Acá van las tablas de frecuencias para cada una de las preguntas de la encuesta, incluyendo las abiertas, previa categorización por codificación de campo (cierre de preguntas abiertas agrupando en categorías). Recuerden que no hay representatividad estadística ni por cantidad de encuestas ni por el tipo de muestreo realizado. Las distribuciones son indicativas y más aprovechables para hacer análisis cualitativos y exploratorios. Para ello adjunto también un archivo con los listados de respuestas espontáneas tal como las registraron en los formularios de encuesta. De cualquier manera hay varias cosas interesantes. Saludos.
Tabulados Encuesta 8N
Listados de respuestas espontáneas
Bienvenidos, este es el espacio de trabajo para los alumnos del Taller "Teoría e Historia de los Movimientos Sociales y la Acción Colectiva. Enmarcados mediáticos de la protesta social en la Argentina. Del antikirchnerismo al antimacrismo" Esperamos su participación y que el blog entre en movimiento es decir sea movilizador y movilizado.
martes, 4 de diciembre de 2012
martes, 27 de noviembre de 2012
LINKS A MATERIAL SOBRE MOVILIZACIÓN CLASES MEDIAS
Acá van algunos trabajos míos para los que les interesa el tema 8N, movilización clases medias, etc.
Gómez, Marcelo (2008): -“La soja de la discordia. Los sentidos y estrategias
en la movilización de la pequeño burguesía.” en Revista Lavboratorio/n line. www.lavboratorio/fsoc.uba.ar Nº22, pp.22-35
Gómez, Marcelo (2008) “Una
caracterización de la predisposición a la acción colectiva y la participación
pos 2001 en la
Argentina. Resultados de una encuesta.” en CD Rom Los
movimientos sociales en América Latina. Pasado, presente y perspectivas. vol. 1
pp.640-655
Gomez, M. (2009): “Los medios de comunicación y los
enmarcamientos clasistas de la protesta social. El caso argentino” en Revista
Comunicación y Ciudadanía, Nº2/Julio 2009, Colombia, pp. 18-41.
lunes, 15 de octubre de 2012
Los textos de Offe y Tarrow
son dos de las contribuciones más influyentes para el estudio de los
movimientos sociales en los países de capitalismo avanzado. En el caso
de Offe tratando de explicar la especificidad de los “nuevos movimientos
sociales” (NMS: feminismo, ecologismo, pacifismo, contraculturales) de
cara a la crisis del estado de bienestar keynesiano (EBK) y al sistema
político basado en el dispositivo electoral y los partidos políticos
electoralistas. Offe es el primero en conceptualizar de modo categórico
procesos como la “mercantilización de la política” entendida como
conquista del voto, y sus relaciones con la “politización de la
economía” exigida por la colusión entre el EBK y los grandes monopolios
privados. De manera diagonal los NMS buscan meter una cuña entre ambos
procesos en tanto “politización de la sociedad civil” que se hace a
expensas del estado y los partidos políticos y se opone a las
consecuencias de la mercantilización y del imperio de los monopolios.
Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).
Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).
"El
poder en movimiento" es un texto clásico de la sociología contemporánea
de los movimientos sociales. Muy influído por los trabajos históricos
de Tilly, Tarrow intenta una sistematización del enfoque de la
movilización de recursos. Comienza rescatando los aportes del marxismo:
Marx por lo insoslayable del conflicto estructural; Lenin por el papel
de la organización y su combate a las concepciones espontaneístas; y
Gramsci por la necesidad de un marco de significados y sentidos que
aglutinen, permitan pesuadir audiencias y sumarlas a la lucha. Según el
planteo de Tarrow los movimientos sociales son formaciones colectivas no
convencionales que pretenden llevar adelante luchas mediante la
movilización de recursos externos preexistentes y mediante la
movilización del consenso de sectores amplios de la población hacia
determinadas demandas de transformación.
Este
patrón de movilización social y cognitivo da lugar a lo que se llama
repertorio modular "moderno" de la acción colectiva (petición pública, general,
indirecta, interpelando sectores sociales o estados y no personas,
boicots, petitorios, mitines, barricadas) que se diferencia claramente
del repertorio convencional "tradicional" heredado del medioevo (motines de granos, la petición privada,
revueltas campesinas, religiosas, etc.).
Uno
de los aportes más importantes es el Cap. 6 sobre los elementos
analíticos de la acción colectiva desafiante. Estos se pueden ordenar
por pares que entran en relaciones contradictorias entre sí lo que le da
al análisis un interesante dinamismo.
El
primer elemento es el desafío: toda acción no convencional de carácter
contencioso tiene la pretensión de desafiar a los poderes superiores.
Estas acciones ponen en cuestión de maneras más o menos indirectas dicho
poder.
Para
inquietar al poder se usan dósis no de violencia directa sino de
amenaza o insinuación de violencia que podría generalizarse. Este tipo
de violencia gestual es un arte de manejo dificil que busca no dejar
pretextos para la represión y que busca sobre todo preservar la llegada
del mensaje de los movilizados a otros sectores sociales más amplios.
Pero
para ello deben arriesgar otro elemento importante de los movimientos:
la solidaridad. Si los desafíos son muy manifiestos, los públicos que
deben ser conquistados (“movilizar el consenso”) para fortalecer la
lucha pueden retraerse o colocarse en contra de los movilizados. Sin
solidaridades masivas los movimientos tienden a ser derrotados. El leit
motive de los movimientos sociales es conseguir la movilización del
consenso. Para ello la administración homoeopática de la violencia y los
gestos de amenaza y generalización en la movilización, debe producir un
efecto fundamental para el éxito: la incertidumbre. Las formas
esquivas, indirectas de administración del desafío y la violencia
constituyen “formas disruptivas” mediante las cuales las elites quedan
maniatadas: todo lo que hagan es peor; si reprimen es peor y si negocian
también es peor. Los efectos disruptivos son perseguidos a través de
unas tácticas de innovación en los repertorios, se toma un repertorio ya
lo suficientemente aceptado como para que no sea aislable y reprimible y
se le hacen modificaciones de las que se espera aumente su potencial
desafiante y surjan los efectos de incertidumbre.
La
incerteza acerca de si el apoyo que la sociedad brinda al movimiento es
alta o baja, de si las elites son capaces o no de reprimir y si
reprimen la violencia y la movilización serán mayores, y si no reprimen y
negocian el movimiento crecerá, etc. es el alimento político que hace
crecer los movimientos. Esto es importante, porque ningún movimiento
social busca una victoria mediante un acontecimiento decisivo de
rendición de sus oponentes, sino una lucha de desgaste donde el éxito en
alcanzar las reivindicaciones “cae de maduro” en algún momento por la
movilización del consenso.
Otro
patrón específico de la dinámica de lucha mediante la acción colectiva
disruptiva es evitar la polarización del conflicto y el aislamiento. Un
conflicto muy agudo que no permita movilizar consensos más amplios
tiende a hacer valer los mayores recursos de poder de los dominantes. Si
se pierde la potencial solidaridad de conjuntos sociales amplios con
los movilizados, estos llevarán las de perder.
Finalmente,
es necesario entender esta dinámica para caracterizar los ciclos de
protesta: los movimientos suelen activarse y desactivarse cíclicamente y
masivamente. El fenómeno de superposición de
movilización/desmovilización de grupos que no tienen mucho que ver entre
sí (ciclo ascendente/ descendente) obedece a que las movilizaciones de
unos grupos pueden generar oportunidades favorables para otros grupos.
