lunes, 14 de noviembre de 2016

Texto de apoyo y TP Unidad IV.

Las teorías que prescinden o reducen el valor explicativo del concepto de clase social son dominantes en el pensamiento social contemporáneo.  Vamos a hacer un somero repaso de los principales objetores del concepto de clase y su relación con los procesos de movilización social.

El primer gran teórico en afirmar que “el marxismo carece de una teoría de la acción” y que la sociología del conflicto derivada del marxismo tiene una marcada deficiencia para entender la movilización social (MS) es Alain Touraine, uno de los más tempranos desarrolladores (principios de los 70) de la teoría de la sociedad posindustrial (hoy convertida en el sentido común como sociedad del conocimiento y los servicios, etc.).  En mi libro van a ver que esta objeción de Touraine al marxismo es injusta y prescinde de la rica tradición de pensamiento atado a la acción cuyos principales exponentes son Lenin, Mao, Stalin, Luxemburg, Gramsci, Labriola y Korsch, por nombrar solo algunos. Es el marxismo académico y el estructuralismo los que quizás más evidentemente encajan con las críticas de Touraine.  Touraine es el primero en teorizar la especificidad de la categoría “movimiento social”: a diferencia de las luchas por decisiones tìpicamente protagonizadas por partidos y sindicatos, los MS pugnan por “cambiar la orientación cultural”  y la “historicidad”. No se preocupan tanto de recursos y poder de los que dependen las decisiones, sino de los procesos de subjetivación y de los valores y orientaciones culturales y por tanto se dirigen a la autonomía y la identidad al cuestionar prácticas y normas del statu quo.

En el esquema de Touraine, mientras la categoría clase alude a “posición”, MS alude a “acción” y “reflexión”.  La “nueva sociedad” abre un espacio a los conflictos el el control de la historicidad y la subjetividad sobre la base de 4 fenómenos: 1) el conflicto se generaliza y no deja ámbitos que se sustraigan a él (la subjetividad y la cultura se dirimen en todo: ni la ciencia, no la técnica, ni la vida privada. “Todo lo personal es político” era el slogan feminista). 2) Los protagonistas no se articulan por intereses sino por identidades y luchan por autonomía, identidad y libertad. 3) Los que entran en conflicto son los que no encajan en el gran orden integrado de las corporaciones económicas y poder tecnocrático estatal. 4) La crítica al orden no proviene de las clases ni apunta a un centro de lo social, un núcleo decisivo, sino es un crítica difuminada que corroe todos los ámbitos de la vida social.

Aunque estas ideas fueron forjadas al calor de la declinación de las izquierdas tradicionales y el socialismo y el sindicalismo en Europa, sin dudas todavía hoy suscitan controversias.

Otros objetores más recientes como Furbank  trabajan con la idea de que no hay “objetividad” posible en el concepto de clase. El análisis histórico muestra que el uso que hacen los actores sociales de los modos de enclasar, desclasar o reenclasar, son siempre interesados y pragmáticos. La gente clasifica a otros según su conveniencia y no según verdades o elementos objetivos. Por eso hoy un obrero que gana bien puede considerarse de clase media y querer conocer Miami por poner un ejemplo banal o un gerente de una multinacional puede presentarse como un esforzado empleado capaz y el dueño de una gran empresa puede pasar como un talento ejemplo de perseverancia comparable a cualquier persona que “empiece desde abajo”. Incluso como en el caso de Macri o Trump se pueden presentar como esforzados defensores de los imperios económicos que heredaron y hasta honestamente preocupados por el destino de sus pueblos. Es interesante observar que la autoatribución de clases superiores no los deslegitiman sino los colocan en el lugar del “desinterés” y la “filantropía”: trabajan por los otros porque no necesitaron trabajar para sí mismos. En los focus groups de sondeos electorales surge con fuerza un razonamiento que no por sorprendente es menos difundido: “con qué necesidad va a meterse en este quilombo si ya está hecho, por lo menos se que no viene a currar como los demás”. Por supuesto esta idea típica de clases medias ansiosas por sacarse de encima el intervencionismo estatal puede ser reemplazada por otras en otras circunstancias (el niño rico, el vago, el hijo inútil de Franco, el que hizo la plata currando con la patria contratista, etc.). Es decir, la atribución de clase funciona siempre en un régimen discursivo que no tiene en cuenta ninguna objetividad de base y siempre está presta a acomodarse a la propia conveniencia. Para ver una crítica a este punto de vista “pragmático” de clase ver mi texto en pags. 122-125.

Otros como Pakulski plantean dos grandes evoluciones de la sociedad del capitalismo avanzado: multiplicación de las fuentes de diferencias (etnia, sexo, edad, cultura, religión, educación, etc.) y mayor nivel de movilidad o menos barreras o límites entre grupos sociales. Así, se desdibuja la sociedad de clases y los grupos importantes desde el punto de vista explicativo pueden cada vez más no ser clases.

Finalmente vemos las teorías posmarxistas y posestrcuturalistas como la de Laclau: la clase objetiva no determina nada en la vida social. La “negatividad” social nunca es una fuerza estructural que anida en un nivel de la objetividad social, sino que es una construcción de sentido.  El salario no significa directamente “explotación” si no es como una construcción dadora de sentido tal como "la injusticia, el robo, el abuso, etc."  Ni siquiera el “hambre” tiene valor social objetivo ya que puede ser significada como “escasez natural”  “maldición de los dioses”, “castigo divino”, etc. y no acarrear consecuencia histórica alguna. Es decir, la lucha de clases es también un régimen de discurso del antagonismo (negación identitaria) junto a otros (raza, sexo, etc.).  Los extraordinarios aportes de Laclau sobre los que Uds. tienen que reparar son básicamente la lógica de la equivalencia y la lógica de la diferencia. Por la primera, el antagonismo frente al poder que excluye múltiples grupos, articulan el pueblo haciendo posible la acción contestaría. Por la segunda, el poder intenta brindar respuestas diferenciales para disgregar e impedir la constitución del pueblo. Todo proceso de movilización incluye ambas lógicas. El valor de Laclau es que los procesos de movilización siempre están asociados a la constitución de lo popular, del pueblo, de la plebs, lo plebeyo, y su negación por la elite, la oligarquía, el antipueblo, etc.  Estos procesos son siempre discursivos y operan por condensación de significantes vacíos. La sensibilidad de Laclau a estas retóricas que son la sustancia misma constitutiva del antagonismo hace que su contribución conceptual sea muy productiva. En todos los movimientos o casos de movilización que Uds. van a tomar es necesario prestar atención a los procedimientos de negación identitaria y antagonismo,  las lógicas equivalenciales, y la articulación con lo popular.

TRABAJO PRACTICO
Elija una consigna

1) Según su lectura de Touraine, tomando en cuenta los procesos de movilización social en nuestro país de las últimas décadas, se puede hablar de “pugnas por la historicidad y la subjetividad”. ¿Cómo caracterizar las luchas por la orientación cultural? ¿Las luchas sociales siguen siendo predominantemente clasistas?

2) Tomando el texto de Laclau: proponga ejemplos contemporáneos en nuestro país de constitución retórica del antagonsimo y la negación identitaria bajo la lógica de la equivalencia.

domingo, 2 de octubre de 2016

TP 6 Textos de Offe, Tarrow, McAdama,McCarthy y Zald, Amparan

ELIJA UNA CONSIGNA POR BLOQUE

TEXTO OFFE: Elija una de estas consignas. 1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina ¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la “desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva ciudadanización” de la clase obrera?
2) ¿Coincide el marco valorativo de los NMS con los nuestros? escasez-interés-distribución VS identidad-alienación-autonomía.
3) Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales, institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros, Fabricas Recuperadas y Asambleas.
4) Offe detalla dos tipos de respuestas estratégicas del Estado a los Movimientos: vaciamiento y cooptación. Analice según esto el caso argentino.


AMPARAN
Elija una.
a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.
b) Seleccione un Mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.
c) La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural. Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice cómo han logrado cada una de estas tres cosas.

d) En su tema de monografía cómo podrían analizarse los discursos, slógans y consignas de los movimientos desde el punto de vista de la teoría de los marcos.


McADAM, McCarthy y Zald



Lea atentamente el extracto del libro de EDWARD P. THOMPSON : TRADICIÓN, REVUELTA Y CONCIENCIA DE CLASE. Cap:  EL DELITO DE ANONIMATO. 
Responda analizando el texto propuesto  desde  “La teoría de movilización de recursos y ”la teoría del enmarcado interpretativo”. (Mac Adam, Mc Carthy y Zald).
1-               Cómo aplicaría Ud. las tres dimensiones (oportunidades políticas, estructuras de movilización y procesos enmarcadores), para analizar el conflicto que presenta el texto de Thompson.
2-               Tal cómo entendía Tarrow el papel de “la violencia y la disrupción”, explique cómo funcionan las mismas en el relato que Thompson describe.

EDWARD P. THOMPSON. TRADICIÓN, REVUELTA Y CONCIENCIA DE CLASE.
Cap. EL DELITO DE ANONIMATO.

“Te diré mi nombre, pero no me lo permite mi simpleza.”
Minero de carbón de Newcastle (1765)

Todavía nos hemos aproximado muy poco a los autores de cartas de protesta social y rebelión del siglo XVIII. Pero cuando aparece un rastro, cosa ya muy rara, no parece ser el de un perturbado; es simplemente el de un miembro de una comunidad trabajadora que padecía de agravios comunes [...] EI 16 de julio de 1795, un caballero de Uley, Gloucestershire, encontró la siguiente nota en su jardín:
“Acuérdate de los pobres en desgracia,  por culpa de los precios altos de tus provisiones, si no las consecuencias serán fatales para muchos en todas las parroquias de alrededor. Cómo crees que puede un hombre mantener a Ia familia con eI cuarto de harina a un cheIín?  Y aquí hay un hombre de esta parroquia que dice que los pobres no estuvieron mejor nunca como están ahora. Un golpe fatal le caiga a él y a su casa y toda su propiedad,  ya somos 500 conjurados a ser leales hasta eI fin y tenemos 510.000 balas de cañón preparadas y podemos tener pólvora con decirlo,  y todo lo que hace falta para el propósito de que no haya Rey,  sino Constitución;  abajo,  abajo,  abajo,  oh vosotros fatales copetes y sombreros altivos que siempre seréis tumbados por nosotros!!!!.”
Otro cabaIlero recibió una nota similar el mismo día y otra nota más se encontró en otra casa pocos días después, los tres caballeros se entrevistaron con el magistrado y acordaron mantener las cartas en secreto mientras se llevaban a cabo pesquisas. EI reverendo Baker entendía el juego de amenazas y contraamenazas perfectamente bien. Vivía en un distrito en eI cual más de una casa de pañeros había sido totalmente quemada, y su propia casa tenía una campana de alarma que, en dias tranquilos, podia ser oída por 6.000 personas. AI lIegar a este punto se distribuyeron en Uley alimentos subvencionados entre los pobres. Pero el descontento corresponsal no estaba satisfecho aún y poco tiempo después dejó otro comunicado cerca del taller donde «distribuimos las provisiones». En él se alegaba que el pan subvencionado de los señores a 1 chelín las 5 1/2 libras, no podía compararse con el pan que proporcionaba un panadero de la parroquia a 13 peniques las 6 libras de pan «blanco como la nieve». Tampoco quedaba muy bien parado si se comparaba con Cambridge, donde los pobres reciben un busbel de trigo por 10 chelines. Los señores hicieron caso omiso de este ejemplo de ingratitud y continuaron como antes, terminando su subvención eI 3 de septiembre: «teníamos grandes motivos para imaginar que todos estaban contentos con lo que se había hecho hasta el quince de septiembre en que se encontró la siguiente nota ... »

“La miseria de la gente industriosa por la carestía de las provisiones está pidiendo una junta inmediata, por tanto, se desea una reunión eI próximo Lunes por la mañana 21 a las nueve de la mañana en “Hampton Coman” para deliberar qué pasos tomar para una alteración inmediata. Sed tan amables de darlo a conocer a más. Con ello no os retraséis o si no moriremos todos de hambre inmediatamente.”
Si la composición anónima deI ser oscuro no iba acompañada de actos de incendio premeditado, disparos o revuelta, entonces hasta una fecha tan tardía como 1795 el gobierno estaba dispuesto a dejarlas pasar. En 1800, cuando se hizo manifiesta la existencia de una cultura popular, painita y subterránea, el mismo Portland cambió de posición. 

