cartelización empresarial, juegan un papel fundamental a la hora de definir filtros en la selección de asuntos noticiables y, sobre todo,  de imprimir sesgos en el tratamiento noticioso buscando generar aceptación o rechazo conforme a estos intereses. Demás está decir el peso político y económico específico que tienen algunas empresas (y empresarios) concentradoras cuasi monopólicas de medios masivos (Mastrini y Becerra, 2007).

Otro aporte significativo a la construcción de agendas es el que proviene del análisis crítico del discurso. Teun van Dijk (1997) considera que mediante las rutinas periodísticas se fabrican esquemas desde los cuales se cubren sucesos sociales a fin de captar la atención del público. Un ejemplo de ello es construir un esquema denominado “Traumatismo”, para leer desde allí sucesos como una protesta social.

En líneas generales los estudios de los movimientos sociales en estos registros teóricos apuntan a captar las formas de sortear los filtros de las agendas mediáticas. Una manera es intentar forzar la atención pública de los “definidores primarios” y, a través de la repercusión política, poder entrar en la agenda de los medios. Otra posible forma es adoptar formatos de protesta que sean asimilables a los esquemas o claves de relato mediático utilizados por los periodistas. La clave “dramática”, la “estetización” de la protesta son recursos repetidos para lograr abrir las agendas de los medios.

La problemática teórica ha ido oscilando desde la preocupación excluyente de lo que hacen los medios con los movimientos a la indagación de lo que hacen los movimientos con los medios. Este giro es completado con la irrupción de la teoría del enmarcado interpretativo basada en el concepto de framing (Goffman, 1974) en la que medios y movimientos sociales comparten el hecho de ser productores o fuentes de procesos cognitivos, proporcionadores de marcos de percepción y comprensión de acontecimientos y situaciones sociales. La acción colectiva es portadora de potentes claves decodificadoras de conflictos, injusticias o necesidades insatisfechas y aspiraciones frustradas. Una de las funciones elementales de cualquier intento enmarcador es la de atribución (Hunt y ot., 2006). Medios y movimientos disputan sobre la atribución de rasgos e identidades a los protagonistas de cualquier acontecimiento. Las formas de autopresentación, el manejo del self colectivo, del nosotros y de los otros, antagonistas y público, junto con las interpelaciones y definiciones que asignan sentido a la acción colectiva, son elementos fundamentales de la lucha en la que entran los movimientos a través de complejas relaciones de competencia, articulación y a veces de conflicto con los medios de comunicación.

El análisis de los procesos enmarcadores nos suministra potentes herramientas conceptuales y metodológicas para una comprensión más precisa y profunda de muchos de los fenómenos precitados. Veamos algunos de los aportes de la teoría de los marcos interpretativos.

a) Desde la visión teórica de la teoría del enmarcado interpretativo, la “mediatización” significa que el medio no vende solo espectáculo para atraer audiencias sino vende visión o esquemas de elaboración de sentido acerca del espectáculo que vende. Un factor causal importante de las claves “mediatizadoras” es el recurso a los “guiños” a la cultura (Martín Barbero, 2000), a los sistemas de creencias ya instalados y a las experiencias compartidas por las audiencias. Solo teniendo en cuenta lo que se denomina “fidelidad narrativa” (Snow y Benford, 2006; Amparán, 2006) a la cultura y los sistemas de significados arraigados en una época se puede atraer la atención masiva del público al tiempo que estimular la activación de determinados esquemas de percepción y valoración. Pero los estudios de enmarcado demuestran que los movimientos también procuran de manera sistemática conectarse con las tradiciones, fondos culturales, símbolos y creencias arraigadas, y lograr así “resonancia” para sus demandas y aceptación de nuevos marcos de interpretación sobre determinados asuntos públicos.
b) En general los estudios de la relación mass media / movimientos parten del planteo básico de una suerte de trueque de visibilidad/repercusión a cambio de espectacularidad y atención pública. Está suficientemente establecido que los medios llevan a cabo operaciones de moldeamiento de los actores y las acciones, asignándoles atributos de manera simplificada, y muchas veces estigmatizante. El análisis de los procesos enmarcadores permite develar la lógica que subyace a estos fenómenos, esclareciendo los modos de operar de la estigmatización. Los estudios latinoamericanos en general (León, Burch y Tamayo, 2005; Escobar, Álvarez y Dagnino, 2001; Reguillo, 2005) confirman que la eficacia persuasiva de los enmarcados mediáticos aumenta cuando la distancia social de la experiencia cotidiana del público respecto de los temas es muy amplia, y cuando el conocimiento directo de las audiencias sobre el evento o tema abordado es muy bajo.  En estos casos el medio produce su efecto de veracidad cuando es capaz de estimular al público a utilizar un marco interpretativo ya disponible y arraigado en las audiencias para interpretar los eventos o temas que son presentados (Mc Leod y Datenber, 1999). Los medios ofrecen la posibilidad de interpretar “lo que pasa” en un fenómeno del que el público no tiene una vivencia directa o conocimientos propios, utilizando metáforas específicas como detonante para  aplicar marcos interpretativos con los que el público suele interpretar otros fenómenos o situaciones más cercanas a su experiencia o a su conocimiento directo. Se dan entonces las condiciones óptimas para la simplificación, la homogeneización esquemática, la generalización indiscriminada y el estereotipo al que recurren los medios como estrategia persuasiva.