La multiplicidad de movilizaciones tiene un típico efecto de
indertidumbre. Pero al mismo tiempo que las movilizaciones se
multiplican y repiten, agotando su arsenal innovador, se van
convencionalizando y con ello va reduciéndose su potencial disruptivo,
por lo que sus efectos son decrecientes. Cuando ello ocurre en algún
momento comienza a desincentivarse la solidaridad o la capacidad de
movilizar y el ciclo se revierte. En definitiva como en tantas otras
cosas también el éxito de los movimientos que lleva a convencionalizar
el repertorio de acción y generalizar la solidaridad, explica a la
postre su ocaso.
El
texto de Amparán ofrece una versión sucinta de uno de los desarrollos
más sofisticados de la teoría de la acción colectiva como “movilización
del consenso”: la teoría de los marcos interpretativos.
El
Marco es el conjunto de creencias y significados orientados a la acción
y alude al papel de elementos culturales e ideológicos en los fenómenos
de transformación de la acción colectiva a movimiento social. Es decir,
a qué elementos de los sistemas cognitivos y culturales apelan los
movilizados para conquistar el consenso de audiencias y públicos masivos
y movilizarlo. El análisis de procesos de enmarcado entonces apunta a la
lucha en torno a la definición de problemas, soluciones y acciones
estratégicas que proponen los movimientos con el cual buscan “persuadir”
o moldear las formas de percepción social sobre determinados asuntos.
Las
funciones de los enmarcados que proponen los MS son: a) puntualizan,
señalan, ordenan, captan, descifran; b) atribuyen, imputan, acentúan,
direccionan, conciben salidas o metas; c) articulan, unifican acciones y
experiencias. Es decir condensan y simplifican “el mundo que está ahí”.
Los movilizados pugnan por el “Alineamiento de Marcos” con
los grupos, o audiencias que les interesan conquistar. El alineamiento
son los esfuerzos de acercar, sintonizar o poner en correspondencia y
congruencia ideas, valores, creencias, intereses, definiciones de
situación de los MS y sus impulsores con los de un grupo o conjunto de
individuos “potenciales” militantes, simpatizantes o apoyos.
Hay
4 procesos de alineamiento de acuerdo a la distancia inicial entre los
marcos de los movilizados y los marcos de los destinatarios.
a) Puente:
enlaces o conexiones entre dos marcos altamente congruentes pero hasta
ese momento separados. Apela a un inmediato compartir de injusticias o
agravios. Sensibilización y reacción inmediata que permite métodos de
difusión masivos y con elevado anonimato: redes, correo, firmas, listas.
b) Amplificación:
resaltar o sobrecargar importancia de valores o creencias ya
instaladas. Alterar jerarquías o prioridades de públicos destinatarios: -
de valores (olvidados, o reprimidos). Persigue la concientización; - de creencias claves interpeladas mediante slogans: de gravedad, de causalidad, de estereotipos de adversarios, de posibilidad de cambio, de necesidad y conveniencia de la movilización de protesta. Persiguen “optimismo” y “esquematización” o “sencillez” de comprensión.
c) Extensión:
cuando hay desacople o distancia entre los movimientos y los públicos
destinatarios, nuevos públicos a los que se quiere sumar, etc. se apela a
ideas, intereses, motivos secundarios para el movimiento pero
importantes para los potenciales adherentes. Introduce temas “gancho”.
d) Transformación:
cambio o resignificación, innovación cognitiva, relectura y
reinterpretación de la realidad. Sobre todo superar el paso de “lo
aceptado como normal” al “rechazo por injusticia”. Atribuciones
causales, culpables, enemigos.
Todas estas operaciones de alineamiento se hacen en torno a tres tipos de contenidos de los marcos.
a)Diagnóstico: define problema, injusticia, agravio; b) Pronóstico: anticipa consecuencias favorables de la intervención; c) Motivación: alicientes, esperanzas y satisfacciones, aliento a la AC. Este
último es muy importante y parte del principio de la insuficiencia de
la justificación intelectual como única motivación para la acción, que
incluso puede entorpecer si se aleja de los esquemas cognitivos del
público.
A su vez, la eficacia de los Marcos se mide por la “resonancia” que alude a la receptividad y apropiación de los destinatarios. Depende de tres factores.
a) Credibilidad empírica (evidencia y argumentación accesible); b) Conmensurabilidad de la experiencia (depende a su vez del grado de afectación o lejanía con los problemas definidos); c) Fidelidad narrativa
a una herencia cultural compartida. En este punto se ve la importancia
gramsciana del sentido común, tradiciones, folclore, creencias y sentir
populares.
En el texto mio optativo "Los medios de comunicación y los enmarcamientos clasistas de la protesta social", Uds. pueden ver un repaso histórico de las formas de enmarcar
la acción colectiva desde la década del ’90 hasta el conflicto con el
campo. Aquí lo que se ve es el contrapunto entre los enmarcamientos
propuestos por los medios de comunicación y los que van ensayando los
movimientos de bases populares. “Estallidos sociales”/”puebladas”;
“piqueteros”/”desocupados”; “clientelismo”/”organización”; e incluso
“piqueteros”/”cartoneros”, etc. van desfilando en una dialectica que
muchas veces hace concesiones simbólicas y préstamos: el caso de los
piqueteros es típico ya que es una identidad atribuida por los medios de
comunicación que es retomada e intenta ser resignificada por los
medios. Es importante el eje fundamental de todos los enmarcamientos que
procuran establecer los medios masivos: la privación de agencia de las
clases populares, especialmente de capacidad de agencia política. Las
clases populares son investidas de legitimidad en tanto sujetos de
necesidad, y en algunos casos de derecho, pero nunca como sujetos de
voluntad política. Siempre tienen que aparecer como manipulados,
engañados, sojuzgados, cautivos, etc. Siempre tiene que crearse el
espacio simbólico para que alguien los ilustre, los libere, los redima,
etc.
TP 4 B (COLGAR ANTES DEL 29/11/12)
Offe
TEXTO OFFE: Elija una de estas consignas.
1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina
¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la
“desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva
ciudadanización” de la clase obrera?
2)
Coincide en los señalamientos de Offe respecto de la convergencia de
las respuestas neoconservadoras con las de los Nuevos Mov. Sociales
(NMS) en lo referido al rechazo a la intervención estatal. ¿En qué
medida la reivindicación típicamente neoconservadora de “iniciativa”,
“emprendedorismo”, “empowerment” coincide con la reivindicación de la
“autonomía” por parte de los NMS.?
3)
¿Cómo cree Ud. que se dieron los modos internos de actuación
(segmentación horizontal y vertical) en los mov. sociales de nuestra
última etapa (desocupados, asambleas, etc.)?
4) ¿Coincide el marco valorativo de los NMS con los nuestros? escasez-interés-distribución VS identidad-alienación-autonomía.
5) ¿Existe una nueva clase media en la Argentina
derivada de los cambios económicos y sociales de los ’90? ¿Si existiese
que relación tendría con los procesos de movilización social?
6)
Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales,
institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros,
Fabricas Recuperadas y Asambleas.
7)
Offe detalla dos tipos de respuestas estratégicas del Estado a los
Movimientos: vaciamiento y cooptación. Analice según esto el caso
argentino.
