Texto de apoyo y TP sobre COMUNICACIÓN Y PODER, Manuel Castells, Siglo XXI,
México, 2012
1- De
ejemplos de conformación de redes en los movimientos sociales. ¿Cuáles serían
sus nodos? Analice la flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia
de las mismas.
2- ¿Cómo
pondría en funcionamiento el público los sistemas de predisposición y
vigilancia con respecto a los movimientos sociales? Cómo podría demostrarse la
hipótesis de Castells que señala que las personas son “avaros cognitivos” con
relación a la actuación de los movimientos sociales.
3- De un
ejemplo de “comunidades de prácticas”. De qué manera éstas utilizan la
autocomunicación de masas para conformarse y sobrevivir.
(Colgar
antes del 9 de noviembre)
El poder
es la capacidad relacional que permite a un actor social influir de forma
asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezca
la voluntad, los intereses y los valores del actor que detente el poder. El poder se ejerce mediante la coacción o
la posibilidad de ejercerla y/o mediante la construcción de significado
partiendo de los discursos a través de los cuales los actores sociales guían
sus acciones. Las relaciones de poder están enmarcadas por la dominación, que es el poder que reside
en las instituciones de la sociedad.
Es necesario aclarar algunos conceptos. Actor: se refiere a distintos sujetos de
la acción (individuales, colectivos, instituciones, organizaciones, redes). Capacidad relacional: el poder no es un
atributo sino una relación. No puede abstraerse de la relación específica entre
los sujetos de poder, los empoderados y los que están sometidos a dicho
empoderamiento en un contexto dado. Asimetría:
Si bien existe una influencia recíproca, en las relaciones de poder siempre hay
un grado mayor de influencia de un actor sobre otro. Nunca existe un poder
absoluto, siempre existe la posibilidad de resistencia que pone en duda la
relación de poder. En cualquier relación de poder hay un cierto grado de
cumplimiento y aceptación de los que están sujetos al poder. Pero cuando la
resistencia y el rechazo se vuelven considerablemente más fuertes que el
cumplimiento o la aceptación, las relaciones de poder se transforman. Según
Castells cuando la dominación es total, las relaciones de poder se convierten
en relaciones no sociales.
Cuanto mayor es el papel de la construcción
de significado en nombre de intereses y valores específicos a la hora de
afirmar el poder de una relación, menos necesidad hay de recurrir a la
violencia. Sin embargo, la institucionalización del recurso a la violencia en
el Estado y sus derivados establece el contexto de dominación en el que la
producción cultural de significado puede desplegar su eficacia. En este
sentido, hay un apoyo complementario y recíproco entre los dos principales
mecanismos de formación de poder: la
violencia y el discurso.
La violencia, o la amenaza de recurrir a
ella, los discursos disciplinarios, la amenaza de implantar la disciplina, la
institucionalización de las relaciones de poder como dominación reproducible y
el proceso de legitimación por el que los valores y las reglas se aceptan por
parte de los sujetos de referencia son elementos que interactúan en le proceso
o de producción y reproducción de las relaciones de poder en las prácticas
sociales y en las formas organizativas.
Para que un actor social participe en una
estrategia con el fin de lograr un objetivo, adquirir el poder para actuar en
los procesos sociales significa necesariamente intervenir en el conjunto de
relaciones de poder que enmarcan
cualquier proceso social y condicionan el logro de un objetivo concreto.
El empoderamiento de los actores sociales no puede separarse de su
empoderamiento contra otros actores sociales. El poder para hacer algo es siempre el poder de hacer algo contra alguien, o contra los valores o
intereses de aquel que están consagrados en los aparatos que dirigen y
organizan la vida social. En sentido general, el poder es la capacidad para
perseguir y lograr objetivos mediante el dominio de lo que nos rodea.
Por ello, el poder no se localiza en una
esfera o institución social concreta, sino que está repartido en todo el ámbito
de la acción humana. Pero también hay
manifestaciones concentradas de relaciones de poder en ciertas formas sociales
que condicionan y enmarcan la práctica de poder en la sociedad en general
imponiendo la dominación. El poder es
relacional, la dominación es institucional. Una forma específicamente
relevante de poder ha sido, a lo largo de la historia, el Estado en sus
distintas manifestaciones. Pero los Estados son entidades históricas, la
cantidad de poder que ostentan depende de la estructura social en la que
operan.