Lea atentamente el extracto del libro de EDWARD P. THOMPSON : TRADICIÓN, REVUELTA Y CONCIENCIA DE CLASE. Cap:  EL DELITO DE ANONIMATO. 
Responda analizando el texto propuesto  desde  “La teoría de movilización de recursos y ”la teoría del enmarcado interpretativo”. (Mac Adam, Mc Carthy y Zald).
1-               Cómo aplicaría Ud. las tres dimensiones (oportunidades políticas, estructuras de movilización y procesos enmarcadores), para analizar el conflicto que presenta el texto de Thompson.
2-               Tal cómo entendía Tarrow el papel de “la violencia y la disrupción”, explique cómo funcionan las mismas en el relato que Thompson describe.

 

martes, 20 de septiembre de 2016

Texto de apoyo Unidad 3. parte B

TEXTO DE APOYO TEXTOS DE OFFE, TARROW, MacADAM Y AMPARAN

Todos estos textos  contribuciones  influyentes para el estudio de los movimientos sociales en los países de capitalismo avanzado y brindan las herramientas más básicas para comprender los procesos de movilización. Ergo, todos suministran elementos para ser aprovechados en las monografías finales.
En el caso de Offe tratando de explicar la especificidad de los “nuevos movimientos sociales” (NMS: feminismo, ecologismo, pacifismo, contracultura) de cara a la crisis del estado de bienestar keynesiano (EBK) y al sistema político basado en el dispositivo electoral y los partidos políticos electoralistas. Offe es el primero en conceptualizar de modo categórico procesos como la “mercantilización de la política” entendida como conquista del voto, y sus relaciones con la “politización de la economía” exigida por la colusión entre el EBK y los grandes monopolios privados. De manera diagonal los NMS buscan meter una cuña entre ambos procesos en tanto “politización de la sociedad civil” que se hace a expensas del estado y los partidos políticos y se opone a las consecuencias de la mercantilización y del imperio de los monopolios. Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. Orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).
El texto de McAdam, McCarthy y Zald resume los tres conceptos centrales de cualquier análisis de movimientos sociales: estructuras de movilización, oportunidades políticas y procesos enmarcadores. Qué tipo de recursos y plataformas sociales son el soporte inicial de la movilización, qué coyunturas o eventos políticos o de otro tipo aprovechan para maximizar sus  chances y qué significados y cómo intentan insertarlos en el juego social y político para movilizar el consenso y lograr las transformaciones. Los conceptos de superación del "error inicial de atribución" y de "ventanas de oportunidad" son muy importantes.
"El poder en movimiento" es un texto clásico de la sociología contemporánea de los movimientos sociales. Muy influído por los trabajos históricos de Tilly, Tarrow intenta una sistematización del enfoque de la movilización de recursos. Comienza rescatando los aportes del marxismo: Marx por lo insoslayable del conflicto estructural; Lenin por el papel de la organización y su combate a las concepciones espontaneístas; y Gramsci por la necesidad de un marco de significados y sentidos que aglutinen, permitan pesuadir audiencias y sumarlas a la lucha. Según el planteo de Tarrow los movimientos sociales son formaciones colectivas no convencionales que pretenden llevar adelante luchas mediante la movilización de recursos externos preexistentes y mediante la movilización del consenso de sectores amplios de la población hacia determinadas demandas de transformación.
Este patrón de movilización social y cognitivo da lugar a lo que se llama repertorio modular de la acción colectiva en la modernidad (petición pública, general, indirecta, interpelando sectores sociales o estados y no personas, boicots, petitorios, mitines, barricadas) que se diferencia claramente del repertorio convencional premoderno (motines de granos, la petición privada, revueltas campesinas, religiosas, etc.).
Uno de los aportes más importantes es el Cap. 6 sobre los elementos analíticos de la acción colectiva desafiante. Estos se pueden ordenar por pares que entran en relaciones contradictorias entre sí lo que le da al análisis un interesante dinamismo.
El primer elemento es el desafío: toda acción no convencional de carácter contencioso tiene la pretensión de desafiar a poderes superiores. Estas acciones ponen en cuestión de maneras más o menos indirectas dicho poder.
Para inquietar al poder se usan dosis no de violencia directa sino de amenaza o insinuación de violencia que podría generalizarse. Este tipo de violencia gestual es un arte de manejo difícil que busca no dejar pretextos para la represión y que busca sobre todo preservar la llegada del mensaje de los movilizados a otros sectores sociales más amplios.
Pero para ello deben arriesgar otro elemento importante de los movimientos: la solidaridad. Si los desafíos son muy manifiestos, los públicos que deben ser conquistados (“movilizar el consenso”) para fortalecer la lucha pueden retraerse o colocarse en contra de los movilizados. Sin solidaridades masivas los movimientos tienden a ser derrotados. La meta fundamental  de los movimientos sociales es conseguir la movilización del consenso. Para ello la administración homoeopática de la violencia y los gestos de amenaza y generalización en la movilización, debe producir un efecto fundamental para el éxito: la incertidumbre. Las formas esquivas, indirectas de administración del desafío y la violencia constituyen “formas disruptivas” mediante las cuales las elites quedan maniatadas: todo lo que hagan es peor para ellas; si reprimen es peor y si negocian también es peor. Los efectos disruptivos son perseguidos a través de unas tácticas de innovación en los repertorios, se toma un repertorio ya lo suficientemente aceptado como para que no sea aislable y reprimible y se le hacen modificaciones de las que se espera aumente su potencial desafiante y surjan los "efectos de incertidumbre".  Todo movimiento social debe enfrentar los dilemas de la acción colectiva: si quiere generar incertidumbre, amenazar con ampliar apoyos, con radicalizar sus capacidades de perturbación del orden público, suscitar amplia solidaridad y aislar a los oponentes, extender en el tiempo y el espacio la confrontación, etc. debe sacrificar en medidas exactas el recurso a los repertorios convencionales de lucha, evitar elevar los niveles de desafío que pongan en riesgo los niveles de solidaridad y cohesión alcanzados, innovar e introducir elementos disruptivos sin generar deserciones ni desconfianza, etc. Mahatma Gandhi y Martin Luther King han sido los maestros precursores de este tipo de lucha que tiñe hoy día al conjunto de los movimientos sociales. Otro autor, Cohen, ha denominado “principio del radicalismo autolimitante” a este tipo de posturas estratégicas que incluso pueden verse también en las luchas del zapatismo mexicano.
La incerteza acerca si el apoyo que la sociedad brinda al movimiento es alta o baja, de si las elites son capaces o no de reprimir y si reprimen la violencia y la movilización serán mayores, y si no reprimen y negocian el movimiento crecerá, etc. es el alimento político que hace crecer los movimientos. Esto es importante, porque ningún movimiento social busca una victoria mediante un acontecimiento decisivo de rendición de sus oponentes, sino una lucha de desgaste donde el éxito en alcanzar las reivindicaciones “cae de maduro” en algún momento por la movilización del consenso.
Otro patrón específico de la dinámica de lucha mediante la acción colectiva disruptiva es evitar la polarización del conflicto y el aislamiento. Un conflicto muy agudo que no permita movilizar consensos más amplios tiende a hacer valer los mayores recursos de poder de los dominantes. Si se pierde la potencial solidaridad de conjuntos sociales amplios con los movilizados, estos llevarán las de perder. La radicalización y la violencia suelen conllevar estos riesgos: aislamiento  y predecibilidad que impide alcanzar el efecto de incertidumbre.
Finalmente, es necesario entender esta dinámica para caracterizar los ciclos de protesta: los movimientos suelen activarse y desactivarse cíclicamente y masivamente. El fenómeno de superposición de movilización/desmovilización de grupos que no tienen mucho que ver entre sí (ciclo ascendente/ descendente) obedece a que las movilizaciones de unos grupos pueden generar oportunidades favorables para otros grupos. La multiplicidad de movilizaciones tiene un típico efecto de incertidumbre. Pero al mismo tiempo que las movilizaciones se multiplican y repiten, agotando su arsenal innovador, se van convencionalizando y con ello va reduciéndose su potencial disruptivo, por lo que sus efectos son decrecientes. Cuando ello ocurre en algún momento comienza a desincentivarse la solidaridad o la capacidad de movilizar y el ciclo se revierte. En definitiva como en tantas otras cosas también el éxito de los movimientos que lleva a convencionalizar el repertorio de acción y generalizar la solidaridad, explica a la postre su ocaso.
Por último, pero no menos importante, el texto de Amparán ofrece una versión sucinta de uno de los desarrollos más sofisticados de la teoría de la acción colectiva como “movilización del consenso”: la teoría de los marcos interpretativos.
El Marco es el conjunto de creencias y significados orientados a la acción y alude al papel de elementos culturales e ideológicos en los fenómenos de transformación de la acción colectiva a movimiento social. Es decir, a qué elementos de los sistemas cognitivos y culturales apelan los movilizados para conquistar el consenso de audiencias y públicos masivos y movilizarlo. El análisis de procesos de enmarcado entonces apunta a la lucha en torno a la definición de problemas, soluciones y acciones estratégicas que proponen los movimientos con el cual buscan “persuadir” o moldear las formas de percepción social sobre determinados asuntos.
Las funciones de los enmarcados que proponen los MS son: a) puntualizan, señalan, ordenan, captan, descifran; b) atribuyen, imputan, acentúan, direccionan, conciben salidas o metas; c) articulan, unifican acciones y experiencias. Es decir condensan y simplifican “el mundo que está ahí”.
Los movilizados pugnan por el “Alineamiento de Marcos” con los grupos, o audiencias que les interesan conquistar. El alineamiento son los esfuerzos de acercar, sintonizar o poner en correspondencia y congruencia ideas, valores, creencias, intereses, definiciones de situación de los MS y sus impulsores con los de un grupo o conjunto de individuos “potenciales” militantes, simpatizantes o apoyos.
Hay 4 procesos de alineamiento de acuerdo a la distancia inicial entre los marcos de los movilizados y los marcos de los destinatarios.
a)      Puente: enlaces o conexiones entre dos marcos altamente congruentes pero hasta ese momento separados. Apela a un inmediato compartir de injusticias o agravios. Sensibilización y reacción inmediata que permite métodos de difusión masivos y con elevado anonimato: redes, correo, firmas, listas. Ej.: una catástrofe ecológica en un barrio obrero permite linkear demandas sociales con ambientales. Una serie de ataques sexuales puede unir marcos de género con marcos de seguridad. El pacifismo antinuclear de la década del 60 y 70 fue incorporando temas ambientales, etc.
b)      Amplificación: resaltar o sobrecargar importancia de valores o creencias ya instaladas. Alterar jerarquías o prioridades de públicos destinatarios: - de valores (olvidados, o reprimidos), persiguiendo la concientización; - de creencias claves interpeladas mediante slogans: de gravedad, de causalidad, de estereotipos de adversarios, de posibilidad de cambio, de necesidad y conveniencia de la movilización de protesta. Persiguen “optimismo” y “esquematización” o “sencillez” de comprensión. Ej.: la preponderancia del tema de violaciones a los DDHH en la transición democrática, luego del Nunca Más. Los movimientos de DDHH buscaron amplificar sobre la base de valores preexistentes y de la dramatización del reclamo, para que la agenda de la transición los tuviera en cuenta y no prosperara la impunidad.
c)      Extensión: cuando hay desacople o distancia entre los movimientos y los públicos destinatarios, nuevos públicos a los que se quiere sumar, etc. se apela a ideas, intereses, motivos secundarios para el movimiento pero importantes para los potenciales adherentes. Introduce temas “gancho”. Luego de la conquista de los derechos civiles, M. L. King intentó incorporar demandas económicas y sociales de igualdad salarial y acceso a la vivienda.
d)     Transformación: cambio o resignificación, innovación cognitiva, relectura y reinterpretación de la realidad. Sobre todo superar el paso de “lo aceptado como normal” al “rechazo por injusticia”. Atribuciones causales, culpables, enemigos. Los significados que intenta trasmitir el Movimiento están alejados de los que sostienen los destinatarios, esto implica que las operaciones simbólicas son complejas y buscan mutar los sistemas de creencias sociales. Generalmente es sostenido por los iniciadores del movimiento y por minorías activas. Ej. el movimiento por la igualdad racial en EEUU en la década del 50 intentó trastocar creencias muy arraigadas, lo mismo ocurrió con el movimiento abolicionista (antiesclavista) en sus inicios, el movimiento obrero, incluso nuestras Madres de Plaza de Mayo hasta el Nunca Más.
Todas estas operaciones de alineamiento se hacen en torno a tres tipos de contenidos de los marcos.
a)Diagnóstico: define problema, injusticia, agravio;
b) Pronóstico: anticipa consecuencias favorables de la intervención;
c) Motivación: alicientes, esperanzas y satisfacciones, aliento a la acción, la protesta, la organización y la lucha.  Este último es muy importante y parte del principio de la insuficiencia de la justificación intelectual como única motivación para la acción, que incluso puede entorpecer si se aleja de los esquemas cognitivos del público.
A su vez, la eficacia de los Marcos se mide por la “resonancia” que alude a la receptividad y apropiación de los destinatarios. Depende de tres factores.
a) Credibilidad empírica (evidencia y argumentación accesible);
b) Conmensurabilidad de la experiencia (depende a su vez del grado de afectación o lejanía con los problemas definidos);
c) Fidelidad narrativa a una herencia cultural compartida. En este punto se ve la importancia gramsciana del sentido común, tradiciones, folclore, creencias y sentir populares.

