La teoría de los nuevos movimientos sociales. Entre la acción instrumental y la identidad, entre lo estratégico y lo expresivo.
La teoría de la movilización de recursos
Introducción
Esta teoría surge en un contexto político social de fuerte movilización de la sociedad civil demandando y protestando por una diversidad de reivindicaciones que desbordan las usuales estructuras de lucha (partidos de izquierda, sindicatos, etc.) confirmando la decadencia y/o falta de representatividad de éstas. Como la agitación en los campus universitarios, el movimiento por los derechos civiles, las movilizaciones feministas y ecologistas.
Los movimientos sociales tradicionales se habían abordado analíticamente en términos de conflictos de clase, pero los nuevos movimientos sociales se resistían a tal conceptualización (dificultades para ser comprendidos por las dos corrientes sociológicas de la época: la sociología marxista y el estructural funcionalismo). Estas perspectivas tampoco podían explicar por qué se reactivaban los movimientos sobre todo en un momento que se caracterizaba, en la mayor parte de las sociedades occidentales, por un gran crecimiento económico y del bienestar social.
Se podría decir que para las teorías tradicionales aparece un obstáculo epistemológico que no permite explicar el surgimiento de estos nuevos movimientos sociales y se hace necesaria la búsqueda de otra teoría.
Cambios introducidos por la nueva teoría
La teoría de la movilización de recursos considera a la acción colectiva como una forma de acción racional. Pone el énfasis en tratar de analizar variables objetivas para explicar las movilizaciones sociales como: la organización, los intereses, los recursos que se movilizan (dinero, tiempo personal, etc.), las oportunidades, las estrategias, los vínculos con otros grupos, las tácticas que llevan adelante las autoridades, las formas del movimiento para mantenerse, etc.
Esta teoría introduce cuatro cambios principales:
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Redefine las fronteras de la acción colectiva. Rompe con la mirada exclusiva sobre las situaciones de masas y las movilizaciones violentas y con la prioridad de las movilizaciones por cuestiones directamente materiales. Se pasa a considerar todas las formas de movimientos sociales.
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Desplazamiento de la pregunta. Ya no es por qué se movilizan los grupos, sino cómo se desencadena, desarrolla, tiene éxito o fracasa la movilización. En toda sociedad, los agravios son constantes, por ello hay que establecer qué determina que prosperen o retrocedan.
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Nuevo enfoque dinámico. Ahora se considera como un proceso en construcción de una relación de fuerza y sentido. Los grupos no son datos sino construcciones sociales. Atención central a la organización como elemento que estructura el grupo, reúne los recursos para la movilización.
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Influencia Olsoniana. Utilizacion de conceptos económicos (recursos). La organización como empresa protestataria que reúne medios para invertirlos razonablemente para lograr sus propósitos.
Por otro lado, las investigaciones realizadas a partir de esta teoría responden a cuatro preguntas:
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¿Por qué surgen? Alude a la estructura de oportunidades políticas, es decir, a la estructura institucional o a las relaciones informales de poder en un sistema político en un momento específico: acceso a la participación de nuevos actores, pruebas de nuevas alianzas políticas, aparición de aliados influyentes, aparición de divisiones en la elite dirigente, disminución de la capacidad de represión del Estado.
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¿Qué hacen? Repertorio de la acción colectiva (Tilly “registros”). Característica de los movimientos sociales con propensión a realizar acciones y utilizar vías consideradas como no institucionales: formas de actividad consideradas como no convensionales, medios simbólicos de expresión de la identidad que se ha gestado, recurrir a elementos espectaculares, buscar la legitimidad social de sus acciones.
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¿Qué dicen? Marcos cognitivos. Sistema teórico que analiza los símbolos, discursos y significados que los movimientos otorgan a su alrededor. Procesos enmarcadores: definición estratégica y consiente de su situación.
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¿Cómo se organizan? Estructuras movilizadoras. Estructura formal del mismo, arreglos temporales y vínculos establecidos entre los individuos y/o organizaciones. Conjunto de Redes.
