jueves, 28 de junio de 2012

Texto de Apoyo y Trabajo Práctico - Unidad 2 parte B

ALGUNOS ELEMENTOS TEORICOS PARA ENTENDER EL ENFOQUE DE LA ELECCION RACIONAL EN LA ACCIÓN COLECTIVA

Los desarrollos más difundidos de la teoría sociológica en los ’90 pasan por lo que se ha denominado "individualismo metodológico". Contrariamente a lo que pueda pensarse estos enfoques han arraigado incluso en importantes autores neomarxistas como A. Przeworsky, E. Olin Wright y otros. Según este enfoque los conceptos "colectivos" pueden y deben ser reconstruidos en términos de elecciones adoptadas por sujetos diestros que evaluan alternativas y se atienen a algunas reglas de decisión. En estos enfoques se les reconoce a los sujetos "competencia estratégica", es decir, capacidad para orientarse de manera conveniente ante el comportamiento de los otros. En este sentido, el individualismo metodológico reconoce una matriz dentro de la economía neoclásica pero fundamentalmente dentro de la llamada "teoría de los juegos" que intenta predecir las estrategias más probables de un actor dada una situación y un comportamiento de otros actores.Así, por ej., Przeworsky analiza la racionalidad estratégica de la opción obrera por la socialdemocracia europea dadas las relaciones de poder y comportamientos de la burguesía. Un ejemplo de este mismo autor es el de la huelga obrera: es un hecho sin dudas colectivo pero no puede obviarse que a cada obrero en particular, a cada obrero en sí mismo, le conviene no hacer huelga y que los demás sí la hagan: de esta manera cobra el aumento si se consigue (los aumentos son "bienes públicos" que no discriminan entre quienes hicieron huelga y quienes no) y si no se consigue no corre los riesgos de la lucha (despidos, descuentos, etc. que sí son "privados" y no públicos). Por tanto, toda acción colectiva debe estar preparada para resolver este dilema y contrarrestar la propensión individual a la pasividad (teorema de Olson).En el conocido libro de Elster "Tuercas y Tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales", Gedisa, Barcelona, 1993, se plantea el comportamiento social como una forma de arbitrar entre Deseos y Oportunidades: el sujeto evalúa la situación de acuerdo a sus deseos y eventualmente aprovecha las oportunidades que encuentra para realizarlos. Si no encuentra oportunidades busca reducir la frustración reduciendo sus apetencias o cambiando las preferencias.Pero es claro que deseos/oportunidades no son independientes sino interdependientes: los deseos pueden generar o inhibir oportunidades ausentes o disponibles, y las oportunidades generar deseos o inhibirlos. "Donde la naturaleza es demasiado pródiga no hay necesidad y donde es escasa no hay oportunidad"En el largo plazo, cuentan las oportunidades ya que ellas son producto y modelan los deseos. El deseo de aumentar las oportunidades no es obvio ni universal, y la autolimitación de oportunidades también es una conducta equilibradora que intenta evitar la frustración.Cuando las acciones entre dos sujetos están recíprocamente referidas, es decir, cuando uno intenta ajustar su acción a la acción del otro, la estrategia dominante o "mejor respuesta" a todos los movimientos del oponente, lleva al llamado dilema del prisionero en el que ambos esperan que el otro no coopere pues saben que para ambos la tentación de aprovechar el beneficio sin costo de la cooperación unilateral es más grande que el beneficio de una cooperación mancomunada. Ambos esperan aprovechar la cooperación unilateral del otro, o esperan que el otro coopere para no cooperar y alcanzar algún beneficio sin costos. Se produce así un resultado colectivamente desastroso pero el más racional desde el punto de vista individual al mismo tiempo. El riesgo de cooperar ante la incertidumbre del otro hace irracional la cooperación, mucho más cuando se sabe con certeza la racionalidad del otro que hace el mismo cálculo. El carácter paradójico de la acción cooperativa y sus racionalidades imposibles se multiplican: Elster dice que la pasión sirve mal a la pasión. La mejor manera de apartarse de la racionalidad es ser racional. Los esclavos sirven mejor si son algo autónomos, etc. Elster también encuentra que los sujetos pueden encontrar racionalidad en los perjuicios o a través de gratificaciones sustitutivas: la imposibilidad de pruebas que fundamenten decisiones tiende a eludirse reemplazándola por creencias míticas que me permiten seguir resistiendo a que las cosas no son como deseo (principio del placer o gratificación