En mi texto (Artículo Gómez Enmarcamientos clasistas de la protesta) Uds. pueden ver un repaso histórico de las formas de enmarcar la protesta social desde la década del ’90 hasta el conflicto con el campo. Aquí lo que se ve es el contrapunto entre los enmarcamientos propuestos por los medios de comunicación y los que van ensayando los movimientos de bases populares. “Estallidos sociales”/”puebladas”; “piqueteros”/”desocupados”; “clientelismo”/”organización”; e incluso “piqueteros”/”cartoneros”, etc. van desfilando en una dialectica que muchas veces hace concesiones simbólicas y préstamos: el caso de los piqueteros es típico ya que es una identidad atribuida por los medios de comunicación que es retomada e intenta ser resignificada por los medios. Es importante el eje fundamental de todos los enmarcamientos que procuran establecer los medios masivos: la privación de agencia de las clases populares, especialmente de capacidad de agencia política. Las clases populares son investidas de legitimidad en tanto sujetos de necesidad, y en algunos casos de derecho, pero nunca como sujetos de voluntad política. Siempre tienen que aparecer como manipulados, engañados, sojuzgados, cautivos, etc. Siempre tiene que crearse el espacio simbólico para que alguien los ilustre, los libere, los redima, etc.


lunes, 5 de septiembre de 2016

Texto de apoyo y TP 5

Comenzamos en esta unidad con una serie de textos centrales para el pensamiento contemporáneao sobre las clases, que pueden brindar diversas herramientas conceptuales para analizar los procesos de movilización y lucha y se sugiere que sean tenidos en cuenta para el diseño y el análisis de los casos que Uds. van a abordar en sus trabajos finales.

Los textos de Giddens y Crompton señalan el conjunto de limitaciones con que se topan los planteos clásicos herederos de Weber y Marx en la evolución de los capitalismos avanzados, sobre todo a partir de los años ’60. En mi texto "Las muertes del concepto de clase" (Gomez, 2014) se resumen los factores epistemológicos, filosóficos e históricos que atentan contra la vigencia y vitalidad del análisis de clases. Las tendencias a la despolarización de la estructura de clases, el crecimiento de los sectores de servicios y del trabajo no manual, el abandono del trabajo como fuente de identidad y de pertenencia colectiva, las orientaciones culturales consumistas e individualistas, la incidencia de diferenciaciones raciales y de género, el surgimiento de actores políticos transclasistas (ecologistas, pacifistas), el desclasamiento del voto (apoyo electoral de clases obreras a conservadores), etc. pueden resumirse en tres grandes procesos que debilitan el análisis de clase: el “pos industrialismo”, el “pos fordismo” y el “pos modernismo”.

El esquema giddensiano que apela a los procesos de estructuración de clase puede decirse que constituyeron el último gran esfuerzo de enfrentar estos problemas con las herramientas legadas por los clásicos. La solución de Giddens es simplemente pensar las clases como capas de determinaciones sociales que empiezan por el mercado de trabajo (estructura de clase), siguen en los factores comunitarios y demográficos (formación de clase) y terminan en aspectos de status y prestigio, sentidos de pertenencia e identidad (conciencia de clase), desde los cuales se podría entender el papel de la lucha de clases. Giddens hace un verdadero melting pot que mezcla todo y así multiplica las dificultades más que subsanarlas.
Los enfoques contemporáneos que parten de Olin Wright y Bourdieu (ambos tienen antecedentes en Poulantzas el primero y en Norbert Elías el segundo) comienzan a modificar o abandonar de manera ostensible los parámetros de la tradición marxiana y weberiana y en este sentido podría decirse que inauguran una etapa posclásica.

O. Wright avanza en un modelo de determinación global que categoriza las relaciones entre estructuras económicas y políticas con la lucha de clases. Podríamos decir que los aportes sustantivos a este respecto son dos: 1) lejos de la tradición clásica, la lucha de clases no se deriva del mercado o las relaciones de producción, sino que establece una serie de relaciones de limitación y transformación. La lucha de clases no permanece como efecto exterior a la estructura sino que es la forma misma del proceso de transformación de la estructura. El “secretillo” del esquema de O. Wright es que si la estructura económica puede establecer un límite de compatibilidad funcional a otras estructuras, no puede establecerlo sobre la lucha de clases. La lucha de clases está limitada por las estructuras pero solo en términos de lo que no puede ocurrir, lo que no es posible, siendo “libre” frente a las estructuras, es decir puede transformarlas.  Las estructuras sin dudas introducen limitaciones a la lucha de clases pero no al punto de que la lucha de clases no pueda incidir sobre las mismas estructuras que la limitan. En este planteo la lucha de clases recupera un poder transformador sobre las estructuras que dejan de ser las tiranas teóricas del enfoque clasista.
2) Además las relaciones de limitación (que en los planteos clásicos era la única reconocida) entran en no correspondencia con los de reproducción. Una estructura económica puede establecer límites de variabilidad a las estructuras políticas y la lucha de clases pero ello no garantiza que las intervenciones políticas y la lucha de clases asuman un papel no reproductivo y de mediación o transformación de las mismas estructuras.

El otro de los aportes rupturistas en lo teórico de este autor es la idea extraordinaria de que las clases medias tienen posiciones estructuralmente ambiguas o contradictorias pero no por ello dejan de ser clases. Las clases medias no pertenecen a un modo sino que cruzan dos modos de producción: el mercantil simple y el capitalista.  Asimismo es importante el análisis de los tres procesos contemporáneos que inciden en los procesos de establecer fronteras de clase entre las clases medias: la pérdida de control en el proceso de trabajo, la diferenciación de funciones del capital entre propiedad y gestión, y las jerarquías de autoridad y las formas de control técnico impersonal.

También es novedoso el planteo de diferenciar interés de clase y capacidades de clase (estructurales y organizativas), abriendo conceptualmente la cuestión del proceso de formación de clase que, a su vez, es objeto mismo de la lucha de clases. Es decir, siembra las bases de la politización y deseconomización de la lucha de clases: las mismas  capacidades de clase no son derivaciones directas de la posición económica de clase sino que son objeto y producto  de la lucha de clase misma.
También es importante la discusión sobre el concepto de explotación, que es un tradicional pilar de las teorías clásicas. Aquí se ve algo poco señalado: la explotación supone niveles de dependencia recíproca entre explotador y explotado, a diferencia de las relaciones de opresión. Es clásico el planteo de Wright en tanto que clase se sigue refiriendo a relaciones de explotación y no de opresión pero, no obstante, las relaciones de dominación de clase (regulan el nivel de esta interdependencia o reciprocidad) son importantes aunque subordinadas a la explotación.

