jueves, 28 de noviembre de 2013

DEVOLUCION TP 3 B

Con gran perspicacia Fernán Gallardou asoció violencia/alineamiento de marcos en el conflicto con los ruralistas. Es excelente su observación en el sentido de que la violencia de los descontentos es objeto de enmarcado y no solo de represión. Lo que se considerará o no “violento” depende de enmarcados específicos y por tanto en torno a la violencia también hay una lucha simbólica. También es excelente el ejemplo de credibilidad empírica: el fracaso del gobierno en su insistencia con la “oligarquía” ante las imágenes de “estética charera” encabezada por De Angelis, a lo que agregaría la absoluta centralidad mediática de Buzzi como vocero de la protesta en lugar de los deslucidos Biolcatti y Llambías. ¡Muy inspirada lectura!.
Agregaría con ánimo de completar que el elemento de fidelidad narrativa aparece con el relato del “campo” como constitutivo de identidad nacional y fuente principal de riqueza y progreso. A lo que el gobierno opuso, creo que con éxito en términos de  enmarcado, la tradición golpista y antidemocrática de estos sectores.
El mismo movimiento ruralista es tomado por Alina Ricci que certeramente señala cómo el grado de desafío iba creciendo en el transcurso del conflicto, realimentado por el apoyo creciente en los medios de comunicación y en parte de la opinión pública (clases medias altas urbanas). También es valedera la apreciación de los efectos polarizadores del uso de tácticas cada vez más disruptivas.
Marina Marchesi puntualiza con precisión cómo en este conflicto con la burguesía agraria el recurso a la violencia amplió rápidamente el círculo de involucrados en el conflicto (clases medias, medios de comunicación, empresariado en su conjunto, sindicatos, movimientos sociales, etc.) y cómo esto motorizó fuertes efectos políticos de incertidumbre.

El tema de los marcos en los movimientos contra la megaminería que toma Florencia Prego es correcto, salvo por lo que respecta al marco de motivación para la movilización donde no aparecen elementos. Confunde motivación con “causas” y en realidad se refiere el concepto a la motivación para la acción colectiva, el marco movilizador, es decir  cómo se justifica la convocatoria a la lucha no convencional, cómo se enmarca la “necesidad” o incluso la “obligación de luchar”, por ej.: “si no nos defendemos nosotros no nos va a defender nadie”, “solo la unidad del pueblo en la calle los puede parar”, y cosas por el estilo. Sería bueno releer los textos de Amparan y Snow sobre este punto. O el ejemplo de Alina Ricci sobre Blumberg.
En este sentido es cortito pero certero la descripción de los marcos de diagnóstico, pronóstico y movilización que plantea Alina sobre el movimiento contra la inseguridad de Blumberg, sobresaliendo la invocación emocional al hijo muerto y la implícita convocatoria a identificarse con su tragedia y acompañarlo atenuando su dolor.

Marina Marchesi toma los enmarcados del movimiento  “Asociación de hombres por la igualdad de género (AHIGE)” y los reseña muy escuetamente. No aparece la especificidad del enfrentamiento de hombres al patriarcalismo y los marcos invocados son estimo que los mismos de las organizaciones feministas. Sería bueno que exploraras si hay particularidades en el diagnóstico "patriarcal" del patriarcalismo.

Es muy interesante el planteo de Miguel Alfredo sobre las claves de enmarcado mediático para La Cámpora donde, en los medios opositores, la juventud y la militancia se asocian con el verticalismo, el fanatismo y/o los intereses espurios como funcionarios que acceden a la caja del estado, etc. Es algo intrigante que en los medios oficialistas no tienen demasiado espacio en comparación con otros dirigentes del espacio K. ¿Hay algo más para decir sobre este punto? Es muy importante el tema de marco de agenciamiento atribuido (ver mi artículo) y cómo en el caso de la Cámpora tiene sus particularidades al atarse a altos funcionarios Se podría agregar que tanto la exposición en los medios y el agenciamiento pegó un salto notable con la asistencia a los damnificados por la tragedia de las inundaciones de La Plata que claramente funge de contramarco que desmiente (credibilidad empírica) la idea de burócratas chupamedias y bien pagos. La dificultad para generar hechos políticos propios con resonancia en la arena pública debilita las posibilidades de disputar el enmarcado de la agencia. Es importante observar una coincidencia de ambos enmarcamientos: el reconocimiento a la disciplina férrea vertical que es atacada por unos como amenaza totalitaria pero defendida como valor político y militante por la organización y sus voceros. Es muy interesante y da para seguir profundizando el análisis y ver también en las entrevistas y la documentación cómo se producen estos alineamientos de enmarcados en militantes y en no militantes. El paralelismo descamisado/pingüino me parece algo temerario que tendría que fundamentarse más, al igual que la supuesta antinomia de enmarcados kirchnerismo/peronismo.

