lunes, 9 de noviembre de 2015

Texto de Apoyo y TP Unidad 3.B y 4.A (entrega 30/11)



TEXTO DE APOYO TEXTOS DE TARROW, OFFE, AMPARAN, LACLAU Y GOMEZ

Los textos de Offe y  Tarrow son dos de las contribuciones más influyentes para el estudio de los movimientos sociales en los países de capitalismo avanzado. En el caso de Offe tratando de explicar la especificidad de los “nuevos movimientos sociales” (NMS: feminismo, ecologismo, pacifismo, contracultura) de cara a la crisis del estado de bienestar keynesiano (EBK) y al sistema político basado en el dispositivo electoral y los partidos políticos electoralistas. Offe es el primero en conceptualizar de modo categórico procesos como la “mercantilización de la política” entendida como conquista del voto, y sus relaciones con la “politización de la economía” exigida por la colusión entre el EBK y los grandes monopolios privados. De manera diagonal los NMS buscan meter una cuña entre ambos procesos en tanto “politización de la sociedad civil” que se hace a expensas del estado y los partidos políticos y se opone a las consecuencias de la mercantilización y del imperio de los monopolios. Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. Orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).
"El poder en movimiento" es un texto clásico de la sociología contemporánea de los movimientos sociales. Muy influído por los trabajos históricos de Tilly, Tarrow intenta una sistematización del enfoque de la movilización de recursos. Comienza rescatando los aportes del marxismo: Marx por lo insoslayable del conflicto estructural; Lenin por el papel de la organización y su combate a las concepciones espontaneístas; y Gramsci por la necesidad de un marco de significados y sentidos que aglutinen, permitan pesuadir audiencias y sumarlas a la lucha. Según el planteo de Tarrow los movimientos sociales son formaciones colectivas no convencionales que pretenden llevar adelante luchas mediante la movilización de recursos externos preexistentes y mediante la movilización del consenso de sectores amplios de la población hacia determinadas demandas de transformación.
Este patrón de movilización social y cognitivo da lugar a lo que se llama repertorio modular de la acción colectiva en la modernidad (petición pública, general, indirecta, interpelando sectores sociales o estados y no personas, boicots, petitorios, mitines, barricadas) que se diferencia claramente del repertorio convencional premoderno (motines de granos, la petición privada, revueltas campesinas, religiosas, etc.).
Uno de los aportes más importantes es el Cap. 6 sobre los elementos analíticos de la acción colectiva desafiante. Estos se pueden ordenar por pares que entran en relaciones contradictorias entre sí lo que le da al análisis un interesante dinamismo.
El primer elemento es el desafío: toda acción no convencional de carácter contencioso tiene la pretensión de desafiar a los poderes superiores. Estas acciones ponen en cuestión de maneras más o menos indirectas dicho poder.
Para inquietar al poder se usan dosis no de violencia directa sino de amenaza o insinuación de violencia que podría generalizarse. Este tipo de violencia gestual es un arte de manejo difícil que busca no dejar pretextos para la represión y que busca sobre todo preservar la llegada del mensaje de los movilizados a otros sectores sociales más amplios.
Pero para ello deben arriesgar otro elemento importante de los movimientos: la solidaridad. Si los desafíos son muy manifiestos, los públicos que deben ser conquistados (“movilizar el consenso”) para fortalecer la lucha pueden retraerse o colocarse en contra de los movilizados. Sin solidaridades masivas los movimientos tienden a ser derrotados. El leit motive de los movimientos sociales es conseguir la movilización del consenso. Para ello la administración homoeopática de la violencia y los gestos de amenaza y generalización en la movilización, debe producir un efecto fundamental para el éxito: la incertidumbre. Las formas esquivas, indirectas de administración del desafío y la violencia constituyen “formas disruptivas” mediante las cuales las elites quedan maniatadas: todo lo que hagan es peor; si reprimen es peor y si negocian también es peor. Los efectos disruptivos son perseguidos a través de unas tácticas de innovación en los repertorios, se toma un repertorio ya lo suficientemente aceptado como para que no sea aislable y reprimible y se le hacen modificaciones de las que se espera aumente su potencial desafiante y surjan los efectos de incertidumbre.  Todo movimiento social debe enfrentar los dilemas de la acción colectiva: si quiere generar incertidumbre, amenazar con ampliar apoyos, con radicalizar sus capacidades de perturbación del orden público, suscitar amplia solidaridad y aislar a los oponentes, extender en el tiempo y el espacio la confrontación, etc. debe sacrificar en medidas exactas el recurso a los repertorios convencionales de lucha, evitar elevar los niveles de desafío que pongan en riesgo los niveles de solidaridad y cohesión alcanzados, innovar e introducir elementos disruptivos sin generar deserciones ni desconfianza, etc. Mahatma Gandhi y Martin Luther King han sido los maestros precursores de este tipo de lucha que tiñe hoy día al conjunto de los movimientos sociales. Otro autor, Cohen, ha denominado “principio del radicalismo autolimitante” a este tipo de posturas estratégicas que incluso pueden verse también en las luchas del zapatismo mexicano.
La incerteza acerca si el apoyo que la sociedad brinda al movimiento es alta o baja, de si las elites son capaces o no de reprimir y si reprimen la violencia y la movilización serán mayores, y si no reprimen y negocian el movimiento crecerá, etc. es el alimento político que hace crecer los movimientos. Esto es importante, porque ningún movimiento social busca una victoria mediante un acontecimiento decisivo de rendición de sus oponentes, sino una lucha de desgaste donde el éxito en alcanzar las reivindicaciones “cae de maduro” en algún momento por la movilización del consenso.