La forma estándar de enmarcamiento mediático de las acciones de movimientos contestatarios y protestas, es la de poner en primer plano las acciones espectaculares y eventualmente sus impactos deletéreos, opacando u omitiendo las realizaciones sociales, culturales, organizativas que hacen posible esas acciones.  Melucci (1994) había advertido que los medios desnaturalizan los procesos identitarios mediante el expediente de la simplificación y la unilateralidad de la imagen de la acción. En el lenguaje audiovisual, los movimientos son la protesta callejera. Los acontecimientos de la lucha, los disturbios, la represión, desplazan los motivos, las demandas, y los valores e identidades de los participantes. Los medios brindan repercusión a costa de ocultar, dejar sumergidas las raíces identitarias y su producción cultural. La lógica de la cobertura mediática tiende de forma general a resaltar las capacidades de acción y a menoscabar identidades, valores y logros de autoorganización y mejora de los grupos movilizados.
c) Por ello el análisis de los enmarcados muestra que es tan esencial a los movimientos: -producir sus propias usinas de capital simbólico, así como distribuir entre sus miembros capital cultural y educativo, que le permita sostener condiciones de autonomía de sus prácticas significantes y de elaboración discursiva, conquistar más apoyos, más participación activa, formar cuadros y militantes, aumentar la eficacia de sus enmarcamientos internos, etc.;
- penetrar en las agendas mediáticas como combatir o contrapesar el enmarcado mediático del que son objeto. Algunos de los recursos que se valen para ello son: el volcado en la acción misma, en los repertorios  de protesta, de la carga simbólica y cultural de la que son portadores intentando reducir los márgenes de libertad de reenmarcado o manipulación mediática; el descarte o la moderación en el uso de formas de acción violentas o abusivas para terceros tratando de no facilitar la estigmatización; el aprovechamiento de las TICs y de otros recursos para construir canales propios y más controlados de comunicación no convencional.

Así, las tendencias a la sorpresa, la estetización y a la dramatización de las protestas, la imposición del canon de la “resistencia pacífica” y del uso intensivo de la Web, intentan sortear los escollos y las trampas de la mediatización, además de aumentar la espectacularidad de las acciones. Sin embargo, el poder de resignificación que ostentan las industrias periodísticas y de la comunicación de masas puede hacer que las imágenes sean “editadas” en clave de disturbio, y que los mensajes y la información puesta a circular por la Web sean retomados por los grandes medios para recircularlos bajo nuevos marcos de interpretación.

La teoría del enmarcado interpretativo aplicada a los movimientos sociales tiene un vasto campo de trabajo: los procesos de enmarcado interno (entre movimientos y sus bases de apoyo, de reclutamiento, participantes activos y cuadros dirigentes o referentes) y de enmarcado externo con sus correspondientes procesos de lucha y contraenmarcado (entre movimientos y audiencias, grupos antagonistas, medios de comunicación, gobiernos y políticos, etc.).