TARROW
Elija una de estas tres.
a)
¿Cómo piensa Ud. que ha evolucionado la relación entre desafío,
solidaridad e incertidumbre en el movimiento piquetero desde el 2001
hasta hoy?
b)
¿Cómo analizaría el elemento disruptivo y el papel de la violencia en
las acciones de los sectores agrarios en el conflicto por las
retenciones móviles del 2008?
c) ¿Cómo analizar el "escrache" a los políticos y funcionarios que se generalizó durante el año 2002 según el esquema de Tarrow?
AMPARAN Y GOMEZ
Elija una.
a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.
b) Seleccione un mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.
c)
La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende
de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la
experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural.
Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice
cómo han logrado cada una de estas tres cosas.
lunes, 17 de septiembre de 2012
Devoluciòn TP Unidad 3A
DEVOLUCION TP 3
Sobre Olin Wright
Lucrecia, de manera algo confusa, plantea que las capas medias ante la crisis del 2001 se articularon más a través de capacidades organizativas gestadas a nivel comunitario y territorial que a nivel de los lugares de trabajo y de las organizaciones gremiales. También es claro que sus formas de conciencia tienden a desdibujarse como clase media y a fusionarse con el pueblo. Regina dice con sagacidad que las asambleas, las formas de economía autogestiva, muestran una traducción de capacidades estructurales a capacidades organizativas en la crisis. También Agustín explica con solvencia la cuestión de las capacidades organizativas que expresaron las asambleas, sus intentos de acercamiento a las luchas de las clases populares, y también la animadversión a la organización política que las limita.
Patricia enfatiza que las clases medias en parte estuvieron asociadas con ciertos privilegios o ventajas, durante las políticas neoliberales. Pero no aclara demasiado qué sectores fueron los beneficiados y cuáles los perjudicados.
Regina, hace un excelente señalamiento de la importancia para amplios sectores de clases medias excedentarias (con capacidad de ahorro y gasto superfluo) del dolar barato y accesible y de tasas de interés financieras altamente positivas en dolares que convalidaba estilos de vida largamente deseados por emulación de los países centrales, y también por acceso a parte de la renta financiera. Respecto de su última pregunta, cabe preguntarse si la cuestión de la reforma constitucional afecta por motivos políticos a las clases medias (¿la reelección posible?) o por los cambios en los contenidos neoliberales y privatistas en los que se sienten amparados.
Jessica pone el ejemplo de capacidades estructurales y organizativas condicionadas por el habitat urbano, con ejemplos de barrios sindicales en Córdoba.
Anaclara afirma que se desarrolla una clase de servicios en las firmas trasnacionales con nuevos estilos de vida. Sin embargo, un rasgo que es la independencia relativa a través de la delegación de autoridad de las casas matrices me parece que está ausente.
Es algo confuso el planteo de Carlos que intenta relacionar la lucha de clases con la dictadura y la derrota de las organizaciones armadas revolucionarias en la argentina. No llego a ver a dónde estarían las mediaciones o las transformaciones que la lucha de clases operaría sobre el estado y la economía. Una hipótesis ya casi universalmente aceptada es que las políticas neoliberales y represivas trataron de modificar la base económica del país para desindustrializar y despotenciar estructuralmente a la clase obrera industrial que fungía de base de apoyo principal del peronismo entendido como la principal amenaza seria a las clases dominantes. Hay que aclarar también que las opciones guerrilleras se quedaron sin apoyo de masas luego de la asunción de Cámpora primero y de Perón después, mucho más cuando este último salió a enfrentarlas. Por tanto, la dictadura no supuso como elemento importante la "derrota" de esas opciones que ya no eran tales.
Muy bien el
planteo de Matías referido a O. Wright y las capacidades de clase de las clases
medias en el 2001. Efectivamente, las capacidades estructurales de estas clases
puntualmente podríamos asociarlas a su capacidad de acumulación y
disponibilidad de recursos económicos, entre los que los ahorros líquidos en
moneda extranjera son importantes como salvaguarda ante la crisis y como
expectativa rentística de favorecerse con una devaluación. Ampliando el enfoque
de Wright y tomando de Bourdieu también podría agregarse el capital simbólico y
educativo movilizado por estos sectores en la crisis. Discrepo en cambio con la
mención a las posibles solidaridades barriales: para las clases medias el
capital social no suele pasar por la vecindad sino por redes de contactos de
posiciones más elevadas. El vecindario de clase media está carcomido por su
individualismo y ánimo de distinción. Las bases de la solidaridad en aquellas
luchas no pasaron por identidades barriales o vecinales salvo excepcionalmente
sino en intereses materiales compartidos (ahorristas confiscados, desempleo de
profesionales, deterioro del nivel de vida) y en un capital simbólico que la
homogeneizaba (los DDHH, el estado de derecho, el antiautoritarismo, la
democracia no subordinada a los intereses corporativos, el rechazo a la
corrupción política, la moralidad pública, etc.). Sin dudas la capacidad de
acumulación económica de cualquier sector es una capacidad estructural que
facilita la realización de sus intereses.
Sobre Goldthorpe y Gouldner
Es interesante el aporte de Carlos en cuanto que no cree que las clases de servicios que tanto desarrollo tienen en los países de capitalismos avanzados, tengan aquí el mismo peso. Según su postura siguen el mismo tipo de orientaciones que las clases medias tradicionales y suelen alinearse con las clases dominantes. Coincido en tanto que las clases de servicios en los capitalismos dependientes están mucho más sujetas a los mandatos de las casas matrices y sobre todo también están expuestas a la flexibilidad laboral lo que las disciplina aún más quitándole toda autonomía y atando su destino al de las empresas corporativas para las que suelen trabajar. Además un trabajo de Jorrat de 1995 mostraba que en el AMBA las clases de servicios tenían una presencia mucho menor que en ciudades equivalentes como Madrid o Chicago.
Sobre la
nueva clase es excelente el ejemplo brindado por Matías en las designaciónes de
Galluscio y Kicillof en la YPF
reestatizada: uno representante de la intelligentsia técnica y otro de los
intelectuales, académicos y políticos. Sin dudas parte del consenso a este tipo
de medidas depende de cómo sean vistos por los diversos segmentos de las clases
medias y la colocación de referentes ayuda también en este trabajo. La elección
de Galluscio proveniente del sector privado internacional “tranquiliza” o
seduce también a los segmentos de clases medias que pueden sentirse amenazadas
por medidas de este tipo.
lunes, 27 de agosto de 2012
TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3. Parte A
Los textos de Giddens y Crompton señalan el conjunto de limitaciones con que se topan los planteos clásicos herederos de Weber y Marx en la evolución de los capitalismos avanzados, sobre todo a partir de los años ’60. Las tendencias a la despolarización de la estructura de clases, el crecimiento de los sectores de servicios y del trabajo no manual, el abandono del trabajo como fuente de identidad y de pertenencia colectiva, las orientaciones culturales consumistas e individualistas, la incidencia de diferenciaciones raciales y de género, el surgimiento de actores políticos transclasistas (ecologistas, pacifistas), el desclasamiento del voto (apoyo electoral de clases obreras a conservadores), etc. pueden resumirse en tres grandes procesos que debilitan el análisis de clase: el “pos industrialismo”, el “pos fordismo” y el “pos modernismo”.