Modelos de la Teoría de Movilización de Recursos
Podemos señalar que esta corriente está compuesta por cuatro corrientes:
Empresarial: cuyos principales autores son Mc Carthy y Zald, aquí la organización es el principal factor determinante del potencial de movilización.
Político: Gamson: Teoría de la estrategia. Tilly: Teoría de la comunidad política.
Sociológico: Oberschall: Análisis de las formas de sociabilidad.
Movilizacionismo: Piven y Cloward. La presencia de conflictos determinan el éxito y puede suceder aún sin organización.
Teoría empresarial
Endurece la lectura de Olson con analogías económicas. La organización es una empresa protestataria: reúne medios para invertirlos razonablemente para alcanzar su propósito. El factor principal de explicación es la accesibilidad de los recursos, tanto de organización como de cuadros.
El movimiento social es un potencial de movilización que nunca está totalmente movilizado (cuya analogía es la capacidad instalada industrial).
En momentos de agravios crecientes la población responde a través de grupos organizados previamente. La elaboración de la crisis presupone la existencia de grupos organizados con recursos. En este sentido, los empresarios políticos surgen a partir de facciones de grupos preexistentes, redefiniendo los viejos agravios en nuevos términos.
Las investigaciones también confirmaron la hipótesis según la cual cambios a largo plazo en la organización, los recursos y la oportunidad de los grupos permiten la posibilidad de formación de movimientos (Ej.: movimiento negro por los derechos civiles; movimientos territoriales de desocupados). Otra de las cuestiones que explicaría la formación de movimientos sería el colapso del control coercitivo del Estado (Ej.: 2001, piqueteros).
McAdam, McCarthy y Zald ponen de relieve tres tipos de condiciones sociales que la teoría de la movilización de recursos ha explorado para pronosticar el desarrollo de un movimiento: a) condiciones políticas (como las oportunidades que brinda la coyuntura política); b) condiciones económicas (la prosperidad material brinda variedad de recursos movilizables para la acción colectiva), y c) las condiciones organizacionales (como la existencia de organizaciones en un movimiento social).
Los niveles de la organización son pensados también en términos económicos. El primer nivel es el de la organización del movimiento social (OMS): organización que identifica sus objetivos con los fines del movimiento y trata de alcanzar sus objetivos. Equivalente de una empresa en el mercado. El segundo nivel es el de la industria del mov. social (IMS): conjunto de OMS orientados hacia una causa. Y el tercer nivel es el sector del mov. social (SMS): conjunto de IMS.
Esta separación analítica tiene las siguientes ventajas: explica el componente organizativo en la actividad de un movimiento; reconocimiento que un movimiento está representado por más de un OMS; posible explicación del ascenso o declive de las IMS, independientemente del tamaño, la intensidad o las preferencias de un movimiento.
Esta teoría configura una tipología de los recursos humanos:
Miembro o adherente: individuos u organizaciones que creen en las metas de un movimiento.
Constituyentes o miembros activos: proporcionan los recursos de tiempo y/o dinero
Beneficiarios potenciales: obtendrían beneficios directos del éxito del movimiento.
Constituyentes conscientes o militantes morales: no se beneficiarían directamente de las metas conseguidas.
Público espectador: Son los no adherentes, no se oponen a un MS y solamente observan la actividad de éste, son adherentes potenciales.
Equipo transitorio: empleados reunidos para una tarea específica de corto plazo.
Federación: sucursales que organizan constituyentes en pequeños grupos locales. Consecución de metas en diferentes regiones.
Superación de la teoría empresarial
La superación de esta teoría comienza con la aparición de los militantes morales que rompen con la paradoja de Olson, ya que estos recursos exteriores disminuyen los costos de la acción colectiva para los grupos directamente implicados y modifica el rendimiento de la participación. El militante moral se transforma en un promotor de la protesta, se transforma en el portavoz y organizador de la protesta. Aporta el saber hacer, redes de apoyo, logística, que el movimiento social no podría conseguir con sus propios recursos.