En el mismo sentido que Fernan, Florencia Prego señala en los orígenes de las luchas piquetera una disputa por la legitimidad del uso de la violencia. El recurso al corte de rutas fue altamente eficiente para generar incertidumbre política, tanto durante el menemismo como durante el gobierno de la Alianza, donde la amenaza de generalización y la imposibilidad de legitimar la represión se combinaban virtuosamente. Sin embargo, con la crisis del 2001/2002 los cacerolazos y los escraches pasaron a ser los repertorios que contenían estos elementos generadores de incertidumbre, más que los cortes de ruta.

Ramiro Tissera toma el texto de Offe sobre vaciado y cooptación para suscribir la hipótesis reiterada una y otra vez de que los gobiernos kirchneristas cooptaron y vaciaron los movimientos sociales de desocupados, de DDHH, de asambleas. Sin embargo, si se lee atentamente a Offe se verá que el estado puede tener dos tipos de respuestas: reconocimiento y concesiones. La cooptación sería reconocimiento (cargos, representación en el estado, etc.) sin concesiones, es decir, sin resolver las demandas e intereses fundamentales de los movimientos. El vaciado sería lo inverso: concesiones sin reconocimientos, o sea, satisfacer las demandas sin convocarlos, sin hacerlos figurar, sin darles cargos ni recursos, etc. De manera de intentar capitalizar totalmente el rédito político de determinadas medidas concesivas e intentar debilitar y sacar todo peso a los movimientos y así disolverlos. Pero el K sale de esta dicotomía y combina reconocimientos (en verdad bastante módicos) con amplias concesiones en términos de trabajo y derechos sociales y justicia por DDHH. En estos casos no puede aplicarse las categorías de cooptación ni vaciamiento porque los movimientos siguen vigentes e incluso muchos de ellos podría decirse que crecen y se fortalecen, sino lisa y llanamente tendría que hablarse de alianzas o alineamientos políticos. Que no obstan para que dentro mismo del espacio político oficialista estallen notables tensiones o conflictos: D Elía tomando una comisaría en el 2004, denunciando a Tompkins en el 2006, Libres del Sur finalmente yéndose del gobierno, etc. Sobre este tema recomiendo mi artículo “Crisis y recomposición de la respuesta estatal a la acción colectiva"  http://www.scielo.org.ar/pdf/ras/v4n6/v4n6a07.pdf


Sobre la cuestión de la solidaridad/desafío/incertidumbre, es correcto el planteo de Ramiro sobre los movimientos de desocupados. Cortar una autopista hoy no hay grupos de desocupados que puedan bancarlo: las consecuencias serían polarización y aislamiento. En cambio en los casos de ambientalistas y hasta los mismos ruralistas han tomado el repertorio de lucha con gran capacidad de generar incertidumbre. 

martes, 5 de noviembre de 2013

TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 PARTE B


TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 PARTE B

Los textos de Offe y  Tarrow son dos de las contribuciones más influyentes para el estudio de los movimientos sociales en los países de capitalismo avanzado. En el caso de Offe tratando de explicar la especificidad de los “nuevos movimientos sociales” (NMS: feminismo, ecologismo, pacifismo, contracultura) de cara a la crisis del estado de bienestar keynesiano (EBK) y al sistema político basado en el dispositivo electoral y los partidos políticos electoralistas. Offe es el primero en conceptualizar de modo categórico procesos como la “mercantilización de la política” entendida como conquista del voto, y sus relaciones con la “politización de la economía” exigida por la colusión entre el EBK y los grandes monopolios privados. De manera diagonal los NMS buscan meter una cuña entre ambos procesos en tanto “politización de la sociedad civil” que se hace a expensas del estado y los partidos políticos y se opone a las consecuencias de la mercantilización y del imperio de los monopolios. Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. Orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).