Otro patrón específico de la dinámica de lucha mediante la acción colectiva disruptiva es evitar la polarización del conflicto y el aislamiento. Un conflicto muy agudo que no permita movilizar consensos más amplios tiende a hacer valer los mayores recursos de poder de los dominantes. Si se pierde la potencial solidaridad de conjuntos sociales amplios con los movilizados, estos llevarán las de perder. La radicalización y la violencia suelen conllevar estos riesgos: aislamiento  y predecibilidad que impide alcanzar el efecto de incertidumbre.
Finalmente, es necesario entender esta dinámica para caracterizar los ciclos de protesta: los movimientos suelen activarse y desactivarse cíclicamente y masivamente. El fenómeno de superposición de movilización/desmovilización de grupos que no tienen mucho que ver entre sí (ciclo ascendente/ descendente) obedece a que las movilizaciones de unos grupos pueden generar oportunidades favorables para otros grupos. La multiplicidad de movilizaciones tiene un típico efecto de indertidumbre. Pero al mismo tiempo que las movilizaciones se multiplican y repiten, agotando su arsenal innovador, se van convencionalizando y con ello va reduciéndose su potencial disruptivo, por lo que sus efectos son decrecientes. Cuando ello ocurre en algún momento comienza a desincentivarse la solidaridad o la capacidad de movilizar y el ciclo se revierte. En definitiva como en tantas otras cosas también el éxito de los movimientos que lleva a convencionalizar el repertorio de acción y generalizar la solidaridad, explica a la postre su ocaso.
Por último, pero no menos importante, el texto de Amparán ofrece una versión sucinta de uno de los desarrollos más sofisticados de la teoría de la acción colectiva como “movilización del consenso”: la teoría de los marcos interpretativos.
El Marco es el conjunto de creencias y significados orientados a la acción y alude al papel de elementos culturales e ideológicos en los fenómenos de transformación de la acción colectiva a movimiento social. Es decir, a qué elementos de los sistemas cognitivos y culturales apelan los movilizados para conquistar el consenso de audiencias y públicos masivos y movilizarlo. El análisis de procesos de enmarcado entonces apunta a la lucha en torno a la definición de problemas, soluciones y acciones estratégicas que proponen los movimientos con el cual buscan “persuadir” o moldear las formas de percepción social sobre determinados asuntos.
Las funciones de los enmarcados que proponen los MS son: a) puntualizan, señalan, ordenan, captan, descifran; b) atribuyen, imputan, acentúan, direccionan, conciben salidas o metas; c) articulan, unifican acciones y experiencias. Es decir condensan y simplifican “el mundo que está ahí”.
Los movilizados pugnan por el “Alineamiento de Marcos” con los grupos, o audiencias que les interesan conquistar. El alineamiento son los esfuerzos de acercar, sintonizar o poner en correspondencia y congruencia ideas, valores, creencias, intereses, definiciones de situación de los MS y sus impulsores con los de un grupo o conjunto de individuos “potenciales” militantes, simpatizantes o apoyos.
Hay 4 procesos de alineamiento de acuerdo a la distancia inicial entre los marcos de los movilizados y los marcos de los destinatarios.
a)      Puente: enlaces o conexiones entre dos marcos altamente congruentes pero hasta ese momento separados. Apela a un inmediato compartir de injusticias o agravios. Sensibilización y reacción inmediata que permite métodos de difusión masivos y con elevado anonimato: redes, correo, firmas, listas.
b)      Amplificación: resaltar o sobrecargar importancia de valores o creencias ya instaladas. Alterar jerarquías o prioridades de públicos destinatarios: - de valores (olvidados, o reprimidos). Persigue la concientización; - de creencias claves interpeladas mediante slogans: de gravedad, de causalidad, de estereotipos de adversarios, de posibilidad de cambio, de necesidad y conveniencia de la movilización de protesta. Persiguen “optimismo” y “esquematización” o “sencillez” de comprensión.
c)      Extensión: cuando hay desacople o distancia entre los movimientos y los públicos destinatarios, nuevos públicos a los que se quiere sumar, etc. se apela a ideas, intereses, motivos secundarios para el movimiento pero importantes para los potenciales adherentes. Introduce temas “gancho”.
d)     Transformación: cambio o resignificación, innovación cognitiva, relectura y reinterpretación de la realidad. Sobre todo superar el paso de “lo aceptado como normal” al “rechazo por injusticia”. Atribuciones causales, culpables, enemigos.
Todas estas operaciones de alineamiento se hacen en torno a tres tipos de contenidos de los marcos.
a)Diagnóstico: define problema, injusticia, agravio;
b) Pronóstico: anticipa consecuencias favorables de la intervención;
c) Motivación: alicientes, esperanzas y satisfacciones, aliento a la acción, la protesta, la organización y la lucha.  Este último es muy importante y parte del principio de la insuficiencia de la justificación intelectual como única motivación para la acción, que incluso puede entorpecer si se aleja de los esquemas cognitivos del público.
A su vez, la eficacia de los Marcos se mide por la “resonancia” que alude a la receptividad y apropiación de los destinatarios. Depende de tres factores.
a) Credibilidad empírica (evidencia y argumentación accesible);
b) Conmensurabilidad de la experiencia (depende a su vez del grado de afectación o lejanía con los problemas definidos);
c) Fidelidad narrativa a una herencia cultural compartida. En este punto se ve la importancia gramsciana del sentido común, tradiciones, folclore, creencias y sentir populares.