También son aportes muy sugestivos la manera de caracterizar el poder de clase como en tres dimensiones situacional, institucional o sistémico.  Sintéticamente el primero es el poder de dar órdenes a los actores para que actúen de determinada manera (poder positivo), el segundo es el poder de excluir o quitar de la agenda, de la consideración, determinadas acciones (poder negativo) y el tercero es lograr que las reglas de juego que destribuyen posibilidades de ejercer los otros dos tipos de poder sean sesgadas a favor de la propia clase. Este tipo de poder sistémico es en cierto punto invisible y controla lo que es pensable políticamente para las posiciones de clase subordinadas. Las luchas de clase siempre son tridimensionales y afectan estas tres dimensiones con dominancias cambiantes: hay una lucha liberal/ “progresista”/”populista”  el poder positivo, una lucha reformista/conservadora por el poder institucional y una revolucionaria/reaccionaria por el poder sistémico.
No es menos novedoso el planteo de P. Bourdieu en el Cap. 2 de ese clásico de la sociología de la cultura que es La Distinción. Allí se establecen con gran fuerza los conceptos analíticos del “espacio social”, es decir, el locus sobre el que se hacen inteligibles las clases sociales. En este capítulo Bourdieu desarrolla una teoría de las clases sociales sobre las nociones de habitus, campo y especies de capital que intenta superar las limitaciones metodológicas y analíticas de los planteos empiristas, marxistas, etc. El procedimiento constructivo adoptado asume la forma de una topografía móvil o de mapa dinámico en el que se intersectan los planos sincrónicos estucturales y diacrónicos tendenciales.

La problemática de las clases es definida como aquella búsqueda de explicación de distribuciones de bienes y prácticas, aclarando dos cosas: a) que los  bienes no son objetividades dadas sino que se inscriben en usos sociales asociados a estilos de vida, donde los productos son también productos de las disposiciones de los agentes (formas de percepción, acción y apreciación) ; y b) las prácticas no son puras elecciones voluntarias y concientes indeterminadas sino que deben ser comprendidas no como simples efectos mecánicos de la posesión de capital objetivado social y económico, sino también como estructuradas a través de habitus (capital incorporado) y en relación a las fuerzas y tensiones que atraviesan los campos específicos en donde se ponen en juego. No solamente las condiciones homogéneas de existencia, sino también las disposiciones incorporadas en los agentes explican la similitud de prácticas.  Además, los mecanismos de acceso a las posiciones de clase seleccionan en múltiples formas visibles o enmascaradas según criterios de evaluación de disposiciones muchas veces “secundarias” . La dialéctica entre la posesión y la disposición es el dispositivo teórico mediante el cual Bourdieu intenta develar la eficacia “objetiva” de las clases sociales.
La causalidad propia de la determinación clasista asume una forma “estructural” y no “lineal” que obliga a indagar cómo cada factor (edad, sexo, residencia, etc.) y tipo de capital es mediado por los otros.  Así Bourdieu presenta un espacio social de constitución de clases, construido en dos dimensiones de tres series: volumen, estructura (composición por tipo) y evolución del capital; y capital económico, social y cultural. Estos espacios ofrecen relaciones variables de congruencia y simetría. Desde grupos que comparten altos volúmenes de todos los tipos de capital y son fundamentalmente estables en su composición y permanencia futura, y otros grupos que ofrecen disparidades notables y fuertes inestabilidades. Diversas fracciones de la pequeño burguesía son ejemplos de estos últimos. La evidencia empírica muestra que dentro de diversas clases y fracciones existe una relación inversa entre capital económico y capital escolar y cultural. Las burguesía en sus fracciones superiores se independiza de las exigencias de la adquisición de capital cultural, y en cambio la pequeña burguesía y los profesionales depositan en él su esperanza de sostenimiento y ascenso social.

La contribución más rica del texto es la que analiza las trayectorias, el dinamismo de los campos considerados y las estrategias de los agentes. Todos los grupos tienden a una doble  lucha: para mantener y acrecentar el valor de la especie mayoritaria de capital propio, y por la prevalencia de los criterios de valorización más favorables a ellos en cada campo.  Este es un cuarto tipo de capital: el capital simbólico que viene anexo a todas las otras formas de capital.  Hay que luchar por la distribución de cada forma de capital y también por la vigencia, el reconocimiento por parte del resto de los agentes y la legitimidad del propio valor del capital apropiado.
Una de las estrategias de los agentes es la movilidad de capital que puede ser vertical cuando es ascenso/descenso dentro del mismo tipo de capital. Pero las más interesantes son  las que implican un desplazamiento transversal, es decir, entre campos distintos que obliga a establecer una reconversión de valor entre el capital poseído y el capital que se adquiere con él. Es en este sentido que juega la idea de “inversión” como apuesta a un juego de valorizaciones. A ello lo llama procesos de “conversión” y son cruciales a la hora de entender las luchas en el espacio social: los agentes tienen estrategias de “apuesta” a ganar espacios en diversos campos mediante la conversión de un tipo de capital en otro.

En este esquema explicativo, el autor estudia uno de los fenómenos más interesantes del campo cultural: la superproducción de títulos, la democratización de la enseñanza superior y la devaluación del capital cultural escolarizado.
Las estrategias de aumento del capital escolar, aumentando la inversión económica de las familias en educación, chocan con el efecto de pérdida de valor de mercado de los mismos títulos alcanzados. Bourdieu describe el efecto de alodoxia como un autoengaño que retrasa la percepción real del valor objetivo de los títulos, ya que los habitus incorporados siguen aplicando formas de apreciación ancladas en su tiempo de adquisición y no en la situación de mercado actual. Es por ello que la expansión de la distribución de capital cultural escolar se acompaña de una “generación engañada” que no puede alcanzar las expectativas prometidas asociadas a su inversión en esta especie de capital, dando lugar a procesos de desclasamiento o al riesgo de de desviarse por debajo de las trayectorias esperadas. Los sectores de la pequeño burguesía son particularmente sensibles a estas amenazas y ante ellas ponen en práctica estrategias de movilización no solo de su capital social, sino también de búsquedas de posiciones accesibles y acomodamientos que redefinen profesiones y puestos de trabajo. Así, los campos laborales más nuevos, más dipersos y menos codificados dan oportunidades a una gama variada y flexible de empleos semiburgueses vinculados a los servicios personales, medios de comunicación, entretenimiento, cultura y a todas las formas novedosas de ejercicio de la dominación suave y la integración simbólica de las clases subordinadas.

Los procesos de devaluación de títulos generalmente adoptan la forma invisible e insensible y suave que maximiza el efecto de alodoxia multiplicando los errores de apreciación que no tardan en convertirse en crisis personales. Las transformaciones del campo escolar apelan a tres mecanismos de filtrado de las estrategias de ascenso de estos sectores: eliminación suave o rezago progresivo, relegamiento a circuitos educativos explícitamente desvalorizados, y devaluación del valor del título. Si todo esto no fuera suficiente siempre quedan los mecanismos de exclusión, discriminación, selección, cupos, patronazgo, etc. con el que  se preservan espacios y monopolios de oportunidades.
Las estrategias de los grupos y las respuestas de los que disputan con ellos van generando efectos de deformación de la estructura o de traslación de estructuras por la cual las distancias jerárquicas entre posiciones se mantienen no a pesar, sino justamente en virtud de los cambios en las acciones y disposiciones de los grupos. Las propiedades ordinales de los campos se conservan mediante cambios en sus propiedades cardinales (posicionales), concluirá Bourdieu que, sin embargo, termina alentando expectativas de cambios estructurales por los efectos de una crisis de frustración de expectativas generalizadas.

El indudable defecto de la gigantesca contribución de Bourdieu es su omisión a la lucha y el conflicto. Si bien él las considera conceptualmente en la dimensión analítica de la “historia” del campo en particular, en sus investigaciones empíricas brillan por su ausencia y los campos aparecen como espacios sociales rígidos y carentes de tensión. No obstante, los conceptos de Bourdieu son casi insustituibles a la hora de pensar un análisis de la lucha desde una perspectiva clasista.
Por último tenemos los textos de Gouldner y Goldthorpe como dos de los principales teóricos de la emergencia de la clase media.  El primero tributario de las teorías del posindustrialismo y la tecnoestructura directamente tiende a considerar a las clases medias como los verdaderos soportes de la sociedad contemporánea y en fuerte disputa con las viejas clases propietarias. Aunque en muchos sentidos este planteo haya envejecido notablemente (la concentración de ingresos y propiedad en el capitalismo global actual refuta claramente sus análisis) no deja de llamar a la reflexión algunos de sus señalamientos históricos. Considero que el Codigo de Discurso Crítico sigue siendo un lenguaje  universal de las clases medias basadas en el saber y la competencia técnica y humanística.  Además también tiene considerable asidero histórico que el papel de las clases medias en los procesos de cambio social ha sido siempre importante.

Goldthorpe (texto optativo) es un analista de la estructura de clases en el primer mundo y sus hallazgos empíricos hacia finales de los ’80 llevaron a posar la atención en el fenómeno llamado de las “clases de servicios” caracterizadas por evadir algunas de los rasgos propios de las relaciones laborales de asalariados. A la manera de una “incrustación” estamental en el medio de las organizaciones corporativas económicas más modernas, las clases de servicios (gerentes, desarrolladores, técnicos expertos,  etc.) se caracterizan por elevados grados de autonomía en el trabajo, fuertes identidades y sentidos de pertenencia profesionales, bajo compromiso con las organizaciones, son beneficiarios de relaciones de confianza por parte de los propietarios y accionistas, y también tienen expectativas de seguridad y estímulos diferenciales o expectativas de “privilegios” prospectivos (carrera profesional o ejecutiva, muchas veces honorarios en vez de salario, etc.). Los señalamientos de que estos sectores tienen un amplio reclutamiento de origen popular (merced a la inversión en capital y credenciales educativas) y que podrían ser la base de cuestionamientos al sistema, sostener orientaciones contraculturales y conductas de radicalismo político, no dejan de ser interesantes ya que hay suficientes estudios que localizan la presencia de este tipo de agentes sociales en los movimientos sociales ecologistas, pacificistas, contraculturales, feministas, etc.

TRABAJO PRÁCTICO 

Elija una consigna de cada autor.

Crompton y Giddens

Elija una.
1)      De acuerdo a los problemas sobre el análisis de clase que plantea Crompton en su artículo ¿cómo analizaría la conformación de clase de los participantes de la Marcha del 7 de agosto?
2)      De ejemplos de "factores inmediatos" y "factores mediatos" que hubiesen afectado la composición de clases en nuestro país durante la última década. (Giddens)

O. Wright

Elija una.

1)      Utilice el esquema propuesto por O. Wright acerca de cómo interpretar el papel de la lucha de clases para procesos históricos de Argentina o A. Latina.  ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?
2)      ¿Cuáles han sido las capacidades estructurales y organizativas desarrolladas por las clases medias en nuestra historia reciente?