Esta situación genera otra pregunta ¿por qué militan los militantes morales? Aquí comienza a tener importancia la movilización de los valores: por ejemplo el incremento de la participación de la clase media que tiene sus raíces en el cambio hacia valores postmaterialistas, que incide en formas de autosatisfacción. Estos incentivos morales o expresivos que permiten superar el dilema del free ryder. Para ello se desarrollan programas que ofrecen incentivos colectivos como la solidaridad del grupo y el compromiso con una causa moral. Estos incentivos son colectivos en tanto entrañan la fusión de intereses individuales y colectivos.
El principal objetivo de la movilización es la generación de solidaridad y el compromiso moral de las colectividades en nombre de las que actúan (Por ej. el movimiento pro-aborto, donde integrantes de la clase media utilizan como bandera la reducción de la mortalidad por abortos clandestinos entre los más pobres). Para esto es necesario el aprovechamiento de redes de solidaridades existentes, las mismas constituyen una base a partir de la cual se puede operar con incentivos colectivos.
Teoría sociológica: Oberschal
Trata de superar el modelo Olsoniano a partir del análisis de las formas de sociabilidad, de la intensidad y naturaleza de los vínculos interpersonales en un grupo. Este autor, analiza la República de Weimar y advierte una segmentación superpuesta (redes que no se cruzan entre sí). El éxito del nazismo se habría basado en la captación de algunos de estos grupos basados en solidaridades preexistentes.
Señala que todo trabajo sobre movimientos sociales debe partir de la estructura social y de las redes preexistentes. Asimismo, subraya la importancia de la información sobre la estructuración social y las redes de solidaridad. La importancia de cada recurso depende de la configuración del conflicto. Estos recursos no son más que un potencial que es importante activar y movilizar.
Este autor realiza una tipología de los movimientos a través de la relación de los vínculos al interior del grupo con los vínculos con el exterior.
Aporte de la sociología histórica
Tilly analiza las condiciones sociales de movilización y realiza las siguientes preguntas: ¿qué conciencia tiene un grupo de sus intereses?, ¿qué formas de solidaridad lo mantiene unido?, ¿qué estrategias desarrolla?, ¿de qué modo puede el contexto favorecer o inhibir la protesta?.
Según Tilly dos variables van a definir la organización: NETNESS: red de sociabilidades voluntarias, en esta los agentes sociales son los arquitectos de esta forma de sociabilidad que funciona con una lógica electiva.
CATNESS: identidades de categorías que se asignan a los individuos en razón de factores objetivos (mujer, indio, obrero, negro, etc.) Identidades que no son elegidas. Estos dos ámbitos de sociabilización se combinan en la CATNET, cuando estas dos formas convergen la sociabilidad es muy fuerte. Si esto sucede un grupo estará mejor organizado para defender sus intereses.
Por otra parte, Tilly señala como importante la dinámica de los enfrentamientos: Los agentes movilizados nunca están sujetos a un único tipo de racionalidad (económica, valores culturales, etc.). Cada movilización es particular, no existe un movimiento social abstracto, sino manifestaciones concretas. Las dimensiones de representación y percepciones constituyen un elemento importante de las estrategias que no es de carácter económico. Subraya la importancia del componente político. Es decir, del acceso o no a las sedes de decisión política (por ej.: los empresarios son recibidos como tales en los centros de decisión política mucho más fácilmente que los trabajadores, además de hacerlo conformando asociaciones empresariales).
Introduce el análisis de largo plazo, esto le permite detectar las lentas evoluciones y las rupturas, que no pueden detectarse si sólo se observa el presente. Si los repertorios cambian con el transcurso de los siglos, también cambia la propia naturaleza de las interacciones relacionadas con el conflicto. A esto Tilly lo denomina “registro”.
Consideración de los medios de comunicación masiva
Se comienza a analizar a los medios de comunicación como importantes actores a la hora de definir un conflicto, donde es significativo tener en cuenta la información de las elites y público en general y la formación de una moral e imagen propia de los activistas.