"El poder en movimiento" es un texto clásico de la sociología contemporánea de los movimientos sociales. Muy influído por los trabajos históricos de Tilly, Tarrow intenta una sistematización del enfoque de la movilización de recursos. Comienza rescatando los aportes del marxismo: Marx por lo insoslayable del conflicto estructural; Lenin por el papel de la organización y su combate a las concepciones espontaneístas; y Gramsci por la necesidad de un marco de significados y sentidos que aglutinen, permitan pesuadir audiencias y sumarlas a la lucha. Según el planteo de Tarrow los movimientos sociales son formaciones colectivas no convencionales que pretenden llevar adelante luchas mediante la movilización de recursos externos preexistentes y mediante la movilización del consenso de sectores amplios de la población hacia determinadas demandas de transformación.

Este patrón de movilización social y cognitivo da lugar a lo que se llama repertorio modular de la acción colectiva en la modernidad (petición pública, general, indirecta, interpelando sectores sociales o estados y no personas, boicots, petitorios, mitines, barricadas) que se diferencia claramente del repertorio convencional premoderno (motines de granos, la petición privada, revueltas campesinas, religiosas, etc.).

Uno de los aportes más importantes es el Cap. 6 sobre los elementos analíticos de la acción colectiva desafiante. Estos se pueden ordenar por pares que entran en relaciones contradictorias entre sí lo que le da al análisis un interesante dinamismo.

El primer elemento es el desafío: toda acción no convencional de carácter contencioso tiene la pretensión de desafiar a los poderes superiores. Estas acciones ponen en cuestión de maneras más o menos indirectas dicho poder.

Para inquietar al poder se usan dósis no de violencia directa sino de amenaza o insinuación de violencia que podría generalizarse. Este tipo de violencia gestual es un arte de manejo dificil que busca no dejar pretextos para la represión y que busca sobre todo preservar la llegada del mensaje de los movilizados a otros sectores sociales más amplios.

Pero para ello deben arriesgar otro elemento importante de los movimientos: la solidaridad. Si los desafíos son muy manifiestos, los públicos que deben ser conquistados (“movilizar el consenso”) para fortalecer la lucha pueden retraerse o colocarse en contra de los movilizados. Sin solidaridades masivas los movimientos tienden a ser derrotados. El leit motive de los movimientos sociales es conseguir la movilización del consenso. Para ello la administración homoeopática de la violencia y los gestos de amenaza y generalización en la movilización, debe producir un efecto fundamental para el éxito: la incertidumbre. Las formas esquivas, indirectas de administración del desafío y la violencia constituyen “formas disruptivas” mediante las cuales las elites quedan maniatadas: todo lo que hagan es peor; si reprimen es peor y si negocian también es peor. Los efectos disruptivos son perseguidos a través de unas tácticas de innovación en los repertorios, se toma un repertorio ya lo suficientemente aceptado como para que no sea aislable y reprimible y se le hacen modificaciones de las que se espera aumente su potencial desafiante y surjan los efectos de incertidumbre.  Todo movimiento social debe enfrentar los dilemas de la acción colectiva: si quiere generar incertidumbre, amenazar con ampliar apoyos, con radicalizar sus capacidades de perturbación del orden público, suscitar amplia solidaridad y aislar a los oponentes, extender en el tiempo y el espacio la confrontación, etc. debe sacrificar en medidas exactas el recurso a los repertorios convencionales de lucha, evitar elevar los niveles de desafío que pongan en riesgo los niveles de solidaridad y cohesión alcanzados, innovar e introducir elementos disruptivos sin generar deserciones ni desconfianza, etc. Mahatma Gandhi y Martin Luther King han sido los maestros precursores de este tipo de lucha que tiñe hoy día al conjunto de los movimientos sociales. Otro autor, Cohen, ha denominado “principio del radicalismo autolimitante” a este tipo de posturas estratégicas que incluso pueden verse también en las luchas del zapatismo mexicano.

La incerteza acerca si el apoyo que la sociedad brinda al movimiento es alta o baja, de si las elites son capaces o no de reprimir y si reprimen la violencia y la movilización serán mayores, y si no reprimen y negocian el movimiento crecerá, etc. es el alimento político que hace crecer los movimientos. Esto es importante, porque ningún movimiento social busca una victoria mediante un acontecimiento decisivo de rendición de sus oponentes, sino una lucha de desgaste donde el éxito en alcanzar las reivindicaciones “cae de maduro” en algún momento por la movilización del consenso.

