lunes, 28 de octubre de 2013

DEVOLUCION TP 3 A

DEVOLUCION TP 3 A
1)      Utilice el esquema propuesto por O. Wright acerca de cómo interpretar el papel de la lucha de clases en la determinación de las estructuras económicas y estatales, y en las intervenciones políticas estatales, para procesos históricos de Argentina o A. Latina. Otra manera de formular la consigna es ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?

Plantea Florencia la crisis del 2001 como ejemplo de estas mediaciones y transformaciones: tanto las clases medias como las populares movilizadas lograron cambios políticos y finalmente podría decirse que de orientaciones socioeconómicas. Hay pocas dudas que el estado recuperó fuertes capacidades de intervención y de control de recursos y excedentes y que en general tendió a distribuirlos entre las clases populares y los asalariados. Pero obsérvese que de los dos sectores puntuales movilizados en el 2001 que menciona Florencia, los ahorristas estafados no fueron beneficiados por las políticas estatales posteriores. Solo los desocupados fueron beneficiados.

1) ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?

Alina invoca como ejemplo las movilizaciones de diciembre de 2001 y la relación entre crisis financiera y cambiaria y nuevos alineamientos clasistas y formas de lucha que derivaron en cambios políticos y de orientaciones gubernamentales. Sin embargo, el ejemplo adicional del conflicto por las retenciones móviles no es tan nítido ya que el gobierno nacional lejos de ceder ante las demandas de los sectores movilizados tendió a profundizar las medidas de regulación y estatización del excedente económico y su distribución: AUH, estatización de fondos previsionales, etc.

2) ¿Cuáles han sido las capacidades estructurales y organizativas desarrolladas por las clases medias en nuestra historia reciente?

En el planteo de Miguel está ausente el tema de la historia reciente que pide la pregunta. Se remite a cuestiones generales conceptuales. En ellos están planteadas las capacidades estructurales pero no aparecen las más interesantes: las organizativas.

Fernán propone un análisis sugestivo para pensar basado en la consideración conjunta de las capacidades estructurales y organizativas de distintas clases. Es muy importante la observación previa que hace de que no pueden analizarse las capacidades de cada clase prescindiendo de los conflictos que las enfrentan y las capacidades de las otras clases. Las capacidades solo se ven en la lucha. Así analiza las capacidades de las clases medias via a vis las de las clases dominantes y las clases populares. Sus conclusiones son debatibles para el largo plazo posdictarura pero están bien planteadas: las clases dominantes fortalecieron ambos tipos de capacidades, las populares vieron mermar las estructurales pero no las organizativas y las clases medias serían las grandes perdedoras en ambos terrenos. Es para discutir si las clases dominantes no han perdido resortes estructurales de la economía desde el 2003 y que las clases populares no han recuperado capacidades estructurales junto con el empleo y la expansión de derechos (protección laboral, AUH, entre otros). Es cierto que la fragmentación y la desindicalización junto con la crisis del radicalismo afecto las capacidades organizativas y políticas de clases medias. Sin embargo, hay vitalidad para desarrollar formas novedosas de movilización social: asambleas barriales, ambientalismo, convocatorias por redes sociales, 13S, 8N, etc.  También es muy bueno el intento de comparar el reclamo por la seguridad con el de la libertad para ahorrar y gastar en dolares en las clases populares y las clases medias. Pero es dudoso que el interés de las clases medias sea afectado por la liberación cambiaria: la disponibilidad de dolares combinado con devaluación puede ser un interes patrimonial de primer orden para la pequeña burguesía excedentaria. Acceder a los dolares del BCRA antes de que se vacíe es un pingüe negocio que permite capitalizar para sí la segura devaluación posterior. Tal ha sido su comportamiento ante las crisis del 88/89, 90/91 que precipitó el Plan de Convertibilidad y el macroendeudamiento del país, y también en el 2001 con la diferencia que las clases dominantes financieras decidieron abortar el acceso a las divisas de entrada con el corralito. La inestabilidad de la definición de intereses en las clases medias también responde a que dichos intereses se definen de acuerdo a la evolución de la lucha entre las clases fundamentales: si las clases dominantes están en condiciones de imponer un ajuste y contracción económica el posicionamiento de las clases medias será distinto al que tendrán si las políticas de expansión de ingresos y consumo populares resulta deficitaria en divisas que se le sustraen a sus capacidades de ahorro y acceso a la propiedad y a estilos de vida deseados (turismo, autos importados, etc.). Creo que hay que repensar la idea de que las clases medias son grupos que “atentan” irracionalmente contra sí mismos. Creo con Olin Wright que son particularmente sensibles al estado de las capacidades de las otras clases, de ahí sus alineamientos y posicionamientos cambiantes.