En mi texto (Artículo Gómez Enmarcamientos clasistas de la protesta) Uds. pueden ver un repaso histórico de las formas de enmarcar la protesta social desde la década del ’90 hasta el conflicto con el campo. Aquí lo que se ve es el contrapunto entre los enmarcamientos propuestos por los medios de comunicación y los que van ensayando los movimientos de bases populares. “Estallidos sociales”/”puebladas”; “piqueteros”/”desocupados”; “clientelismo”/”organización”; e incluso “piqueteros”/”cartoneros”, etc. van desfilando en una dialectica que muchas veces hace concesiones simbólicas y préstamos: el caso de los piqueteros es típico ya que es una identidad atribuida por los medios de comunicación que es retomada e intenta ser resignificada por los medios. Es importante el eje fundamental de todos los enmarcamientos que procuran establecer los medios masivos: la privación de agencia de las clases populares, especialmente de capacidad de agencia política. Las clases populares son investidas de legitimidad en tanto sujetos de necesidad, y en algunos casos de derecho, pero nunca como sujetos de voluntad política. Siempre tienen que aparecer como manipulados, engañados, sojuzgados, cautivos, etc. Siempre tiene que crearse el espacio simbólico para que alguien los ilustre, los libere, los redima, etc.


Finalmente, el último de nuestros temas es la relación entre clase y movimientos sociales. El texto clásico de Touraine es fundante de la ruptura entre ambos conceptos. Claramente en Touraine, los NMS fungen de concepto alternativo al de clase para explicar el cambio social. Si bien no descarta la categoría clase, el capitalismo posindustrial no las tiene como actores transformadores. Son los movimientos sociales con su intento de transformar los sistemas de acción históricos a partir de la dimensión cultural y de valores, los genuinos agentes colectivos dinámicos. Las clases, en tanto encarnan intereses puramente distributivos dejan de tener la gravitación central. El clivaje del capitalismo avanzado sería tecnoburocracia vs. NMS.
Otras posturas contrarias a la de Touraine pueden verse en Galafassi, Millán y Tischler. Para los primeros hay que olvidarse de los NMS como concepto de la sociología burguesa y volver resueltamente a los tópicos clasistas. En Tischeler se da un intento de articular clase y movimiento. El artículo de Carlos Vilas es muy interesante ya que problematiza el papel de las clases y señala el carácter multiclasista de los fenómenos de movilización con efectos transformadores o eficacia histórica.
Sin dudas E. Laclau es quien desde el posmarxismo ha contribuido a relativizar más la vigencia o eficacia histórica y política del concepto de clase. El planteo es sencillo: el antagonismo está producido exclusivamente por el discurso, no hay condicionantes materiales del mismo. Entre obreros y capitalistas no hay nada en la relación salarial que fuerce a los obreros a sentirse explotados. Las estructuras son ajenas al antagonismo. Es la forma en que los obreros entienden o construyen sentido la que determina el antagonismo: el discurso puede definir que es la voluntad de dios, que es la mezquindad del patrón, que igual se está mejor que en la tierra natal, que es un mecanismo capitalista, que es el merecimiento de acuerdo a la educación, etc. etc. Solo el discurso es antagónico, no las estructuras. Laclau propone un esquema de construcción de antagonismo en su teoría del populismo: el pueblo es la tensión entre la lógica de la equivalencia (todos los que están excluidos o son víctimas de un mismo poder, aunque sean muy distintos entre sí: típico “el piquete y cacerola la lucha es una sola” del año 2001/2002, y pensar que hoy muchos votan a Macri) y la lógica de la diferencia (cada demanda se aisla de las demás en busca de una respuesta satisfactoria puntual en las instituciones). Cuando predomina la primera se gesta el pueblo que antagoniza con lo que lo excluye (la oligarquía, los banqueros, el antipueblo, los cipayos, etc.), en la segunda el pueblo tiende a ser reabsorbido por el sistema político. Esta claro que la lógica de la equivalencia tiende a desbordar determinaciones de clase. El populismo es posclasista. En un artículo crítico a Laclau, observo que no es fácil sostener el principio de la exclusividad discursiva: los actos, las acciones y sus consecuencias si bien son asumidas mediante el discurso, también es cierto que algunas acciones lo problematizan, “dejan sin palabras”, obligan a replantear el discurso o los medios para entender una situación, es decir los discursos cambian y no se cambian a sí mismos y por sí mismos de una manera habermasiana argumental ni de una manera pragmática emocional, son los actos o hechos (masacres, desgracias, abusos, latrocinios, etc.) los que a veces obligan a replantear las palabras que los nombran. Por eso en el trabajo de Uds. tienen que extremar la sensibilidad a las palabras, el léxico utilizado por los actores movilizados, y su relación con determinados hechos o actos que se consideran motivadores o “bisagras” en el proceso de movilización.