Bourdieu

Hutus y Tusis: Las raíces
1-      Utilizando el siguiente extracto sobre el genocidio en Ruanda de 1994 y en relación a la teoría relacional de P. Bourdie,  explique :
2-      En qué campo de la estructura social interactúan hutus y tutsis?
3-      Cómo se produce el proceso de enclasamiento ?
4-      Por qué tipos de recursos del campo en el que establecen el juego por la transformación de la estructura social, compiten los agentes en cuestión?
5-      Explique con sus palabras el proceso de lucha y conflicto entre hutus y tutsis y que podría decir la teoría de Bourdieu  al respecto.


Cuando estallaron en Ruanda los primeros conflictos entre hutus y tutsis, descubrimos con horror, que en realidad no se trataba de un conflicto de carácter étnico, o tribal. Hutus y tutsis no pertenecen a etnias distintas, hablan la misma lengua, apenas resultan distinguibles en el plano somático y durante siglos han compartido las mismas instituciones políticas. Fueron los misioneros y colonizadores europeos quienes interpretaron a estos dos grupos sociales como poblaciones distintas. Hutus y tutsis quedaron de este modo “etnicizados” por los belgas y han luchado entre ellos como si fueran diferentes. Las trágicas paradojas, de la guerra de Ruanda -las paradojas de la etnicidad artificial y de la tradición inventada- no acaban aquí. En 1930 los colonos belgas habían previsto realizar un censo con el fin de proporcionar un documento de identidad; en él se indicaba si la persona era tutsi, hutu o twa (pigmeo). Puesto que no era posible distinguir somáticamente a un hutu de un tutsi, lo mismo que era imposible efectuar la distinción sobre una base lingüística, se decidió adoptar como criterio étnico discriminante el número de reses que poseía cada uno. La posesión de ganado bovino, seguía siendo en efecto un indicador de prestigio para la población local: Los belgas lo transformaron en criterio de etnicidad, evidentemente sobreentendiendo que solo los individuos de raza tutsi, podían poseer un número suficiente de reses. Se decidió así que a los individuos varones que poseían diez o más bueyes había que considerarlo tutsis; los demás que no tenían un número inferior de animales, o no tenia ninguno, serían considerados hutus. Estos son los orígenes del genocidio de Ruanda de 1994. Aquel año, las tribus rivales de hutus y tutsis se lanzaron a una guerra sin cuartel. La masacre acabó con la vida de alrededor de un millón de personas. Los tutsis no son pastores ni nómadas, ni siquiera ganaderos. Son dueños de los rebaños, son la casta dominante, la aristocracia. Los hutus, en cambio, forman la casta, mucho más numerosa, de los agricultores. Entre hutus y tutsis dominaban unas relaciones feudales: el tutsi era el señor y el hutu su vasallo. De un lado tenemos vacas en poderosa expansión- símbolo de la riqueza y fuerza de los tutsis- y de otro, unos hutus presionados y acorralados: no hay sitio, no hay tierra suficiente, alguien tiene que marcharse o morir. He aquí el panorama de Ruanda en los años cincuenta, cuando en escena aparecen los Belgas. Hasta entonces, los belgas habían gobernado Ruanda apoyándose en los tutsis. Pero éstos forman la capa más instruida y ambiciosa de Ruanda, y son precisamente ellos los que exigen la independencia, cosa para la que los belgas no están preparados en absoluto. Así que Bruselas, bruscamente, cambia de táctica: abandona a los tutsis y empieza apoyar a los hutus, más sumisos y dispuestos a compromisos. Comienza por iniciarlos contra los tutsis. Los efectos de tal política no se hacen esperar. Los hutus, animados y envalentonados, se lanzan a la lucha. En 1959 estalla en Ruanda una sublevación campesina (...). Nutridos grupos de campesinos hutus, desbocados y armados con machetes, azadas y lanzas, se abalanzaron, como un vendaval incontrolado, sobre sus amos y señores tutsis. Había dado comienzo una gran masacre, que África no había visto en mucho tiempo. Los campesinos quemaban las fincas de sus amos y a ellos mismos los degollaban y les rompían el cráneo. Ruanda estaba en llamas y la sangre corría a raudales. La monarquía y el feudalismo dejaron de existir y la casta tutsi perdió su posición dominante. Tanto hutus como tutsis despiertan de aquella revolución como de una pesadilla. Unos y otros han pasado por el trance de una masacre….

lunes, 13 de junio de 2016

Texto de apoyo y Trabajo Práctico 4 Unidad 2 B (colgar antes del 27/6)

Texto de apoyo sobre teorías posfundacionales sobre las clases. Los herederos innovadores de Marx y Weber.

Como texto de apoyo se puede utilizar el Cap. 1, pags. 58-79 Las teorías posclásicas de "El regreso de las clases".

En el marco de la recuperación del capitalismo de posguerra, consumo de masas, y estados de bienestar, se produce una fuerte renovación de los enfoques fundacionales tanto weberianos como marxistas sobre las clases.

Dahrendof es el primero en analizar las clases en el conflicto de la gran empresa contemporánea. Su principal hallazgo teórico es señalar la discrepancia en el capitalismo avanzado entre propiedad efectiva y control de la propiedad, es decir, el problema del gerenciamiento de la empresa: un grupo que tiene intereses propios relacionados con la empresa pero no necesariamente con sus dueños. También aboga por incluir las clases como productos del conflicto de intereses y poder y no como lugares objetivos.
Es importante retener la noción de "cuasi grupos" e intereses latentes atados a la distribución funcional de roles y autoridad y la lucha por el poder en asociaciones de dominación racional como las empresas. Las experiencias comunes y la acción colectiva son formadoras y organizadoras de estos cuasi grupos definidos por  la distribución  funcional de roles y autoridad. La noción de cuasi grupo y de las condiciones técnicas, sociales y políticas de formación de clases brinda una guía metodológica interesante. El señalamiento que la apertura y la movilidad ascendente amenazan el proceso de formación de clases es también premonitorio. La idea de un conflicto "organizado", mediado o institucionalizado entre trabajadores y gerentes ha sido un lugar común del análisis del capitalismo avanzado.

Parkin ataca el concepto de modo de producción y es el más radical en someter el concepto de clase a las prácticas de cierre y de usurpación sobre bienes estratégicos y no solamente económicos. Las prácticas de exclusión y de resistencia a ella son las esenciales para enclasar y desclasar. Así la propiedad o la educación son bienes monopolizables que fuerzan al resto a la explotación y la subordinación. No interesa la lógica económica sino la lógica de poder que otorga la detentación de determinados bienes: es decir sus virtudes en cuanto permite la exclusión de otros. La dialéctica entre cierre social y usurpación como intentos de luchar para derribar estos cierres, se combinan con otro importante concepto: el cierre dual. Los que luchan contra las barreras impuestas por los grupos de poder también intentan cerrar el acceso a las distribuciones de bienes que detentan hacia otros más débiles que son excluidos invocando raza, sexo, edad, religión, educación, y cualquier otro pretexto para sostener el monopolio de acceso a determinados empleos, a puestos gubernamentales, a oportunidades de mercado, de educación, salud, etc. Minorías, inmigrantes, jóvenes, mujeres, etnias, etc. son los grupos excluidos hasta por otros también excluidos. El aporte de Parkin es importante: las clases se producen en ese vaiven entre cierre y usurpación a dos bandas. Intentos de usurpación hacia arriba y cierre hacia abajo.

Poulantzas es quizás el primer posclásico del marxismo en este tema, el primero en abandonar el canon marxista modelizado por Kautsky y Lenin en el mismo sentido: las clases como grupos formados a partir de las relaciones sociales de producción y por tanto como concepto derivado del de modo de producción. Es el primero en ubicar el concepto de clase en el campo de las relaciones sociales y de las prácticas antagónicas y no en el de las estructuras. Son los intereses y el poder los que rigen en el campo de las prácticas. Entender este punto es decisivo para Uds. las clases no son fenómenos estructurales, sino producto de las luchas. El concepto de 2ble articulación también es fundamental: la determinación en última instancia de las estructuras sobre las prácticas lo único que significa es que las estructuras ponen el límite a la incidencia de las prácticas sobre las mismas estructuras no solo económicas sino también políticas e ideológicas, las clases agrupan en tanto condensan los campos de prácticas económicas, políticas e ideológicos. A su vez las prácticas siempre están en relaciones de dominancia (una esfera marca el paso de las restantes en cada momento de la lucha) que pueden o no coincidir con la dominancia en la esfera de las estructuras. Ej: el predominio estructural de lo económico no evita que frente a la aristocracia la burguesía deber privilegiar la lucha política, o que los obreros no deban privilegiar en determinadas circunstancias los derechos a la organización y la participación política por sobre los económicos. Las luchas tienen una relación contingente respecto de las estructuras (fuerzas productivas/relaciones de propiedad) También es el primero en ver el nivel político cómo el más importante a la hora de “ver” las clases como prácticas de lucha. El concepto de “efectos pertinentes” y de “fuerza social diferenciada” son muy importantes.

Przeworsky es uno de los más importantes representantes del llamado marxismo analítico y este es un capítulo de un libro formidable. También ataca la modelización sobre todo kautskiana de la concepción marxista de las clases del “lugar vacío” determinado por el modo de producción que luego se llena de agentes. La noción de proletariado depende de una superposición contingente históricamente: trabajo manual en fábricas en pésimas condiciones de vida y trabajo.  Los empleados y las nuevas clases medias no manuales desestructuran todo el dispositivo. También proclama los efectos enclasadores de la lucha tanto económica como política e ideológica. No hay clases objetivas antes de la lucha. Las luchas son siempre sobre clases y no entre clases ya formadas, la lucha es fundamentalmente sobre la posibilidad de formar clases y por los criterios para agrupar los agentes. Son efectos continuos para organizar la sociedad. Es interesante el papel de la clase media y su posible autonomía política e ideológica.

En definitiva, estos grandes teóricos posmarxistas y posweberianos tienden a sociologizar la clase y al mismo tiempo tienden a encontrar el papel de las prácticas de lucha y antagonismo como centrales para entenderlas. Seguramente muchos de sus conceptos pueden ayudarlos con los análisis de los temas que proponen para el trabajo final.

TP 4

Elija una y solo una.


1) Desde Milcíades Peña hasta hoy se ha discutido la cuestión de la clase obrera argentina y del peronismo como bonapartismo disciplinador de la clase obrera. ¿En qué medida las políticas sociales, las conquistas laborales y políticas, y los estilos de conducción del peronismo han significado para la clase obrera una traba en su proceso de formación de clase? Utilice las ideas de Przeworski.

2) Durante la década kirchnerista han aparecido de manera arrolladora acciones colectivas desarrolladas por las "clases medias" (movilizaciones por la seguridad de Blúmberg, Conflicto por la resolución 125, y el 13 S, 8N y 18A) ¿con qué conceptos se puede ensayar vincular estos hechos? ¿Con la clase  managerial de Dahrendorf, con el intento de practicar un cierre social de Parkin o con la idea de la insustancialidad de las clases medias en el estructuralismo marxista destinadas a oscilar entre la clase obrera y el capital?