Se advierte que para los movimientos se presentan una serie de problemas a la hora de aparecer en los medios de comunicación. En primer lugar, las noticias deben ser nuevas e interesantes; en segundo lugar, las noticias se centran en la acción más que en el contexto, dejando de lado las causas y objetivos del movimiento (Ej.: las noticias sobre los cortes de calle, señalan los lugares de corte, pero generalmente no comentan las razones de los mismos). En tercer lugar, la cobertura mediática tiende a presentar a los líderes como estrellas, agravando rivalidades internas y tendencias al espectáculo por parte de estos, debilitando la movilización.
Aportes y desventajas de esta teoría
Aportes:
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Los agravios no producen necesariamente movimientos.
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Los integrantes de los OMS no son irracionales, sino participantes informados y convencidos.
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Los movimientos no son entidades aisladas, sino que interactúan con otras organizaciones, autoridades, partidos, sectores de la sociedad, los medios de comunicación, etc. Importancia del apoyo externo para el éxito.
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Visualización de la táctica de las autoridades.
Desventajas:
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No realiza una conceptualización sobre el movimiento.
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No explica el conjunto.
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No se preocupa por considerar el contenido idealista y contestatario de los movimientos sociales.
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Se limita a analizar los recursos materiales: tiempo, dinero e individuos. Las ideas se desenvuelven en un enfoque utilitario.
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Los actores están definidos por sus metas y no por las relaciones sociales.
EL PARADIGMA ORIENTADO HACIA IDENTIDAD
Como se muestra en el texto de Cohen, los teóricos europeos de las NMSs han retomado la dimensión de integración en la acción colectiva contestataria. Por otra parte, estos teóricos están conscientes de lo que es inadecuado en el análisis marxista de los movimientos sociales, pese a que simpatizan con las dimensiones del neomarxismo que enfatiza la importancia de la conciencia, la ideología, la lucha social y la solidaridad respecto a la acción colectiva; estos "postmarxistas" argumentan que aquellas teorías que subrayan la primacía de las contradicciones estructurales, las clases económicas y las crisis en la determinación de una identidad colectiva, son inapropiadas para los actores colectivos contemporáneos. También sostienen que no es posible aplicar modelos neoutilitarios de actores racionales a aquellos actores colectivos cuya interacción colectiva no se restringe a intercambios políticos, negociaciones y/o cálculos estratégicos entre adversarios. Esto significa que la lógica de la interacción colectiva implica algo más que la racionalidad estratégica o Instrumental.
Pizzorno apunta con razón que la lógica de intercambio que se basa en cálculos de costo y beneficio no puede explicar la acción colectiva de los "nuevos grupos" que buscan la identidad, la autonomía y el reconocimiento. Tal intento es útil en el caso de intercambios individuales en el mercado, así como en el de los modelos de regateo colectivo de intercambios negociados por trabajadores y administradores para la regulación conjunta de términos laborales. Pero el primer caso no incluye actores colectivos y el último corresponde a grupos de la esfera de producción ya organizados y capacitados para negociar respecto a demandas. Pero el proceso de formación de identidad involucra demandas no negociables.
Pero es precisamente la lógica de intercambio y negociación la que está ausente en el caso de los NMSs (ecologismo, pacifismo, feminismo, derechos civiles de minorías, juveniles contraculturales, etc.) involucrados en la creación de solidaridades e identidades.
Según Pizzorno, en este caso:
"El objetivo real no es negociable porque consiste en la formación del sujeto que ha de convertirse sucesivamente en el actor dcl intercambio que cargue con las ganancias y las pérdidas. Hay una categoría de acción que puede observarse en los conflictos
Sociales, la cual solo se puede entender si se averigua en ellos, no qué ganancias y que pérdidas producirán para los actores, sino si producirán solidaridad o no. Son acciones, que connotan un proceso de formación de una identidad.”.