El planteo de Sebastián respecto de que las luchas estudiantiles universitarias pueden enfocarse como forma de defender el capital cultural obtenido o en proceso a obtenerse frente a la posible devaluación de sus títulos, es interesante pero la respuesta es demasiado escueta y no pueden verse en qué tiene que ver esto con capacidades de clase. El eclipse del movimiento estudiantil universitario ¿cómo debería ser interpretado?. Las menciones al cepo cambiario y la inseguridad son certeras en términos de capacidades estructurales de clase pero están ausentes las organizativas.

Ramiro señala muy suscintamente las luchas estudiantiles y las movilizaciones antigubernamentales. Es claro que las luchas por el acceso y la calidad de la enseñanza y los títulos busca la preservación del capital educativo. Sin embargo, este gobierno tiene la particularidad de la fuerte inversión en las universidades nuevas alojadas en zonas de clases populares, quedó pendiente ese análisis y cómo impacta en los estudiantes de las universidades tradicionales.

1) En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?

Miguel acertadamente relaciona la dictadura con la apuesta a la educación de parte de las clases medias. Aunque quizás haya que agregar que el acceso al dólar barato y los viajes al exterior también tuvo su papel. Respecto de la educación hay que puntualizar dos cuestiones: impulso a la enseñanza privada paga y restricciones al acceso a la universidad. Asimismo la represión significa la desvalorización violenta de diversas subespecies de capital cultural y educativo (títulos en C. Sociales, Psicología y cualquiera que pueda relacionarse con las etapas de politización anteriores). Tambien los procesos de desindustrialización quitaron valor de mercado a los títulos técnicos, ingenieros, etc.
Ramiro también encuentra el mismo papel central de la educación de los hijos a través de la enseñanza privada. Hay que agregar que la internacionalización de títulos donde los colegios privados más caros hacen punta y también la educación universitaria de posgrado en el exterior también son formas de mantenimiento de diferencias en el espacio social.
Florencia es algo confusa pero también centra su respuesta en la reconversión hacia el capital educativo.
En todos estos análisis faltan otros elementos: el capital social (barrios privados, clubes selectos), el capital “político” en las estructuras tecnoburocráticas de gestión del neoliberalismo en el estado, el capital simbólico como acceso a la visibilidad y los medios de comunicación, entre otros. 

2)      ¿Es posible hablar de una clase de servicios o de Nueva Clase en nuestro país? ¿Qué aplicabilidad pueden tener estos conceptos en nuestro contexto?

Es excelente la consideración de Fernán sobre la movilidad intergeneracional: no es lo mismo ser profesional de primera o de tercera generación. Y esto es muy importante en el reclutamiento para las funciones de la “clase de servicio” que en nuestro país parece asumir características bastante alejadas de las señaladas por Goldthorpe. Contra la idea de Fernán hay que colocar el fenómeno de las urbanizaciones privadas que desde hace ya 3 décadas brinda entornos sociales comunes a las clases gerenciales (capa superior de las de servicios) y las clases dominantes. A favor de que no existe una clase de servicios hay que tener en cuenta que las empresas aquí flexibilizan las relaciones laborales incluso en los niveles más altos, con altas rotaciones y poca estabilidad.
Alina contesta brevemente que hay presencia de los intelectuales e intelligentzia técnica pero que no tienen el mismo peso que en los capitalismos avanzados.
1) En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?.