inmediata): cuando las pruebas van en contra, sigo buscando hasta que me den a favor. Así mis creencias pueden perjudicarme aunque me gratifiquen. Las creencias no son irracionales si producen placer, autoestima, etc. y no se puede decidir creer o como creer.Otra paradoja importante es la de la espontaneidad: si cedo a la espontaneidad disminuiré las oportunidades futuras de comportarme así. La valorización de lo espontáneo requiere preocupaciones no espontáneas. En realidad, estas paradojas ya habían sido establecidas por Platón y magistralmente formuladas por Hegel: "el hombre está condenado a ser libre haciéndose esclavo de la ley". Todo ello da lugar a una profunda necesidad de reflexionar sobre el concepto hoy muy en boga de "autonomía".El supuesto teórico fuerte y discutible por cierto es la Tesis de la inexistencia de la voluntad popular: el individuo puede saber qué quiere y la sociedad no. En el individuo entre la decisión y la ejecución no hay interferencia alguna salvo problemas neuromotores, etc. , la sociedad solo lo resuelve en la interacción entre individuos.Las paradojas de la acción colectiva están en la imagen de la bandera colectiva en la marcha del texto: los participantes no pueden gozarla más que destruyéndola.El Problema de la acción colectiva (AC) : es mejor que lo hagan muchos que que no lo haga nadie, pero es mejor para cada uno no hacerlo. Cooperar es actuar en contra del interés propio de manera que beneficie a muchos solamente si todos actúan de ese modo. Esta es la base de la perversa tendencia de la racionalidad individual a generar desastre colectivo. Si todos actúan mi contribución es innecesaria y la tendencia a capitalizar el esfuerzo de los demás, grande. Si nadie actúa, desde ya que no actúo.La curva de beneficios lineal basada en que cada contribución de cada cooperador añadido es igual en el tiempo, tiene pendientes paralelas ascendentes iguales y por tanto, nunca se tocan y siempre es conveniente esperar el esfuerzo de los demás.Sin embargo, puede haber contribuciones no lineales: los primeros y los últimos generalmente no tienen importancia, también puede que sean perjudiciales (represión a circunstantes) o que el exceso de cooperación más allá de un punto se convierte en caos perjudicial.En las soluciones al problema de la AC se impone el reforzamiento de soluciones (interés propio, normas, altruismo, etc.): la esperanza confirmada de reciprocidad, coopera en la primer ronda, coopera en la segunda solo si el resto cooperó en la primera, etc.Según Elster se pueden tipificar 3 figuras calculadoras frente a la acción colectiva: -los kantianos que obran de acuerdo a la máxima de lo mejor universal y por tanto no consideran ni los perjuicios que sufren ellos mismos ni los costos que puedan ocasionar a los demás; - los utilitarios que esperarán que los kantianos comiencen y que la cantidad de seguidores signifique que con su propia cooperación el umbral de beneficios para los cooperadores superara sus costos; - los que siguen la norma de justicia que esperarán que la cantidad de cooperantes posibilite un beneficio medio favorable aunque no todavía para los cooperantes.El utilitario participa cuando el beneficio esperado con su participación se vuelve positivo. El justiciero lo hace cuando el beneficio general se vuelve positivo. De acuerdo a las trayectorias esperadas de beneficios propios y colectivos, los kantianos pueden ser detonantes catalizadores de los justicieros y los utilitarios, y estos son multiplicadores de los kantianos. La "reacción en cadena" puede llegar a la cooperación universal aunque no sea conveniente. El texto de M. Lichbach busca encontrar dentro mismo de los supuestos del individualismo metodológico no la explicación de la pasividad, sino las formas de resolver o superar la parálisis a la que se someten los individuos merced el dilema del rebelde. Así encuentra que existen tanto soluciones de incentivos directos o indirectos, reducción de costos, etc. (soluciones de mercado) pero también soluciones de tipo contractual (basadas en el dilema de seguridad) o soluciones no maximizadoras basadas en identidades, creencias o convicciones (soluciones comunitaristas) o simplemente en obediencia y jerarquía (soluciones jerárquicas).

TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 Sobre textos de Elster, Lichbach, y Craig Jenkins - ENTREGA PARA EL 5/08

1) Cómo se comporta Ud. Ante una acción colectiva: como un kantiano, como un utilitario o como un liberal democrático justiciero (Elster).

