jueves, 28 de noviembre de 2013

DEVOLUCION TP 3 B

Con gran perspicacia Fernán Gallardou asoció violencia/alineamiento de marcos en el conflicto con los ruralistas. Es excelente su observación en el sentido de que la violencia de los descontentos es objeto de enmarcado y no solo de represión. Lo que se considerará o no “violento” depende de enmarcados específicos y por tanto en torno a la violencia también hay una lucha simbólica. También es excelente el ejemplo de credibilidad empírica: el fracaso del gobierno en su insistencia con la “oligarquía” ante las imágenes de “estética charera” encabezada por De Angelis, a lo que agregaría la absoluta centralidad mediática de Buzzi como vocero de la protesta en lugar de los deslucidos Biolcatti y Llambías. ¡Muy inspirada lectura!.
Agregaría con ánimo de completar que el elemento de fidelidad narrativa aparece con el relato del “campo” como constitutivo de identidad nacional y fuente principal de riqueza y progreso. A lo que el gobierno opuso, creo que con éxito en términos de  enmarcado, la tradición golpista y antidemocrática de estos sectores.
El mismo movimiento ruralista es tomado por Alina Ricci que certeramente señala cómo el grado de desafío iba creciendo en el transcurso del conflicto, realimentado por el apoyo creciente en los medios de comunicación y en parte de la opinión pública (clases medias altas urbanas). También es valedera la apreciación de los efectos polarizadores del uso de tácticas cada vez más disruptivas.
Marina Marchesi puntualiza con precisión cómo en este conflicto con la burguesía agraria el recurso a la violencia amplió rápidamente el círculo de involucrados en el conflicto (clases medias, medios de comunicación, empresariado en su conjunto, sindicatos, movimientos sociales, etc.) y cómo esto motorizó fuertes efectos políticos de incertidumbre.

El tema de los marcos en los movimientos contra la megaminería que toma Florencia Prego es correcto, salvo por lo que respecta al marco de motivación para la movilización donde no aparecen elementos. Confunde motivación con “causas” y en realidad se refiere el concepto a la motivación para la acción colectiva, el marco movilizador, es decir  cómo se justifica la convocatoria a la lucha no convencional, cómo se enmarca la “necesidad” o incluso la “obligación de luchar”, por ej.: “si no nos defendemos nosotros no nos va a defender nadie”, “solo la unidad del pueblo en la calle los puede parar”, y cosas por el estilo. Sería bueno releer los textos de Amparan y Snow sobre este punto. O el ejemplo de Alina Ricci sobre Blumberg.
En este sentido es cortito pero certero la descripción de los marcos de diagnóstico, pronóstico y movilización que plantea Alina sobre el movimiento contra la inseguridad de Blumberg, sobresaliendo la invocación emocional al hijo muerto y la implícita convocatoria a identificarse con su tragedia y acompañarlo atenuando su dolor.

Marina Marchesi toma los enmarcados del movimiento  “Asociación de hombres por la igualdad de género (AHIGE)” y los reseña muy escuetamente. No aparece la especificidad del enfrentamiento de hombres al patriarcalismo y los marcos invocados son estimo que los mismos de las organizaciones feministas. Sería bueno que exploraras si hay particularidades en el diagnóstico "patriarcal" del patriarcalismo.

Es muy interesante el planteo de Miguel Alfredo sobre las claves de enmarcado mediático para La Cámpora donde, en los medios opositores, la juventud y la militancia se asocian con el verticalismo, el fanatismo y/o los intereses espurios como funcionarios que acceden a la caja del estado, etc. Es algo intrigante que en los medios oficialistas no tienen demasiado espacio en comparación con otros dirigentes del espacio K. ¿Hay algo más para decir sobre este punto? Es muy importante el tema de marco de agenciamiento atribuido (ver mi artículo) y cómo en el caso de la Cámpora tiene sus particularidades al atarse a altos funcionarios Se podría agregar que tanto la exposición en los medios y el agenciamiento pegó un salto notable con la asistencia a los damnificados por la tragedia de las inundaciones de La Plata que claramente funge de contramarco que desmiente (credibilidad empírica) la idea de burócratas chupamedias y bien pagos. La dificultad para generar hechos políticos propios con resonancia en la arena pública debilita las posibilidades de disputar el enmarcado de la agencia. Es importante observar una coincidencia de ambos enmarcamientos: el reconocimiento a la disciplina férrea vertical que es atacada por unos como amenaza totalitaria pero defendida como valor político y militante por la organización y sus voceros. Es muy interesante y da para seguir profundizando el análisis y ver también en las entrevistas y la documentación cómo se producen estos alineamientos de enmarcados en militantes y en no militantes. El paralelismo descamisado/pingüino me parece algo temerario que tendría que fundamentarse más, al igual que la supuesta antinomia de enmarcados kirchnerismo/peronismo.