Sebastián señala con acierto la apuesta a la educación privada como estrategia principal de ascenso al cercenarse o estrecharse los canales de acceso a la propiedad. Sin embargo, la propiedad económica inmobiliaria, industrial, comercial y agraria sigue siendo un elemento distintivo de nuestra estructura de clases respecto incluso de las de los capitalismos avanzados.  Es materia de discusión si la enseñanza universitaria pública gratuita también está igualmente desvalorizada simbólicamente como la básica y media.

lunes, 7 de octubre de 2013

TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3. Parte A

Los textos de Giddens y Crompton señalan el conjunto de limitaciones con que se topan los planteos clásicos herederos de Weber y Marx en la evolución de los capitalismos avanzados, sobre todo a partir de los años ’60. Las tendencias  a la despolarización de la estructura de clases, el crecimiento de los sectores de servicios y del trabajo no manual, el abandono del trabajo como fuente de identidad y de pertenencia colectiva, las orientaciones culturales consumistas e individualistas, la incidencia de diferenciaciones raciales y de género, el surgimiento de actores políticos transclasistas (ecologistas, pacifistas), el desclasamiento del voto (apoyo electoral de clases obreras a conservadores), etc. pueden resumirse en tres grandes procesos que debilitan el análisis de clase: el “pos industrialismo”, el “pos fordismo” y el “pos modernismo”.

El esquema giddensiano que apela a los procesos de estructuración de clase puede decirse que constituyeron el último gran esfuerzo de enfrentar estos problemas con las herramientas legadas por los clásicos. La solución de Giddens es simplemente pensar las clases como capas de determinaciones sociales que empiezan por el mercado de trabajo, siguen en los factores comunitarios y demográficos  y terminan en aspectos de status y prestigio, sentidos de pertenencia e identidad, sin olvidar el papel de la lucha de clases. Giddens hace un verdadero melting pot que mezcla todo y así multiplica las dificultades más que subsanarlas.

Los enfoques contemporáneos que parten de Olin Wright y Bourdieu (ambos tienen antecedentes en Poulantzas el primero y en Norbert Elías el segundo) comienzan a modificar o abandonar de manera ostensible los parámetros de la tradición marxiana y weberiana y en este sentido podría decirse que inauguran una etapa posclásica.

O. Wright avanza en un modelo de determinación global que categoriza las relaciones entre estructuras económicas y políticas con la lucha de clases. Podríamos decir que los aportes sustantivos a este respecto son dos: 1) lejos de la tradición clásica, la lucha de clases no se deriva del mercado o las relaciones de producción, sino que establece una serie de relaciones de limitación y transformación. La lucha de clases no permanece como efecto exterior a la estructura sino que es la forma misma del proceso de transformación de la estructura. El “secretillo” del esquema de O. Wright es que si la estructura económica puede establecer un límite de compatibilidad funcional a otras estructuras, no puede establecerlo sobre la lucha de clases. La lucha de clases está limitada pero es “libre” frente a las estructuras, es decir puede transformarlas.  Las estructuras sin dudas introducen limitaciones a la lucha de clases pero no al punto de que la lucha de clases no pueda incidir sobre las mismas estructuras que la limitan.

2) Además las relaciones de limitación (que en los planteos clásicos era la única reconocida) entran en no correspondencia con los de reproducción. Una estructura económica puede establecer límites de variabilidad a las estructuras políticas y la lucha de clases pero ello no garantiza que las intervenciones políticas y la lucha de clases asuman un papel no reproductivo y de mediación o transformación de las mismas estructuras.

 

El otro de los aportes rupturistas en lo teórico de este autor es la idea extraordinaria de que las clases medias tienen posiciones estructuralmente ambiguas o contradictorias pero no por ello dejan de ser clases. Las clases medias no pertenecen a un modo sino que cruzan dos modos de producción: el mercantil simple y el capitalista.  Asimismo es importante el análisis de los tres procesos contemporáneos que inciden en los procesos de establecer fronteras de clase entre las clases medias: la pérdida de control en el proceso de trabajo, la diferenciación de funciones del capital entre propiedad y gestión, y las jerarquías de autoridad y las formas de control técnico impersonal.