3) Lea las pags. 72-79 del libro de Gomez (2014) donde se hacen varias críticas y se señalan insuficiencias de estos autores. Agregue su propio cuestionamiento crítico a los autores. Si es posible ejemplique con algún hecho o fenómeno.

3) Lea atentamente el siguiente texto trabajado en clase y responda, usando como referencia el texto de Parkin. Identifique en el texto tipos de cierre social por exclusión y por usurpación y fundamente y Explique en qué consiste el cierre social dual

Histadrut, es un sindicato, una organización de la clase trabajadora de colonos judíos, fue la organización sionista clave responsable de la formación del Estado de Israel. Histadrut es reconocida por la Confederación Internacional de Sindicatos como el representante de los trabajadores israelíes. Histadrut fundó la Haganah, el grupo terrorista sionista, en 1920, que màs tarde se convertiría en las Fuerzas Armadas de Israel, y el Mapai, el Partido Laborista Israelí, un partido anti-socialista cuyo valor supremo consistió en la necesidad del Estado judío. Desde su inicio exluyó la mano de obra árabe, es decir desestimó la solidaridad con los trabajadores en favor de un exclusivismo nacional. El rol principal de Histadrut no fue la defensa de los salarios y condiciones de sus afiliados sino la colonización de Palestina. A medida que el desempleo crecía en la economía sionista en Palestina en los años 20, Histadrut lanzó una campaña para promover la mano de obra judía (Avodat Ivrit ) y los productos judíos (Totzeret Haaretz ), lo cual era esencialmente un boicot a la mano de obra y productos árabes. David HaCohen, anterior Director General de Solel Boneh, describió lo que esto significaba: "Tenía que pelearme con mis amigos sobre el tema del socialismo judío defendiendo que no aceptaría árabes en mi sindicato, el Histadrut; defendiendo la predicación a las amas de casa para que no compraran en tiendas árabes; defendiendo el hecho de que montábamos guardia en las huertas para evitar que los trabajadores árabes consiguieran trabajo en ellas... y rociar con queroseno los tomates árabes; atacar a las amas de casa judías en los mercados y romperles los huevos árabes que acababan de comprar... comprar docenas de dunams [de tierra] a los árabes estaba permitido, pero vender, Dios no lo quiera, un solo dunam judío a un árabe estaba prohibido.” 
En 1944, "el simple rumor de que un café en la ciudad exclusivamente judía de Tel Aviv había contratado a unos pocos trabajadores árabes provocó una protesta multitudinaria de miles de personas. El Histadrut  tenía que pagar dos impuestos obligatorios: (1) 'Para la mano de obra judía' --- fondos para organizar piquetes, etc... contra el empleo de trabajadores árabes, y (2) 'Para los productos judíos' -- para organizar el boicot de productos árabes. Fue Histadrut que marcó la ruta que el proyecto sionista seguiría en Palestina. Desde el comienzo excluyó a los palestinos, primero de la economía y después de la tierra misma. La lucha de clases fue redefinida como la lucha contra la mano de obra árabe. El rol de la clase trabajadora fue un rol nacional, construir el estado judío. Cuando Histadrut era uno de los principales empleadores, los árabes no eran empleados en sus industrias de seguridad, por ej. armas, petróleo, química, electrónica, aviación, navegación, compañías aéreas, electricidad, gas, telecomunicaciones -- ya que el servicio militar era un requisito para el empleo. Eran vistos como una "amenaza a la seguridad". Esta discriminación racial sistémica continúa en la actualidad. La exclusión de los trabajadores árabes de secciones completas de la industria israelí equivale a una barrera racial. Histadrut conscientemente no invirtió ni creó fábricas en poblaciones o aldeas árabes. Lejos de ser su sindicato, Histadrut fue una de las principales causas del desempleo y la pobreza árabe, una situación que continúa en la actualidad. 

lunes, 23 de mayo de 2016

TP 4 (COLGAR PARA EL LUNES 30/5

BLOQUE 1
ELIJA 1

1.       Según Mc Carthy y Zald, los movimientos sociales serían empresas protestarias. Señale para los movimientos sociales que ustedes eligieron qué recuros movilizan principalmente.

2.       En los movimientos sociales elegidos, qué tipos de condiciones políticas, económicas y organizacionales son los que intervienen en el proceso de conformación de los mismos.

3.       De acuerdo a la tipología de recursos humanos de la teoría empresarial, ¿quiénes serían, en los movimientos sociales seleccionados, los miembros adherentes; los constituyentes o miembros activos (beneficiarios potenciales o constituyentes conscientes); el público espectador; y, por último, el equipo transitorio.

4.       Señale ejemplos donde se combinen los dos ámbitos de sociabilización según Tilly (netness y catness)

5.       De ejemplos del efecto hipergenerador según Neveu

BLOQUE 2
ELIJA 1

A) Tome la reciente movilización "Ni una menos" contra la violencia de género y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?

B) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de las movilizaciones anti K en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.

C) ¿Qué fenómenos de generación de identidades colectivas asociadas a procesos de movilización se pueden destacar en la última década?


lunes, 16 de mayo de 2016

Texto de apoyo Unidad 2 - Texto de Craig Jenkins

La teoría de la movilización de recursos

La Teoría de la movilización de recursos es el desarrollo teórico más instalado en el mundo académico de los paìses centrales. Surge con los trabajos historiográficos de Charles Tilly y parte del postulado elemental de que el quid de la movilización no está en las demandas o los intereses y agravios ya que demandas, intereses y perjuicios son omnipresentes en todo tiempo y lugar y en cambio son pocos los grupos o sectores que se movilizan y logran desarrollar una acción colectiva. Así, la movilización hay que explicarla estrictamente no por los motivos de los agentes que la impulsan sino por los recursos y situaciones que los agentes logran hacer poner al servicio de su acción. 

El artículo plantea entonces que la organización del grupo es el  factor   determinante del potencial de  movilización y de sus pautas y comienza con el debate  planteado a partir de las diferencias entre teoría de la movilización de recursos y las tradicionales o teorías del comportamiento colectivo basados en las motivaciones de los grupos.

Las tradicionales incluyen “cualquier conjunto de actuaciones colectivas no institucionalizadas dirigidas concientemente hacia el cambio social (o en oposición) y que cuenta con un mínimo de organización” (Wilkinson, Turner y Killian) . Tradicionalmente se ve a los movimientos sociales como el desarrollo de formas elementales de comportamiento   colectivo susceptibles de integrar tanto  movimientos de cambio personal, como aquellos que apuntan a cambios de orden institucional.  

La teoría de la movilización de recursos considera a los movimientos sociales “como una prolongación del actuar institucional y analizan los movimientos que  postulan un cambio institucional y que  pretendan alterar elementos de la estructura social”. (Mc Carthy y Zald 1977) que aspiran  a organizar grupos que actúan en contra de las elites institucionales y que estaban previamente organizados.

Las explicaciones tradicionales sobre la formación de los movimientos sociales ponen énfasis en “incrementos repentinos de los agravios a corto plazo, motivados por tensiones estructurales propias de un rápido cambio social (Gusfield, 1968)

Los teóricos de  la movilización de recursos argumentan que los agravios son un factor secundario y que derivan de conflictos de intereses de orden estructural articulados en las instituciones sociales y que los movimientos surgen a partir de cambios a largo plazo, en los recursos del grupo, de su organización y en las oportunidades de desarrollar formas de acción colectiva.(Trilly 1978, Jenkins y Perrow ,1977)

Mc Carthy y Zald toman una posición diferenciada dentro de la movilización de recursos planteando una teoría "empresarial" de la formación de los movimientos en la que el factor principal es la accesibilidad de los recursos especialmente de cuadros y de facilidades de organización. Según esto, aquellos grupos que carecen de capacidades o recursos de liderazgo, materiales o simbólicos, suelen iniciarse a partir de la intervención de figuras con reconocimiento público previo (intelectuales, científicos, artistas, religiosos, etc.) que ponen dichos recursos al servicio de la organización y la movilización del grupo en cuestión. El  movimiento ecologista en EEUU fue impulsado en sus comienzos por intelectuales y científicos.

El proceso de movilización

La movilización es el proceso  mediante el cual un grupo se asegura el control colectivo sobre los recursos necesarios para la acción colectiva. Es decir se plantea como importante el control de los recursos previo a los esfuerzos de movilización. En este sentido Rogers (1974) diferencia los recursos instrumentales y Jenkins los de poder que proporcionan los medios de control de las acciones que llevan a los objetivos y los recursos de movilización como facilidades que proporcionan de cara a la movilización de los recursos de poder.
Mc Carthy y Zald argumentan que los movimientos de los años sesenta y setenta implicaron una “comunidad consciente” que formaba parte de una emergente clase media que incorporó recursos de fundaciones privadas, medios de comunicación de masas etc. Los movimientos sociales han pasado de las concepciones clásicas de la organización de movimientos sociales (OMS) con liderazgo autóctono, afiliación extensiva a las organizaciones profesionales (OMS profesionales) con liderazgo externo, personal remunerado afiliación reducida o inexistente y acciones que hablan en nombre  del grupo agraviado sin requerir su participación. 

La organización de los movimientos sociales

En este sentido el debate está dado entre quienes plantean un modelo burocrático centralizado (Gamson , 1975; Mc Carthy y Zald, 1973/1977) y quienes se inclinan por un movimiento informal descentralizado (Gerlach y Hine, 1970).
Los primeros sostienen que una estructura formalizada con una división del trabajo maximiza la movilización y que una estructura centralizada de toma de decisiones    aumenta la capacidad de intervención inmediata al reducir los conflictos internos.
La segunda postura sostiene que los movimientos descentralizados con una mínima división del trabajo e integrados por redes informales y por una ideología de amplio espectro son mas efectivos.

Zald y Ash(1966) sostienen que los movimientos adoptan diferentes formas dependiendo de sus objetivos. Los movimientos de cambio personal tienden a adoptar estructuras descentralizadas y reglas de afiliación exclusivas, mientras que los movimientos de  cambio   institucional son centralizados e inclusivos.


Texto de Apoyo Unidad 2 - Textos de Riechmann y F. Buey y de Cohen

La teoría de los nuevos movimientos sociales. Entre la acción instrumental y la identidad, entre lo estratégico y lo expresivo.

La teoría de la movilización de recursos

Introducción

Esta teoría surge en un contexto político social de fuerte movilización de la sociedad civil demandando y protestando por una diversidad de reivindicaciones que desbordan las usuales estructuras de lucha (partidos de izquierda, sindicatos, etc.) confirmando la decadencia y/o falta de representatividad de éstas. Como la agitación en los campus universitarios, el movimiento por los derechos civiles, las movilizaciones feministas y ecologistas.
Los movimientos sociales tradicionales se habían abordado analíticamente en términos de conflictos de clase, pero los nuevos movimientos sociales se resistían a tal conceptualización (dificultades para ser comprendidos por las dos corrientes sociológicas de la época: la sociología marxista y el estructural funcionalismo). Estas perspectivas tampoco podían explicar por qué se reactivaban los movimientos sobre todo en un momento que se caracterizaba, en la mayor parte de las sociedades occidentales, por un gran crecimiento económico y del bienestar social.
Se podría decir que para las teorías tradicionales aparece un obstáculo epistemológico que no permite explicar el surgimiento de estos nuevos movimientos sociales y se hace necesaria la búsqueda de otra teoría.