En mi trabajo del Regreso de las clases, Cap. IV van a encontrar una serie de conceptos que intentan suministrar una clave clasista de la movilización. En principio hay que partir de una convención semántica fundamental: clase se opone a estamento, casta, etc. no a movimiento y movimiento se opone a partido, sindicato, etc. y no a clase. Clase y movimiento no son opuestos, no son lo mismo pero pertenecen a campos semánticos distintos y por tanto no necesariamente son incompatibles. Por tanto, se necesitan conceptos que permitan iluminar la contingencia de la relación entre ambos.
A partir de la idea de que clase no puede ser un concepto estático sino dinámico, es decir, que básicamente encarna la lucha colectiva y la movilidad individual, entonces la acción colectiva encuentra un nicho privilegiado. El recurso a la colectivización y el desafío es algo propio de cualquier sistema clasista. Las formas en  que la colectivización está clasistamente condicionada son múltiples: el feminismo tiene, a lo largo de su historia y sus matices, fuertes tintes clasistas. No es lo mismo la demanda de las aristócratas para votar a fines del siglo pasado que la demanda de iguales salarios a los hombres de las obreras textiles de Chicago. Uno de los episodios menos conocidos de la revolución rusa es la huelga de mujeres trabajadores textiles el 23/2/17, en contra del Soviet de Petrogrado, para poder festejar el día de la mujer.
Las luchas ambientalistas tienen también cortes clasistas: desde el conservacionismo de raíz aristocrática hasta la ecología popular. En todos los casos las demandas pueden estar alejadas de las condiciones de vida material o el proceso de trabajo, pero no por ello no estar clasistamente condicionadas. Las demandas ambientales intentan frenar costos intergeneracionales que van a ser insoportables para los más vulnerables en las futuras generaciones, además de tratar de impedir la expoliación de bienes comunes en beneficio de unos pocos. Los movimientos de derechos humanos intentan preservar de los costos de la represión y la censura con la que se amenaza todo proceso de colectivización y lucha. Es decir, el movimiento de derechos humanos de alguna manera ampara a todos los movimientos al hacer más dificil o legítimo el uso de la violencia represiva o la censura.
También es necesario ver en cada proceso de movilización qué poderes causales clasistas son activados, afectados, amenazados, puestos en juego: la propiedad económica, la educación, la cultura y el capital simbólico, el capital social o político, los poderes burocráticos u organizacionales.  En qué medida los movilizados buscan a través de la lucha colectiva algunos o varios de estos tipos de capital o poder causal es una buena pregunta orientadora.
La pregunta que hay que hacerse para entender la movilización de manera clasista es qué tipo de atributos relacionales de bienes estratégicos están siendo considerados amenazantes para la vida material en tanto que maximizan explotaciones, opresiones y subordinaciones. O, lo que es equivalente, aumentan las asimetrías en la participación en los frutos del trabajo común, reducen la reciprocidad entre los actores (los actores débiles pierden capacidad de condicionar a los fuertes o estos maximizan esta capacidad) o aumentan su dependencia hacia los fuertes. Las leyes discriminatorias por género o raza aumentan las asimetrías salariales y de empleo y reducen las posibilidades de organización colectiva. Incluso el pacifismo de los años 70 y 80 tiene fuertes componentes materiales: los jóvenes pierden oportunidades de inserción laboral mientras están en el frente, se desvalorizan sus credenciales educativas, los ex combatientes tienen tasas más altas de desocupación y más bajas de terminalidad educativa, etc. Por ello, entre otras cosas, el movimiento estalló en las grandes universidades americanas: el perjuicio a las carreras de los futuros profesionales era importante. Por eso en los casos que Uds. estudien tienen que estar atentos a las opresiones, explotaciones, subordinaciones, asimetrías, reciprocidades, y dependencias de los involucrados en el movimiento. La definición de los antagonistas (qué poderes se enfrentan los movilizados) y las relaciones de la lucha emprendida con la vida material de las personas debe poder llevarnos más allá del mero discurso atado al carácter universalista de las reivindicaciones que sin dudas es el defecto de los planteos de Touraine, Melucci y los enfoques europeos en general.


