lunes, 28 de diciembre de 2015

DEVOLUCION TP UNIDADES 3 B Y 4 A


TEXTO OFFE:
1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina ¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la “desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva ciudadanización” de la clase obrera?

Arturo García Fernández propone con acierto el ejemplo de los lisiados peronistas como desmercantilización del interés de clase ya que se enfatiza la identificación positiva de la discapacidad como no invalidante para la lucha social y política (retorno de Perón, contra las dictaduras, etc.). En términos históricos el sindicalismo vandorista implicaba una politización mercantilizada del interés de clase, pero el sindicalismo participacionista y el sindicalismo de liberación una fuerte politización.


3) Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales, institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros, Fabricas Recuperadas y Asambleas.

Son correctas las apreciaciones de Agustina Bogliano, habría que hacer dos salvedades: el logro no sería solamente “legitimar” la autogestión de una fábrica recuperada sino me parece que más importante es “legalizar” su funcionamiento (conseguir la ley de expropiación, constituirse en cooperativa, etc.). También es discutible el tema de las asambleas barriales: hubiese sido un logro procesual razonable el reconocimiento como intermediarias de los vecinos frente a las agencias gubernamentales, pero en su gran mayoría los posicionamientos antipolíticos e híperautonomistas hicieron que esto no fuera concebido como un logro sino como un peligro por parte de las propias asambleas.

Son muy importantes las reflexiones de Roberto Cassaglia sobre una triple operatoria: la identificación del Estado como el instrumento de la reparación, al pueblo como el sujeto dañado, y al neoliberalismo como antagonista y como el exterior constitutivo de la propia identidad. Yo agregaría que en la movilización del 2001/2002 de las clases medias asamblearias predominaba el antagonismo a la “clase política”, la desconfianza a la corrupción y la ineficacia estatal mas que el cuestionamiento al neoliberalismo. El pasaje de esta última a la señalada por Roberto es obra del kirchnerismo.


TEXTO TARROW

a) ¿Cómo puede analizarse la relación entre desafío, solidaridad e incertidumbre en el movimiento piquetero?

Entre otras cosas Roberto Cassaglia señala el papel simbólico de los piqueteros en la constitución del pueblo como sujeto no solo de representación sino de reparación. En este sentido la solidaridad (inclusión social) por un lado y el antagonismo frente al antipueblo, por el otro, marcan un salto cualitativo en los desafíos y en la capacidad de generar incertidumbre. También es muy bueno el señalamiento de que el piquete como forma de lucha se modulariza y al convencionalizarse, pierda capacidad de generar incertidumbre. Hay que agregar que esto fue facilitado por las disposiciones no represivas establecidas por N. Kirchner en 2004.

d) En su tema de monografía ¿cómo podrían pensarse las cuestiones de convención/desafío/disrupción/ incertidumbre?

Yamila Macias plantea muy atinadamente el caso de la Feria del Libro Independiente y la utilización de elementos disruptivos asociados a las ocupaciones de lugares públicos próximos a la Feria internacional del libro.

AMPARAN
Elija una.
a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.

Son buenos los ejemplos de Agustina Bogliano para extensión y transformación pero no son tan claros para Puente y Amplificación. Hay que releer de Amparán el concepto de “puente”: es cuando entre movimiento y público hay mayor proximidad o alineamiento y hace falta hacer “puente” solamente. El caso de “ni una menos” me parece (es opinable o habría que analizar más en detalle) que es mas puente (quien podría estar en contra de que los hombres no maten o lastimen a las mujeres) que ampliación si bien es cierto que hay un intento destinado sobre todo al poder judicial  para que incorpore la figura de femicidio. Creo que la combinación de aberrantes casos en la prensa con un uso muy atinado de las redes sociales permitió la eficacia de este puente.

Yamila Macias propone un ejemplo de puente excelente: la Marcha del orgullo Gay de 1992, que permitió amalgamar en una base común una cantidad de grupos y personas dispersas. También es bueno el ejemplo de extensión de los mov. De DDHH cuando se involucran en temas de agronegocio y minería. Es buenísimo el ejemplo de transformación: las movilizaciones por temas de políticas de salud mental intentan introducir nuevas formas de entender la locura como exclusión social que colisionan con el sentido común.  No me queda claro en cambio el derecho de huelga como ejemplo de “ampliación”.

Javier Nuñez acierta al analizar los Mov. De DDHH en los 90 como intentos de ampliación del marco y en continuación de la militancia de los 70’ a través de la disputa contra el neoliberalismo (en especial desde Madres de Plaza de Mayo y desde HIJOS): represión y exclusión social van de la mano. Los crímenes de la dictadura eran necesarios para imponer un plan económico y social. También es excelente el ejemplo de extensión: la incorporación de la violencia policial y denuncia de las empresas cómplices del genocidio. Por último, también es muy acertado el ejemplo de transformación combatiendo el enmarcado de sentido común de “los dos demonios”: la reivindicación de la identidad militante de los desaparecidos, y la recuperación de la identidad de los “nietos” que situaba a las víctimas por crímenes de lesa humanidad en un sitio en que la teoría de los dos demonios quedaba rápidamente desacreditada. Nuevamente aquí el kirchnerismo tuvo también un papel: reivindicar la “generación diezmada” y tomando la recuperación de nietos como política de estado.

b) Seleccione un Mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.

Arturo García Fernández presenta el caso de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Famatina. Hay varias cosas bien analizadas en el marco diagnóstico  pero conviene precisar lo siguiente: el marco de pronóstico no se expresa en el slogan de “Derecho a la Vida” sino eventualmente en el señalamiento de los daños o tragedias que podrían ocurrir de aceptarse la explotación minera. El marco de movilización se debe analizar en el discurso o los slogans que hacen confiar en el éxito de la acción y la organización colectiva. Son los recursos simbólicos con los que se pretende hacer que la gente “salga” a apoyar un tipo específico de lucha, en este caso los bloqueos. Sería buena una relectura de estos conceptos en los textos para hacer  buen uso de ellos.
También hay cierta imprecisión que no diferencia bien  resonancia por “credibilidad empírica” (argumentos científicos, hechos constatados de contaminación) de resonancia por “conmensurabilidad de la experiencia” (que en este caso solamente si son afectados de manera directa por la minera). Como esto último no llegó a producirse tengo entendido la lucha se basa en la credibilidad empírica y en la fidelidad narrativa que entiendo debería profundizarse más en el caso Famatina. El “no a la mina” no expresa fidelidad narrativa en sí mismo. En  Esquel por ejemplo: la pureza del paisaje, la celebración de la vida natural, el “ser patagónico” e incluso los elementos “hippies” se hicieron presentes para apuntalar una continuidad con significaciones arraigadas y enmarcados históricos.

c) La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural. Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice cómo han logrado cada una de estas tres cosas.

Carla Mansilla señala correctamente los aspectos asociados a la eficacia y la resonancia del movimiento No a la Mina de Esquel: es interesante la participación de los ancianos y la solidaridad intergeneracional que se vincula a la fidelidad narrativa. En cambio, la conmensurabilidad con la experiencia de los movilizados no veo cómo se relaciona con el llamado al plebiscito. Esta dimensión de la resonancia remite a la experiencia de ser damnificado por eventos contaminantes. No conozco tanto en el caso de Esquel si hubo antecedentes o entre la población había damnificados anteriores por hechos de contaminación.

LACLAU

a) Ensaye alguna hipótesis acerca de cómo se comporta la lógica de la equivalencia y la lógica de la diferencia en el caso del movimiento o proceso de movilización que está analizando para su monografía final

Notable observación de Javier Nuñez: el kirchnerismo inscribió los DDHH en una lógica equivalencial. La bandera de los derechos humanos permitió construir un antagonismo fuerte con las políticas neoliberales de los 90’ y con la dictadura. Impunidad y neoliberalismo vs. Democracia y DDHH. Felicitaciones a Javier que es el único que se atrevió con Laclau y lo  hizo perfecto.

GOMEZ

c) ¿Qué tipos de capital o poder causal clasista están siendo activados en los procesos de movilización y colectivización que está estudiando para su monografía?

Carla Mansilla toma la Feria del libro independiente y hace un muy interesante señalamiento de la contraposición entre capital cultural “mercantilizado” en los sistemas de reconocimiento establecidos y capital simbólico y cultural  “alternativo” buscando generar un poder causal de clase antagonista a las formas de consumo y propiedad burguesa en términos generales. También felicitaciones por ser la única que se le atrevió a mi libro y lo hizo muy bien.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Texto de Apoyo y TP Unidad 3.B y 4.A (entrega 30/11)