Aquí queda suspendida la ley de Olson, según la cual lo participación para la adquisición de bienes colectivos no es económica. La lógica de la formación de una identidad colectiva involucra la participación directa de.los actores. La representación social y política se produce solo después del reconocimiento de una identidad común por los participantes y por otros y de que quede asegurada la solidaridad, del' grupo. Sin ello, la representación, por presuponer confianza, es imposible. Para que el actor colectivo pueda calcular los costos y beneficios de la acción colectiva y actúe estratégicamente su identidad debe estar establecida. El proceso de creación de identidad ocurre por medio de la interacción colectiva misma, dentro y entre grupos. De hecho Pizzorno afirma que una relación conflictual puede darse en ausencia de "reclamos verdaderos" con el propósito de afianzar la existencia de un actor colectivo nuevo o aún no reconocido.
Pízzorno identifica esta 1ógica de. la acción Colectiva como expresiva y establece así una dicotomía simple (demasiado simple) entre, por un lado, actores sociales que están surgiendo en búsqueda de una identidad y reconocimiento, o "nuevos movimientos sociales" para los cuales es apropiada la acción expresiva de demandas universalistas y no negociables y la participación directa, y por otro lado, actores colectivos ya reconocidos (sindicatos, partidos) para los cuales la racionalidad estratégico-instrumental, la representación y las negociaciones son características. Una vez que la nueva identidad colectiva ha sido reconocida como parte de un nuevo sistema ampliado de representación la acción se traslada de lo expresivo a lo instrumental y la representación reemplaza las formas directas de participación.
Este modelo de identidad pura muestra que el énfasis sobre la dimensión estratégica de la disputa contestataria colectiva soslaya características claves de la lógica de la acción colectiva. Pero no llega mucho más allá de las verdades obvias qué ya fueron articuladas por los conductistas colectivos. Estos han mantenido por largo tiempo que los movimientos sociales se .involucran (o se complacen) en formas expresivas de acción.
El texto de Reichmann y F. Buey retoma la evolución de las orientaciones teóricas para el estudio de la acción colectiva y los MS y recupera los planteamientos de lo que se ha dado en llamar teorías europeas de los nuevos movimientos sociales (NMS). Se ha agrupado ocasionalmente a estos investigadores europeos bajo la rúbrica de “teóricos de la identidad”, pero entre ellos existen muy notables diferencias de perspectiva: no hay más que asomarse comparativamente, por ejemplo, a Touraine (1978), Alberoni (1984), Raschke (1985), Offe (1988) y Melucci (1989). En comparación con la escuela estadounidense de resource mobilization, acentúan más los factores de ideario y proyecto histórico, de los MS como sujetos (o, más modestamente, actores) históricos, y afirman que la aparición de los “nuevos” movimientos tiene que ver con transformaciones fundamentales de las sociedades industriales avanzadas.
Muchos de estos sociólogos europeos subrayan que los activistas de estos movimientos, y las líneas de conflicto social (cleavages) en torno a las cuales se estructuran los movimientos, son diferentes de los que había en los movimientos de la sociedad industrial clásica: el término “nuevos movimientos sociales” apunta a una distinción clara entre estos movimientos y los “viejos” e institucionalizados movimientos de la clase obrera.
Voy a terminar discutiendo brevemente otros tres enfoques de mucho interés. El primero de ellos (presentado a veces como un subenfoque de la ressource mobilization: Cohen, 1985; Jenkins, 1989) es el que a veces se denomina escuela “particularista” de los MS (Eyerman/Jamison, 1991, 25), y cuya figura más descollante es el sociólogo norteamericano Charles Tilly. Este enfoque, histórico y sociopsicológico, se centra en las motivaciones individuales que llevan a las personas a participar en los MS, y realiza meticulosos “estudios de caso” de movimientos (a menudo concebidos como instrumentos para procesos de socialización política).