            Los procesos de enmarcado y contraenmarcado tienen por referentes empíricos los discursos y enunciaciones de los movimientos y el de otros agentes y prácticas significantes en torno a ellos. En este sentido, la metodología general de la investigación se basa en el relevamiento, registro y análisis crítico del discurso público (Faireclough, 1992) de los movimientos, medios y otros agentes de significación involucrados, utilizando las herramientas y el instrumental técnico asociado a la teoría de los marcos interpretativos, que se desarrolla en el punto siguiente.

El universo empírico con que trabaja la teoría del enmarcado viene definido como el conjunto de producción simbólica de los movimientos plasmado en discursos públicos, consignas y material de difusión, publicaciones, intervenciones en los medios de comunicación, prácticas educativas, formativas y expresivas por las cuales se operan los procesos de alineamiento de marcos interpretativos internos y externos en torno a estos significantes-claves, y las disputas con otros agentes enmarcadores (medios de comunicación, gobierno, actores políticos).

Los enmarcados dentro de los movimientos se relevan a partir del registro documental, de observación y entrevistas sobre todo el material de difusión escrita, oral, visual, sea por medios convencionales o no convencionales, redes sociales, pancartas, cartelería, slogans o consignas, cánticos, etc. Los documentos, declaraciones públicas, solicitadas, declaraciones de líderes o referentes, y todo otro mensaje destinado a la arena pública.

El marco de variables de análisis para los procesos de enmarcado es el siguiente.

Para los procesos enmarcadores de atribución de sentidos, se procurará establecer cuáles son los marcos puestos en juego de acuerdo a la clasificación canónica: -“marcos diagnósticos”, mediante los cuales se atribuyen causalidades, responsabilidades y se realizan imputaciones y explicaciones acerca de la situación que lleva al reclamo; - “marcos de pronóstico” que señalan las consecuencias futuras del statu quo y el acierto de las soluciones de cambio propuestas; y los “marcos de motivación” que buscan alentar  el compromiso, la participación, el apoyo y el consenso acerca de los reclamos y las acciones del movimiento, mostrando que es posible vencer a los oponentes y lograr los cambios por los que luchan.
           
Para el análisis de las estrategias de los movimientos que buscan penetrar en las agendas y puntos de vista de participantes, bases potenciales de apoyo y públicos más vastos, gobiernos y antagonistas, se proponen las variables asociadas al proceso de “alineamiento de marcos interpretativos”, que  responden al grado de tensión o distancia entre los marcos que propone el movimiento y los marcos vigentes entre los destinatarios:  -conexión o puente, cuando la distancia es mínima y los reclamos están enmarcados  en sentidos ampliamente compartidos por los destinatarios y solo se necesitan agilizar canales de difusión y visibilización; -amplificación, cuando es necesario modificar las prioridades o darle más importancia a determinados elementos del marco establecido entre los destinatarios, alterando de manera parcial los esquemas de valoración y percepción de los mismos; -extensión, cuando el enmarcado del movimiento comienza a incorporar puntos de vista o marcos de los propios destinatarios aunque no sean importantes o no tengan mucha relación con los reclamos o propuestas sostenidas por el movimiento; y -transformación, cuando los marcos propuestos son radicalmente opuestos a los sostenidos por los destinatarios y obliga a un verdadero proceso de mutación simbólica, desnaturalización y deslegitimación de situaciones consideradas positivamente hasta ese momento. En la literatura especializada este tipo de transformación de enmarcados interpretativos se conoce como “liberación cognitiva” o “cognición caliente” (McAdam, McCarthy y Zald, 1999).

            Finalmente las variables que permiten analizar el efecto de los procesos de alineamiento de marcos que se conoce como “resonancia”.  Un enmarcado interpretativo puesto en circulación por los movimientos se convierte en resonante cuando moviliza consenso y/o cuando obliga a los oponentes a dar nuevas respuestas enmarcadoras para neutralizarlos. En este sentido, las variables analíticas con las que se analiza la resonancia y la receptividad de los enmarcados propuestos por los movimientos son: -la conmensurabilidad con la experiencia cotidiana o inmediata de los destinatarios; -la fiabilidad empírica y argumental que alcanzan ante los destinatarios; y -la fidelidad narrativa a marcas identitarias o tradiciones presentes en la cultura de la época. Los guiños a los fondos culturales y a las representaciones sociales más profundamente arraigadas son dimensiones importantes a indagar.

BIBLIOGRAFIA

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