2) Busque dos ejemplos de formas de solución predominantes de control de los free riders (colados, oportunistas) o soluciones del dilema del rebelde por parte de organizaciones sociales: 1) en su experiencia propia de participación en movimientos u organizaciones colectivas, 2) en ejemplos procesos de movilización o revoluciones estudiados en esta u otras materias.

3) Sobre el texto de Craig Jenkins (tome uno de 4)

A) En los procesos de movilización social en la Argentina ¿Quiénes podrían encajar con la figura de “empresario” social o político respecto de los movimientos sociales?.

B) Tome un movimientos social cualquiera (desde piqueteros hasta HIJOS) y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?

C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de Mov. Sociales en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.

D) Desde el punto de vista de la movilización de recursos elija algún proceso revolucionario que conozca y conteste ¿Qué recursos fueron movilizados durante ese proceso revolucionario?

Devolución TP 2 A

Van las devoluciones ordenadas por consigna.

1)
Agustín plantea con total precisión y solvencia la cuestión de los empleados públicos y la no correspondencia entre formación de clase y posición de clase ya que lo determinante es la lucha. El caso argentino está desaprovechado en el texto del TP. En los años ’90 en Argentina los docentes protagonizaron la vanguardia de la resistencia a las políticas de achicamiento y privatización. La resignificación de los docentes como “trabajadores” de la educación y del personal hospitalarios como “trabajadores” de la salud, etc. constituyó un cambio importante en la constitución de la clase obrera argentina tradicionalmente apoyada en la identidad obrera industrial. Incluso hoy mismo el tema que camioneros constituya la cara visible de las demandas obreras sigue mostrando la plasticidad del proceso de formación de clase. En la crisis del 2001 justamente los grandes ausentes de las movilizaciones fueron los obreros industriales que conservaron el empleo. Es decir, las posiciones típicamente identificadas con el clasismo tradicional fueron las más atemorizadas y reluctantes a la movilización comparados con desocupados y empleados públicos.

Lucrecia, se confundió dos veces no era Przeworsky y tampoco “Parkins”, sino Parkin, ja, ja. Pero su planteo es completamente correcto. Es muy importante el señalamiento de que el empleo público calificado está sometido a cierre social con una elevada carga de legitimación en países como Francia y Alemania, en donde adquiere ribetes estamentales. Ni hablar en la ex URSS, donde los estudios realizados pos caída del muro mostraban que los cargos eran prácticamente hereditarios, los hijos de los directores de empresas eran directores de empresas, etc. Para que se vea que el cierre social no son mecanismos que se dan solo en el capitalismo. De cualquier manera, no siempre es lo mismo, creo que en Argentina y A. Latina el empleo público suele estar devaluado y no tan sometido a cierre.

Matías y Carlos toman el marxismo estructural de Harnecker y definen con acierto que ni técnicos y ni supervisores formarían parte de la clase obrera o de la burguesía en el típico esquema dicotómico de esta postura. Es más discutible que los bancarios no formen parte de la clase obrera. Primero porque si bien no producen plusvalía sí son explotados en tanto su trabajo ahorra mayores costos de administración, gestión del dinero, etc. que los que le pagan como salario. Segundo, porque en la argentina ese gremio tiene un tradición bastante combativa que incluso llegó a desafiar al segundo gobierno de Perón, y en los ’90 protagonizó grandes paros y luchas contra las privatizaciones bancarias, lo que llevó a Menem a regular el derecho de huelga y colocar como servicio público esencial el “clearing bancario” para ilegalizar las huelgas bancarias. El razonamiento de Matías que excluye a los bancarios de la clase obrera por las condiciones de vida es bastante “prejuicioso”: hoy mismo hay obreros industriales que con horas extras superan los salarios de los bancarios. Además el mismo razonamiento hizo el ex ministro Cavallo que en el año 94 ante una huelga muy fuerte acusó a los bancarios de quejarse cuando trabajan con saco y corbata y tienen aire acondicionado, al otro día los bancarios en conflicto fueron al banco en bermudas y ojotas a modo de protesta.
Anaclara olvidó las referencias al caso de los empleados públicos en la argentina.