En el mismo sentido que Fernan, Florencia Prego señala en los orígenes de las luchas piquetera una disputa por la legitimidad del uso de la violencia. El recurso al corte de rutas fue altamente eficiente para generar incertidumbre política, tanto durante el menemismo como durante el gobierno de la Alianza, donde la amenaza de generalización y la imposibilidad de legitimar la represión se combinaban virtuosamente. Sin embargo, con la crisis del 2001/2002 los cacerolazos y los escraches pasaron a ser los repertorios que contenían estos elementos generadores de incertidumbre, más que los cortes de ruta.

Ramiro Tissera toma el texto de Offe sobre vaciado y cooptación para suscribir la hipótesis reiterada una y otra vez de que los gobiernos kirchneristas cooptaron y vaciaron los movimientos sociales de desocupados, de DDHH, de asambleas. Sin embargo, si se lee atentamente a Offe se verá que el estado puede tener dos tipos de respuestas: reconocimiento y concesiones. La cooptación sería reconocimiento (cargos, representación en el estado, etc.) sin concesiones, es decir, sin resolver las demandas e intereses fundamentales de los movimientos. El vaciado sería lo inverso: concesiones sin reconocimientos, o sea, satisfacer las demandas sin convocarlos, sin hacerlos figurar, sin darles cargos ni recursos, etc. De manera de intentar capitalizar totalmente el rédito político de determinadas medidas concesivas e intentar debilitar y sacar todo peso a los movimientos y así disolverlos. Pero el K sale de esta dicotomía y combina reconocimientos (en verdad bastante módicos) con amplias concesiones en términos de trabajo y derechos sociales y justicia por DDHH. En estos casos no puede aplicarse las categorías de cooptación ni vaciamiento porque los movimientos siguen vigentes e incluso muchos de ellos podría decirse que crecen y se fortalecen, sino lisa y llanamente tendría que hablarse de alianzas o alineamientos políticos. Que no obstan para que dentro mismo del espacio político oficialista estallen notables tensiones o conflictos: D Elía tomando una comisaría en el 2004, denunciando a Tompkins en el 2006, Libres del Sur finalmente yéndose del gobierno, etc. Sobre este tema recomiendo mi artículo “Crisis y recomposición de la respuesta estatal a la acción colectiva"  http://www.scielo.org.ar/pdf/ras/v4n6/v4n6a07.pdf


Sobre la cuestión de la solidaridad/desafío/incertidumbre, es correcto el planteo de Ramiro sobre los movimientos de desocupados. Cortar una autopista hoy no hay grupos de desocupados que puedan bancarlo: las consecuencias serían polarización y aislamiento. En cambio en los casos de ambientalistas y hasta los mismos ruralistas han tomado el repertorio de lucha con gran capacidad de generar incertidumbre. 