TEXTO DE APOYO TEXTOS DE TARROW, OFFE, AMPARAN, LACLAU Y GOMEZ

Los textos de Offe y  Tarrow son dos de las contribuciones más influyentes para el estudio de los movimientos sociales en los países de capitalismo avanzado. En el caso de Offe tratando de explicar la especificidad de los “nuevos movimientos sociales” (NMS: feminismo, ecologismo, pacifismo, contracultura) de cara a la crisis del estado de bienestar keynesiano (EBK) y al sistema político basado en el dispositivo electoral y los partidos políticos electoralistas. Offe es el primero en conceptualizar de modo categórico procesos como la “mercantilización de la política” entendida como conquista del voto, y sus relaciones con la “politización de la economía” exigida por la colusión entre el EBK y los grandes monopolios privados. De manera diagonal los NMS buscan meter una cuña entre ambos procesos en tanto “politización de la sociedad civil” que se hace a expensas del estado y los partidos políticos y se opone a las consecuencias de la mercantilización y del imperio de los monopolios. Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. Orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).
"El poder en movimiento" es un texto clásico de la sociología contemporánea de los movimientos sociales. Muy influído por los trabajos históricos de Tilly, Tarrow intenta una sistematización del enfoque de la movilización de recursos. Comienza rescatando los aportes del marxismo: Marx por lo insoslayable del conflicto estructural; Lenin por el papel de la organización y su combate a las concepciones espontaneístas; y Gramsci por la necesidad de un marco de significados y sentidos que aglutinen, permitan pesuadir audiencias y sumarlas a la lucha. Según el planteo de Tarrow los movimientos sociales son formaciones colectivas no convencionales que pretenden llevar adelante luchas mediante la movilización de recursos externos preexistentes y mediante la movilización del consenso de sectores amplios de la población hacia determinadas demandas de transformación.
Este patrón de movilización social y cognitivo da lugar a lo que se llama repertorio modular de la acción colectiva en la modernidad (petición pública, general, indirecta, interpelando sectores sociales o estados y no personas, boicots, petitorios, mitines, barricadas) que se diferencia claramente del repertorio convencional premoderno (motines de granos, la petición privada, revueltas campesinas, religiosas, etc.).
Uno de los aportes más importantes es el Cap. 6 sobre los elementos analíticos de la acción colectiva desafiante. Estos se pueden ordenar por pares que entran en relaciones contradictorias entre sí lo que le da al análisis un interesante dinamismo.
El primer elemento es el desafío: toda acción no convencional de carácter contencioso tiene la pretensión de desafiar a los poderes superiores. Estas acciones ponen en cuestión de maneras más o menos indirectas dicho poder.
Para inquietar al poder se usan dosis no de violencia directa sino de amenaza o insinuación de violencia que podría generalizarse. Este tipo de violencia gestual es un arte de manejo difícil que busca no dejar pretextos para la represión y que busca sobre todo preservar la llegada del mensaje de los movilizados a otros sectores sociales más amplios.
Pero para ello deben arriesgar otro elemento importante de los movimientos: la solidaridad. Si los desafíos son muy manifiestos, los públicos que deben ser conquistados (“movilizar el consenso”) para fortalecer la lucha pueden retraerse o colocarse en contra de los movilizados. Sin solidaridades masivas los movimientos tienden a ser derrotados. El leit motive de los movimientos sociales es conseguir la movilización del consenso. Para ello la administración homoeopática de la violencia y los gestos de amenaza y generalización en la movilización, debe producir un efecto fundamental para el éxito: la incertidumbre. Las formas esquivas, indirectas de administración del desafío y la violencia constituyen “formas disruptivas” mediante las cuales las elites quedan maniatadas: todo lo que hagan es peor; si reprimen es peor y si negocian también es peor. Los efectos disruptivos son perseguidos a través de unas tácticas de innovación en los repertorios, se toma un repertorio ya lo suficientemente aceptado como para que no sea aislable y reprimible y se le hacen modificaciones de las que se espera aumente su potencial desafiante y surjan los efectos de incertidumbre.  Todo movimiento social debe enfrentar los dilemas de la acción colectiva: si quiere generar incertidumbre, amenazar con ampliar apoyos, con radicalizar sus capacidades de perturbación del orden público, suscitar amplia solidaridad y aislar a los oponentes, extender en el tiempo y el espacio la confrontación, etc. debe sacrificar en medidas exactas el recurso a los repertorios convencionales de lucha, evitar elevar los niveles de desafío que pongan en riesgo los niveles de solidaridad y cohesión alcanzados, innovar e introducir elementos disruptivos sin generar deserciones ni desconfianza, etc. Mahatma Gandhi y Martin Luther King han sido los maestros precursores de este tipo de lucha que tiñe hoy día al conjunto de los movimientos sociales. Otro autor, Cohen, ha denominado “principio del radicalismo autolimitante” a este tipo de posturas estratégicas que incluso pueden verse también en las luchas del zapatismo mexicano.
La incerteza acerca si el apoyo que la sociedad brinda al movimiento es alta o baja, de si las elites son capaces o no de reprimir y si reprimen la violencia y la movilización serán mayores, y si no reprimen y negocian el movimiento crecerá, etc. es el alimento político que hace crecer los movimientos. Esto es importante, porque ningún movimiento social busca una victoria mediante un acontecimiento decisivo de rendición de sus oponentes, sino una lucha de desgaste donde el éxito en alcanzar las reivindicaciones “cae de maduro” en algún momento por la movilización del consenso.
Otro patrón específico de la dinámica de lucha mediante la acción colectiva disruptiva es evitar la polarización del conflicto y el aislamiento. Un conflicto muy agudo que no permita movilizar consensos más amplios tiende a hacer valer los mayores recursos de poder de los dominantes. Si se pierde la potencial solidaridad de conjuntos sociales amplios con los movilizados, estos llevarán las de perder. La radicalización y la violencia suelen conllevar estos riesgos: aislamiento  y predecibilidad que impide alcanzar el efecto de incertidumbre.
Finalmente, es necesario entender esta dinámica para caracterizar los ciclos de protesta: los movimientos suelen activarse y desactivarse cíclicamente y masivamente. El fenómeno de superposición de movilización/desmovilización de grupos que no tienen mucho que ver entre sí (ciclo ascendente/ descendente) obedece a que las movilizaciones de unos grupos pueden generar oportunidades favorables para otros grupos. La multiplicidad de movilizaciones tiene un típico efecto de indertidumbre. Pero al mismo tiempo que las movilizaciones se multiplican y repiten, agotando su arsenal innovador, se van convencionalizando y con ello va reduciéndose su potencial disruptivo, por lo que sus efectos son decrecientes. Cuando ello ocurre en algún momento comienza a desincentivarse la solidaridad o la capacidad de movilizar y el ciclo se revierte. En definitiva como en tantas otras cosas también el éxito de los movimientos que lleva a convencionalizar el repertorio de acción y generalizar la solidaridad, explica a la postre su ocaso.
Por último, pero no menos importante, el texto de Amparán ofrece una versión sucinta de uno de los desarrollos más sofisticados de la teoría de la acción colectiva como “movilización del consenso”: la teoría de los marcos interpretativos.
El Marco es el conjunto de creencias y significados orientados a la acción y alude al papel de elementos culturales e ideológicos en los fenómenos de transformación de la acción colectiva a movimiento social. Es decir, a qué elementos de los sistemas cognitivos y culturales apelan los movilizados para conquistar el consenso de audiencias y públicos masivos y movilizarlo. El análisis de procesos de enmarcado entonces apunta a la lucha en torno a la definición de problemas, soluciones y acciones estratégicas que proponen los movimientos con el cual buscan “persuadir” o moldear las formas de percepción social sobre determinados asuntos.
Las funciones de los enmarcados que proponen los MS son: a) puntualizan, señalan, ordenan, captan, descifran; b) atribuyen, imputan, acentúan, direccionan, conciben salidas o metas; c) articulan, unifican acciones y experiencias. Es decir condensan y simplifican “el mundo que está ahí”.
Los movilizados pugnan por el “Alineamiento de Marcos” con los grupos, o audiencias que les interesan conquistar. El alineamiento son los esfuerzos de acercar, sintonizar o poner en correspondencia y congruencia ideas, valores, creencias, intereses, definiciones de situación de los MS y sus impulsores con los de un grupo o conjunto de individuos “potenciales” militantes, simpatizantes o apoyos.
Hay 4 procesos de alineamiento de acuerdo a la distancia inicial entre los marcos de los movilizados y los marcos de los destinatarios.
a)      Puente: enlaces o conexiones entre dos marcos altamente congruentes pero hasta ese momento separados. Apela a un inmediato compartir de injusticias o agravios. Sensibilización y reacción inmediata que permite métodos de difusión masivos y con elevado anonimato: redes, correo, firmas, listas.
b)      Amplificación: resaltar o sobrecargar importancia de valores o creencias ya instaladas. Alterar jerarquías o prioridades de públicos destinatarios: - de valores (olvidados, o reprimidos). Persigue la concientización; - de creencias claves interpeladas mediante slogans: de gravedad, de causalidad, de estereotipos de adversarios, de posibilidad de cambio, de necesidad y conveniencia de la movilización de protesta. Persiguen “optimismo” y “esquematización” o “sencillez” de comprensión.
c)      Extensión: cuando hay desacople o distancia entre los movimientos y los públicos destinatarios, nuevos públicos a los que se quiere sumar, etc. se apela a ideas, intereses, motivos secundarios para el movimiento pero importantes para los potenciales adherentes. Introduce temas “gancho”.
d)     Transformación: cambio o resignificación, innovación cognitiva, relectura y reinterpretación de la realidad. Sobre todo superar el paso de “lo aceptado como normal” al “rechazo por injusticia”. Atribuciones causales, culpables, enemigos.
Todas estas operaciones de alineamiento se hacen en torno a tres tipos de contenidos de los marcos.
a)Diagnóstico: define problema, injusticia, agravio;
b) Pronóstico: anticipa consecuencias favorables de la intervención;
c) Motivación: alicientes, esperanzas y satisfacciones, aliento a la acción, la protesta, la organización y la lucha.  Este último es muy importante y parte del principio de la insuficiencia de la justificación intelectual como única motivación para la acción, que incluso puede entorpecer si se aleja de los esquemas cognitivos del público.
A su vez, la eficacia de los Marcos se mide por la “resonancia” que alude a la receptividad y apropiación de los destinatarios. Depende de tres factores.
a) Credibilidad empírica (evidencia y argumentación accesible);
b) Conmensurabilidad de la experiencia (depende a su vez del grado de afectación o lejanía con los problemas definidos);
c) Fidelidad narrativa a una herencia cultural compartida. En este punto se ve la importancia gramsciana del sentido común, tradiciones, folclore, creencias y sentir populares.

En mi texto (Artículo Gómez Enmarcamientos clasistas de la protesta) Uds. pueden ver un repaso histórico de las formas de enmarcar la protesta social desde la década del ’90 hasta el conflicto con el campo. Aquí lo que se ve es el contrapunto entre los enmarcamientos propuestos por los medios de comunicación y los que van ensayando los movimientos de bases populares. “Estallidos sociales”/”puebladas”; “piqueteros”/”desocupados”; “clientelismo”/”organización”; e incluso “piqueteros”/”cartoneros”, etc. van desfilando en una dialectica que muchas veces hace concesiones simbólicas y préstamos: el caso de los piqueteros es típico ya que es una identidad atribuida por los medios de comunicación que es retomada e intenta ser resignificada por los medios. Es importante el eje fundamental de todos los enmarcamientos que procuran establecer los medios masivos: la privación de agencia de las clases populares, especialmente de capacidad de agencia política. Las clases populares son investidas de legitimidad en tanto sujetos de necesidad, y en algunos casos de derecho, pero nunca como sujetos de voluntad política. Siempre tienen que aparecer como manipulados, engañados, sojuzgados, cautivos, etc. Siempre tiene que crearse el espacio simbólico para que alguien los ilustre, los libere, los redima, etc.