El
fundamento de todo Estado es la fuerza. Este es el garante último de los
micropoderes, es decir, de los poderes que se ejercen fuera de la esfera
política. Cuando las relaciones de los micropoderes entran en contradicción con
las estructuras de dominación incorporadas en el Estado, o éste cambia o la
dominación se reinstaura por métodos institucionales. Si bien el énfasis está
en la fuerza el poder se puede integrar a través de discursos y no habría una
contradicción entre ambas posibilidades, debido a que los discursos
disciplinarios están siempre respaldados por el uso potencial de la violencia.
Asimismo la violencia del Estado se racionaliza, interioriza y en última
instancia se legitima mediante discursos que enmarcan o conforman la acción
humana. Por ello para desafiar las
relaciones de poder existentes hacen falta discursos alternativos que puedan
vencer la capacidad discursiva disciplinaria del Estado como paso necesario
para neutralizar su uso de la violencia. La fuente de poder más importante
para la soberanía es el poder sobre las ideas que dan lugar a la confianza.
Ahora bien, en la actualidad los límites
nacionales de las relaciones de poder son solamente una de las dimensiones en
las que operan el poder y el contrapoder, ya que si las relaciones de poder
existen en estructuras sociales concretas que se conforman a partir de espacios
espaciotemporales y estas ya no se sitúan a nivel nacional sino que son tanto
locales como globales a la vez, los límites de las relaciones de poder
trascienden lo nacional. Esto afecta al estado-nación, que si bien no
desaparece como forma específica de organización política y social, evoluciona
hacia una nueva forma de Estado: el estado-red.
La sociedad es conformada en la actualidad
por múltiples redes socio-espaciales de poder superpuestas y en interacción
continua. Por ello, para entender las instituciones en la actualidad, debemos
comenzar desde las redes, desde las formas de ensamblaje entre lo local y lo
global que definen las relaciones de poder. Las redes no tienen límites fijos y
su expansión o contracción dependen de la compatibilidad o competencia entre
los intereses o valores de cada red y de aquella con la que entran en contacto.
¿Qué es una red? Es un conjunto de nodos
interconectados, cualquier componente puede ser un nodo y su función y
significado dependerán de las características de la red y de la interacción con
los otros nodos. La importancia de un nodo se expresa por su capacidad para
contribuir a la eficacia de la red para lograr sus objetivos. Los nodos existen
y funcionan exclusivamente como componentes de las redes. “La red es la unidad,
no el nodo”. Las redes son estructuras comunicativas por donde circulan flujos
de información conectadas a través de los nodos. Las redes cooperan cuando
tienen la capacidad de comunicarse entre sí. Esto se logra cuando existen
protocolos de comunicación comunes. Pero las redes funciona con una lógica
binaria de inclusión o exclusión, por lo tanto, también pueden competir con
otras redes.
Históricamente ha existido una supremacía de
las organizaciones verticales jerárquicas sobre las organizaciones sociales en
red, pero esto se ha debido a que estas últimas tenían límites materiales,
especialmente con relación a la tecnología disponible. Por ello su capacidad
para introducir nuevos actores y nuevos contenidos en el proceso social se
incrementó a lo largo del tiempo con el cambio tecnológico y especialmente con
la evolución de la tecnología de la comunicación. Esto quiere decir, que la
disponibilidad de una tecnología adecuada es una condición necesaria pero no
suficiente para la transformación de la estructura social.
Las redes avanzaron sobre otras formas de
organización social cuando tres rasgos fundamentales se beneficiaron del cambio
tecnológico: flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia. Flexibilidad: las redes pueden
reconfigurarse en función de los cambios en el entorno, manteniendo su objetivo
aunque varíen sus componentes. Adaptabilidad:
pueden expandirse o reducir su tamaño con pocas alteraciones. Capacidad de supervivencia: al no poseer
un centro y ser capaces de actuar con diferentes configuraciones, las redes
pueden actuar resistir ataques a sus nodos y a sus códigos, porque los códigos
se encuentran en todos los nodos y de esta forma encontrar otras formas de
actuar.
La sociedad red es aquella cuya estructura
social está compuesta por redes activadas por tecnologías de digitales de la
comunicación y la información basadas en la microelectrónica y debe analizarse:
1. Como una arquitectura global de redes autorreconfigurables, programadas y
reprogramadas por los poderes existentes en cada dimensión; 2. Como resultados
de la interacción entre las diferentes estructuras de las redes que incluyen
actividades básicas, como aquellas que configuran la vida y el trabajo en la
sociedad; y, 3. Como el resultado de una configuración de segundo orden, entre
estas redes dominantes y aquellas que quedan fuera de la lógica de la red
global.