martes, 5 de noviembre de 2013

TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 PARTE B


TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 PARTE B

Los textos de Offe y  Tarrow son dos de las contribuciones más influyentes para el estudio de los movimientos sociales en los países de capitalismo avanzado. En el caso de Offe tratando de explicar la especificidad de los “nuevos movimientos sociales” (NMS: feminismo, ecologismo, pacifismo, contracultura) de cara a la crisis del estado de bienestar keynesiano (EBK) y al sistema político basado en el dispositivo electoral y los partidos políticos electoralistas. Offe es el primero en conceptualizar de modo categórico procesos como la “mercantilización de la política” entendida como conquista del voto, y sus relaciones con la “politización de la economía” exigida por la colusión entre el EBK y los grandes monopolios privados. De manera diagonal los NMS buscan meter una cuña entre ambos procesos en tanto “politización de la sociedad civil” que se hace a expensas del estado y los partidos políticos y se opone a las consecuencias de la mercantilización y del imperio de los monopolios. Así los NMS introducen una ruptura respecto de un principio fundamental de la política democrática desde la Rev. Francesa: la separación de lo público y lo privado. La politización de la vida privada es un leit motive de todos estos movimientos. “Lo personal es político” proclamaban las feministas. Las formas de vivir, sentir, etc. son objeto de las acciones y discursos de los NMS que no se preocupan de los conflictos de primer orden relativos a la distribución, la seguridad, el crecimiento, sino de los conflictos de 2do. Orden que los hacen posibles: contaminación, carrera armamentista, alienación, consumismo que transfieren los costos a la población civil. Otro punto importante señalado por Offe es el de los resultados o rendimientos (exitos substancia, procesal o político) de este tipo de lucha no convencional que ensayan los movimientos y los mecanismos de neutralización que se ensayan desde el poder político (vaciamiento y cooptación).

"El poder en movimiento" es un texto clásico de la sociología contemporánea de los movimientos sociales. Muy influído por los trabajos históricos de Tilly, Tarrow intenta una sistematización del enfoque de la movilización de recursos. Comienza rescatando los aportes del marxismo: Marx por lo insoslayable del conflicto estructural; Lenin por el papel de la organización y su combate a las concepciones espontaneístas; y Gramsci por la necesidad de un marco de significados y sentidos que aglutinen, permitan pesuadir audiencias y sumarlas a la lucha. Según el planteo de Tarrow los movimientos sociales son formaciones colectivas no convencionales que pretenden llevar adelante luchas mediante la movilización de recursos externos preexistentes y mediante la movilización del consenso de sectores amplios de la población hacia determinadas demandas de transformación.

Este patrón de movilización social y cognitivo da lugar a lo que se llama repertorio modular de la acción colectiva en la modernidad (petición pública, general, indirecta, interpelando sectores sociales o estados y no personas, boicots, petitorios, mitines, barricadas) que se diferencia claramente del repertorio convencional premoderno (motines de granos, la petición privada, revueltas campesinas, religiosas, etc.).

Uno de los aportes más importantes es el Cap. 6 sobre los elementos analíticos de la acción colectiva desafiante. Estos se pueden ordenar por pares que entran en relaciones contradictorias entre sí lo que le da al análisis un interesante dinamismo.

El primer elemento es el desafío: toda acción no convencional de carácter contencioso tiene la pretensión de desafiar a los poderes superiores. Estas acciones ponen en cuestión de maneras más o menos indirectas dicho poder.

Para inquietar al poder se usan dósis no de violencia directa sino de amenaza o insinuación de violencia que podría generalizarse. Este tipo de violencia gestual es un arte de manejo dificil que busca no dejar pretextos para la represión y que busca sobre todo preservar la llegada del mensaje de los movilizados a otros sectores sociales más amplios.

Pero para ello deben arriesgar otro elemento importante de los movimientos: la solidaridad. Si los desafíos son muy manifiestos, los públicos que deben ser conquistados (“movilizar el consenso”) para fortalecer la lucha pueden retraerse o colocarse en contra de los movilizados. Sin solidaridades masivas los movimientos tienden a ser derrotados. El leit motive de los movimientos sociales es conseguir la movilización del consenso. Para ello la administración homoeopática de la violencia y los gestos de amenaza y generalización en la movilización, debe producir un efecto fundamental para el éxito: la incertidumbre. Las formas esquivas, indirectas de administración del desafío y la violencia constituyen “formas disruptivas” mediante las cuales las elites quedan maniatadas: todo lo que hagan es peor; si reprimen es peor y si negocian también es peor. Los efectos disruptivos son perseguidos a través de unas tácticas de innovación en los repertorios, se toma un repertorio ya lo suficientemente aceptado como para que no sea aislable y reprimible y se le hacen modificaciones de las que se espera aumente su potencial desafiante y surjan los efectos de incertidumbre.  Todo movimiento social debe enfrentar los dilemas de la acción colectiva: si quiere generar incertidumbre, amenazar con ampliar apoyos, con radicalizar sus capacidades de perturbación del orden público, suscitar amplia solidaridad y aislar a los oponentes, extender en el tiempo y el espacio la confrontación, etc. debe sacrificar en medidas exactas el recurso a los repertorios convencionales de lucha, evitar elevar los niveles de desafío que pongan en riesgo los niveles de solidaridad y cohesión alcanzados, innovar e introducir elementos disruptivos sin generar deserciones ni desconfianza, etc. Mahatma Gandhi y Martin Luther King han sido los maestros precursores de este tipo de lucha que tiñe hoy día al conjunto de los movimientos sociales. Otro autor, Cohen, ha denominado “principio del radicalismo autolimitante” a este tipo de posturas estratégicas que incluso pueden verse también en las luchas del zapatismo mexicano.