Finalmente, el último de nuestros temas es la relación entre clase y movimientos sociales. El texto clásico de Touraine es fundante de la ruptura entre ambos conceptos. Claramente en Touraine, los NMS fungen de concepto alternativo al de clase para explicar el cambio social. Si bien no descarta la categoría clase, el capitalismo posindustrial no las tiene como actores transformadores. Son los movimientos sociales con su intento de transformar los sistemas de acción históricos a partir de la dimensión cultural y de valores, los genuinos agentes colectivos dinámicos. Las clases, en tanto encarnan intereses puramente distributivos dejan de tener la gravitación central. El clivaje del capitalismo avanzado sería tecnoburocracia vs. NMS.
Otras posturas contrarias a la de Touraine pueden verse en Galafassi, Millán y Tischler. Para los primeros hay que olvidarse de los NMS como concepto de la sociología burguesa y volver resueltamente a los tópicos clasistas. En Tischeler se da un intento de articular clase y movimiento. El artículo de Carlos Vilas es muy interesante ya que problematiza el papel de las clases y señala el carácter multiclasista de los fenómenos de movilización con efectos transformadores o eficacia histórica.
Sin dudas E. Laclau es quien desde el posmarxismo ha contribuido a relativizar más la vigencia o eficacia histórica y política del concepto de clase. El planteo es sencillo: el antagonismo está producido exclusivamente por el discurso, no hay condicionantes materiales del mismo. Entre obreros y capitalistas no hay nada en la relación salarial que fuerce a los obreros a sentirse explotados. Las estructuras son ajenas al antagonismo. Es la forma en que los obreros entienden o construyen sentido la que determina el antagonismo: el discurso puede definir que es la voluntad de dios, que es la mezquindad del patrón, que igual se está mejor que en la tierra natal, que es un mecanismo capitalista, que es el merecimiento de acuerdo a la educación, etc. etc. Solo el discurso es antagónico, no las estructuras. Laclau propone un esquema de construcción de antagonismo en su teoría del populismo: el pueblo es la tensión entre la lógica de la equivalencia (todos los que están excluidos o son víctimas de un mismo poder, aunque sean muy distintos entre sí: típico “el piquete y cacerola la lucha es una sola” del año 2001/2002, y pensar que hoy muchos votan a Macri) y la lógica de la diferencia (cada demanda se aisla de las demás en busca de una respuesta satisfactoria puntual en las instituciones). Cuando predomina la primera se gesta el pueblo que antagoniza con lo que lo excluye (la oligarquía, los banqueros, el antipueblo, los cipayos, etc.), en la segunda el pueblo tiende a ser reabsorbido por el sistema político. Esta claro que la lógica de la equivalencia tiende a desbordar determinaciones de clase. El populismo es posclasista. En un artículo crítico a Laclau, observo que no es fácil sostener el principio de la exclusividad discursiva: los actos, las acciones y sus consecuencias si bien son asumidas mediante el discurso, también es cierto que algunas acciones lo problematizan, “dejan sin palabras”, obligan a replantear el discurso o los medios para entender una situación, es decir los discursos cambian y no se cambian a sí mismos y por sí mismos de una manera habermasiana argumental ni de una manera pragmática emocional, son los actos o hechos (masacres, desgracias, abusos, latrocinios, etc.) los que a veces obligan a replantear las palabras que los nombran. Por eso en el trabajo de Uds. tienen que extremar la sensibilidad a las palabras, el léxico utilizado por los actores movilizados, y su relación con determinados hechos o actos que se consideran motivadores o “bisagras” en el proceso de movilización.
En mi trabajo del Regreso de las clases, Cap. IV van a encontrar una serie de conceptos que intentan suministrar una clave clasista de la movilización. En principio hay que partir de una convención semántica fundamental: clase se opone a estamento, casta, etc. no a movimiento y movimiento se opone a partido, sindicato, etc. y no a clase. Clase y movimiento no son opuestos, no son lo mismo pero pertenecen a campos semánticos distintos y por tanto no necesariamente son incompatibles. Por tanto, se necesitan conceptos que permitan iluminar la contingencia de la relación entre ambos.
A partir de la idea de que clase no puede ser un concepto estático sino dinámico, es decir, que básicamente encarna la lucha colectiva y la movilidad individual, entonces la acción colectiva encuentra un nicho privilegiado. El recurso a la colectivización y el desafío es algo propio de cualquier sistema clasista. Las formas en  que la colectivización está clasistamente condicionada son múltiples: el feminismo tiene, a lo largo de su historia y sus matices, fuertes tintes clasistas. No es lo mismo la demanda de las aristócratas para votar a fines del siglo pasado que la demanda de iguales salarios a los hombres de las obreras textiles de Chicago. Uno de los episodios menos conocidos de la revolución rusa es la huelga de mujeres trabajadores textiles el 23/2/17, en contra del Soviet de Petrogrado, para poder festejar el día de la mujer.
Las luchas ambientalistas tienen también cortes clasistas: desde el conservacionismo de raíz aristocrática hasta la ecología popular. En todos los casos las demandas pueden estar alejadas de las condiciones de vida material o el proceso de trabajo, pero no por ello no estar clasistamente condicionadas. Las demandas ambientales intentan frenar costos intergeneracionales que van a ser insoportables para los más vulnerables en las futuras generaciones, además de tratar de impedir la expoliación de bienes comunes en beneficio de unos pocos. Los movimientos de derechos humanos intentan preservar de los costos de la represión y la censura con la que se amenaza todo proceso de colectivización y lucha. Es decir, el movimiento de derechos humanos de alguna manera ampara a todos los movimientos al hacer más dificil o legítimo el uso de la violencia represiva o la censura.
También es necesario ver en cada proceso de movilización qué poderes causales clasistas son activados, afectados, amenazados, puestos en juego: la propiedad económica, la educación, la cultura y el capital simbólico, el capital social o político, los poderes burocráticos u organizacionales.  En qué medida los movilizados buscan a través de la lucha colectiva algunos o varios de estos tipos de capital o poder causal es una buena pregunta orientadora.
La pregunta que hay que hacerse para entender la movilización de manera clasista es qué tipo de atributos relacionales de bienes estratégicos están siendo considerados amenazantes para la vida material en tanto que maximizan explotaciones, opresiones y subordinaciones. O, lo que es equivalente, aumentan las asimetrías en la participación en los frutos del trabajo común, reducen la reciprocidad entre los actores (los actores débiles pierden capacidad de condicionar a los fuertes o estos maximizan esta capacidad) o aumentan su dependencia hacia los fuertes. Las leyes discriminatorias por género o raza aumentan las asimetrías salariales y de empleo y reducen las posibilidades de organización colectiva. Incluso el pacifismo de los años 70 y 80 tiene fuertes componentes materiales: los jóvenes pierden oportunidades de inserción laboral mientras están en el frente, se desvalorizan sus credenciales educativas, los ex combatientes tienen tasas más altas de desocupación y más bajas de terminalidad educativa, etc. Por ello, entre otras cosas, el movimiento estalló en las grandes universidades americanas: el perjuicio a las carreras de los futuros profesionales era importante. Por eso en los casos que Uds. estudien tienen que estar atentos a las opresiones, explotaciones, subordinaciones, asimetrías, reciprocidades, y dependencias de los involucrados en el movimiento. La definición de los antagonistas (qué poderes se enfrentan los movilizados) y las relaciones de la lucha emprendida con la vida material de las personas debe poder llevarnos más allá del mero discurso atado al carácter universalista de las reivindicaciones que sin dudas es el defecto de los planteos de Touraine, Melucci y los enfoques europeos en general.


TRABAJO PRACTICO

Elija por lo menos dos textos y conteste en posteos separados indicando el Autor.

TEXTO OFFE: Elija una de estas consignas. 1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina ¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la “desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva ciudadanización” de la clase obrera?
2) ¿Coincide el marco valorativo de los NMS con los nuestros? escasez-interés-distribución VS identidad-alienación-autonomía.
3) Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales, institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros, Fabricas Recuperadas y Asambleas.
4) Offe detalla dos tipos de respuestas estratégicas del Estado a los Movimientos: vaciamiento y cooptación. Analice según esto el caso argentino.

TEXTO TARROW
Elija una.
a) ¿Cómo puede analizarse la relación entre desafío, solidaridad e incertidumbre en el movimiento piquetero?
b) ¿Cómo analizaría el elemento disruptivo y el papel de la violencia en las acciones de los sectores agrarios en el conflicto por las retenciones móviles del 2008?
c) ¿Cómo analizar el "escrache" a los políticos y funcionarios que se generalizó durante el año 2002 según el esquema de Tarrow?
d) En su tema de monografía ¿cómo podrían pensarse las cuestiones de convención/desafío/disrupción/ incertidumbre?

AMPARAN
Elija una.
a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.
b) Seleccione un Mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.
c) La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural. Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice cómo han logrado cada una de estas tres cosas.

d) En su tema de monografía cómo podrían analizarse los discursos, slógans y consignas de los movimientos desde el punto de vista de la teoría de los marcos.

LACLAU

a) Ensaye alguna hipótesis acerca de cómo se comporta la lógica de la equivalencia y la lógica de la diferencia en el caso del movimiento o proceso de movilización que está analizando para su monografía final

b) Proponga algún ejemplo de relación entre discurso y acción en la gestación de un antagonismo.

GOMEZ

a) En su tema de monografía, intente caracterizar los elementos de explotación, opresión o subordinación que puedan estar jugando entre los actores movilizados.

b) En su tema de monografía, intente caracterizar los elementos de asimetría, reciprocidad y dependencia, involucrados en el proceso de movilización y de definición del antagonismo.

c) ¿Qué tipos de capital o poder causal clasista están siendo activados en los procesos de movilización y colectivización que está estudiando para su monografía?

lunes, 7 de septiembre de 2015

Texto de apoyo Unidad 3 Parte A

Comenzamos en esta unidad con una serie de textos centrales para el pensamiento contemporáneao sobre las clases, que pueden brindar diversas herramientas conceptuales para analizar los procesos de movilización y lucha y se sugiere que sean tenidos en cuenta para el diseño y el análisis de los casos que Uds. van a abordar en sus trabajos finales.

Los textos de Giddens y Crompton señalan el conjunto de limitaciones con que se topan los planteos clásicos herederos de Weber y Marx en la evolución de los capitalismos avanzados, sobre todo a partir de los años ’60. En mi texto "Las muertes del concepto de clase" (Gomez, 2014) se resumen los factores epistemológicos, filosóficos e históricos que atentan contra la vigencia y vitalidad del análisis de clases. Las tendencias a la despolarización de la estructura de clases, el crecimiento de los sectores de servicios y del trabajo no manual, el abandono del trabajo como fuente de identidad y de pertenencia colectiva, las orientaciones culturales consumistas e individualistas, la incidencia de diferenciaciones raciales y de género, el surgimiento de actores políticos transclasistas (ecologistas, pacifistas), el desclasamiento del voto (apoyo electoral de clases obreras a conservadores), etc. pueden resumirse en tres grandes procesos que debilitan el análisis de clase: el “pos industrialismo”, el “pos fordismo” y el “pos modernismo”.

El esquema giddensiano que apela a los procesos de estructuración de clase puede decirse que constituyeron el último gran esfuerzo de enfrentar estos problemas con las herramientas legadas por los clásicos. La solución de Giddens es simplemente pensar las clases como capas de determinaciones sociales que empiezan por el mercado de trabajo (estructura de clase), siguen en los factores comunitarios y demográficos (formación de clase) y terminan en aspectos de status y prestigio, sentidos de pertenencia e identidad (conciencia de clase), desde los cuales se podría entender el papel de la lucha de clases. Giddens hace un verdadero melting pot que mezcla todo y así multiplica las dificultades más que subsanarlas.
Los enfoques contemporáneos que parten de Olin Wright y Bourdieu (ambos tienen antecedentes en Poulantzas el primero y en Norbert Elías el segundo) comienzan a modificar o abandonar de manera ostensible los parámetros de la tradición marxiana y weberiana y en este sentido podría decirse que inauguran una etapa posclásica.