TRABAJO PRACTICO

Elija por lo menos dos textos y conteste en posteos separados indicando el Autor.

TEXTO OFFE: Elija una de estas consignas. 1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina ¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la “desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva ciudadanización” de la clase obrera?
2) ¿Coincide el marco valorativo de los NMS con los nuestros? escasez-interés-distribución VS identidad-alienación-autonomía.
3) Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales, institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros, Fabricas Recuperadas y Asambleas.
4) Offe detalla dos tipos de respuestas estratégicas del Estado a los Movimientos: vaciamiento y cooptación. Analice según esto el caso argentino.

TEXTO TARROW
Elija una.
a) ¿Cómo puede analizarse la relación entre desafío, solidaridad e incertidumbre en el movimiento piquetero?
b) ¿Cómo analizaría el elemento disruptivo y el papel de la violencia en las acciones de los sectores agrarios en el conflicto por las retenciones móviles del 2008?
c) ¿Cómo analizar el "escrache" a los políticos y funcionarios que se generalizó durante el año 2002 según el esquema de Tarrow?
d) En su tema de monografía ¿cómo podrían pensarse las cuestiones de convención/desafío/disrupción/ incertidumbre?

AMPARAN
Elija una.
a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.
b) Seleccione un Mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.
c) La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural. Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice cómo han logrado cada una de estas tres cosas.

d) En su tema de monografía cómo podrían analizarse los discursos, slógans y consignas de los movimientos desde el punto de vista de la teoría de los marcos.

LACLAU

a) Ensaye alguna hipótesis acerca de cómo se comporta la lógica de la equivalencia y la lógica de la diferencia en el caso del movimiento o proceso de movilización que está analizando para su monografía final

b) Proponga algún ejemplo de relación entre discurso y acción en la gestación de un antagonismo.

GOMEZ

a) En su tema de monografía, intente caracterizar los elementos de explotación, opresión o subordinación que puedan estar jugando entre los actores movilizados.

b) En su tema de monografía, intente caracterizar los elementos de asimetría, reciprocidad y dependencia, involucrados en el proceso de movilización y de definición del antagonismo.

c) ¿Qué tipos de capital o poder causal clasista están siendo activados en los procesos de movilización y colectivización que está estudiando para su monografía?