Otro patrón específico de la dinámica de lucha mediante la acción colectiva disruptiva es evitar la polarización del conflicto y el aislamiento. Un conflicto muy agudo que no permita movilizar consensos más amplios tiende a hacer valer los mayores recursos de poder de los dominantes. Si se pierde la potencial solidaridad de conjuntos sociales amplios con los movilizados, estos llevarán las de perder. La radicalización y la violencia suelen conllevar estos riesgos: aislamiento  y predecibilidad que impide alcanzar el efecto de incertidumbre.

Finalmente, es necesario entender esta dinámica para caracterizar los ciclos de protesta: los movimientos suelen activarse y desactivarse cíclicamente y masivamente. El fenómeno de superposición de movilización/desmovilización de grupos que no tienen mucho que ver entre sí (ciclo ascendente/ descendente) obedece a que las movilizaciones de unos grupos pueden generar oportunidades favorables para otros grupos. La multiplicidad de movilizaciones tiene un típico efecto de indertidumbre. Pero al mismo tiempo que las movilizaciones se multiplican y repiten, agotando su arsenal innovador, se van convencionalizando y con ello va reduciéndose su potencial disruptivo, por lo que sus efectos son decrecientes. Cuando ello ocurre en algún momento comienza a desincentivarse la solidaridad o la capacidad de movilizar y el ciclo se revierte. En definitiva como en tantas otras cosas también el éxito de los movimientos que lleva a convencionalizar el repertorio de acción y generalizar la solidaridad, explica a la postre su ocaso.

Por último, pero no menos importante, el texto de Amparán ofrece una versión sucinta de uno de los desarrollos más sofisticados de la teoría de la acción colectiva como “movilización del consenso”: la teoría de los marcos interpretativos.

El Marco es el conjunto de creencias y significados orientados a la acción y alude al papel de elementos culturales e ideológicos en los fenómenos de transformación de la acción colectiva a movimiento social. Es decir, a qué elementos de los sistemas cognitivos y culturales apelan los movilizados para conquistar el consenso de audiencias y públicos masivos y movilizarlo. El análisis de procesos de enmarcado entonces apunta a la lucha en torno a la definición de problemas, soluciones y acciones estratégicas que proponen los movimientos con el cual buscan “persuadir” o moldear las formas de percepción social sobre determinados asuntos.

Las funciones de los enmarcados que proponen los MS son: a) puntualizan, señalan, ordenan, captan, descifran; b) atribuyen, imputan, acentúan, direccionan, conciben salidas o metas; c) articulan, unifican acciones y experiencias. Es decir condensan y simplifican “el mundo que está ahí”.

Los movilizados pugnan por el “Alineamiento de Marcos” con los grupos, o audiencias que les interesan conquistar. El alineamiento son los esfuerzos de acercar, sintonizar o poner en correspondencia y congruencia ideas, valores, creencias, intereses, definiciones de situación de los MS y sus impulsores con los de un grupo o conjunto de individuos “potenciales” militantes, simpatizantes o apoyos.

Hay 4 procesos de alineamiento de acuerdo a la distancia inicial entre los marcos de los movilizados y los marcos de los destinatarios.

a)      Puente: enlaces o conexiones entre dos marcos altamente congruentes pero hasta ese momento separados. Apela a un inmediato compartir de injusticias o agravios. Sensibilización y reacción inmediata que permite métodos de difusión masivos y con elevado anonimato: redes, correo, firmas, listas.
b)      Amplificación: resaltar o sobrecargar importancia de valores o creencias ya instaladas. Alterar jerarquías o prioridades de públicos destinatarios: - de valores (olvidados, o reprimidos). Persigue la concientización; - de creencias claves interpeladas mediante slogans: de gravedad, de causalidad, de estereotipos de adversarios, de posibilidad de cambio, de necesidad y conveniencia de la movilización de protesta. Persiguen “optimismo” y “esquematización” o “sencillez” de comprensión.
c)      Extensión: cuando hay desacople o distancia entre los movimientos y los públicos destinatarios, nuevos públicos a los que se quiere sumar, etc. se apela a ideas, intereses, motivos secundarios para el movimiento pero importantes para los potenciales adherentes. Introduce temas “gancho”.
d)     Transformación: cambio o resignificación, innovación cognitiva, relectura y reinterpretación de la realidad. Sobre todo superar el paso de “lo aceptado como normal” al “rechazo por injusticia”. Atribuciones causales, culpables, enemigos.