O. Wright avanza en un modelo de determinación global que categoriza las relaciones entre estructuras económicas y políticas con la lucha de clases. Podríamos decir que los aportes sustantivos a este respecto son dos: 1) lejos de la tradición clásica, la lucha de clases no se deriva del mercado o las relaciones de producción, sino que establece una serie de relaciones de limitación y transformación. La lucha de clases no permanece como efecto exterior a la estructura sino que es la forma misma del proceso de transformación de la estructura. El “secretillo” del esquema de O. Wright es que si la estructura económica puede establecer un límite de compatibilidad funcional a otras estructuras, no puede establecerlo sobre la lucha de clases. La lucha de clases está limitada por las estructuras pero solo en términos de lo que no puede ocurrir, lo que no es posible, siendo “libre” frente a las estructuras, es decir puede transformarlas.  Las estructuras sin dudas introducen limitaciones a la lucha de clases pero no al punto de que la lucha de clases no pueda incidir sobre las mismas estructuras que la limitan. En este planteo la lucha de clases recupera un poder transformador sobre las estructuras que dejan de ser las tiranas teóricas del enfoque clasista.
2) Además las relaciones de limitación (que en los planteos clásicos era la única reconocida) entran en no correspondencia con los de reproducción. Una estructura económica puede establecer límites de variabilidad a las estructuras políticas y la lucha de clases pero ello no garantiza que las intervenciones políticas y la lucha de clases asuman un papel no reproductivo y de mediación o transformación de las mismas estructuras.

El otro de los aportes rupturistas en lo teórico de este autor es la idea extraordinaria de que las clases medias tienen posiciones estructuralmente ambiguas o contradictorias pero no por ello dejan de ser clases. Las clases medias no pertenecen a un modo sino que cruzan dos modos de producción: el mercantil simple y el capitalista.  Asimismo es importante el análisis de los tres procesos contemporáneos que inciden en los procesos de establecer fronteras de clase entre las clases medias: la pérdida de control en el proceso de trabajo, la diferenciación de funciones del capital entre propiedad y gestión, y las jerarquías de autoridad y las formas de control técnico impersonal.

También es novedoso el planteo de diferenciar interés de clase y capacidades de clase (estructurales y organizativas), abriendo conceptualmente la cuestión del proceso de formación de clase que, a su vez, es objeto mismo de la lucha de clases. Es decir, siembra las bases de la politización y deseconomización de la lucha de clases: las mismas  capacidades de clase no son derivaciones directas de la posición económica de clase sino que son objeto y producto  de la lucha de clase misma.
También es importante la discusión sobre el concepto de explotación, que es un tradicional pilar de las teorías clásicas. Aquí se ve algo poco señalado: la explotación supone niveles de dependencia recíproca entre explotador y explotado, a diferencia de las relaciones de opresión. Es clásico el planteo de Wright en tanto que clase se sigue refiriendo a relaciones de explotación y no de opresión pero, no obstante, las relaciones de dominación de clase (regulan el nivel de esta interdependencia o reciprocidad) son importantes aunque subordinadas a la explotación.

También son aportes muy sugestivos la manera de caracterizar el poder de clase como en tres dimensiones situacional, institucional o sistémico.  Sintéticamente el primero es el poder de dar órdenes a los actores para que actúen de determinada manera (poder positivo), el segundo es el poder de excluir o quitar de la agenda, de la consideración, determinadas acciones (poder negativo) y el tercero es lograr que las reglas de juego que destribuyen posibilidades de ejercer los otros dos tipos de poder sean sesgadas a favor de la propia clase. Este tipo de poder sistémico es en cierto punto invisible y controla lo que es pensable políticamente para las posiciones de clase subordinadas. Las luchas de clase siempre son tridimensionales y afectan estas tres dimensiones con dominancias cambiantes: hay una lucha liberal/ “progresista”/”populista”  el poder positivo, una lucha reformista/conservadora por el poder institucional y una revolucionaria/reaccionaria por el poder sistémico.
No es menos novedoso el planteo de P. Bourdieu en el Cap. 2 de ese clásico de la sociología de la cultura que es La Distinción. Allí se establecen con gran fuerza los conceptos analíticos del “espacio social”, es decir, el locus sobre el que se hacen inteligibles las clases sociales. En este capítulo Bourdieu desarrolla una teoría de las clases sociales sobre las nociones de habitus, campo y especies de capital que intenta superar las limitaciones metodológicas y analíticas de los planteos empiristas, marxistas, etc. El procedimiento constructivo adoptado asume la forma de una topografía móvil o de mapa dinámico en el que se intersectan los planos sincrónicos estucturales y diacrónicos tendenciales.

La problemática de las clases es definida como aquella búsqueda de explicación de distribuciones de bienes y prácticas, aclarando dos cosas: a) que los  bienes no son objetividades dadas sino que se inscriben en usos sociales asociados a estilos de vida, donde los productos son también productos de las disposiciones de los agentes (formas de percepción, acción y apreciación) ; y b) las prácticas no son puras elecciones voluntarias y concientes indeterminadas sino que deben ser comprendidas no como simples efectos mecánicos de la posesión de capital objetivado social y económico, sino también como estructuradas a través de habitus (capital incorporado) y en relación a las fuerzas y tensiones que atraviesan los campos específicos en donde se ponen en juego. No solamente las condiciones homogéneas de existencia, sino también las disposiciones incorporadas en los agentes explican la similitud de prácticas.  Además, los mecanismos de acceso a las posiciones de clase seleccionan en múltiples formas visibles o enmascaradas según criterios de evaluación de disposiciones muchas veces “secundarias” . La dialéctica entre la posesión y la disposición es el dispositivo teórico mediante el cual Bourdieu intenta develar la eficacia “objetiva” de las clases sociales.
La causalidad propia de la determinación clasista asume una forma “estructural” y no “lineal” que obliga a indagar cómo cada factor (edad, sexo, residencia, etc.) y tipo de capital es mediado por los otros.  Así Bourdieu presenta un espacio social de constitución de clases, construido en dos dimensiones de tres series: volumen, estructura (composición por tipo) y evolución del capital; y capital económico, social y cultural. Estos espacios ofrecen relaciones variables de congruencia y simetría. Desde grupos que comparten altos volúmenes de todos los tipos de capital y son fundamentalmente estables en su composición y permanencia futura, y otros grupos que ofrecen disparidades notables y fuertes inestabilidades. Diversas fracciones de la pequeño burguesía son ejemplos de estos últimos. La evidencia empírica muestra que dentro de diversas clases y fracciones existe una relación inversa entre capital económico y capital escolar y cultural. Las burguesía en sus fracciones superiores se independiza de las exigencias de la adquisición de capital cultural, y en cambio la pequeña burguesía y los profesionales depositan en él su esperanza de sostenimiento y ascenso social.

La contribución más rica del texto es la que analiza las trayectorias, el dinamismo de los campos considerados y las estrategias de los agentes. Todos los grupos tienden a una doble  lucha: para mantener y acrecentar el valor de la especie mayoritaria de capital propio, y por la prevalencia de los criterios de valorización más favorables a ellos en cada campo.  Este es un cuarto tipo de capital: el capital simbólico que viene anexo a todas las otras formas de capital.  Hay que luchar por la distribución de cada forma de capital y también por la vigencia, el reconocimiento por parte del resto de los agentes y la legitimidad del propio valor del capital apropiado.
Una de las estrategias de los agentes es la movilidad de capital que puede ser vertical cuando es ascenso/descenso dentro del mismo tipo de capital. Pero las más interesantes son  las que implican un desplazamiento transversal, es decir, entre campos distintos que obliga a establecer una reconversión de valor entre el capital poseído y el capital que se adquiere con él. Es en este sentido que juega la idea de “inversión” como apuesta a un juego de valorizaciones. A ello lo llama procesos de “conversión” y son cruciales a la hora de entender las luchas en el espacio social: los agentes tienen estrategias de “apuesta” a ganar espacios en diversos campos mediante la conversión de un tipo de capital en otro.

En este esquema explicativo, el autor estudia uno de los fenómenos más interesantes del campo cultural: la superproducción de títulos, la democratización de la enseñanza superior y la devaluación del capital cultural escolarizado.
Las estrategias de aumento del capital escolar, aumentando la inversión económica de las familias en educación, chocan con el efecto de pérdida de valor de mercado de los mismos títulos alcanzados. Bourdieu describe el efecto de alodoxia como un autoengaño que retrasa la percepción real del valor objetivo de los títulos, ya que los habitus incorporados siguen aplicando formas de apreciación ancladas en su tiempo de adquisición y no en la situación de mercado actual. Es por ello que la expansión de la distribución de capital cultural escolar se acompaña de una “generación engañada” que no puede alcanzar las expectativas prometidas asociadas a su inversión en esta especie de capital, dando lugar a procesos de desclasamiento o al riesgo de de desviarse por debajo de las trayectorias esperadas. Los sectores de la pequeño burguesía son particularmente sensibles a estas amenazas y ante ellas ponen en práctica estrategias de movilización no solo de su capital social, sino también de búsquedas de posiciones accesibles y acomodamientos que redefinen profesiones y puestos de trabajo. Así, los campos laborales más nuevos, más dipersos y menos codificados dan oportunidades a una gama variada y flexible de empleos semiburgueses vinculados a los servicios personales, medios de comunicación, entretenimiento, cultura y a todas las formas novedosas de ejercicio de la dominación suave y la integración simbólica de las clases subordinadas.

Los procesos de devaluación de títulos generalmente adoptan la forma invisible e insensible y suave que maximiza el efecto de alodoxia multiplicando los errores de apreciación que no tardan en convertirse en crisis personales. Las transformaciones del campo escolar apelan a tres mecanismos de filtrado de las estrategias de ascenso de estos sectores: eliminación suave o rezago progresivo, relegamiento a circuitos educativos explícitamente desvalorizados, y devaluación del valor del título. Si todo esto no fuera suficiente siempre quedan los mecanismos de exclusión, discriminación, selección, cupos, patronazgo, etc. con el que  se preservan espacios y monopolios de oportunidades.
Las estrategias de los grupos y las respuestas de los que disputan con ellos van generando efectos de deformación de la estructura o de traslación de estructuras por la cual las distancias jerárquicas entre posiciones se mantienen no a pesar, sino justamente en virtud de los cambios en las acciones y disposiciones de los grupos. Las propiedades ordinales de los campos se conservan mediante cambios en sus propiedades cardinales (posicionales), concluirá Bourdieu que, sin embargo, termina alentando expectativas de cambios estructurales por los efectos de una crisis de frustración de expectativas generalizadas.

El indudable defecto de la gigantesca contribución de Bourdieu es su omisión a la lucha y el conflicto. Si bien él las considera conceptualmente en la dimensión analítica de la “historia” del campo en particular, en sus investigaciones empíricas brillan por su ausencia y los campos aparecen como espacios sociales rígidos y carentes de tensión. No obstante, los conceptos de Bourdieu son casi insustituibles a la hora de pensar un análisis de la lucha desde una perspectiva clasista.
Por último tenemos los textos de Gouldner y Goldthorpe como dos de los principales teóricos de la emergencia de la clase media.  El primero tributario de las teorías del posindustrialismo y la tecnoestructura directamente tiende a considerar a las clases medias como los verdaderos soportes de la sociedad contemporánea y en fuerte disputa con las viejas clases propietarias. Aunque en muchos sentidos este planteo haya envejecido notablemente (la concentración de ingresos y propiedad en el capitalismo global actual refuta claramente sus análisis) no deja de llamar a la reflexión algunos de sus señalamientos históricos. Considero que el Codigo de Discurso Crítico sigue siendo un lenguaje  universal de las clases medias basadas en el saber y la competencia técnica y humanística.  Además también tiene considerable asidero histórico que el papel de las clases medias en los procesos de cambio social ha sido siempre importante.