La incerteza acerca si el apoyo que la sociedad brinda al movimiento es alta o baja, de si las elites son capaces o no de reprimir y si reprimen la violencia y la movilización serán mayores, y si no reprimen y negocian el movimiento crecerá, etc. es el alimento político que hace crecer los movimientos. Esto es importante, porque ningún movimiento social busca una victoria mediante un acontecimiento decisivo de rendición de sus oponentes, sino una lucha de desgaste donde el éxito en alcanzar las reivindicaciones “cae de maduro” en algún momento por la movilización del consenso.

Otro patrón específico de la dinámica de lucha mediante la acción colectiva disruptiva es evitar la polarización del conflicto y el aislamiento. Un conflicto muy agudo que no permita movilizar consensos más amplios tiende a hacer valer los mayores recursos de poder de los dominantes. Si se pierde la potencial solidaridad de conjuntos sociales amplios con los movilizados, estos llevarán las de perder. La radicalización y la violencia suelen conllevar estos riesgos: aislamiento  y predecibilidad que impide alcanzar el efecto de incertidumbre.

Finalmente, es necesario entender esta dinámica para caracterizar los ciclos de protesta: los movimientos suelen activarse y desactivarse cíclicamente y masivamente. El fenómeno de superposición de movilización/desmovilización de grupos que no tienen mucho que ver entre sí (ciclo ascendente/ descendente) obedece a que las movilizaciones de unos grupos pueden generar oportunidades favorables para otros grupos. La multiplicidad de movilizaciones tiene un típico efecto de indertidumbre. Pero al mismo tiempo que las movilizaciones se multiplican y repiten, agotando su arsenal innovador, se van convencionalizando y con ello va reduciéndose su potencial disruptivo, por lo que sus efectos son decrecientes. Cuando ello ocurre en algún momento comienza a desincentivarse la solidaridad o la capacidad de movilizar y el ciclo se revierte. En definitiva como en tantas otras cosas también el éxito de los movimientos que lleva a convencionalizar el repertorio de acción y generalizar la solidaridad, explica a la postre su ocaso.

Por último, pero no menos importante, el texto de Amparán ofrece una versión sucinta de uno de los desarrollos más sofisticados de la teoría de la acción colectiva como “movilización del consenso”: la teoría de los marcos interpretativos.

El Marco es el conjunto de creencias y significados orientados a la acción y alude al papel de elementos culturales e ideológicos en los fenómenos de transformación de la acción colectiva a movimiento social. Es decir, a qué elementos de los sistemas cognitivos y culturales apelan los movilizados para conquistar el consenso de audiencias y públicos masivos y movilizarlo. El análisis de procesos de enmarcado entonces apunta a la lucha en torno a la definición de problemas, soluciones y acciones estratégicas que proponen los movimientos con el cual buscan “persuadir” o moldear las formas de percepción social sobre determinados asuntos.

Las funciones de los enmarcados que proponen los MS son: a) puntualizan, señalan, ordenan, captan, descifran; b) atribuyen, imputan, acentúan, direccionan, conciben salidas o metas; c) articulan, unifican acciones y experiencias. Es decir condensan y simplifican “el mundo que está ahí”.

Los movilizados pugnan por el “Alineamiento de Marcos” con los grupos, o audiencias que les interesan conquistar. El alineamiento son los esfuerzos de acercar, sintonizar o poner en correspondencia y congruencia ideas, valores, creencias, intereses, definiciones de situación de los MS y sus impulsores con los de un grupo o conjunto de individuos “potenciales” militantes, simpatizantes o apoyos.