El esquema giddensiano que apela a los procesos de estructuración de clase puede decirse que constituyeron el último gran esfuerzo de enfrentar estos problemas con las herramientas legadas por los clásicos. La solución de Giddens es simplemente pensar las clases como capas de determinaciones sociales que empiezan por el mercado de trabajo, siguen en los factores comunitarios y demográficos y terminan en aspectos de status y prestigio, sentidos de pertenencia e identidad, sin olvidar el papel de la lucha de clases. Giddens hace un verdadero melting pot que mezcla todo y así multiplica las dificultades más que subsanarlas.
Los enfoques contemporáneos que parten de Olin Wright y Bourdieu (ambos tienen antecedentes en Poulantzas el primero y en Norbert Elías el segundo) comienzan a modificar o abandonar de manera ostensible los parámetros de la tradición marxiana y weberiana y en este sentido podría decirse que inauguran una etapa posclásica.
O. Wright avanza en un modelo de determinación global que categoriza las relaciones entre estructuras económicas y políticas con la lucha de clases. Podríamos decir que los aportes sustantivos a este respecto son dos: 1) lejos de la tradición clásica, la lucha de clases no se deriva del mercado o las relaciones de producción, sino que establece una serie de relaciones de limitación y transformación. La lucha de clases no permanece como efecto exterior a la estructura sino que es la forma misma del proceso de transformación de la estructura. El “secretillo” del esquema de O. Wright es que si la estructura económica puede establecer un límite de compatibilidad funcional a otras estructuras, no puede establecerlo sobre la lucha de clases. La lucha de clases está limitada pero es “libre” frente a las estructuras, es decir puede transformarlas.
2) Además las relaciones de limitación (que en los planteos clásicos era la única reconocida) entran en no correspondencia con los de reproducción. Una estructura económica puede establecer límites de variabilidad a las estructuras políticas y la lucha de clases pero ello no garantiza que las intervenciones políticas y la lucha de clases asuman un papel no reproductivo y de mediación o transformación de las mismas estructuras.
El otro de los aportes rupturistas en lo teórico de este autor es la idea extraordinaria de que las clases medias tienen posiciones estructuralmente ambiguas o contradictorias pero no por ello dejan de ser clases. Las clases medias no pertenecen a un modo sino que cruzan dos modos de producción: el mercantil simple y el capitalista. Asimismo es importante el análisis de los tres procesos contemporáneos que inciden en los procesos de establecer fronteras de clase entre las clases medias: la pérdida de control en el proceso de trabajo, la diferenciación de funciones del capital entre propiedad y gestión, y las jerarquías de autoridad y las formas de control técnico impersonal.
También es novedoso el planteo de diferenciar interés de clase y capacidades de clase (estructurales y organizativas), abriendo conceptualmente la cuestión del proceso de formación de clase que, a su vez, es objeto mismo de la lucha de clases.
También es importante la discusión sobre el concepto de explotación, que es un tradicional pilar de las teorías clásicas. Aquí se ve algo poco señalado: la explotación supone niveles de dependencia recíproca entre explotador y explotado, a diferencia de las relaciones de opresión. Es clásico el planteo de Wright en tanto que clase se sigue refiriendo a relaciones de explotación y no de opresión, pero no obstante las relaciones de dominación de clase (regulan el nivel de esta interdependencia o reciprocidad) son importantes aunque subordinadas a la explotación.
También son aportes muy sugestivos la manera de caracterizar el poder de clase como en tres dimensiones situacional, institucional o sistémico.
No es menos novedoso el planteo de P. Bourdieu en el Cap. 2 de ese clásico de la sociología de la cultura que es La Distinción. Allí se establecen con gran fuerza los conceptos analíticos del “espacio social”, es decir, el locus sobre el que se hacen inteligibles las clases sociales. En este capítulo Bourdieu desarrolla una teoría de las clases sociales sobre las nociones de habitus, campo y especies de capital que intenta superar las limitaciones metodológicas y analíticas de los planteos empiristas, marxistas, etc. El procedimiento constructivo adoptado asume la forma de una topografía móvil o de mapa dinámico en el que se intersectan los planos sincrónicos estucturales y diacrónicos tendenciales.
La problemática de las clases es definida como aquella búsqueda de explicación de distribuciones de bienes y prácticas, aclarando dos cosas: a) que los bienes no son objetividades dadas sino que se inscriben en usos sociales asociados a estilos de vida, donde los productos son también productos de las disposiciones de los agentes (formas de percepción, acción y apreciación) ; y b) las prácticas no son puras elecciones voluntarias y concientes indeterminadas sino que deben ser comprendidas no como simples efectos mecánicos de la posesión de capital objetivado social y económico, sino también como estructuradas a través de habitus (capital incorporado) y en relación a las fuerzas y tensiones que atraviesan los campos específicos en donde se ponen en juego. No solamente las condiciones homogéneas de existencia, sino también las disposiciones incorporadas en los agentes explican la similitud de prácticas. Además, los mecanismos de acceso a las posiciones de clase seleccionan en múltiples formas visibles o enmascaradas según criterios de evaluación de disposiciones muchas veces “secundarias” . La dialéctica entre la posesión y la disposición es el dispositivo teórico mediante el cual Bourdieu intenta develar la eficacia “objetiva” de las clases sociales.
La causalidad propia de la determinación clasista asume una forma “estructural” y no “lineal” que obliga a indagar cómo cada factor (edad, sexo, residencia, etc.) y tipo de capital es mediado por los otros. Así Bourdieu presenta un espacio social de constitución de clases, construido en dos dimensiones de tres series: volumen, estructura (composición por tipo) y evolución del capital; y capital económico, social y cultural. Estos espacios ofrecen relaciones variables de congruencia y simetría. Desde grupos que comparten altos volumenes de todos los tipos de capital y son fundamentalmente estables en su composición y permanencia futura, y otros grupos que ofrecen disparidades notables y fuertes inestabilidades. Diversas fracciones de la pequeño burguesía son ejemplos de estos últimos. La evidencia empírica muestra que dentro de diversas clases y fracciones existe una relación inversa entre capital económico y capital escolar y cultural. Las burguesía en sus fracciones superiores se independiza de las exigencias de la adquisición de capital cultural, y en cambio la pequeña burguesía y los profesionales depositan en él su esperanza de sostenimiento y ascenso social.
La contribución más rica del texto es la que analiza las trayectorias, el dinamismo de los campos considerados y las estrategias de los agentes. Todos los grupos tienden a una doble lucha: para mantener y acrecentar el valor de la especie mayoritaria de capital propio, y por la prevalencia de los criterios de valorización más favorables a ellos en cada campo.
Una de las estrategias de los agentes es la movilidad de capital que puede ser vertical cuando es ascenso/descenso dentro del mismo tipo de capital. Pero las más interesantes son las que implican un desplazamiento transversal, es decir, entre campos distintos que obliga a establecer una reconversión de valor entre el capital poseido y el capital que se adquiere con él. Es en este sentido que juega la idea de “inversión” como apuesta a un juego de valorizaciones.
En este esquema explicativo, el autor estudia uno de los fenómenos más interesantes del campo cultural: la superproducción de títulos, la democratización de la enseñanza superior y la devaluacion del capital cultural escolarizado.