Goldthorpe es un analista de la estructura de clases en el primer mundo y sus hallazgos empíricos hacia finales de los ’80 llevaron a posar la atención en el fenómeno llamado de las “clases de servicios” caracterizadas por evadir algunas de los rasgos propios de las relaciones laborales de asalariados. A la manera de una “incrustación” estamental en el medio de las organizaciones corporativas económicas más modernas, las clases de servicios (gerentes, desarrolladores, técnicos expertos,  etc.) se caracterizan por elevados grados de autonomía en el trabajo, fuertes identidades y sentidos de pertenencia profesionales, bajo compromiso con las organizaciones, son beneficiarios de relaciones de confianza por parte de los propietarios y accionistas, y también tienen expectativas de seguridad y estímulos diferenciales o expectativas de “privilegios” prospectivos (carrera profesional o ejecutiva, muchas veces honorarios en vez de salario, etc.). Los señalamientos de que estos sectores tienen un amplio reclutamiento de origen popular (merced a la inversión en capital y credenciales educativas) y que podrían ser la base de cuestionamientos al sistema, sostener orientaciones contraculturales y conductas de radicalismo político, no dejan de ser interesantes ya que hay suficientes estudios que localizan la presencia de este tipo de agentes sociales en los movimientos sociales ecologistas, pacificistas, contraculturales, feministas, etc.

ULTIMAS DEVOLUCIONES TEMAS MONOGRAFÍAS



Devolución Nov.


Emiliano kolkowski sobre los movimientos sociales ante demandas insatisfechas por la reciente sanción de la Ley de reproducción médicamente asistida. Las preguntas son generales pero muy claras y orientadoras. Es excelente el señalamiento de explorar las asimetrías entre los actores involucrados y el componente antagonista oculto bajo identidades de género y sexualidad. Es claro la definición como estudio de dos casos. También están bien planteados los antecedentes del tema y los ejes teóricos para el análisis en torno a la movilización de recursos y a la cuestión del antagonismo sexista y clasista. Las dudas que me quedan son: en qué medida estos dos movimientos tienen un componente desafiante y no solo de lobby como grupo de interés y como apoyo psicológico o anímico a las parejas que enfrentan esta problemática. La otra duda: no entiendo en qué afecta la redacción del art. 19 del nuevo código.
Saludos.
 


Devolución temas 7/9

Agustina Bogliano: es desde ya un tema pertinente el movimiento estudiantil secundario en Caba) de los últimos años. No me queda claro lo del “rol en la sociedad argentina”. Falta focalizar más el tema: qué preguntas te hacés sobre esto, qué es lo que te gustaría saber, si te vas a concentrar en las motivaciones que han guiado a los estudiantes de los secundarios públicos desde ya que no puede ser abordada solamente a través de material periodístico, tendrías que basarte mucho más en entrevistas. Falta también qué categorías analíticas podés usar sin olvidar la dimensión clasista y redondear el tema.

Javier Nuñez: has avanzado mucho en la clarificación de la formulación y son muy interesantes las preguntas que te hacés acerca del movimiento de derechos humanos desde el 2003 en adelante. Comparar entre aquellos que se acercaron al oficialismo y los que no, los cambios en la identidad política de quienes participan en este movimiento, la pertenencia de clase, son todos temas interesantes. El tópico de la hegemonía tiene que ser visto en términos de lo que vamos a ver más adelante que es específico para el análisis de los mov. Sociales, la teoría de los marcos interepretativos. A qué te referís con el benjaminiano “ahora de cognoscibilidad” y faltaría también el planteo metodológico: fuentes, entrevistados, qué grupos u organismos de DDHH específicos.

lunes, 10 de agosto de 2015

Devolución TP 4



DEVOLUCION TP 4B

Son pocos los que han cumplido pero van las devoluciones.

1) Desde Milcíades Peña hasta hoy se ha discutido la cuestión de la clase obrera argentina y del peronismo como bonapartismo disciplinador de la clase obrera. ¿En qué medida las políticas sociales, las conquistas laborales y políticas, y los estilos de conducción del peronismo han significado para la clase obrera una traba en su proceso de formación de clase? Utilice las ideas de Przeworski.

Diego Bongianino plantea de manera excelente que las críticas de Przeworsky al concepto lenino kautskiano de clase, “dan por sobreentendido formas predeterminadas de ser y de sentir según las posiciones económicas”, y por tanto son inservibles para entender fenómenos como el peronismo. Es también certera la apreciación de  que el peronismo significó una forma de reorganizar las clases, es decir, una “lucha sobre las clases”. Otro elemento empírico importante es justamente que el carácter antiobrero del antiperonismo se mostró en intentar recuperar el control de las fábricas reprimiendo la actividad sindical demostrando que el peronismo había alterado las relaciones de dominación a nivel “celular” de los lugares de trabajo.
En el mismo sentido va Roberto Cassaglia que acusa a las visiones de Germani y Peña de invisibilizar del largo proceso de lucha de la clase obrera durante la “década infame” y la “elección racional” de ésta por apoyar al peronismo. Es excelente la crítica a Portantiero y Murmis: una clase obrera que llegaría ya formada o madura como para decidir racionalmente su adhesión a Perón, resaltando que la clase obrera es un efecto procesual y no una forma social predeterminada.

2) Un tema de discusión de la última década ha sido la pertenencia o no a la clase obrera de los movimientos territoriales de desocupados o pobres urbanos. ¿Qué respuesta imagina Ud. que darían…Dahrendorf o Parkin;?

Arturo García Fernández plantea desde Parkin la no posibilidad de integración, pero hay puntos confusos: “la clase obrera tradicional busca cerrar sus filas …a través de sistemas como el aprendizaje”, no creo que sea un cierre social por lo menos típicos de la clase obrera. Falta lectura del texto de Parkin. Son las protecciones contra la inmigración y la defensa de las categorías laborales en los convenios colectivos los cierres sociales típicos. Tambien es algo sorprendente plantear que el “oponente superior y altamente organizado” de la clase obrera sea el Estado y no el Capital o la burguesía. El cierre social frente a los desocupados o excluidos se ve mucho mas últimamente con el impuesto a las ganancias de la 4ta. Categoria. Durante la crisis, al contrario, la provisión de planes sociales no aumentaba la probabilidad de competencia en el mercado de trabajo y se financiaba con las retenciones a las exportaciones, ademas que los salarios mucho mas bajos no tributaban.  Es sumamente confuso el análisis sobre Dahrendorf, pero es correcto en centrarse en los intereses latentes comunes y si forman cuasigrupo. Observese que H Moyano que fue el primer dirigente importante en trabar alianzas y hasta planes de lucha comunes con los piqueteros, hoy es el más duro cuestionador de los planes “descansar”.
Carla Mansilla tambien busca ubicar la comunidad de intereses que movilizan a los cuasi-grupos de desocupados y obreros pero no termina de ser claro el análisis mas allá de algunas generalidades. ¿qué acerca y qué separa a unos y otros en términos de intereses? ¿los desocupados pertenecen a una organización funcional de roles como la empresa racional capitalista que define estos intereses? ¿si no es así, cómo definen esos intereses?. Es importante la referencia al estado y al cambio de las políticas públicas a partir del 2003 pero le faltó algo más de precisión a la idea.
Yamila Macias explica la pertenencia de los desocupados de acuerdo a las estrategia de cierre y usurpación. La organización y la acción colectiva destinadas a “usurpar” la distribución de recursos. Sin embargo, esto no contesta la pregunta sobre su identidad obrera o no. ¿La lucha por recursos públicos es equivalente a la lucha por salarios?. Hay que pensar de nuevo esto.

3) Durante la década kirchnerista han aparecido de manera arrolladora acciones colectivas desarrolladas por las "clases medias" (movilizaciones por la seguridad de Blúmberg, Conflicto por la resolución 125, y el 13 S, 8N y 18A) ¿con qué conceptos se puede ensayar vincular estos hechos? ¿Con la clase  managerial de Dahrendorf, con el intento de practicar un cierre social de Parkin o con la idea de la insustancialidad de las clases medias en el estructuralismo marxista destinadas a oscilar entre la clase obrera y el capital?
Javier Nuñez descarta a Dahrendorf y se propone analizar desde el concepto de cierre social o desde la perspectiva estructuralista de la ambigüedad oscilante de las clases medias. Pero no me termina de quedar claro sobre todo la cuestión de relacionar el fenómeno de las movilizaciones por la seguridad con el “cierre social” de clases medias. Falta acá puntualizar más el análisis.

lunes, 29 de junio de 2015

Texto de apoyo y TP 4

Trabajo Práctico Unidad 2 B  (entrega antes del inicio del próximo cuatrimestre)

Como texto de apoyo se puede utilizar el Cap. 1, pags. 58-79 Las teorías posclásicas de "El regreso de las clases".TEXTO APOYO UNIDAD 2 B

Poulantzas es quizás el primer posclásico, el primero en abandonar el canon marxista modelizado por Kautsky y Lenin en el mismo sentido: las clases como grupos formados a partir de las relaciones sociales de producción y por tanto como concepto derivado del de modo de producción. Es el primero en ubicar el concepto de clase en el campo de las relaciones sociales y de las prácticas antagónicas y no en el de las estructuras. Son los intereses y el poder los que rigen en el campo de las prácticas. Entender este punto es decisivo para Uds. las clases no son fenómenos estructurales, sino producto de las luchas. El concepto de 2ble articulación también es fundamental: la determinación en última instancia de las estructuras sobre las prácticas lo único que significa es que las estructuras ponen el límite a la incidencia de las prácticas sobre las mismas estructuras no solo económicas sino también políticas e ideológicas, las clases agrupan en tanto condensan los campos de prácticas económicas, políticas e ideológicos. A su vez las prácticas siempre están en relaciones de dominancia (una esfera marca el paso de las restantes en cada momento de la lucha) que pueden o no coincidir con la dominancia en la esfera de las estructuras. Ej: el predominio estructural de lo económico no evita que frente a la aristocracia la burguesía deber privilegiar la lucha política. Las luchas tienen una relación contingente respecto de las estructuras (fuerzas productivas/relaciones de propiedad) También es el primero en ver el nivel político cómo el más importante a la hora de “ver” las clases como prácticas de lucha. El concepto de “efectos pertinentes” y de “fuerza social diferenciada” son muy importantes.