También es novedoso el planteo de diferenciar interés de clase y capacidades de clase (estructurales y organizativas), abriendo conceptualmente la cuestión del proceso de formación de clase que, a su vez, es objeto mismo de la lucha de clases. Es decir, siembra las bases de la politización y deseconomización de la lucha de clases: las mismas  capacidades de clase no son derivaciones directas de la posición económica de clase sino que son objeto y producto  de la lucha de clase misma.

También es importante la discusión sobre el concepto de explotación, que es un tradicional pilar de las teorías clásicas. Aquí se ve algo poco señalado: la explotación supone niveles de dependencia recíproca entre explotador y explotado, a diferencia de las relaciones de opresión. Es clásico el planteo de Wright en tanto que clase se sigue refiriendo a relaciones de explotación y no de opresión pero, no obstante, las relaciones de dominación de clase (regulan el nivel de esta interdependencia o reciprocidad) son importantes aunque subordinadas a la explotación.

También son aportes muy sugestivos la manera de caracterizar el poder de clase como en tres dimensiones situacional, institucional o sistémico.  Sintéticamente el primero es el poder de dar órdenes a los actores para que actúen de determinada manera (poder positivo), el segundo es el poder de excluir o quitar de la agenda, de la consideración, determinadas acciones (poder negativo) y el tercero es lograr que las reglas de juego que destribuyen posibilidades de ejercer los otros dos tipos de poder sean sesgadas a favor de la propia clase. Este tipo de poder sistémico es en cierto punto invisible y controla lo que es pensable políticamente para las posiciones de clase subordinadas. Las luchas de clase siempre son tridimensionales y afectan estas tres dimensiones con dominancias cambiantes: hay una lucha liberal/ “progresista”/”populista”  el poder positivo, una lucha reformista/conservadora por el poder institucional y una revolucionaria/reaccionaria por el poder sistémico.

No es menos novedoso el planteo de P. Bourdieu en el Cap. 2 de ese clásico de la sociología de la cultura que es La Distinción. Allí se establecen con gran fuerza los conceptos analíticos del “espacio social”, es decir, el locus sobre el que se hacen inteligibles las clases sociales. En este capítulo Bourdieu desarrolla una teoría de las clases sociales sobre las nociones de habitus, campo y especies de capital que intenta superar las limitaciones metodológicas y analíticas de los planteos empiristas, marxistas, etc. El procedimiento constructivo adoptado asume la forma de una topografía móvil o de mapa dinámico en el que se intersectan los planos sincrónicos estucturales y diacrónicos tendenciales.

 

La problemática de las clases es definida como aquella búsqueda de explicación de distribuciones de bienes y prácticas, aclarando dos cosas: a) que los  bienes no son objetividades dadas sino que se inscriben en usos sociales asociados a estilos de vida, donde los productos son también productos de las disposiciones de los agentes (formas de percepción, acción y apreciación) ; y b) las prácticas no son puras elecciones voluntarias y concientes indeterminadas sino que deben ser comprendidas no como simples efectos mecánicos de la posesión de capital objetivado social y económico, sino también como estructuradas a través de habitus (capital incorporado) y en relación a las fuerzas y tensiones que atraviesan los campos específicos en donde se ponen en juego. No solamente las condiciones homogéneas de existencia, sino también las disposiciones incorporadas en los agentes explican la similitud de prácticas.  Además, los mecanismos de acceso a las posiciones de clase seleccionan en múltiples formas visibles o enmascaradas según criterios de evaluación de disposiciones muchas veces “secundarias” . La dialéctica entre la posesión y la disposición es el dispositivo teórico mediante el cual Bourdieu intenta develar la eficacia “objetiva” de las clases sociales.