Tilly define la acción colectiva típica de los MS en relación a la persecución de intereses comunes (Tilly, 1978), y le preocupa fundamentalmente la efectividad de la toma de decisiones tácticas. Al describir esta efectividad, Tilly discute los MS como entes que se mueven “de la organización a la movilización” de recursos en torno a intereses compartidos y, finalmente, a la realización de acciones efectivas dentro de estructuras de oportunidad específicas. Dado que la oportunidad para la acción colectiva varía con las circunstancias históricas y culturales, Tilly añade la dimensión del contexto histórico a su estudio de los MS.
En sus formas más extremas, este enfoque lleva a negar la existencia de rasgos comunes en distintos MS, que se consideran como fenómenos históricos particulares esencialmente no generalizables, y no comprensibles más que a través de la experiencia personal de los agentes interpretada a través de un arte de la “biografía colectiva”.
También el llamado enfoque de redes (network approach) puede considerarse, en realidad, corno una especificación del enfoque de movilización de recursos. Esta perspectiva afirma que los MS pueden concebirse esencialmente como manifestaciones de redes socioespaciales latentes, cuyo elemento aglutinador son sobre todo comunidades de valores. Para estos estudiosos, la diferenciación social ha conducido en la sociedad industrial avanzada a la formación de comunidades de valores con alta densidad de interacción personal entre los integrantes. Las redes socioespaciales así formadas subsisten durante largos períodos de tiempo y pueden activarse en una coyuntura favorable a la movilización. Aldon Morris observó que la preexistencia de redes sociales e instituciones es un requisito básico para el desarrollo de un MS en su documentado estudio sobre el movimiento norteamericano por los derechos civiles (Morris, 1984). Otros estudios han subrayado también la importancia de esas redes socioespaciales latentes y capaces de activarse corno estructuras de apoyo para una gran variedad de MS concretos, desde movimientos estudiantiles a movimientos vecinales, desde movimientos antipornografia a organizaciones terroristas (se hallará una visión de conjunto de estas investigaciones en Klandermans, 1989).
Por último, tenemos el enfoque cognitivo desarrollado por Ron Eyerman y Andrew Jamison en un libro (Eyeinian/Jamison, 1991) que combina la herencia de la teoría crítica desarrollada por la Escuela de Francfort con la sociología del conocimiento de Max Scheler y Karl Mannheim. Los dos sociólogos estadounidenses trasplantados a Suecia proponen “un acercamiento cognitivo” a los MS: éstos son releídos como formas de actividad mediante las cuales las personas crean nuevos tipos de identidades sociales, como procesos de praxis cognitiva: “Ha de concebirse a los movimientos sociales como espacios públicos
temporales, como momentos de creación colectiva que proveen a las sociedades de ideas, identidades e incluso ideales” (Eyerman/Jamison, 1991, 4).
Desde esta perspectiva, “la articulación colectiva de una identidad de movimiento puede compararse a un proceso de aprendizaje social en el cual las organizaciones del movimiento actúan como fuerzas estructuradoras, abriendo un espacio donde la interacción creativa entre individuos puede tener lugar” (pág. 55); después este espacio se amplía y “socializa”, se transforma en un espacio público de articulación de intereses que puede afectar a la totalidad de la sociedad. Los movimientos son productores de conocimiento social: median en la transformación de conocimiento cotidiano en conocimiento profesional, y suministran nuevos contextos para la reinterpretación del conocimiento profesional (pág. 52). Los dos autores ponen a prueba la fuerza interpretativa de sus conceptos básicos praxis cognitiva e intelectual movimientista en sugestivos análisis de movimientos sociales (tanto “nuevos” como “viejos”).
TRABAJO PRACTICO (ELIJA 1 DE ESTAS 4)
A) En los procesos de movilización social en la Argentina ¿Quiénes podrían encajar con la figura de “empresario” social o político respecto de los movimientos sociales?.
B) Tome la reciente movilización "Ni una menos" contra la violencia de género y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?
C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de las movilizaciones anti K en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.
D) ¿Qué fenómenos de generación de identidades colectivas asociadas a procesos de movilización se pueden destacar en la última década?