 
Todas estas operaciones de alineamiento se hacen en torno a tres tipos de contenidos de los marcos.

a)Diagnóstico: define problema, injusticia, agravio;
b) Pronóstico: anticipa consecuencias favorables de la intervención;
c) Motivación: alicientes, esperanzas y satisfacciones, aliento a la acción, la protesta, la organización y la lucha.  Este último es muy importante y parte del principio de la insuficiencia de la justificación intelectual como única motivación para la acción, que incluso puede entorpecer si se aleja de los esquemas cognitivos del público.

 
A su vez, la eficacia de los Marcos se mide por la “resonancia” que alude a la receptividad y apropiación de los destinatarios. Depende de tres factores.

a) Credibilidad empírica (evidencia y argumentación accesible);
b) Conmensurabilidad de la experiencia (depende a su vez del grado de afectación o lejanía con los problemas definidos);
c) Fidelidad narrativa a una herencia cultural compartida. En este punto se ve la importancia gramsciana del sentido común, tradiciones, folclore, creencias y sentir populares.


En mi texto (Artículo Gómez Enmarcamientos clasistas de la protesta) Uds. pueden ver un repaso histórico de las formas de enmarcar la protesta social desde la década del ’90 hasta el conflicto con el campo. Aquí lo que se ve es el contrapunto entre los enmarcamientos propuestos por los medios de comunicación y los que van ensayando los movimientos de bases populares. “Estallidos sociales”/”puebladas”; “piqueteros”/”desocupados”; “clientelismo”/”organización”; e incluso “piqueteros”/”cartoneros”, etc. van desfilando en una dialectica que muchas veces hace concesiones simbólicas y préstamos: el caso de los piqueteros es típico ya que es una identidad atribuida por los medios de comunicación que es retomada e intenta ser resignificada por los medios. Es importante el eje fundamental de todos los enmarcamientos que procuran establecer los medios masivos: la privación de agencia de las clases populares, especialmente de capacidad de agencia política. Las clases populares son investidas de legitimidad en tanto sujetos de necesidad, y en algunos casos de derecho, pero nunca como sujetos de voluntad política. Siempre tienen que aparecer como manipulados, engañados, sojuzgados, cautivos, etc. Siempre tiene que crearse el espacio simbólico para que alguien los ilustre, los libere, los redima, etc.
 
TRABAJO PRACTICO

Elija por lo menos dos textos. Cualquiera de las consignas puede reemplazarse por un intento de aplicación  de los conceptos (especialmente en Tarrow y Amparán) a sus respectivos temas de trabajo final.

TEXTO OFFE: Elija una de estas consignas.

1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina ¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la “desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva ciudadanización” de la clase obrera?

2) ¿Coincide el marco valorativo de los NMS con los nuestros? escasez-interés-distribución VS identidad-alienación-autonomía.

3) Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales, institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros, Fabricas Recuperadas y Asambleas.

4) Offe detalla dos tipos de respuestas estratégicas del Estado a los Movimientos: vaciamiento y cooptación. Analice según esto el caso argentino.

 

TEXTO TARROW

Elija una.

a) ¿Cómo puede analizarse la relación entre desafío, solidaridad e incertidumbre en el movimiento piquetero?

b) ¿Cómo analizaría el elemento disruptivo y el papel de la violencia en las acciones de los sectores agrarios en el conflicto por las retenciones móviles del 2008?

c) ¿Cómo analizar el "escrache" a los políticos y funcionarios que se generalizó durante el año 2002 según el esquema de Tarrow?

d) En su tema de monografía ¿cómo podrían pensarse las cuestiones de convención/desafío/disrupción/ incertidumbre?

AMPARAN Y GOMEZ

Elija una.

a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.

b) Seleccione un Mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.

c) La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural. Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice cómo han logrado cada una de estas tres cosas.

d) En su tema de monografía cómo podrían analizarse los discursos, slógans y consignas de los movimientos desde el punto de vista de la teoría de los marcos.