Las estrategias de aumento del capital escolar chocan con el efecto de pérdida de valor de mercado de los mismos títulos alcanzados. Bourdieu describe el efecto de alodoxia como un autoengaño que retrasa la percepción real del valor objetivo de los títulos, ya que los habitus incorporados siguen aplicando formas de apreciación ancladas en su tiempo de adquisición y no en la situación de mercado actual. Es por ello que la expansión de la distribución de capital cultural escolar se acompaña de una “generación engañada” que no puede alcanzar las expectativas prometidas asociadas a su inversión en esta especie de capital, dando lugar a procesos de desclasamiento o al riesgo de de desviarse por debajo de las trayectorias esperadas. Los sectores de la pequeño burguesía son particularmente sensibles a estas amenazas y ante ellas ponen en práctica estrategias de movilización no solo de su capital social, sino también de búsquedas de posiciones accesibles y acomodamientos que redefinen profesiones y puestos de trabajo. Así, los campos laborales más nuevos, más dipersos y menos codificados dan oportunidades a una gama variada y flexible de empleos semiburgueses vinculados a los servicios personales, medios de comunicación, entretenimiento, cultura y a todas las formas novedosas de ejercicio de la dominación suave y la integración simbólica de las clases subordinadas.
Los procesos de devaluación de títulos generalmente adoptan la forma invisible e insensible y suave que maximiza el efecto de alodoxia multiplicando los errores de apreciación que no tardan en convertirse en crisis personales. Las transformaciones del campo escolar apelan a tres mecanismos de filtrado de las estrategias de ascenso de estos sectores: eliminación suave o rezago progresivo, relegamiento a circuitos educativos explícitamente desvalorizados, y devaluación del valor del título. Si todo esto no fuera suficiente siempre quedan los mecanismos de exclusión, discriminación, selección, cupos, patronazgo, etc. con el que se preservan espacios y monopolios de oportunidades.
Las estrategias de los grupos y las respuestas de los que disputan con ellos van generando efectos de deformación de la estructura o de traslación de estructuras por la cual las distancias jerárquicas entre posiciones se mantienen no a pesar, sino justamente en virtud de los cambios en los acciones y disposiciones de los grupos. Las propiedades ordinales de los campos se conservan mediante cambios en sus propiedades cardinales (posicionales), concluirá Bourdieu que, sin embargo, termina alentando expectativas de cambios estructurales por los efectos de una crisis de frustración de expectativas generalizadas.
Por último tenemos los textos de Gouldner y Goldthorpe como dos de los principales teóricos de la emergencia de la clase media. El primero tributario de las teorías del posindustrialismo y la tecnoestructura directamente tiende a considerar a las clases medias como los verdaderos soportes de la sociedad contemporánea y en fuerte disputa con las viejas clases propietarias. Aunque en muchos sentidos este planteo haya envejecido notablemente (la concentración de ingresos y propiedad en el capitalismo global actual refuta claramente sus análisis) no deja de llamar a la reflexión algunos de sus señalamientos históricos. Considero que el Codigo de Discurso Crítico sigue siendo un lenguaje universal de las clases medias basadas en el saber y la competencia técnica y humanística.
Goldthorpe es un analista de la estructura de clases en el primer mundo y sus hallazgos empíricos hacia finales de los ’80 llevaron a posar la atención en el fenómeno llamado de las “clases de servicios” caracterizadas por evadir algunas de los rasgos propios de las relaciones laborales de asalariados. A la manera de una “incrustación” estamental en el medio de las organizaciones corporativas económicas más modernas, las clases de servicios (gerentes, desarrolladores, técnicos expertos, etc.) se caracterizan por elevados grados de autonomía en el trabajo, fuertes identidades y sentidos de pertenencia profesionales, bajo compromiso con las organizaciones, son beneficiarios de relaciones de confianza por parte de los propietarios y accionistas, y también tienen expectativas de seguridad y estímulos diferenciales o expectativas de “privilegios” prospectivos (carrera profesional o ejecutiva). Los señalamientos de que estos sectores tienen un amplio reclutamiento de origen popular (merced a la inversión en capital y credenciales educativas) y que podrían ser la base de cuestionamientos al sistema, sostener orientaciones contraculturales y conductas de radicalismo político, no dejan de ser interesantes ya que hay suficientes estudios que localizan la presencia de este tipo de agentes sociales en los movimientos sociales ecologistas, pacificistas, contraculturales, feministas, etc.
TRABAJO PRÁCTICO 4
Elija una.
1) Utilice el esquema propuesto por O. Wright acerca de cómo interpretar el papel de la lucha de clases en la determinación de las estructuras económicas y estatales, y en las intervenciones políticas estatales, para procesos históricos de Argentina o A. Latina. Otra manera de formular la consigna es ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?
2) ¿Cuáles han sido las capacidades estructurales y organizativas desarrolladas por las clases medias en nuestra historia reciente?
Elija una.
1) En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?.
2) ¿Es posible hablar de una clase de servicios o de Nueva Clase en nuestro país? ¿Qué aplicabilidad pueden tener estos conceptos en nuestro contexto?
DEVOLUCIÓN TP DE Haydee Yovine
La respuesta sobre Lichbach no cumple ni de cerca con la consigna presumiblemente también por leer solamente el texto de apoyo. Se llama exceso de utilitarismo.
Pero curiosamente su comportamiento utilitario se hunde cuando por no aprovechar la ventaja de haber colgado tarde el TP para leer la devolución a los TPs de sus compañeros, comete el mismo remanido error de creer que todo líder es un “empresario social” malinterpretando o no habiendo leído tampoco a C. Jenkins. Creo que acá hay fiaca o desinterés absoluto por los temas o ambos.
Haydee Haydee Haydee...
Haydee Haydee Haydee...
lunes, 13 de agosto de 2012
DEVOLUCION TP UNIDAD 2
La respuesta sobre Lichbach no cumple con la consigna presumiblemente también por leer solamente el texto de apoyo. Se llama exceso de utilitarismo.
Pero curiosamente su comportamiento utilitario se hunde cuando por no aprovechar la ventaja de haber colgado tarde el TP y haber leído la devolución a los TPs de sus compañeros, comete el mismo remanido error de creer que todo líder es un “empresario social” malinterpretando o no habiendo leído tampoco a C. Jenkins. Creo que acá hay fiaca o desinterés absoluto por los temas o ambos.
1) Cómo se comporta Ud. Ante una acción colectiva: como un kantiano, como un utilitario o como un liberal democrático justiciero (Elster).
Noel Angarola se inclina tibiamente por el modo kantiano en el sentido de hacer “lo que sería mejor si todos lo hicieran”. Patricia Prado dice que en su experiencia se mezclan las tres orientaciones. No llego a entender la relación entre lo kantiano y la obediencia al partido, creo que serían cosas contradictorias. Regina Vidart y Anaclara Mona también se niegan a “casarse” con alguna orientación dominante. Ahora, en ambos casos se ve que –al no suscribir ninguna orientación fija- hay una cuestión bastante pragmática: depende del contexto para optar por incentivos morales o ideológicos principistas (kantiano) por cálculos exclusivamente de beneficios individuales (utilitario) o por una posibilidad sin mayores riesgos de hacer justicia. Es decir, ¿no se podría decir que la posición de no optar o adherir por una orientación en particular es un subtipo del pragmatismo utilitario?
Jessica es un poco más diáfana y aclara que no le gusta arriesgar cuando en la causa son pocos y no descarta las motivaciones utilitarias.
2) Busque dos ejemplos de formas de solución predominantes de control de los free riders (colados, oportunistas) o soluciones del dilema del rebelde por parte de organizaciones sociales: 1) en su experiencia propia de participación en movimientos u organizaciones colectivas, 2) en ejemplos procesos de movilización o revoluciones estudiados en esta u otras materias.