Cambios introducidos por la nueva teoría

La teoría de la movilización de recursos considera a la acción colectiva como una forma de acción racional. Pone el énfasis en tratar de analizar variables objetivas para explicar las movilizaciones sociales como: la organización, los intereses, los recursos que se movilizan (dinero, tiempo personal, etc.), las oportunidades, las estrategias, los vínculos con otros grupos, las tácticas que llevan adelante las autoridades, las formas del movimiento para mantenerse, etc.
Esta teoría introduce cuatro cambios principales:

Redefine las fronteras de la acción colectiva. Rompe con la mirada exclusiva sobre las situaciones de masas y las movilizaciones violentas y con la prioridad de las movilizaciones por cuestiones directamente materiales. Se pasa a considerar todas las formas de movimientos sociales.
Desplazamiento de la pregunta. Ya no es por qué se movilizan los grupos, sino cómo se desencadena, desarrolla, tiene éxito o fracasa la movilización. En toda sociedad, los agravios son constantes, por ello hay que establecer qué determina que prosperen o retrocedan.
Nuevo enfoque dinámico. Ahora se considera como un proceso en construcción de una relación de fuerza y sentido. Los grupos no son datos sino construcciones sociales. Atención central a la organización como elemento que estructura el grupo, reúne los recursos para la movilización.
Influencia Olsoniana. Utilizacion de conceptos económicos (recursos). La organización como empresa protestataria que reúne medios para invertirlos razonablemente para lograr sus propósitos.
Por otro lado, las investigaciones realizadas a partir de esta teoría responden a cuatro preguntas:
¿Por qué surgen? Alude a la estructura de oportunidades políticas, es decir, a la estructura institucional o a las relaciones informales de poder en un sistema político en un momento específico: acceso a la participación de nuevos actores, pruebas de nuevas alianzas políticas, aparición de aliados influyentes, aparición de divisiones en la elite dirigente, disminución de la capacidad de represión del Estado.
¿Qué hacen? Repertorio de la acción colectiva (Tilly “registros”). Característica de los movimientos sociales con propensión a realizar acciones y utilizar vías consideradas como no institucionales: formas de actividad consideradas como no convensionales, medios simbólicos de expresión de la identidad que se ha gestado, recurrir a elementos espectaculares, buscar la legitimidad social de sus acciones.
¿Qué dicen? Marcos cognitivos. Sistema teórico que analiza los símbolos, discursos y significados que los movimientos otorgan a su alrededor. Procesos enmarcadores: definición estratégica y consiente de su situación.
¿Cómo se organizan? Estructuras movilizadoras. Estructura formal del mismo, arreglos temporales y vínculos establecidos entre los individuos y/o organizaciones. Conjunto de Redes.

Modelos de la Teoría de Movilización de Recursos

Podemos señalar que esta corriente está compuesta por cuatro corrientes:
Empresarial: cuyos principales autores son Mc Carthy y Zald, aquí la organización es el principal factor determinante del potencial de movilización.
Político: Gamson: Teoría de la estrategia. Tilly: Teoría de la comunidad política.
Sociológico: Oberschall: Análisis de las formas de sociabilidad.
Movilizacionismo: Piven y Cloward. La presencia de conflictos determinan el éxito y puede suceder aún sin organización.

Teoría empresarial
Endurece la lectura de Olson con analogías económicas. La organización es una empresa protestataria: reúne medios para invertirlos razonablemente para alcanzar su propósito. El factor principal de explicación es la accesibilidad de los recursos, tanto de organización como de cuadros.
El movimiento social es un potencial de movilización que nunca está totalmente movilizado (cuya analogía es la capacidad instalada industrial).
En momentos de agravios crecientes la población responde a través de grupos organizados previamente. La elaboración de la crisis presupone la existencia de grupos organizados con recursos. En este sentido, los empresarios políticos surgen a partir de facciones de grupos preexistentes, redefiniendo los viejos agravios en nuevos términos.
Las investigaciones también confirmaron la hipótesis según la cual cambios a largo plazo en la organización, los recursos y la oportunidad de los grupos permiten la posibilidad de formación de movimientos (Ej.: movimiento negro  por los derechos civiles; movimientos territoriales de desocupados). Otra de las cuestiones que explicaría la formación de movimientos sería el colapso del control coercitivo del Estado (Ej.: 2001, piqueteros).
McAdam, McCarthy y Zald ponen de relieve tres tipos de condiciones sociales que la teoría de la movilización de recursos ha explorado para pronosticar el desarrollo de un movimiento: a) condiciones políticas (como las oportunidades que brinda la coyuntura política); b) condiciones económicas (la prosperidad material brinda variedad de recursos movilizables para la acción colectiva), y c) las condiciones organizacionales (como la existencia de organizaciones en un movimiento social).
Los niveles de la organización son pensados también en términos económicos. El primer nivel es el de la organización del movimiento social (OMS): organización que identifica sus objetivos con los fines del movimiento y trata de alcanzar sus objetivos. Equivalente de una empresa en el mercado. El segundo nivel es el de la industria del mov. social (IMS): conjunto de OMS orientados hacia una causa. Y el tercer nivel es el sector del mov. social (SMS): conjunto de IMS.
Esta separación analítica tiene las siguientes ventajas: explica el componente organizativo en la actividad de un movimiento; reconocimiento que un movimiento está representado por más de un OMS; posible explicación del ascenso o declive de las IMS, independientemente del tamaño, la intensidad o las preferencias de un movimiento.
Esta teoría configura una tipología de los recursos humanos:
Miembro o adherente: individuos u organizaciones que creen en las metas de un movimiento.
Constituyentes o miembros activos: proporcionan los recursos de tiempo y/o dinero
Beneficiarios potenciales: obtendrían beneficios directos del éxito del movimiento.
Constituyentes conscientes o militantes morales: no se beneficiarían directamente de las metas conseguidas.
Público espectador: Son los no adherentes, no se oponen a un MS y solamente observan la actividad de éste, son adherentes potenciales.
Equipo transitorio: empleados reunidos para una tarea específica de corto plazo.
Federación: sucursales que organizan constituyentes en pequeños grupos locales. Consecución de metas en diferentes regiones.

Superación de la teoría empresarial
La superación de esta teoría comienza con la aparición de los militantes morales que rompen con la paradoja de Olson, ya que estos recursos exteriores disminuyen los costos de la acción colectiva para los grupos directamente implicados y modifica el rendimiento de la participación. El militante moral se transforma en un promotor de la protesta, se transforma en el portavoz y organizador de la protesta. Aporta el saber hacer, redes de apoyo, logística, que el movimiento social no podría conseguir con sus propios recursos.
Esta situación genera otra pregunta ¿por qué militan los militantes morales? Aquí comienza a tener importancia la movilización de los valores: por ejemplo el incremento de la participación de la clase media que tiene sus raíces en el cambio hacia valores postmaterialistas, que incide en formas de autosatisfacción. Estos incentivos morales o expresivos que permiten superar el dilema del free ryder. Para ello se desarrollan programas que ofrecen incentivos colectivos como la solidaridad del grupo y el compromiso con una causa moral. Estos incentivos son colectivos en tanto entrañan la fusión de intereses individuales y colectivos.
El principal objetivo de la movilización es la generación de solidaridad y el compromiso moral de las colectividades en nombre de las que actúan (Por ej. el movimiento pro-aborto, donde integrantes de la clase media utilizan como bandera la reducción de la mortalidad por abortos clandestinos entre los más pobres). Para esto es necesario el aprovechamiento de redes de solidaridades existentes, las mismas constituyen una base a partir de la cual se puede operar con incentivos colectivos.

Teoría sociológica: Oberschal
Trata de superar el modelo Olsoniano a partir del análisis de las formas de sociabilidad, de la intensidad y naturaleza de los vínculos interpersonales en un grupo. Este autor, analiza la República de Weimar y advierte una segmentación superpuesta (redes que no se cruzan entre sí). El éxito del nazismo se habría basado en la captación de algunos de estos grupos basados en solidaridades preexistentes.
Señala que todo trabajo sobre movimientos sociales debe partir de la estructura social y de las redes preexistentes. Asimismo, subraya la importancia de la información sobre la estructuración social y las redes de solidaridad. La importancia de cada recurso depende de la configuración del conflicto. Estos recursos no son más que un potencial que es importante activar y movilizar.
Este autor realiza una tipología de los movimientos a través de la relación de los vínculos al interior del grupo con los vínculos con el exterior.



Aporte de la sociología histórica
Tilly analiza las condiciones sociales de movilización y realiza las siguientes preguntas: ¿qué conciencia tiene un grupo de sus intereses?, ¿qué formas de solidaridad lo mantiene unido?, ¿qué estrategias desarrolla?, ¿de qué modo puede el contexto favorecer o inhibir la protesta?.
Según Tilly dos variables van a definir la organización: NETNESS: red de sociabilidades voluntarias, en esta los agentes sociales son los arquitectos de esta forma de sociabilidad que funciona con una lógica electiva.
CATNESS: identidades de categorías que se asignan a los individuos en razón de factores objetivos (mujer, indio, obrero, negro, etc.) Identidades que no son elegidas. Estos dos ámbitos de sociabilización se combinan en la CATNET, cuando estas dos formas convergen la sociabilidad es muy fuerte. Si esto sucede un grupo estará mejor organizado para defender sus intereses.
Por otra parte, Tilly señala como importante la dinámica de los enfrentamientos: Los agentes movilizados nunca están sujetos a un único tipo de racionalidad (económica, valores culturales, etc.). Cada movilización es particular, no existe un movimiento social abstracto, sino manifestaciones concretas. Las dimensiones de representación y percepciones constituyen un elemento importante de las estrategias que no es de carácter económico. Subraya la importancia del componente político. Es decir, del acceso o no a las sedes de decisión política (por ej.: los empresarios son recibidos como tales en los centros de decisión política mucho más fácilmente que los trabajadores, además de hacerlo conformando asociaciones empresariales).
Introduce el análisis de largo plazo, esto le permite detectar las lentas evoluciones y las rupturas, que no pueden detectarse si sólo se observa el presente. Si los repertorios cambian con el transcurso de los siglos, también cambia la propia naturaleza de las interacciones relacionadas con el conflicto. A esto Tilly lo denomina “registro”.

Consideración de los medios de comunicación masiva
Se comienza a analizar a los medios de comunicación como importantes actores a la hora de definir un conflicto, donde es significativo tener en cuenta la información de las elites y público en general y la formación de una moral e imagen propia de los activistas.
Se advierte que para los movimientos se presentan una serie de problemas a la hora de aparecer en los medios de comunicación. En primer lugar, las noticias deben ser nuevas e interesantes; en segundo lugar, las noticias se centran en la acción más que en el contexto, dejando de lado las causas y objetivos del movimiento (Ej.: las noticias sobre los cortes de calle, señalan los lugares de corte, pero generalmente no comentan las razones de los mismos). En tercer lugar, la cobertura mediática tiende a presentar a los líderes como estrellas, agravando rivalidades internas y tendencias al espectáculo por parte de estos, debilitando la movilización.