La causalidad propia de la determinación clasista asume una forma “estructural” y no “lineal” que obliga a indagar cómo cada factor (edad, sexo, residencia, etc.) y tipo de capital es mediado por los otros.  Así Bourdieu presenta un espacio social de constitución de clases, construido en dos dimensiones de tres series: volumen, estructura (composición por tipo) y evolución del capital; y capital económico, social y cultural. Estos espacios ofrecen relaciones variables de congruencia y simetría. Desde grupos que comparten altos volúmenes de todos los tipos de capital y son fundamentalmente estables en su composición y permanencia futura, y otros grupos que ofrecen disparidades notables y fuertes inestabilidades. Diversas fracciones de la pequeño burguesía son ejemplos de estos últimos. La evidencia empírica muestra que dentro de diversas clases y fracciones existe una relación inversa entre capital económico y capital escolar y cultural. Las burguesía en sus fracciones superiores se independiza de las exigencias de la adquisición de capital cultural, y en cambio la pequeña burguesía y los profesionales depositan en él su esperanza de sostenimiento y ascenso social.

La contribución más rica del texto es la que analiza las trayectorias, el dinamismo de los campos considerados y las estrategias de los agentes. Todos los grupos tienden a una doble  lucha: para mantener y acrecentar el valor de la especie mayoritaria de capital propio, y por la prevalencia de los criterios de valorización más favorables a ellos en cada campo.  Este es un cuarto tipo de capital: el capital simbólico que viene anexo a todas las otras formas de capital.  Hay que luchar por la distribución de cada forma de capital y también por la vigencia, el reconocimiento por parte del resto de los agentes y la legitimidad del propio valor del capital apropiado.  

Una de las estrategias de los agentes es la movilidad de capital que puede ser vertical cuando es ascenso/descenso dentro del mismo tipo de capital. Pero las más interesantes son  las que implican un desplazamiento transversal, es decir, entre campos distintos que obliga a establecer una reconversión de valor entre el capital poseido y el capital que se adquiere con él. Es en este sentido que juega la idea de “inversión” como apuesta a un juego de valorizaciones. A ello lo llama procesos de “conversión” y son cruciales a la hora de entender las luchas en el espacio social: los agentes tienen estrategias de “apuesta” a ganar espacios en diversos campos mediante la conversión de un tipo de capital en otro.

En este esquema explicativo, el autor estudia uno de los fenómenos más interesantes del campo cultural: la superproducción de títulos, la democratización de la enseñanza superior y la devaluacion del capital cultural escolarizado.

Las estrategias de aumento del capital escolar, aumentando la inversión económica de las familias en educación, chocan con el efecto de pérdida de valor de mercado de los mismos títulos alcanzados. Bourdieu describe el efecto de alodoxia como un autoengaño que retrasa la percepción real del valor objetivo de los títulos, ya que los habitus incorporados siguen aplicando formas de apreciación ancladas en su tiempo de adquisición y no en la situación de mercado actual. Es por ello que la expansión de la distribución de capital cultural escolar se acompaña de una “generación engañada” que no puede alcanzar las expectativas prometidas asociadas a su inversión en esta especie de capital, dando lugar a procesos de desclasamiento o al riesgo de de desviarse por debajo de las trayectorias esperadas. Los sectores de la pequeño burguesía son particularmente sensibles a estas amenazas y ante ellas ponen en práctica estrategias de movilización no solo de su capital social, sino también de búsquedas de posiciones accesibles y acomodamientos que redefinen profesiones y puestos de trabajo. Así, los campos laborales más nuevos, más dipersos y menos codificados dan oportunidades a una gama variada y flexible de empleos semiburgueses vinculados a los servicios personales, medios de comunicación, entretenimiento, cultura y a todas las formas novedosas de ejercicio de la dominación suave y la integración simbólica de las clases subordinadas.

Los procesos de devaluación de títulos generalmente adoptan la forma invisible e insensible y suave que maximiza el efecto de alodoxia multiplicando los errores de apreciación que no tardan en convertirse en crisis personales. Las transformaciones del campo escolar apelan a tres mecanismos de filtrado de las estrategias de ascenso de estos sectores: eliminación suave o rezago progresivo, relegamiento a circuitos educativos explícitamente desvalorizados, y devaluación del valor del título. Si todo esto no fuera suficiente siempre quedan los mecanismos de exclusión, discriminación, selección, cupos, patronazgo, etc. con el que  se preservan espacios y monopolios de oportunidades.