Hay 4 procesos de alineamiento de acuerdo a la distancia inicial entre los marcos de los movilizados y los marcos de los destinatarios.

a)      Puente: enlaces o conexiones entre dos marcos altamente congruentes pero hasta ese momento separados. Apela a un inmediato compartir de injusticias o agravios. Sensibilización y reacción inmediata que permite métodos de difusión masivos y con elevado anonimato: redes, correo, firmas, listas.
b)      Amplificación: resaltar o sobrecargar importancia de valores o creencias ya instaladas. Alterar jerarquías o prioridades de públicos destinatarios: - de valores (olvidados, o reprimidos). Persigue la concientización; - de creencias claves interpeladas mediante slogans: de gravedad, de causalidad, de estereotipos de adversarios, de posibilidad de cambio, de necesidad y conveniencia de la movilización de protesta. Persiguen “optimismo” y “esquematización” o “sencillez” de comprensión.
c)      Extensión: cuando hay desacople o distancia entre los movimientos y los públicos destinatarios, nuevos públicos a los que se quiere sumar, etc. se apela a ideas, intereses, motivos secundarios para el movimiento pero importantes para los potenciales adherentes. Introduce temas “gancho”.
d)     Transformación: cambio o resignificación, innovación cognitiva, relectura y reinterpretación de la realidad. Sobre todo superar el paso de “lo aceptado como normal” al “rechazo por injusticia”. Atribuciones causales, culpables, enemigos.

 
Todas estas operaciones de alineamiento se hacen en torno a tres tipos de contenidos de los marcos.

a)Diagnóstico: define problema, injusticia, agravio;
b) Pronóstico: anticipa consecuencias favorables de la intervención;
c) Motivación: alicientes, esperanzas y satisfacciones, aliento a la acción, la protesta, la organización y la lucha.  Este último es muy importante y parte del principio de la insuficiencia de la justificación intelectual como única motivación para la acción, que incluso puede entorpecer si se aleja de los esquemas cognitivos del público.

 
A su vez, la eficacia de los Marcos se mide por la “resonancia” que alude a la receptividad y apropiación de los destinatarios. Depende de tres factores.

a) Credibilidad empírica (evidencia y argumentación accesible);
b) Conmensurabilidad de la experiencia (depende a su vez del grado de afectación o lejanía con los problemas definidos);
c) Fidelidad narrativa a una herencia cultural compartida. En este punto se ve la importancia gramsciana del sentido común, tradiciones, folclore, creencias y sentir populares.


En mi texto (Artículo Gómez Enmarcamientos clasistas de la protesta) Uds. pueden ver un repaso histórico de las formas de enmarcar la protesta social desde la década del ’90 hasta el conflicto con el campo. Aquí lo que se ve es el contrapunto entre los enmarcamientos propuestos por los medios de comunicación y los que van ensayando los movimientos de bases populares. “Estallidos sociales”/”puebladas”; “piqueteros”/”desocupados”; “clientelismo”/”organización”; e incluso “piqueteros”/”cartoneros”, etc. van desfilando en una dialectica que muchas veces hace concesiones simbólicas y préstamos: el caso de los piqueteros es típico ya que es una identidad atribuida por los medios de comunicación que es retomada e intenta ser resignificada por los medios. Es importante el eje fundamental de todos los enmarcamientos que procuran establecer los medios masivos: la privación de agencia de las clases populares, especialmente de capacidad de agencia política. Las clases populares son investidas de legitimidad en tanto sujetos de necesidad, y en algunos casos de derecho, pero nunca como sujetos de voluntad política. Siempre tienen que aparecer como manipulados, engañados, sojuzgados, cautivos, etc. Siempre tiene que crearse el espacio simbólico para que alguien los ilustre, los libere, los redima, etc.
 
TRABAJO PRACTICO

Elija por lo menos dos textos. Cualquiera de las consignas puede reemplazarse por un intento de aplicación  de los conceptos (especialmente en Tarrow y Amparán) a sus respectivos temas de trabajo final.

TEXTO OFFE: Elija una de estas consignas.