Aportes y desventajas de esta teoría

Aportes:
Los agravios no producen necesariamente movimientos.
Los integrantes de los OMS no son irracionales, sino participantes informados y convencidos.
Los movimientos no son entidades aisladas, sino que interactúan con otras organizaciones, autoridades, partidos, sectores de la sociedad, los medios de comunicación, etc. Importancia del apoyo externo para el éxito.
Visualización de la táctica de las autoridades.

Desventajas:
No realiza una conceptualización sobre el movimiento.
No explica el conjunto.
No se preocupa por considerar el contenido idealista y contestatario de los movimientos sociales.
Se limita a analizar los recursos materiales: tiempo, dinero e individuos. Las ideas se desenvuelven en un enfoque utilitario.
Los actores están definidos por sus metas y no por las relaciones sociales.

EL PARADIGMA ORIENTADO HACIA IDENTIDAD

Como se muestra en el texto de Cohen, los teóricos europeos de las NMSs han retomado la dimensión de integración en la acción colectiva contestataria. Por otra parte, estos teóricos están conscientes de lo que es inadecuado en el análisis marxista de los movimientos sociales, pese a que simpatizan con las dimensiones del neomarxismo que enfatiza la importancia de la conciencia, la ideología, la lucha social y la solidaridad respecto a la acción colectiva; estos "postmarxistas" argumentan que aquellas teorías que subrayan la primacía de las contradicciones estructurales, las clases económicas y las crisis en la determinación de una identidad colectiva, son inapropiadas para los actores colectivos contemporáneos. También sostienen que no es posible aplicar modelos neoutilitarios de actores racionales a aquellos actores colectivos cuya interacción colectiva no se restringe a intercambios políticos, negociaciones y/o cálculos estratégicos entre adversarios. Esto significa que la lógica de la interacción colectiva implica algo más que la racionalidad estratégica o Instrumental.
Pizzorno apunta con razón que la lógica de intercambio que se basa en cálculos de costo y beneficio no puede explicar la acción colectiva de los "nuevos grupos" que buscan la identidad, la autonomía y el reconocimiento. Tal intento es útil en el caso de intercambios individuales en el mercado, así como en el de los modelos de regateo colectivo de intercambios negociados por trabajadores y administradores para la regulación conjunta de términos laborales. Pero el primer caso no incluye actores colectivos y el último corresponde a grupos de la esfera de producción ya organizados y capacitados para negociar respecto a demandas. Pero el proceso de formación de identidad involucra demandas no negociables.

Pero es precisamente  la lógica de intercambio y negociación la que está ausente en el caso de los NMSs (ecologismo, pacifismo, feminismo, derechos civiles de minorías, juveniles contraculturales, etc.) involucrados en la creación de solidaridades e identidades.
Según Pizzorno, en este caso:

"El objetivo real no es negociable porque consiste en la formación del sujeto que ha de convertirse sucesivamente en el actor  dcl intercambio que cargue con las ganancias y las pérdidas. Hay una categoría de acción que puede observarse en los conflictos
Sociales, la cual solo se puede entender si se averigua en ellos, no qué ganancias  y que pérdidas producirán para los actores, sino si producirán  solidaridad o no. Son acciones, que connotan un proceso de formación de una identidad.”.

Aquí queda suspendida la ley de Olson, según la cual lo participación para la adquisición  de bienes colectivos no es económica. La lógica de la formación de una identidad colectiva involucra la participación directa de.los actores. La representación social y política se produce solo después del reconocimiento de una identidad común por los participantes y por otros y de que quede asegurada la solidaridad, del' grupo. Sin ello, la  representación, por presuponer  confianza, es imposible. Para que el actor colectivo pueda calcular los costos y beneficios  de la acción colectiva y  actúe estratégicamente su identidad debe  estar establecida. El proceso de creación de identidad ocurre por medio de la interacción colectiva misma, dentro y entre grupos. De hecho Pizzorno afirma que una relación conflictual puede darse en ausencia de "reclamos verdaderos" con el propósito de afianzar la existencia de un actor colectivo nuevo o aún no reconocido.

Pízzorno identifica esta 1ógica de. la acción Colectiva como expresiva  y establece así una dicotomía simple (demasiado simple) entre, por un lado, actores sociales que están surgiendo en búsqueda de una identidad  y  reconocimiento,  o "nuevos movimientos sociales" para los cuales es apropiada la acción expresiva de demandas universalistas y no negociables y la participación directa, y  por otro lado, actores colectivos ya reconocidos (sindicatos, partidos) para los cuales la racionalidad estratégico-instrumental, la representación y las negociaciones son características. Una vez que la nueva identidad colectiva  ha sido reconocida como parte de un nuevo sistema ampliado de representación la acción se traslada de lo expresivo a lo instrumental y la representación reemplaza las formas directas de participación.

Este modelo de identidad pura muestra que el énfasis sobre la dimensión estratégica  de la disputa  contestataria colectiva soslaya características claves de la lógica de la acción colectiva. Pero no llega mucho más allá de las verdades obvias qué ya fueron articuladas por los conductistas colectivos. Estos han mantenido por largo tiempo que los movimientos sociales se .involucran (o se complacen) en formas expresivas de acción.

El texto de Reichmann y F. Buey retoma la evolución de las orientaciones teóricas para el estudio de la acción colectiva y los MS y recupera los planteamientos de lo que se ha dado en llamar teorías europeas de los nuevos movimientos sociales (NMS). Se ha agrupado ocasionalmente a estos investigadores europeos bajo la rúbrica de “teóricos de la identidad”, pero entre ellos existen muy notables diferencias de perspectiva: no hay más que asomarse comparativamente, por ejemplo, a Touraine (1978), Alberoni (1984), Raschke (1985), Offe (1988) y Melucci (1989). En comparación con la escuela estadounidense de resource mobilization, acentúan más los factores de ideario y proyecto histórico, de los MS como sujetos (o, más modestamente, actores) históricos, y afirman que la aparición de los “nuevos” movimientos tiene que ver con transformaciones fundamentales de las sociedades industriales avanzadas.

Muchos de estos sociólogos europeos subrayan que los activistas de estos movimientos, y las líneas de conflicto social (cleavages) en torno a las cuales se estructuran los movimientos, son diferentes de los que había en los movimientos de la sociedad industrial clásica: el término “nuevos movimientos sociales” apunta a una distinción clara entre estos movimientos y los “viejos” e institucionalizados movimientos de la clase obrera.

Voy a terminar discutiendo brevemente otros tres enfoques de mucho interés. El primero de ellos (presentado a veces como un subenfoque de la ressource mobilization: Cohen, 1985; Jenkins, 1989) es el que a veces se denomina escuela “particularista” de los MS (Eyerman/Jamison, 1991, 25), y cuya figura más descollante es el sociólogo norteamericano Charles Tilly. Este enfoque, histórico y sociopsicológico, se centra en las motivaciones individuales que llevan a las personas a participar en los MS, y realiza meticulosos “estudios de caso” de movimientos (a menudo concebidos como instrumentos para procesos de socialización política).

Tilly define la acción colectiva típica de los MS en relación a la persecución de intereses comunes (Tilly, 1978), y le preocupa fundamentalmente la efectividad de la toma de decisiones tácticas. Al describir esta efectividad, Tilly discute los MS como entes que se mueven “de la organización a la movilización” de recursos en torno a intereses compartidos y, finalmente, a la realización de acciones efectivas dentro de estructuras de oportunidad específicas. Dado que la oportunidad para la acción colectiva varía con las circunstancias históricas y culturales, Tilly añade la dimensión del contexto histórico a su estudio de los MS.

En sus formas más extremas, este enfoque lleva a negar la existencia de rasgos comunes en distintos MS, que se consideran como fenómenos históricos particulares esencialmente no generalizables, y no comprensibles más que a través de la experiencia personal de los agentes interpretada a través de un arte de la “biografía colectiva”.

También el llamado enfoque de redes (network approach) puede considerarse, en realidad, corno una especificación del enfoque de movilización de recursos. Esta perspectiva afirma que los MS pueden concebirse esencialmente como manifestaciones de redes socioespaciales latentes, cuyo elemento aglutinador son sobre todo comunidades de valores. Para estos estudiosos, la diferenciación social ha conducido en la sociedad industrial avanzada a la formación de comunidades de valores con alta densidad de interacción personal entre los integrantes. Las redes socioespaciales así formadas subsisten durante largos períodos de tiempo y pueden activarse en una coyuntura favorable a la movilización. Aldon Morris observó que la preexistencia de redes sociales e instituciones es un requisito básico para el desarrollo de un MS en su documentado estudio sobre el movimiento norteamericano por los derechos civiles (Morris, 1984). Otros estudios han subrayado también la importancia de esas redes socioespaciales latentes y capaces de activarse corno estructuras de apoyo para una gran variedad de MS concretos, desde movimientos estudiantiles a movimientos vecinales, desde movimientos antipornografia a organizaciones terroristas (se hallará una visión de conjunto de estas investigaciones en Klandermans, 1989).

Por último, tenemos el enfoque cognitivo desarrollado por Ron Eyerman y Andrew Jamison en un libro (Eyeinian/Jamison, 1991) que combina la herencia de la teoría crítica desarrollada por la Escuela de Francfort con la sociología del conocimiento de Max Scheler y Karl Mannheim. Los dos sociólogos estadounidenses trasplantados a Suecia proponen “un acercamiento cognitivo” a los MS: éstos son releídos como formas de actividad mediante las cuales las personas crean nuevos tipos de identidades sociales, como procesos de praxis cognitiva: “Ha de concebirse a los movimientos sociales como espacios públicos
temporales, como momentos de creación colectiva que proveen a las sociedades de ideas, identidades e incluso ideales” (Eyerman/Jamison, 1991, 4).
Desde esta perspectiva, “la articulación colectiva de una identidad de movimiento puede compararse a un proceso de aprendizaje social en el cual las organizaciones del movimiento actúan como fuerzas estructuradoras, abriendo un espacio donde la interacción creativa entre individuos puede tener lugar” (pág. 55); después este espacio se amplía y “socializa”, se transforma en un espacio público de articulación de intereses que puede afectar a la totalidad de la sociedad. Los movimientos son productores de conocimiento social: median en la transformación de conocimiento cotidiano en conocimiento profesional, y suministran nuevos contextos para la reinterpretación del conocimiento profesional (pág. 52). Los dos autores ponen a prueba la fuerza interpretativa de sus conceptos básicos praxis cognitiva e intelectual movimientista en sugestivos análisis de movimientos sociales (tanto “nuevos” como “viejos”).