Przeworsky es uno de los más importantes representantes del llamado marxismo analítico y este es un capítulo de un libro formidable. También ataca la modelización sobre todo kautskiana de la concepción marxista de las clases del “lugar vacío” determinado por el modo de producción que luego se llena de agentes. La noción de proletariado depende de una superposición contingente históricamente: trabajo manual en fábricas en pésimas condiciones de vida y trabajo.  Los empleados y las nuevas clases medias no manuales desestructuran todo el dispositivo.
También proclama los efectos enclasadores de la lucha tanto económica como política e ideológica. No hay clases objetivas antes de la lucha. Las luchas son siempre sobre clases y no entre clases ya formadas, la lucha es fundamentalmente sobre la posibilidad de formar clases y por los criterios para agrupar los agentes. Son efectos continuos para organizar la sociedad. Es interesante el papel de la clase media y su posible autonomía política e ideológica.

Dahrendof señala la discrepancia del capitalismo avanzado entre propiedad efectiva y control de la propiedad, es decir, el problema del gerenciamiento de la empresa: un grupo que tiene intereses propios relacionados con la empresa pero no necesariamente con sus dueños. También aboga por incluir las clases como productos del conflicto de intereses y poder y no como lugares objetivos.
Es importante retener la noción de intereses latentes atados a la distribución funcional de roles y autoridad y la lucha por el poder en asociaciones de dominación racional como las empresas. Las experiencias comunes y la acción organizada son formadoras de clase como la distribución estructural funcional de roles. La noción de cuasi grupo y de las condiciones técnicas, sociales y políticas de formación de clases brinda una guía metodológica interesante. El señalamiento que la apertura y la movilidad ascendente amenazan el proceso de formación de clases es también premonitorio.

Parkin también ataca el concepto de modo de producción y es el más radical en someter el concepto de clase a las prácticas de cierre y de usurpación sobre bienes estratégicos y no solamente económicos. Las prácticas de exclusión y de resistencia a ella son las esenciales para enclasar y desclasar. Así la propiedad o la educación son bienes monopolizables que fuerzan al resto a la explotación y la subordinación. No interesa la lógica económica sino la lógica de poder que otorga la detentación de determinados bienes: es decir sus virtudes en cuanto permite la exclusión de otros.

En definitiva, estos grandes teóricos posmarxistas y posweberianos tienden a sociologizar la clase y al mismo tiempo tienden a encontrar el papel de las prácticas de lucha y antagonismo como centrales para entenderlas. Seguramente muchos de sus conceptos pueden ayudarlos con los análisis de los temas que proponen para el trabajo final.

TP 4

Elija una y solo una.


1) Desde Milcíades Peña hasta hoy se ha discutido la cuestión de la clase obrera argentina y del peronismo como bonapartismo disciplinador de la clase obrera. ¿En qué medida las políticas sociales, las conquistas laborales y políticas, y los estilos de conducción del peronismo han significado para la clase obrera una traba en su proceso de formación de clase? Utilice las ideas de Przeworski.

2) Un tema de discusión de la última década ha sido la pertenencia o no a la clase obrera de los movimientos territoriales de desocupados o pobres urbanos. ¿Qué respuesta imagina Ud. que darían…Dahrendorf o Parkin;?

3) Durante la década kirchnerista han aparecido de manera arrolladora acciones colectivas desarrolladas por las "clases medias" (movilizaciones por la seguridad de Blúmberg, Conflicto por la resolución 125, y el 13 S, 8N y 18A) ¿con qué conceptos se puede ensayar vincular estos hechos? ¿Con la clase  managerial de Dahrendorf, con el intento de practicar un cierre social de Parkin o con la idea de la insustancialidad de las clases medias en el estructuralismo marxista destinadas a oscilar entre la clase obrera y el capital?

Devolución TP 3

DEVOLUCION TP UNIDAD 2 A


B) Tome la reciente movilización "Ni una menos" contra la violencia de género y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?

Mónica Lampe señala con acierto el notable apoyo e impulso que dieron las redes sociales y su sinergia con los medios masivos audiovisuales que puesieron en primera plana los casos de abusos y violencia. También está muy bien la mención al apoyo de referentes culturales y del espectáculo como el apoyo de algunos gremios como UTE que llegaron a decretar asueto e incluso colocar carpas. Atención a la teoría del enmarcado interpretativo que vamos a ver más tarde, para entender la eficacia notable del slogan “Ni una menos” que marca una estrategia de alineamiento de marcos de tipo “puente”, es decir, nadie podría estar en contra.

Agustina Bogliano advierte bien sobre las diferencias con los casos que toma C. Jenkins del movimiento negro en EEUU y la posibilidad de que se consoliden y estabilicen la movilización de recursos. Es muy buena la observación de “las redes latentes” y su papel en este tipo de fenómenos.

Carla Mansilla también hace una mención perspicaz: se maximiza el hecho de no necesitar grandes recursos tangibles, ni locales, ni medios materiales propios, etc. Las redes sociales y las activistas, sobre todo personalidades públicas e intelectuales o periodistas, lograron producir con pericia una suerte de efecto “ilusión de unanimidad” que supo captar o aprovechar los recursos militantes de las redes organizativas latentes.

C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de las movilizaciones anti K en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?

Javier Nuñez
Excelente la observación acerca de las demandas involucradas y su relación con el conflicto con el grupo Clarin y la Ley de Medios: Los “agravios crecientes” de quienes se manifestaron aprovecharon la oportunidad política dada por un “conflicto entre élites”. La falta de confianza en alternativas políticas y de liderazgos claros así como la resistencia de las clases medias a organizarse colectivamente los hace depender de coyunturas inflamables para su salida a la calle. Sin otros actores políticos capaces de convertir la movilización en rédito electoral o institucional los efectos no pasan de cambios de clima difusos o de opinión pública.

Diego Bongianino señala como oportunidad política la campaña mediática encabezada por J Lanata desde abril de ese año luego del triunfo del 54%, ayudada por “errores de comunicación” del propio gobierno. Está bien descripto cómo Lanata funciona de ariete en la construcción de la agenda política y se erige en una suerte de líder de opinión opositora. Está bien marcado el intento de desclasar la imagen de los desontentos como clase media apolítica, pero esto no se cumple cuando le dan el micrófono a muchos de los concurrentes que se dedican a enaltecerse como honestos ciudadanos trabajadores y no vagos “planeros” serviles del gobierno, etc. Me parece que el intento desclasador viene más del periodismo que de los concurrentes. No es clara la referencia a la no represión de este tipo de protestas, supongo que se refiere a que otras protestas han sido reprimidas. Por supuesto que la represión sobre clases medias hubiese tenido costos siderales sobre el gobierno.

Emiliano Kolkowski señala otros elementos de la oportunidad política de manera acertada: la modalidad de protesta tiene una alta aceptación en la argentina posneoliberal, y hay una política de no represión.  Y otra cuestión importante: la congregación de intereses individuales, o de reclamos incongruentes (dólar bajo y accesible para viajar y dólar alto e inaccesible para exportar, libertad de prensa pero pegándole al notero de C5N e insultando a los de 678, por ej.)  son disfrazadas de reclamo unificado por el discurso mediático de la “ciudadanía” honorable de clase media, el verdadero pueblo que merece ser escuchado.  Es decir, las formas de solidaridad que los mantienen unidos se ven alimentados por un aparato mediático porque por sí mismas son completamente incongruentes, carecen de una instancia articuladora y coherentizadora.


D) ¿Qué fenómenos de generación de identidades colectivas asociadas a procesos de movilización se pueden destacar en la última década?

Roberto Cassaglia señala muy bien el proceso de generación de identidad piquetera. El reemplazo de la “fábrica” por el “barrio” como lugar de inserción, por fuera y en oposición a las estructuras sindicales tradicionales, la defección del sindicalismo, etc. Sin embargo no es cierto que todo el movimiento de desocupados se haya identificado como piqueteros (solo el llamado Bloque Piquetero Nacional), la mayoría de ellos siguió invocando una identidad obrerista: “Trabajadores Desocupados” y muchos de estos movimientos, los más importantes incluso, como la FTV y la CCC tenían fuertes vínculos con los sectores del sindicalismo no tradicional y más combativo. A mi juicio y esto siempre es discutible, la supuesta identidad piquetera (el nombre viene del periodismo y no de los movimientos) quiso ser jugada por algunos intelectuales como una ruptura con las tradiciones del peronismo, un nuevo amanecer de pureza y autonomía. El desarrollo posterior de estas organizaciones y su alineamiento posterior mayoritario con el kirchnerismo y las defensa de sus políticas dio por tierra con esta idea. En mi opinión, repito es una apreciación, el fenómeno piquetero tiene más continuidades que rupturas con los procesos de enmarcamiento identitarios de la clase obrera.

Arturo Guillermo García Fernández señala con acierto que los movimientos ecologistas, indigenistas y LGTB son los que más han desarrollado protagonismo e identidad en estos últimos años. También es cierto que en los 3 casos se mitiga o desaparece el elemento clasista y los intereses materiales sujetos cálculo racional instrumental. Pero habría que ser algo más cuidadoso en esto, si bien superficialmente las demandas son más por reconocimiento y derechos que por bienes, detrás de esas demandas hay componentes clasistas: la igualdad de género da derechos hereditarios de coberturas médicas, manutención de hijos, etc., el ecologismo antiminero protege industrias como el turismo y otros intereses comerciales potencialmente amenazados por la explotación contaminante, la cuestión de la tierra y el acceso a recursos, incluso indemnizaciones, protecciones contra la represión y la persecución judicial, son intereses tangibles que están por detrás de las demandas de pueblos originarios.

lunes, 15 de junio de 2015

Texto de apoyo Unidad 2 Teorias de la Movilización de Recursos y paradigma de la identidad

La teoría de los nuevos movimientos sociales. Entre la acción instrumental y la identidad, entre lo estratégico y lo expresivo.

La teoría de la movilización de recursos

Introducción

Esta teoría surge en un contexto político social de fuerte movilización de la sociedad civil demandando y protestando por una diversidad de reivindicaciones que desbordan las usuales estructuras de lucha (partidos de izquierda, sindicatos, etc.) confirmando la decadencia y/o falta de representatividad de éstas. Como la agitación en los campus universitarios, el movimiento por los derechos civiles, las movilizaciones feministas y ecologistas.
Los movimientos sociales tradicionales se habían abordado analíticamente en términos de conflictos de clase, pero los nuevos movimientos sociales se resistían a tal conceptualización (dificultades para ser comprendidos por las dos corrientes sociológicas de la época: la sociología marxista y el estructural funcionalismo). Estas perspectivas tampoco podían explicar por qué se reactivaban los movimientos sobre todo en un momento que se caracterizaba, en la mayor parte de las sociedades occidentales, por un gran crecimiento económico y del bienestar social.
Se podría decir que para las teorías tradicionales aparece un obstáculo epistemológico que no permite explicar el surgimiento de estos nuevos movimientos sociales y se hace necesaria la búsqueda de otra teoría.