Noel propone el reparto de tierras en la Revolución Mexicana , pero no aclara bien el criterio de “los más fuertes”, supongo que se refiere al típico criterio de la justicia revolucionaria: se merecen las tierras aquellos que lucharon por ellas, que es un típico criterio contractual que tiende a incentivar la participación revolucionaria, ya que aquellos que participen en la lucha tienen la expectativa de obtener más y mejores tierras.
El ejemplo de Regina de R. Alfonsín como “free rider” es demasiado rebuscado: no se trata de “aprovecharse” de una lucha colectiva sino de un capital simbólico “heredado”.
Anaclara Mona propone las movilizaciones actuales de estudiantes, “indignados”, 99%, etc. pero no aclara cómo constituyen ejemplos de soluciones al control de los free riders.
El ejemplo de Jessica sobre el centro comunitario de boedo es escueto pero certero: las relaciones comunitarias son también una base de solución para evitar a los aprovechadores. En este caso uno de los primeros escollos es el intento de capitalizar políticamente por parte de estructuras militantes antimachistas: los vecinos deben velar por el objetivo de preservar su patrimonio barrial y pueden controlar los intentos de aprovechadores gracias a los lazos de confianza interpersonales y la identificación comunitaria.
3) Sobre el texto de Craig Jenkins (tome uno de 4)
A) En los procesos de movilización social en la Argentina ¿Quiénes podrían encajar con la figura de “empresario” social o político respecto de los movimientos sociales?.
El ejemplo de la Cámpora que propone Patricia no se compadece del concepto que aparece en C. Jenkins de “empresario social”: es una figura que trae “recursos” tangibles e intangibles propios y patrocina la causa o los reclamos posibilitando la visibilidad pública o una mayor legitimación del reclamo. De manera típica los pastores evangélicos que se plegaban o impulsaban al movimiento de DDCC, Nito Artaza que siendo artista reconocido se puso al frente del movimiento de ahorristas tras el corralito, numerosos científicos que militan activamente en el ecologismo, etc. Militantes que disponen de recursos es el concepto contrario: implícitamente el razonamiento de Patricia lleva a pensar que los militantes de la Cámpora se suman a ella para gozar de los recursos “oficiales”, por lo que distarían de ser empresarios sociales, que es exactamente al revés: ponen sus recursos al servicio de la movilización, no se movilizan para obtener recursos. Más allá de la equivocada aplicación del concepto de empresario social queda también una cierta incongruencia: se dice que la Cámpora creció con el conflicto agrario y con el duelo por la muerte de Néstor K., en ambos casos lo que aparece más posible como motivación para la movilización son cuestiones de compromiso ideológico y eventualmente emocional y no tanto incentivos para el acceso a recursos.
El ejemplo de Regina sobre Milagros Salas también tiene el mismo defecto: el concepto de empresario no se aplica a Milagros por la sencilla razón de que los recursos de ella y su organización no son previos a la lucha sino producto de la movilización.
El ejemplo de Anaclara también es fallido: en general los dirigentes políticos y sociales que no traen “capitales” de prestigio previos no pueden ser por definición empresarios sociales. Desde ya 6-7-8 es un programa periodístico pero curiosamente sus integrantes no forman parte conocida de ninguna organización militante. Serían empresarios sociales si a partir de su capital simbólico obtenido en la actividad mediática, impulsaran movilización y organización colectiva desafiante. Apoyar desde un medio determinadas causas políticas o movilizaciones no los convierte en empresarios sociales según el concepto de la teoría de la mov. De recursos.
B) Tome un movimientos social cualquiera (desde piqueteros hasta HIJOS) y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?
“Anónimo” acierta al partir del criterio que la movilización es el proceso mediante el cual un grupo se asegura el control colectivo sobre los recursos necesarios para la acción colectiva pero no estoy tan de acuerdo con el intento de analogía entre los movimientos de DD civiles (negros) en EEUU e HIJOS. En EEUU las estructuras de movilización de base utilizadas fueron las iglesias evangélicas y/o islámicas mientras el caso de HIJOS en el mejor de los casos se apoyó en otros organismos de DDHH previos. La profesionalización de la movilización entre los movimientos ecologistas y pacifistas creo que es bastante diferente a la que puede observarse en HIJOS.
Jessica pone en duda si los recursos son tan importantes y si se puede prescindir de los agravios para explicar los movimientos pero la teoría de mov. De recursos no niega los agravios sino que se limita a decir que son condición necesaria pero no suficiente: sin movilización, oportunidades, etc. , con puro descontento y demandas no hay movimiento.
C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de Mov. Sociales en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.
D) Desde el punto de vista de la movilización de recursos elija algún proceso revolucionario que conozca y conteste ¿Qué recursos fueron movilizados durante ese proceso revolucionario?
jueves, 28 de junio de 2012
Texto de Apoyo y Trabajo Práctico - Unidad 2 parte B
ALGUNOS ELEMENTOS TEORICOS PARA ENTENDER EL ENFOQUE DE LA ELECCION RACIONAL EN LA ACCIÓN COLECTIVA
Los desarrollos más difundidos de la teoría sociológica en los ’90 pasan por lo que se ha denominado "individualismo metodológico". Contrariamente a lo que pueda pensarse estos enfoques han arraigado incluso en importantes autores neomarxistas como A. Przeworsky, E. Olin Wright y otros. Según este enfoque los conceptos "colectivos" pueden y deben ser reconstruidos en términos de elecciones adoptadas por sujetos diestros que evaluan alternativas y se atienen a algunas reglas de decisión. En estos enfoques se les reconoce a los sujetos "competencia estratégica", es decir, capacidad para orientarse de manera conveniente ante el comportamiento de los otros. En este sentido, el individualismo metodológico reconoce una matriz dentro de la economía neoclásica pero fundamentalmente dentro de la llamada "teoría de los juegos" que intenta predecir las estrategias más probables de un actor dada una situación y un comportamiento de otros actores.Así, por ej., Przeworsky analiza la racionalidad estratégica de la opción obrera por la socialdemocracia europea dadas las relaciones de poder y comportamientos de la burguesía. Un ejemplo de este mismo autor es el de la huelga obrera: es un hecho sin dudas colectivo pero no puede obviarse que a cada obrero en particular, a cada obrero en sí mismo, le conviene no hacer huelga y que los demás sí la hagan: de esta manera cobra el aumento si se consigue (los aumentos son "bienes públicos" que no discriminan entre quienes hicieron huelga y quienes no) y si no se consigue no corre los riesgos de la lucha (despidos, descuentos, etc. que sí son "privados" y no públicos). Por tanto, toda acción colectiva debe estar preparada para resolver este dilema y contrarrestar la propensión individual a la pasividad (teorema de Olson).En el conocido libro de Elster "Tuercas y Tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales", Gedisa, Barcelona, 1993, se plantea el comportamiento social como una forma de arbitrar entre Deseos y Oportunidades: el sujeto evalúa la situación de acuerdo a sus deseos y eventualmente aprovecha las oportunidades que encuentra para realizarlos. Si no encuentra oportunidades busca reducir la frustración reduciendo sus apetencias o cambiando las preferencias.Pero es claro que deseos/oportunidades