El valor en la sociedad en red es lo que las
instituciones dominantes de la sociedad deciden que sea. Es decir, el valor es
una expresión del poder, quien ostenta el poder decide lo que es valioso. Pero dada la variedad de orígenes potenciales
de la dominación de las redes, la sociedad red es una estructura social
multidimensional en la que redes de diferentes clases tienen distintas lógicas para
crear valor. Por ello es muy difícil reducir todos los valores a un criterio
común, tal situación se enfrenta a dificultades metodológicas y prácticas
insuperables.
La cultura común en esta nueva realidad es
una cultura de protocolos que admite la comunicación entre diferentes culturas
sobre la base no necesariamente de valores compartidos, sino de compartir el
valor de la comunicación. Esta nueva cultura no está basada en el contenido
sino en el proceso. Más que la aparición de una cultura homogénea global, lo
que puede observarse como tendencia principal es la diversidad histórica y
cultural: fragmentación más que convergencia.
La conexión y la programación de las redes
globales son las maneras de ejercitar el poder en la sociedad red global. La
conexión la realizan los enlaces y la programación los programadores. Quien es
quien depende de cada red. Los medios concretos de conexión y programación
determinan en gran medida las formas de poder y contrapoder en la sociedad red.
Hay una segunda gran fuente de poder: la capacidad de programación de las
redes. Esta depende de la posibilidad de generar, difundir y poner en práctica
los discursos que enmarcan la acción humana. Sin esta capacidad discursiva, la
capacidad de las redes concretas es frágil y depende únicamente del poder de
los actores atrincherados en las instituciones. La mente pública (el conjunto
de valores y marcos que tienen una gran visibilidad en la sociedad) es en
último término lo que influye en el comportamiento individual y colectivo, la
programación de las redes de comunicación es la fuente decisiva de los
materiales culturales que alimentan los objetivos programados de cualquier otra
red. Los proyectos alternativos y los valores que plantean los actores sociales
para reprogramar la sociedad también deben pasar por las redes de comunicación
a fin de transformar la conciencia y las opiniones de la gente para desafiar a
los poderes existentes. Para resistir las relaciones de poder existentes se
necesitan discursos alternativos que puedan vencer la capacidad discursiva
disciplinaria del Estado como paso necesario para neutralizar su uso de la
violencia.
El poder de programación condiciona el poder
de conexión porque los programas de las redes determinan el rango de posibles
interfaces en el proceso de conexión. Los discursos enmarcan las opciones de lo
que las redes pueden o no hacer. En la sociedad red, los discursos se generan,
difunden, debaten, internalizan y finalmente incorporan en la acción humana, en
el ámbito de la comunicación socializada construido en torno a las redes locales-globales
de la comunicación digital multimodal. El poder en la sociedad red es el poder
de la comunicación.
La oposición al poder se efectúa mediante los
dos mecanismos que constituyen el poder en la sociedad red: los programas de
redes y las conexiones entre ellas. El primer mecanismo de resistencia es la
introducción de nuevas instrucciones y códigos en los programas de las redes,
como por ejemplo la acción colectiva de los movimientos sociales. Un segundo
mecanismo consiste en bloquear los puntos de conexión entre redes que permiten
el control de estas por los metaprogramas de valores compartidos que expresan
la dominación estructural. Una característica central de la sociedad red es que
tanto las dinámicas de dominación como las de resistencia están basadas en la
formación de redes y en la estrategia de ataque y defensa mediante redes.
La comunicación se produce activando las
mentes para compartir significados, es decir, es un proceso por el que se
realiza una movilización cognitiva para informarla o comunicarla a otra
persona. Las ideas son configuraciones de imágenes mentales. Las imágenes
mentales son a su vez, elementos esenciales para el funcionamiento del cuerpo.
Debemos entender la mente como un proceso de construcción de la realidad, no como
un órgano. La mente funciona con redes de imágenes, ideas y sentimientos, que
son vitales para realizar relaciones espaciales y temporales, así como para la
comprensión e interacción con el mundo exterior. La mente percibe las emociones
como sentimientos. Las emociones son modelos diferenciados de respuestas
químicas y neuronales al detectar el cerebro un estímulo emocionalmente
competente (ECS), es decir, cambios en el cerebro y en el propio organismo
inducidos por el contenido de una percepción. Esto nos permite tener una
capacidad de abstracción y de evaluación del entorno. “El cerebro político es
un cerebro emocional”.