Las estrategias de los grupos y las respuestas de los que disputan con ellos van generando efectos de deformación de la estructura o de traslación de estructuras por la cual las distancias jerárquicas entre posiciones se mantienen no a pesar, sino justamente en virtud de los cambios en las acciones y disposiciones de los grupos. Las propiedades ordinales de los campos se conservan mediante cambios en sus propiedades cardinales (posicionales), concluirá Bourdieu que, sin embargo, termina alentando expectativas de cambios estructurales por los efectos de una crisis de frustración de expectativas generalizadas.

El indudable defecto de la gigantesca contribución de Bourdieu es su omisión a la lucha y el conflicto. Si bien él las considera conceptualmente en la dimensión analítica de la “historia” del campo en particular, en sus investigaciones empíricas brillan por su ausencia y los campos aparecen como espacios sociales rígidos y carentes de tensión. No obstante, los conceptos de Bourdieu son casi insustituibles a la hora de pensar un análisis de la lucha desde una perspectiva clasista.

Por último tenemos los textos de Gouldner y Goldthorpe como dos de los principales teóricos de la emergencia de la clase media.  El primero tributario de las teorías del posindustrialismo y la tecnoestructura directamente tiende a considerar a las clases medias como los verdaderos soportes de la sociedad contemporánea y en fuerte disputa con las viejas clases propietarias. Aunque en muchos sentidos este planteo haya envejecido notablemente (la concentración de ingresos y propiedad en el capitalismo global actual refuta claramente sus análisis) no deja de llamar a la reflexión algunos de sus señalamientos históricos. Considero que el Codigo de Discurso Crítico sigue siendo un lenguaje  universal de las clases medias basadas en el saber y la competencia técnica y humanística.  Además también tiene considerable asidero histórico que el papel de las clases medias en los procesos de cambio social ha sido siempre importante.

Goldthorpe es un analista de la estructura de clases en el primer mundo y sus hallazgos empíricos hacia finales de los ’80 llevaron a posar la atención en el fenómeno llamado de las “clases de servicios” caracterizadas por evadir algunas de los rasgos propios de las relaciones laborales de asalariados. A la manera de una “incrustación” estamental en el medio de las organizaciones corporativas económicas más modernas, las clases de servicios (gerentes, desarrolladores, técnicos expertos,  etc.) se caracterizan por elevados grados de autonomía en el trabajo, fuertes identidades y sentidos de pertenencia profesionales, bajo compromiso con las organizaciones, son beneficiarios de relaciones de confianza por parte de los propietarios y accionistas, y también tienen expectativas de seguridad y estímulos diferenciales o expectativas de “privilegios” prospectivos (carrera profesional o ejecutiva, muchas veces honorarios en vez de salario, etc.). Los señalamientos de que estos sectores tienen un amplio reclutamiento de origen popular (merced a la inversión en capital y credenciales educativas) y que podrían ser la base de cuestionamientos al sistema, sostener orientaciones contraculturales y conductas de radicalismo político, no dejan de ser interesantes ya que hay suficientes estudios que localizan la presencia de este tipo de agentes sociales en los movimientos sociales ecologistas, pacificistas, contraculturales, feministas, etc.  

TRABAJO PRÁCTICO 4

Elija una.

1)      Utilice el esquema propuesto por O. Wright acerca de cómo interpretar el papel de la lucha de clases en la determinación de las estructuras económicas y estatales, y en las intervenciones políticas estatales, para procesos históricos de Argentina o A. Latina. Otra manera de formular la consigna es ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?

2)      ¿Cuáles han sido las capacidades estructurales y organizativas desarrolladas por las clases medias en nuestra historia reciente?

Elija una.

1)      En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?.

2)      ¿Es posible hablar de una clase de servicios o de Nueva Clase en nuestro país? ¿Qué aplicabilidad pueden tener estos conceptos en nuestro contexto?