no son independientes sino interdependientes: los deseos pueden generar o inhibir oportunidades ausentes o disponibles, y las oportunidades generar deseos o inhibirlos. "Donde la naturaleza es demasiado pródiga no hay necesidad y donde es escasa no hay oportunidad"En el largo plazo, cuentan las oportunidades ya que ellas son producto y modelan los deseos. El deseo de aumentar las oportunidades no es obvio ni universal, y la autolimitación de oportunidades también es una conducta equilibradora que intenta evitar la frustración.Cuando las acciones entre dos sujetos están recíprocamente referidas, es decir, cuando uno intenta ajustar su acción a la acción del otro, la estrategia dominante o "mejor respuesta" a todos los movimientos del oponente, lleva al llamado dilema del prisionero en el que ambos esperan que el otro no coopere pues saben que para ambos la tentación de aprovechar el beneficio sin costo de la cooperación unilateral es más grande que el beneficio de una cooperación mancomunada. Ambos esperan aprovechar la cooperación unilateral del otro, o esperan que el otro coopere para no cooperar y alcanzar algún beneficio sin costos. Se produce así un resultado colectivamente desastroso pero el más racional desde el punto de vista individual al mismo tiempo. El riesgo de cooperar ante la incertidumbre del otro hace irracional la cooperación, mucho más cuando se sabe con certeza la racionalidad del otro que hace el mismo cálculo. El carácter paradójico de la acción cooperativa y sus racionalidades imposibles se multiplican: Elster dice que la pasión sirve mal a la pasión. La mejor manera de apartarse de la racionalidad es ser racional. Los esclavos sirven mejor si son algo autónomos, etc. Elster también encuentra que los sujetos pueden encontrar racionalidad en los perjuicios o a través de gratificaciones sustitutivas: la imposibilidad de pruebas que fundamenten decisiones tiende a eludirse reemplazándola por creencias míticas que me permiten seguir resistiendo a que las cosas no son como deseo (principio del placer o gratificación inmediata): cuando las pruebas van en contra, sigo buscando hasta que me den a favor. Así mis creencias pueden perjudicarme aunque me gratifiquen. Las creencias no son irracionales si producen placer, autoestima, etc. y no se puede decidir creer o como creer.Otra paradoja importante es la de la espontaneidad: si cedo a la espontaneidad disminuiré las oportunidades futuras de comportarme así. La valorización de lo espontáneo requiere preocupaciones no espontáneas. En realidad, estas paradojas ya habían sido establecidas por Platón y magistralmente formuladas por Hegel: "el hombre está condenado a ser libre haciéndose esclavo de la ley". Todo ello da lugar a una profunda necesidad de reflexionar sobre el concepto hoy muy en boga de "autonomía".El supuesto teórico fuerte y discutible por cierto es la Tesis de la inexistencia de la voluntad popular: el individuo puede saber qué quiere y la sociedad no. En el individuo entre la decisión y la ejecución no hay interferencia alguna salvo problemas neuromotores, etc. , la sociedad solo lo resuelve en la interacción entre individuos.Las paradojas de la acción colectiva están en la imagen de la bandera colectiva en la marcha del texto: los participantes no pueden gozarla más que destruyéndola.El Problema de la acción colectiva (AC) : es mejor que lo hagan muchos que que no lo haga nadie, pero es mejor para cada uno no hacerlo. Cooperar es actuar en contra del interés propio de manera que beneficie a muchos solamente si todos actúan de ese modo. Esta es la base de la perversa tendencia de la racionalidad individual a generar desastre colectivo. Si todos actúan mi contribución es innecesaria y la tendencia a capitalizar el esfuerzo de los demás, grande. Si nadie actúa, desde ya que no actúo.La curva de beneficios lineal basada en que cada contribución de cada cooperador añadido es igual en el tiempo, tiene pendientes paralelas ascendentes iguales y por tanto, nunca se tocan y siempre es conveniente esperar el esfuerzo de los demás.Sin embargo, puede haber contribuciones no lineales: los primeros y los últimos generalmente no tienen importancia, también puede que sean perjudiciales (represión a circunstantes) o que el exceso de cooperación más allá de un punto se convierte en caos perjudicial.En las soluciones al problema de la AC se impone el reforzamiento de soluciones (interés propio, normas, altruismo, etc.): la esperanza confirmada de reciprocidad, coopera en la primer ronda, coopera en la segunda solo si el resto cooperó en la primera, etc.Según Elster se pueden tipificar 3 figuras calculadoras frente a la acción colectiva: -los kantianos que obran de acuerdo a la máxima de lo mejor universal y por tanto no consideran ni los perjuicios que sufren ellos mismos ni los costos que puedan ocasionar a los demás; - los utilitarios que esperarán que los kantianos comiencen y que la cantidad de seguidores signifique que con su propia cooperación el umbral de beneficios para los cooperadores superara sus costos; - los que siguen la norma de justicia que esperarán que la cantidad de cooperantes posibilite un beneficio medio favorable aunque no todavía para los cooperantes.El utilitario participa cuando el beneficio esperado con su participación se vuelve positivo. El justiciero lo hace cuando el beneficio general se vuelve positivo. De acuerdo a las trayectorias esperadas de beneficios propios y colectivos, los kantianos pueden ser detonantes catalizadores de los justicieros y los utilitarios, y estos son multiplicadores de los kantianos. La "reacción en cadena" puede llegar a la cooperación universal aunque no sea conveniente. El texto de M. Lichbach busca encontrar dentro mismo de los supuestos del individualismo metodológico no la explicación de la pasividad, sino las formas de resolver o superar la parálisis a la que se someten los individuos merced el dilema del rebelde. Así encuentra que existen tanto soluciones de incentivos directos o indirectos, reducción de costos, etc. (soluciones de mercado) pero también soluciones de tipo contractual (basadas en el dilema de seguridad) o soluciones no maximizadoras basadas en identidades, creencias o convicciones (soluciones comunitaristas) o simplemente en obediencia y jerarquía (soluciones jerárquicas).
TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 Sobre textos de Elster, Lichbach, y Craig Jenkins - ENTREGA PARA EL 5/08
1) Cómo se comporta Ud. Ante una acción colectiva: como un kantiano, como un utilitario o como un liberal democrático justiciero (Elster).
2) Busque dos ejemplos de formas de solución predominantes de control de los free riders (colados, oportunistas) o soluciones del dilema del rebelde por parte de organizaciones sociales: 1) en su experiencia propia de participación en movimientos u organizaciones colectivas, 2) en ejemplos procesos de movilización o revoluciones estudiados en esta u otras materias.
3) Sobre el texto de Craig Jenkins (tome uno de 4)
A) En los procesos de movilización social en la Argentina ¿Quiénes podrían encajar con la figura de “empresario” social o político respecto de los movimientos sociales?.
B) Tome un movimientos social cualquiera (desde piqueteros hasta HIJOS) y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?
C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de Mov. Sociales en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.
D) Desde el punto de vista de la movilización de recursos elija algún proceso revolucionario que conozca y conteste ¿Qué recursos fueron movilizados durante ese proceso revolucionario?
Devolución TP 2 A
Van las devoluciones ordenadas por consigna.