El comportamiento humano se produce a través
de un proceso de toma de decisiones que involucra tanto a emociones,
sentimientos, como razonamiento. Pero las emociones tienen un doble papel a la
hora de influir para la toma de decisiones: por un lado, activan de manera
encubierta las emociones relacionadas con el hecho sobre el que hay que tomar
una decisión. Por otro lado, pueden llevar al individuo a actuar directamente
según lo que siente. No es que no exista el razonamiento, sino que las personas
tienden a seleccionar la información que ayuda a tomar la decisión que se
sienten inclinados a tomar.
La comunicación, en sus diferentes modalidades,
desempeña un papel fundamental para activar las redes neuronales
correspondientes en el proceso de toma de decisiones. La comunicación puede
influir en el comportamiento mediante la activación de las llamadas neuronas espejo del cerebro. Las neuronas
espejo representan la acción de otro sujeto. Activan los procesos de imitación
y empatía. Permiten comprender los estados emocionales de otros individuos, un
mecanismo subyacente a la cooperación en animales y humanos.
Los votantes particularmente, se mueven con
inteligencia afectiva en dos sistemas fundamentales: Sistema de predisposiciones y Sistema
de vigilancia. El primero funciona a partir del entusiasmo y el otro a
partir de la preocupación. Los afectos positivos y negativos se relacionan con
dos sistemas motivacionales básicos que son resultado de la evolución humana: aproximación y evitación. El sistema de
aproximación tiene que ver con un comportamiento de búsqueda de objetivos
que produce emociones positivas, dirigiendo al individuo a experiencias y
situaciones que producen placer y gratificación. El afecto negativo está
relacionado con la evitación para
proteger al individuo de los acontecimientos negativos.
Como señala Castells, las personas son avaros cognitivos, ya que buscan
información que confirmen sus creencias y costumbres, este es un atajo que
reduce el esfuerzo mental necesario para realizar una tarea. Es decir, las
personas tienden a creer lo que quieren creer. Filtran la información para
adaptarla a sus juicios previos.
Las acciones explícitas construyen un conjunto ilimitado de informaciones. En
cambio, las implícitas son el
resultado de asociaciones automáticas de muchos factores y tienden al
estereotipo. Las actitudes implícitas
y explícitas a menudo entran en
conflicto. Las implícitas desempeñan
un importante papel en las decisiones políticas porque ayudan a construir las
coaliciones que fomentan la cooperación. Tal como las características comunes
que ayudan a conformar coaliciones.
Para el autor, el enmarcado de la opinión
pública se realiza mediante procesos que se producen principalmente en los
medios de comunicación. La investigación sobre la comunicación ha identificado
tres grandes procesos que intervienen en la relación entre los medios y las
personas durante la emisión y recepción de noticias sobre las que los
ciudadanos se perciben en relación con el mundo: el establecimiento de la agenda (agenda setting), la priorizacion (priming) y el enmarcado (framing). El establecimiento de la agenda representa
la asignación de una especial relevancia a un asunto particular o a un conjunto
de informaciones por parte de la fuente del mensaje con la expectativa de que
el público prestará una mayor atención al contenido y formato del mensaje. La priorización se produce cuando el
contenido de las noticias sugiere a las audiencias que deben utilizar
determinados asuntos como referencia para evaluar la actuación de los líderes y
de los gobiernos. El enmarcado es un dispositivo
esencial de activación del pensamiento porque relaciona directamente la
estructura de una narración transmitida por los medios con las redes neuronales
del cerebro. Asimismo, la emisión de mensajes en los medios depende también de
operaciones concretas que reducen la autonomía de la audiencia para
interpretarlos. Una de estas operaciones es la indexación. Los editores y directores tienden a indexar la relevancia de las noticias y
de las opiniones según la importancia que las élites y la opinión pública den a
un asunto determinado. Más concretamente, los profesionales de los medios
tienden a clasificar la importancia de un asunto en función de las
declaraciones del gobierno.
El poder se construye conformando la toma de
decisiones, por coacción o por construcción del significado, o por ambos a la
vez. La lucha secular por la democracia pretendía crear reglas para compartir
el poder sobre la base de la ciudadanía. Los ciudadanos se encargaron de
delegar su poder en representantes responsables, pero las manipulaciones políticas
por parte de quienes ostentan el poder han deformado el ideal de la democracia.