2)
Me parece que Antonella no aplica bien el concepto de cierre social, al que confunde me temo con el concepto de exclusión social, que tienen poco que ver. Los movimientos de desocupados fueron excluidos del acceso al empleo, pero no se aclara en el texto cuál sería el mecanismo de cierre. Si cierra una fábrica no hay cierre social sino exclusión. Cierre social habría por ejemplo si ante un cierre, el sindicato o cualqueir sector interno obrero negocia criterios por los cuales se echan a qué trabajadores (mujeres, jóvenes, negros, etc.). Releer el texto de Parkin.

3)
Patricia Prado y Regina Vidart, coinciden bastante con las tesis tradicionalmente difunididas por la izquierda intelectual. Sin embargo, como todo, es posible de dobles lecturas. La “verticalizada” clase obrera a través de la dirigencia sindical con la crisis de 1952 se negó a aceptar los límites a la negociación paritarias que pretendía Perón quien para convencerlos convocó al Congreso de la Productividad. Algunos gremios importantes entraron en huelga e incluso se registraron algunas respuestas persecutorias hacia ellos. Hoy mismo el conflicto con el moyanismo muestra que el peronismo es muy poco afecto a la disciplina partidaria y los liderazgos excluyentes.  Muchísimos dirigentes del primer peronismo intentaron desafiar a Perón (no solo C. Reyes, sino también Mercante, el mismísimo Jauretche, etc.). J. W. Cooke diputado en una oportunidad votó en contra de la voluntad de Perón y del bloque mayoritario y no obstante eso Perón poco después lo convocó para dirigir una reforma del Partido Justicialista. Lo mismo hay una tradición absurda inventada por algunos intelectuales de la década del 60 que caracterizaron al peronismo como un “estatismo”. En general los historiadores serios hoy aceptan que el intervencionismo estatal había empezado mucho antes y que en líneas generales Perón no era afecto a invadir el terreno de la iniciativa privada productiva (sí por supuesto en los servicios sociales), por eso Peron no quiso estatizar el petróleo, negoció los primeros contratos con empresas americanas, etc.  Podríamos seguir infinitamente con esta saga, pero la imagen construida de un peronismo estatista y autoritario hay que revisarla a mi juicio.
El proceso de formación de la clase obrera recibió un impulso gigantesco por el peronismo: no solo por el reconocimiento a su poder social y colectivo sino también como derechos. Lejos del marxismo vulgar que cree que las concesiones y el bienestar conspiran contra la identidad obrera y su voluntad de lucha, la sociología de la acción colectiva demuestra contundentemente que la predisposición a la lucha es mucho mayor cuando las personas asumen un modo de vida como un estándar que se naturaliza como derecho y se amenaza perderlo. Es por eso que la clase obrera se mantuvo hasta hoy asociada al peronismo: con esa palabra se asocia el modo de vida que consideran un derecho y se convierte en patrón de justicia que impulsa las movilizaciones y resistencias. Al revés cuando la clase obrera estuvo peor en las décadas de ajuste y neoliberalismo, fragmentación, y pérdida de la identidad obrera como asociada a un estándar cristalizado como derecho, es que se registraron menores inclinaciones combativas (en la década del ’90 sobre todo). Los derechos que se conquistan hoy son los motivos de lucha mañana.

domingo, 10 de junio de 2012

TRABAJO PRÁCTICO UNIDAD 2 PARTE A


TRABAJO PRÁCTICO UNIDAD 2 PARTE A (colgar antes del lunes 18/06)

Elija una de estas

1) Se ha discutido durante mucho tiempo la pertenencia a la clase obrera de los empleados administrativos y de los técnicos y supervisores.  ¿Qué respuesta imagina Ud. que darían…
Dahrendorf; Poulantzas; M. Harnecker; F. Parkin; N. Poulantzas; A. Przeworski? Suponiendo que todos estos autores piensan en la Argentina (elija solo un autor).

2) Otro tema de discusión de la última década ha sido la pertenencia o no a la clase obrera de los movimientos territoriales de desocupados o pobres urbanos. ¿Qué respuesta imagina Ud. que darían…Dahrendorf; Poulantzas; M. Harnecker; F. Parkin; N. Poulantzas; A. Przeworski? (elija solo un autor).

3) Desde Milcíades Peña hasta hoy se ha discutido la cuestión de la clase obrera argentina y del peronismo como bonapartismo disciplinador de la clase obrera. ¿En qué medida las políticas sociales, las conquistas laborales y políticas, y los estilos de conducción del peronismo han significado para la clase obrera una traba en su proceso de formación de clase? Utilice las ideas de Przeworki.