1)
Agustín plantea con total precisión y solvencia la cuestión de los empleados públicos y la no correspondencia entre formación de clase y posición de clase ya que lo determinante es la lucha. El caso argentino está desaprovechado en el texto del TP. En los años ’90 en Argentina los docentes protagonizaron la vanguardia de la resistencia a las políticas de achicamiento y privatización. La resignificación de los docentes como “trabajadores” de la educación y del personal hospitalarios como “trabajadores” de la salud, etc. constituyó un cambio importante en la constitución de la clase obrera argentina tradicionalmente apoyada en la identidad obrera industrial. Incluso hoy mismo el tema que camioneros constituya la cara visible de las demandas obreras sigue mostrando la plasticidad del proceso de formación de clase. En la crisis del 2001 justamente los grandes ausentes de las movilizaciones fueron los obreros industriales que conservaron el empleo. Es decir, las posiciones típicamente identificadas con el clasismo tradicional fueron las más atemorizadas y reluctantes a la movilización comparados con desocupados y empleados públicos.
Lucrecia, se confundió dos veces no era Przeworsky y tampoco “Parkins”, sino Parkin, ja, ja. Pero su planteo es completamente correcto. Es muy importante el señalamiento de que el empleo público calificado está sometido a cierre social con una elevada carga de legitimación en países como Francia y Alemania, en donde adquiere ribetes estamentales. Ni hablar en la ex URSS, donde los estudios realizados pos caída del muro mostraban que los cargos eran prácticamente hereditarios, los hijos de los directores de empresas eran directores de empresas, etc. Para que se vea que el cierre social no son mecanismos que se dan solo en el capitalismo. De cualquier manera, no siempre es lo mismo, creo que en Argentina y A. Latina el empleo público suele estar devaluado y no tan sometido a cierre.
Matías y Carlos toman el marxismo estructural de Harnecker y definen con acierto que ni técnicos y ni supervisores formarían parte de la clase obrera o de la burguesía en el típico esquema dicotómico de esta postura. Es más discutible que los bancarios no formen parte de la clase obrera. Primero porque si bien no producen plusvalía sí son explotados en tanto su trabajo ahorra mayores costos de administración, gestión del dinero, etc. que los que le pagan como salario. Segundo, porque en la argentina ese gremio tiene un tradición bastante combativa que incluso llegó a desafiar al segundo gobierno de Perón, y en los ’90 protagonizó grandes paros y luchas contra las privatizaciones bancarias, lo que llevó a Menem a regular el derecho de huelga y colocar como servicio público esencial el “clearing bancario” para ilegalizar las huelgas bancarias. El razonamiento de Matías que excluye a los bancarios de la clase obrera por las condiciones de vida es bastante “prejuicioso”: hoy mismo hay obreros industriales que con horas extras superan los salarios de los bancarios. Además el mismo razonamiento hizo el ex ministro Cavallo que en el año 94 ante una huelga muy fuerte acusó a los bancarios de quejarse cuando trabajan con saco y corbata y tienen aire acondicionado, al otro día los bancarios en conflicto fueron al banco en bermudas y ojotas a modo de protesta.
Anaclara olvidó las referencias al caso de los empleados públicos en la argentina.
2)
Me parece que Antonella no aplica bien el concepto de cierre social, al que confunde me temo con el concepto de exclusión social, que tienen poco que ver. Los movimientos de desocupados fueron excluidos del acceso al empleo, pero no se aclara en el texto cuál sería el mecanismo de cierre. Si cierra una fábrica no hay cierre social sino exclusión. Cierre social habría por ejemplo si ante un cierre, el sindicato o cualqueir sector interno obrero negocia criterios por los cuales se echan a qué trabajadores (mujeres, jóvenes, negros, etc.). Releer el texto de Parkin.
3)
Patricia Prado y Regina Vidart, coinciden bastante con las tesis tradicionalmente difunididas por la izquierda intelectual. Sin embargo, como todo, es posible de dobles lecturas. La “verticalizada” clase obrera a través de la dirigencia sindical con la crisis de 1952 se negó a aceptar los límites a la negociación paritarias que pretendía Perón quien para convencerlos convocó al Congreso de la Productividad. Algunos gremios importantes entraron en huelga e incluso se registraron algunas respuestas persecutorias hacia ellos. Hoy mismo el conflicto con el moyanismo muestra que el peronismo es muy poco afecto a la disciplina partidaria y los liderazgos excluyentes. Muchísimos dirigentes del primer peronismo intentaron desafiar a Perón (no solo C. Reyes, sino también Mercante, el mismísimo Jauretche, etc.). J. W. Cooke diputado en una oportunidad votó en contra de la voluntad de Perón y del bloque mayoritario y no obstante eso Perón poco después lo convocó para dirigir una reforma del Partido Justicialista. Lo mismo hay una tradición absurda inventada por algunos intelectuales de la década del 60 que caracterizaron al peronismo como un “estatismo”. En general los historiadores serios hoy aceptan que el intervencionismo estatal había empezado mucho antes y que en líneas generales Perón no era afecto a invadir el terreno de la iniciativa privada productiva (sí por supuesto en los servicios sociales), por eso Peron no quiso estatizar el petróleo, negoció los primeros contratos con empresas americanas, etc. Podríamos seguir infinitamente con esta saga, pero la imagen construida de un peronismo estatista y autoritario hay que revisarla a mi juicio.
El proceso de formación de la clase obrera recibió un impulso gigantesco por el peronismo: no solo por el reconocimiento a su poder social y colectivo sino también como derechos. Lejos del marxismo vulgar que cree que las concesiones y el bienestar conspiran contra la identidad obrera y su voluntad de lucha, la sociología de la acción colectiva demuestra contundentemente que la predisposición a la lucha es mucho mayor cuando las personas asumen un modo de vida como un estándar que se naturaliza como derecho y se amenaza perderlo. Es por eso que la clase obrera se mantuvo hasta hoy asociada al peronismo: con esa palabra se asocia el modo de vida que consideran un derecho y se convierte en patrón de justicia que impulsa las movilizaciones y resistencias. Al revés cuando la clase obrera estuvo peor en las décadas de ajuste y neoliberalismo, fragmentación, y pérdida de la identidad obrera como asociada a un estándar cristalizado como derecho, es que se registraron menores inclinaciones combativas (en la década del ’90 sobre todo). Los derechos que se conquistan hoy son los motivos de lucha mañana.
domingo, 10 de junio de 2012
TRABAJO PRÁCTICO UNIDAD 2 PARTE A
TRABAJO PRÁCTICO
UNIDAD 2 PARTE A (colgar antes del lunes 18/06)
Elija una
de estas
1) Se ha
discutido durante mucho tiempo la pertenencia a la clase obrera de los
empleados administrativos y de los técnicos y supervisores. ¿Qué respuesta imagina Ud. que darían…
Dahrendorf;
Poulantzas; M. Harnecker; F. Parkin; N. Poulantzas; A. Przeworski? Suponiendo que
todos estos autores piensan en la
Argentina (elija solo un autor).
2) Otro
tema de discusión de la última década ha sido la pertenencia o no a la clase
obrera de los movimientos territoriales de desocupados o pobres urbanos. ¿Qué
respuesta imagina Ud. que darían…Dahrendorf; Poulantzas; M. Harnecker; F.
Parkin; N. Poulantzas; A. Przeworski? (elija solo un autor).
3) Desde
Milcíades Peña hasta hoy se ha discutido la cuestión de la clase obrera
argentina y del peronismo como bonapartismo disciplinador de la clase obrera. ¿En
qué medida las políticas sociales, las conquistas laborales y políticas, y los
estilos de conducción del peronismo han significado para la clase obrera una
traba en su proceso de formación de clase? Utilice las ideas de Przeworki.
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