La clave está en cómo se deciden las
políticas. Hay políticas buenas y políticas malas para grupos concretos y para
la colectividad en su conjunto, la pureza de los ideales políticos se busca en
la confrontación de políticas bien diseñadas para resolver los problemas de la
colectividad.
Pero para llegar al nivel de la toma de
decisiones políticas tienen que llevarse adelante unos procedimientos
democráticos con una comprensión plena de los procesos que intervienen. Estos
procesos son en gran medida emocionales, se articulan en torno a sentimientos
conscientes y están conectados a decisiones que provocan un conjunto complejo
de respuestas dependientes de los estímulos recibidos de nuestro entorno de
comunicación. Los datos y las teorías de la comunicación política convergen
para poner de relieve el poder del marco en el proceso del ejercicio del poder.
En la actualidad, las instituciones del
Estado juegan un papel vital para la democracia o el autoritarismo. Este papel
decisivo se basa en gran parte, en la capacidad de modelar las mentes
construyendo significados a través de la creación de imágenes de poderoso
significado semántico. Dicha construcción de imágenes se realiza en el ámbito
de la comunicación socializada. En esto, los grandes medios de comunicación y
los medios de autocomunicación (Blogs, foros, redes sociales, donde el
administrador dosifica y recibe la retroalimentación que quiere) tienen un
papel determinante.
El autor señala que no se puede aislar el
poder de los medios en los regímenes autoritarios, dónde el estado tiene el
monopolio, además de que puede censurar los medios de autocomunicación. Si
realizamos un paralelo de los regímenes autoritarios y los sistemas
democráticos, vemos que la censura se presenta de otra forma. Primero con una
sobre-exposición a una información escueta y deficiente, que termina teniendo
un efecto narcotizante, por otro lado, los medios en este sistema siempre
responden a intereses políticos y empresariales. A este punto, no debemos ver
la democracia como un ente orgánico, sino como un conjunto de prácticas en vías
de la paridad, por eso, la diferencia entre la democracia de manual y el
autoritarismo no es tan abismal.
Los medios de comunicación son más que el
cuarto poder, son el centro y donde se desarrolla el poder mismo, sin mencionar
que tienen credibilidad por antonomasia y en Internet las empresas de medios
son las más consultadas. A menudo, los medios tienen líneas editoriales y un
sesgo tan profundo, que no sirven para formar opiniones, sino para
reafírmarlas, porque se dirigen a públicos específicos.
En la política mediática es recurrente que
los escándalos se sobrepongan a las ideas, a menudo candidatos realizan sondeos
negativos en contra de otro candidato para dañar su imagen. Esto puede tener un
efecto nocivo en la víctima, si tenemos en cuenta la dimensión de los medios de
comunicación.
La política mediática tiene como fin las
siguientes tareas claves:
Primero debería asegurarse el acceso a los
medios de comunicación. Los actores y políticos deben asegurar su poderío en
los medios. Deberían elaborar mensajes que sirvan a sus intereses, utilizar la
información como instrumento. Deberían tener elementos para realzar una
medición y difusión de su mensaje. El mundo post-moderno, se encuentra
enmarcado en el consumismo. En ese orden de ideas, los medios deben
proporcionar entretenimiento y dar una falsa percepción de arraigo al público.
Por esto, los escándalos de los candidatos resultan atractivos, el espectáculo
se sirve a la orden del día.
Ahora bien, podemos pasar al escenario de la
publicidad política, está se da en la mayoría de países del mundo, casi en
todos los casos, hay un regulación por parte del estado, que varía por el
contexto cultural y el régimen político de dicho país. Esta regulación, también
puede responder a los intereses de los grupos empresariales que responden a
intereses políticos y empresariales y que terminan censurando o apoyando a uno
u otro candidato.
Hay formas en que los medios ponderan o no a
los candidatos, debemos diferenciar entre la publicidad pagada y la
habitualidad con que los candidatos aparecen en notas periodísticas de los
magazines o noticiarios. Uno de los efectos de esto, es que los candidatos
tiendan a llamar la atención de los medios, para lograr visibilidad en ellos.
Para esto, hay cuatro puntos fundamentales:
1.El acceso que brindan los medios a los políticos; 2. Las decisiones o
tendencias editoriales de los medios; 3. Las opiniones de los periodistas
(Líderes de opinión); 4. Lógica de asignación de espacios.