Cambios introducidos por la nueva teoría

La teoría de la movilización de recursos considera a la acción colectiva como una forma de acción racional. Pone el énfasis en tratar de analizar variables objetivas para explicar las movilizaciones sociales como: la organización, los intereses, los recursos que se movilizan (dinero, tiempo personal, etc.), las oportunidades, las estrategias, los vínculos con otros grupos, las tácticas que llevan adelante las autoridades, las formas del movimiento para mantenerse, etc.
Esta teoría introduce cuatro cambios principales:

Redefine las fronteras de la acción colectiva. Rompe con la mirada exclusiva sobre las situaciones de masas y las movilizaciones violentas y con la prioridad de las movilizaciones por cuestiones directamente materiales. Se pasa a considerar todas las formas de movimientos sociales.
Desplazamiento de la pregunta. Ya no es por qué se movilizan los grupos, sino cómo se desencadena, desarrolla, tiene éxito o fracasa la movilización. En toda sociedad, los agravios son constantes, por ello hay que establecer qué determina que prosperen o retrocedan.
Nuevo enfoque dinámico. Ahora se considera como un proceso en construcción de una relación de fuerza y sentido. Los grupos no son datos sino construcciones sociales. Atención central a la organización como elemento que estructura el grupo, reúne los recursos para la movilización.
Influencia Olsoniana. Utilizacion de conceptos económicos (recursos). La organización como empresa protestataria que reúne medios para invertirlos razonablemente para lograr sus propósitos.
Por otro lado, las investigaciones realizadas a partir de esta teoría responden a cuatro preguntas:
¿Por qué surgen? Alude a la estructura de oportunidades políticas, es decir, a la estructura institucional o a las relaciones informales de poder en un sistema político en un momento específico: acceso a la participación de nuevos actores, pruebas de nuevas alianzas políticas, aparición de aliados influyentes, aparición de divisiones en la elite dirigente, disminución de la capacidad de represión del Estado.
¿Qué hacen? Repertorio de la acción colectiva (Tilly “registros”). Característica de los movimientos sociales con propensión a realizar acciones y utilizar vías consideradas como no institucionales: formas de actividad consideradas como no convensionales, medios simbólicos de expresión de la identidad que se ha gestado, recurrir a elementos espectaculares, buscar la legitimidad social de sus acciones.
¿Qué dicen? Marcos cognitivos. Sistema teórico que analiza los símbolos, discursos y significados que los movimientos otorgan a su alrededor. Procesos enmarcadores: definición estratégica y consiente de su situación.
¿Cómo se organizan? Estructuras movilizadoras. Estructura formal del mismo, arreglos temporales y vínculos establecidos entre los individuos y/o organizaciones. Conjunto de Redes.

Modelos de la Teoría de Movilización de Recursos

Podemos señalar que esta corriente está compuesta por cuatro corrientes:
Empresarial: cuyos principales autores son Mc Carthy y Zald, aquí la organización es el principal factor determinante del potencial de movilización.
Político: Gamson: Teoría de la estrategia. Tilly: Teoría de la comunidad política.
Sociológico: Oberschall: Análisis de las formas de sociabilidad.
Movilizacionismo: Piven y Cloward. La presencia de conflictos determinan el éxito y puede suceder aún sin organización.

Teoría empresarial
Endurece la lectura de Olson con analogías económicas. La organización es una empresa protestataria: reúne medios para invertirlos razonablemente para alcanzar su propósito. El factor principal de explicación es la accesibilidad de los recursos, tanto de organización como de cuadros.
El movimiento social es un potencial de movilización que nunca está totalmente movilizado (cuya analogía es la capacidad instalada industrial).
En momentos de agravios crecientes la población responde a través de grupos organizados previamente. La elaboración de la crisis presupone la existencia de grupos organizados con recursos. En este sentido, los empresarios políticos surgen a partir de facciones de grupos preexistentes, redefiniendo los viejos agravios en nuevos términos.
Las investigaciones también confirmaron la hipótesis según la cual cambios a largo plazo en la organización, los recursos y la oportunidad de los grupos permiten la posibilidad de formación de movimientos (Ej.: movimiento negro  por los derechos civiles; movimientos territoriales de desocupados). Otra de las cuestiones que explicaría la formación de movimientos sería el colapso del control coercitivo del Estado (Ej.: 2001, piqueteros).
McAdam, McCarthy y Zald ponen de relieve tres tipos de condiciones sociales que la teoría de la movilización de recursos ha explorado para pronosticar el desarrollo de un movimiento: a) condiciones políticas (como las oportunidades que brinda la coyuntura política); b) condiciones económicas (la prosperidad material brinda variedad de recursos movilizables para la acción colectiva), y c) las condiciones organizacionales (como la existencia de organizaciones en un movimiento social).
Los niveles de la organización son pensados también en términos económicos. El primer nivel es el de la organización del movimiento social (OMS): organización que identifica sus objetivos con los fines del movimiento y trata de alcanzar sus objetivos. Equivalente de una empresa en el mercado. El segundo nivel es el de la industria del mov. social (IMS): conjunto de OMS orientados hacia una causa. Y el tercer nivel es el sector del mov. social (SMS): conjunto de IMS.
Esta separación analítica tiene las siguientes ventajas: explica el componente organizativo en la actividad de un movimiento; reconocimiento que un movimiento está representado por más de un OMS; posible explicación del ascenso o declive de las IMS, independientemente del tamaño, la intensidad o las preferencias de un movimiento.
Esta teoría configura una tipología de los recursos humanos:
Miembro o adherente: individuos u organizaciones que creen en las metas de un movimiento.
Constituyentes o miembros activos: proporcionan los recursos de tiempo y/o dinero
Beneficiarios potenciales: obtendrían beneficios directos del éxito del movimiento.
Constituyentes conscientes o militantes morales: no se beneficiarían directamente de las metas conseguidas.
Público espectador: Son los no adherentes, no se oponen a un MS y solamente observan la actividad de éste, son adherentes potenciales.
Equipo transitorio: empleados reunidos para una tarea específica de corto plazo.
Federación: sucursales que organizan constituyentes en pequeños grupos locales. Consecución de metas en diferentes regiones.

Superación de la teoría empresarial
La superación de esta teoría comienza con la aparición de los militantes morales que rompen con la paradoja de Olson, ya que estos recursos exteriores disminuyen los costos de la acción colectiva para los grupos directamente implicados y modifica el rendimiento de la participación. El militante moral se transforma en un promotor de la protesta, se transforma en el portavoz y organizador de la protesta. Aporta el saber hacer, redes de apoyo, logística, que el movimiento social no podría conseguir con sus propios recursos.
Esta situación genera otra pregunta ¿por qué militan los militantes morales? Aquí comienza a tener importancia la movilización de los valores: por ejemplo el incremento de la participación de la clase media que tiene sus raíces en el cambio hacia valores postmaterialistas, que incide en formas de autosatisfacción. Estos incentivos morales o expresivos que permiten superar el dilema del free ryder. Para ello se desarrollan programas que ofrecen incentivos colectivos como la solidaridad del grupo y el compromiso con una causa moral. Estos incentivos son colectivos en tanto entrañan la fusión de intereses individuales y colectivos.
El principal objetivo de la movilización es la generación de solidaridad y el compromiso moral de las colectividades en nombre de las que actúan (Por ej. el movimiento pro-aborto, donde integrantes de la clase media utilizan como bandera la reducción de la mortalidad por abortos clandestinos entre los más pobres). Para esto es necesario el aprovechamiento de redes de solidaridades existentes, las mismas constituyen una base a partir de la cual se puede operar con incentivos colectivos.

Teoría sociológica: Oberschal
Trata de superar el modelo Olsoniano a partir del análisis de las formas de sociabilidad, de la intensidad y naturaleza de los vínculos interpersonales en un grupo. Este autor, analiza la República de Weimar y advierte una segmentación superpuesta (redes que no se cruzan entre sí). El éxito del nazismo se habría basado en la captación de algunos de estos grupos basados en solidaridades preexistentes.
Señala que todo trabajo sobre movimientos sociales debe partir de la estructura social y de las redes preexistentes. Asimismo, subraya la importancia de la información sobre la estructuración social y las redes de solidaridad. La importancia de cada recurso depende de la configuración del conflicto. Estos recursos no son más que un potencial que es importante activar y movilizar.
Este autor realiza una tipología de los movimientos a través de la relación de los vínculos al interior del grupo con los vínculos con el exterior.



Aporte de la sociología histórica
Tilly analiza las condiciones sociales de movilización y realiza las siguientes preguntas: ¿qué conciencia tiene un grupo de sus intereses?, ¿qué formas de solidaridad lo mantiene unido?, ¿qué estrategias desarrolla?, ¿de qué modo puede el contexto favorecer o inhibir la protesta?.
Según Tilly dos variables van a definir la organización: NETNESS: red de sociabilidades voluntarias, en esta los agentes sociales son los arquitectos de esta forma de sociabilidad que funciona con una lógica electiva.
CATNESS: identidades de categorías que se asignan a los individuos en razón de factores objetivos (mujer, indio, obrero, negro, etc.) Identidades que no son elegidas. Estos dos ámbitos de sociabilización se combinan en la CATNET, cuando estas dos formas convergen la sociabilidad es muy fuerte. Si esto sucede un grupo estará mejor organizado para defender sus intereses.
Por otra parte, Tilly señala como importante la dinámica de los enfrentamientos: Los agentes movilizados nunca están sujetos a un único tipo de racionalidad (económica, valores culturales, etc.). Cada movilización es particular, no existe un movimiento social abstracto, sino manifestaciones concretas. Las dimensiones de representación y percepciones constituyen un elemento importante de las estrategias que no es de carácter económico. Subraya la importancia del componente político. Es decir, del acceso o no a las sedes de decisión política (por ej.: los empresarios son recibidos como tales en los centros de decisión política mucho más fácilmente que los trabajadores, además de hacerlo conformando asociaciones empresariales).
Introduce el análisis de largo plazo, esto le permite detectar las lentas evoluciones y las rupturas, que no pueden detectarse si sólo se observa el presente. Si los repertorios cambian con el transcurso de los siglos, también cambia la propia naturaleza de las interacciones relacionadas con el conflicto. A esto Tilly lo denomina “registro”.

Consideración de los medios de comunicación masiva
Se comienza a analizar a los medios de comunicación como importantes actores a la hora de definir un conflicto, donde es significativo tener en cuenta la información de las elites y público en general y la formación de una moral e imagen propia de los activistas.
Se advierte que para los movimientos se presentan una serie de problemas a la hora de aparecer en los medios de comunicación. En primer lugar, las noticias deben ser nuevas e interesantes; en segundo lugar, las noticias se centran en la acción más que en el contexto, dejando de lado las causas y objetivos del movimiento (Ej.: las noticias sobre los cortes de calle, señalan los lugares de corte, pero generalmente no comentan las razones de los mismos). En tercer lugar, la cobertura mediática tiende a presentar a los líderes como estrellas, agravando rivalidades internas y tendencias al espectáculo por parte de estos, debilitando la movilización.