Para lograr el acceso de los medios, los
políticos y candidatos deben aprender a jugar con el lenguaje y la teatralidad
de los medios, pues sino, no ofrecen espectacularidad necesaria en medios como
la televisión y terminan relegándose.
Así pues, a nivel makro, podemos diferenciar
dos filtros.
Primer filtro: Control gubernamental.
Segundo filtro: Dueños de medios – línea
editorial.
La transformación social se consigue a partir
de la conformación de una red de cambios donde se unen los factores culturales,
relacionados a los valores y creencias humanas, y los factores políticos,
cristalización de la institucionalidad y normativas que las sociedades
contemplan para sí. Estos son buscados por los movimientos sociales y las
políticas insurgentes, esta última con menos arraigo en las instituciones.
Son estos movimientos sociales los que
buscarían cambios mediante la utilización del espacio público como centro de
control de la comunicación socializada, claro que ahora, en la era de la
información, este espacio público ha devenido en espacio virtual, digital, por
lo que los cambios sociales deben ser instalados desde la programación de las
redes de comunicación. Pero aquí está el conflicto de la notoriedad: en un
mundo donde la autoobservación y la autocomunicación de las masas derivan de un
mayor acceso, los mensajes se multiplican pero la atención a los mismos se
divide. Por ello, se termina replicando el modelo de los medios tradicionales,
dado que estos tienen audiencias masivas, justamente a lo que aspiran los
movimientos.
En el capítulo 5 el autor ejemplifica su
teoría sobre la comunicación y el poder sobre tres movimientos: el ecologismo,
los movimientos contra la globalización, el 11 M y la campaña presidencial de
Obama en EEUU.
Los casos que analiza muestran el cambio
social en nuestro tiempo, donde intervienen los movimientos sociales y movimientos
insurgentes que desafían la inevitabilidad de la política de siempre y
regeneran las raíces de nuestra democracia. En los dos casos (movimientos
sociales e insurgentes) se modifican las relaciones de poder existentes e
introducen nuevas fuentes para la toma de decisiones. Un elemento significativo
para conseguir el cambio social en la sociedad de red es la reprogramación de
las redes de comunicación que constituyen el entorno simbólico para la
manipulación de las imágenes, además del procesamiento de la información en
nuestras mentes que determinan las prácticas individuales y colectivas.
Un concepto importante es el de comunidades de práctica: son
agrupaciones sociales de individuos que comparten valores, creencias y normas
con aquellos que se identifican como pertenecientes a la comunidad. Cada
comunidad se define por criterios concretos: fronteras territoriales,
afiliación religiosa, orientación sexual, identidad nacional y cosas parecidas.
Las comunidades de práctica son las
que se construyen en torno a una práctica definida, tal como un proyecto
científico, una creación cultural o un proyecto empresarial. Lo que las distingue es que forman fuertes
vínculos durante la práctica pero no se mantienen como comunidades después.
Son efímeras pero intensas. De modo que pueden reproducirse y expandirse
formando distintas comunidades; por ejemplo, los científicos pueden reunirse de
nuevo con sus colegas en otro equipo de investigación formado a partir de una
experiencia previa satisfactoria. Cada comunidad
de práctica se identifica por la práctica y se agota con la práctica
concreta que dio origen a la comunidad.
En cuanto a los sujetos comunicadores,
mientras más grande sea su autonomía respecto de los controladores de los nodos
de comunicación sociales, mayores serán sus oportunidades para introducir
mensajes que cuestionen los valores dominantes y los intereses en las redes de
comunicación.
Por eso, el nacimiento de la autocomunicación
de masas proporciona nuevas
oportunidades de cambio social en una sociedad organizada alrededor de una
meta-red de redes de comunicaciones electrónicas. En consecuencia, la
reprogramación de las redes de significado afectará el ejercicio del poder en
todas las redes. Un ejemplo de lo anterior sería que en la actualidad, toda
persona es un periodista en potencia porque puede informar con un teléfono
móvil, y al mismo tiempo vigilar a los grupos influyentes.
De esta forma, el nuevo sistema multimodal
interactivo refuerza a los mensajes y mensajeros, para que ocupen las redes de
comunicación de toda la sociedad, reprogramándola con sus intereses, valores y
proyectos. Pese a ello, los grandes grupos siempre estarán manejando a su
antojo las herramientas de autocomunicación de masas. Por eso, hoy los
movimientos sociales luchan por conservar la libertad en Internet, para
construir un espacio de autonomía para la comunicación, la base del nuevo
espacio público de la Era de la Información.