Aportes y desventajas de esta teoría

Aportes:
Los agravios no producen necesariamente movimientos.
Los integrantes de los OMS no son irracionales, sino participantes informados y convencidos.
Los movimientos no son entidades aisladas, sino que interactúan con otras organizaciones, autoridades, partidos, sectores de la sociedad, los medios de comunicación, etc. Importancia del apoyo externo para el éxito.
Visualización de la táctica de las autoridades.

Desventajas:
No realiza una conceptualización sobre el movimiento.
No explica el conjunto.
No se preocupa por considerar el contenido idealista y contestatario de los movimientos sociales.
Se limita a analizar los recursos materiales: tiempo, dinero e individuos. Las ideas se desenvuelven en un enfoque utilitario.
Los actores están definidos por sus metas y no por las relaciones sociales.

EL PARADIGMA ORIENTADO HACIA IDENTIDAD

Como se muestra en el texto de Cohen, los teóricos europeos de las NMSs han retomado la dimensión de integración en la acción colectiva contestataria. Por otra parte, estos teóricos están conscientes de lo que es inadecuado en el análisis marxista de los movimientos sociales, pese a que simpatizan con las dimensiones del neomarxismo que enfatiza la importancia de la conciencia, la ideología, la lucha social y la solidaridad respecto a la acción colectiva; estos "postmarxistas" argumentan que aquellas teorías que subrayan la primacía de las contradicciones estructurales, las clases económicas y las crisis en la determinación de una identidad colectiva, son inapropiadas para los actores colectivos contemporáneos. También sostienen que no es posible aplicar modelos neoutilitarios de actores racionales a aquellos actores colectivos cuya interacción colectiva no se restringe a intercambios políticos, negociaciones y/o cálculos estratégicos entre adversarios. Esto significa que la lógica de la interacción colectiva implica algo más que la racionalidad estratégica o Instrumental.
Pizzorno apunta con razón que la lógica de intercambio que se basa en cálculos de costo y beneficio no puede explicar la acción colectiva de los "nuevos grupos" que buscan la identidad, la autonomía y el reconocimiento. Tal intento es útil en el caso de intercambios individuales en el mercado, así como en el de los modelos de regateo colectivo de intercambios negociados por trabajadores y administradores para la regulación conjunta de términos laborales. Pero el primer caso no incluye actores colectivos y el último corresponde a grupos de la esfera de producción ya organizados y capacitados para negociar respecto a demandas. Pero el proceso de formación de identidad involucra demandas no negociables.

Pero es precisamente  la lógica de intercambio y negociación la que está ausente en el caso de los NMSs (ecologismo, pacifismo, feminismo, derechos civiles de minorías, juveniles contraculturales, etc.) involucrados en la creación de solidaridades e identidades.
Según Pizzorno, en este caso:

"El objetivo real no es negociable porque consiste en la formación del sujeto que ha de convertirse sucesivamente en el actor  dcl intercambio que cargue con las ganancias y las pérdidas. Hay una categoría de acción que puede observarse en los conflictos
Sociales, la cual solo se puede entender si se averigua en ellos, no qué ganancias  y que pérdidas producirán para los actores, sino si producirán  solidaridad o no. Son acciones, que connotan un proceso de formación de una identidad.”.

Aquí queda suspendida la ley de Olson, según la cual lo participación para la adquisición  de bienes colectivos no es económica. La lógica de la formación de una identidad colectiva involucra la participación directa de.los actores. La representación social y política se produce solo después del reconocimiento de una identidad común por los participantes y por otros y de que quede asegurada la solidaridad, del' grupo. Sin ello, la  representación, por presuponer  confianza, es imposible. Para que el actor colectivo pueda calcular los costos y beneficios  de la acción colectiva y  actúe estratégicamente su identidad debe  estar establecida. El proceso de creación de identidad ocurre por medio de la interacción colectiva misma, dentro y entre grupos. De hecho Pizzorno afirma que una relación conflictual puede darse en ausencia de "reclamos verdaderos" con el propósito de afianzar la existencia de un actor colectivo nuevo o aún no reconocido.

Pízzorno identifica esta 1ógica de. la acción Colectiva como expresiva  y establece así una dicotomía simple (demasiado simple) entre, por un lado, actores sociales que están surgiendo en búsqueda de una identidad  y  reconocimiento,  o "nuevos movimientos sociales" para los cuales es apropiada la acción expresiva de demandas universalistas y no negociables y la participación directa, y  por otro lado, actores colectivos ya reconocidos (sindicatos, partidos) para los cuales la racionalidad estratégico-instrumental, la representación y las negociaciones son características. Una vez que la nueva identidad colectiva  ha sido reconocida como parte de un nuevo sistema ampliado de representación la acción se traslada de lo expresivo a lo instrumental y la representación reemplaza las formas directas de participación.

Este modelo de identidad pura muestra que el énfasis sobre la dimensión estratégica  de la disputa  contestataria colectiva soslaya características claves de la lógica de la acción colectiva. Pero no llega mucho más allá de las verdades obvias qué ya fueron articuladas por los conductistas colectivos. Estos han mantenido por largo tiempo que los movimientos sociales se .involucran (o se complacen) en formas expresivas de acción.

El texto de Reichmann y F. Buey retoma la evolución de las orientaciones teóricas para el estudio de la acción colectiva y los MS y recupera los planteamientos de lo que se ha dado en llamar teorías europeas de los nuevos movimientos sociales (NMS). Se ha agrupado ocasionalmente a estos investigadores europeos bajo la rúbrica de “teóricos de la identidad”, pero entre ellos existen muy notables diferencias de perspectiva: no hay más que asomarse comparativamente, por ejemplo, a Touraine (1978), Alberoni (1984), Raschke (1985), Offe (1988) y Melucci (1989). En comparación con la escuela estadounidense de resource mobilization, acentúan más los factores de ideario y proyecto histórico, de los MS como sujetos (o, más modestamente, actores) históricos, y afirman que la aparición de los “nuevos” movimientos tiene que ver con transformaciones fundamentales de las sociedades industriales avanzadas.

Muchos de estos sociólogos europeos subrayan que los activistas de estos movimientos, y las líneas de conflicto social (cleavages) en torno a las cuales se estructuran los movimientos, son diferentes de los que había en los movimientos de la sociedad industrial clásica: el término “nuevos movimientos sociales” apunta a una distinción clara entre estos movimientos y los “viejos” e institucionalizados movimientos de la clase obrera.

Voy a terminar discutiendo brevemente otros tres enfoques de mucho interés. El primero de ellos (presentado a veces como un subenfoque de la ressource mobilization: Cohen, 1985; Jenkins, 1989) es el que a veces se denomina escuela “particularista” de los MS (Eyerman/Jamison, 1991, 25), y cuya figura más descollante es el sociólogo norteamericano Charles Tilly. Este enfoque, histórico y sociopsicológico, se centra en las motivaciones individuales que llevan a las personas a participar en los MS, y realiza meticulosos “estudios de caso” de movimientos (a menudo concebidos como instrumentos para procesos de socialización política).

Tilly define la acción colectiva típica de los MS en relación a la persecución de intereses comunes (Tilly, 1978), y le preocupa fundamentalmente la efectividad de la toma de decisiones tácticas. Al describir esta efectividad, Tilly discute los MS como entes que se mueven “de la organización a la movilización” de recursos en torno a intereses compartidos y, finalmente, a la realización de acciones efectivas dentro de estructuras de oportunidad específicas. Dado que la oportunidad para la acción colectiva varía con las circunstancias históricas y culturales, Tilly añade la dimensión del contexto histórico a su estudio de los MS.

En sus formas más extremas, este enfoque lleva a negar la existencia de rasgos comunes en distintos MS, que se consideran como fenómenos históricos particulares esencialmente no generalizables, y no comprensibles más que a través de la experiencia personal de los agentes interpretada a través de un arte de la “biografía colectiva”.

También el llamado enfoque de redes (network approach) puede considerarse, en realidad, corno una especificación del enfoque de movilización de recursos. Esta perspectiva afirma que los MS pueden concebirse esencialmente como manifestaciones de redes socioespaciales latentes, cuyo elemento aglutinador son sobre todo comunidades de valores. Para estos estudiosos, la diferenciación social ha conducido en la sociedad industrial avanzada a la formación de comunidades de valores con alta densidad de interacción personal entre los integrantes. Las redes socioespaciales así formadas subsisten durante largos períodos de tiempo y pueden activarse en una coyuntura favorable a la movilización. Aldon Morris observó que la preexistencia de redes sociales e instituciones es un requisito básico para el desarrollo de un MS en su documentado estudio sobre el movimiento norteamericano por los derechos civiles (Morris, 1984). Otros estudios han subrayado también la importancia de esas redes socioespaciales latentes y capaces de activarse corno estructuras de apoyo para una gran variedad de MS concretos, desde movimientos estudiantiles a movimientos vecinales, desde movimientos antipornografia a organizaciones terroristas (se hallará una visión de conjunto de estas investigaciones en Klandermans, 1989).

Por último, tenemos el enfoque cognitivo desarrollado por Ron Eyerman y Andrew Jamison en un libro (Eyeinian/Jamison, 1991) que combina la herencia de la teoría crítica desarrollada por la Escuela de Francfort con la sociología del conocimiento de Max Scheler y Karl Mannheim. Los dos sociólogos estadounidenses trasplantados a Suecia proponen “un acercamiento cognitivo” a los MS: éstos son releídos como formas de actividad mediante las cuales las personas crean nuevos tipos de identidades sociales, como procesos de praxis cognitiva: “Ha de concebirse a los movimientos sociales como espacios públicos
temporales, como momentos de creación colectiva que proveen a las sociedades de ideas, identidades e incluso ideales” (Eyerman/Jamison, 1991, 4).
Desde esta perspectiva, “la articulación colectiva de una identidad de movimiento puede compararse a un proceso de aprendizaje social en el cual las organizaciones del movimiento actúan como fuerzas estructuradoras, abriendo un espacio donde la interacción creativa entre individuos puede tener lugar” (pág. 55); después este espacio se amplía y “socializa”, se transforma en un espacio público de articulación de intereses que puede afectar a la totalidad de la sociedad. Los movimientos son productores de conocimiento social: median en la transformación de conocimiento cotidiano en conocimiento profesional, y suministran nuevos contextos para la reinterpretación del conocimiento profesional (pág. 52). Los dos autores ponen a prueba la fuerza interpretativa de sus conceptos básicos praxis cognitiva e intelectual movimientista en sugestivos análisis de movimientos sociales (tanto “nuevos” como “viejos”).

TRABAJO PRACTICO (ELIJA 1 DE ESTAS 4)

A) En los procesos de movilización social en la Argentina ¿Quiénes podrían encajar con la figura de “empresario” social o político respecto de los movimientos sociales?.

B) Tome la reciente movilización "Ni una menos" contra la violencia de género y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?

C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de las movilizaciones anti K en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.

D) ¿Qué fenómenos de generación de identidades colectivas asociadas a procesos de movilización se pueden destacar en la última década?