1) Si uno intentara trazar un paralelo entre el Estado de Bienestar Keynesiano (EBK) y el peronismo en la Argentina ¿resultan aplicables los análisis de Offe respecto de la “desmercantilización del interés de clase” y la “progresiva ciudadanización” de la clase obrera?

2) ¿Coincide el marco valorativo de los NMS con los nuestros? escasez-interés-distribución VS identidad-alienación-autonomía.

3) Enumere los tipos de logros que analiza Offe (actitudinales, institucionales, etc.) e intente ejemplificar con logros de Piqueteros, Fabricas Recuperadas y Asambleas.

4) Offe detalla dos tipos de respuestas estratégicas del Estado a los Movimientos: vaciamiento y cooptación. Analice según esto el caso argentino.

 

TEXTO TARROW

Elija una.

a) ¿Cómo puede analizarse la relación entre desafío, solidaridad e incertidumbre en el movimiento piquetero?

b) ¿Cómo analizaría el elemento disruptivo y el papel de la violencia en las acciones de los sectores agrarios en el conflicto por las retenciones móviles del 2008?

c) ¿Cómo analizar el "escrache" a los políticos y funcionarios que se generalizó durante el año 2002 según el esquema de Tarrow?

d) En su tema de monografía ¿cómo podrían pensarse las cuestiones de convención/desafío/disrupción/ incertidumbre?

AMPARAN Y GOMEZ

Elija una.

a) Busque un ejemplo por cada uno de estos procesos de alineamiento de marcos: puente, ampliación, extensión y transformación.

b) Seleccione un Mov. Social y piense qué marcos de diagnóstico, pronóstico, y motivación construyeron.

c) La eficacia de los marcos, su resonancia política y cultural, depende de tres cosas: credibilidad empírica, conmensurabilidad con la experiencia de los convocados y fidelidad narrativa o cultural. Seleccione un caso de mov. Social contemporáneo exitoso y caracterice cómo han logrado cada una de estas tres cosas.

d) En su tema de monografía cómo podrían analizarse los discursos, slógans y consignas de los movimientos desde el punto de vista de la teoría de los marcos.

lunes, 28 de octubre de 2013

DEVOLUCION TP 3 A

DEVOLUCION TP 3 A
1)      Utilice el esquema propuesto por O. Wright acerca de cómo interpretar el papel de la lucha de clases en la determinación de las estructuras económicas y estatales, y en las intervenciones políticas estatales, para procesos históricos de Argentina o A. Latina. Otra manera de formular la consigna es ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?

Plantea Florencia la crisis del 2001 como ejemplo de estas mediaciones y transformaciones: tanto las clases medias como las populares movilizadas lograron cambios políticos y finalmente podría decirse que de orientaciones socioeconómicas. Hay pocas dudas que el estado recuperó fuertes capacidades de intervención y de control de recursos y excedentes y que en general tendió a distribuirlos entre las clases populares y los asalariados. Pero obsérvese que de los dos sectores puntuales movilizados en el 2001 que menciona Florencia, los ahorristas estafados no fueron beneficiados por las políticas estatales posteriores. Solo los desocupados fueron beneficiados.

1) ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?

Alina invoca como ejemplo las movilizaciones de diciembre de 2001 y la relación entre crisis financiera y cambiaria y nuevos alineamientos clasistas y formas de lucha que derivaron en cambios políticos y de orientaciones gubernamentales. Sin embargo, el ejemplo adicional del conflicto por las retenciones móviles no es tan nítido ya que el gobierno nacional lejos de ceder ante las demandas de los sectores movilizados tendió a profundizar las medidas de regulación y estatización del excedente económico y su distribución: AUH, estatización de fondos previsionales, etc.

2) ¿Cuáles han sido las capacidades estructurales y organizativas desarrolladas por las clases medias en nuestra historia reciente?

En el planteo de Miguel está ausente el tema de la historia reciente que pide la pregunta. Se remite a cuestiones generales conceptuales. En ellos están planteadas las capacidades estructurales pero no aparecen las más interesantes: las organizativas.

Fernán propone un análisis sugestivo para pensar basado en la consideración conjunta de las capacidades estructurales y organizativas de distintas clases. Es muy importante la observación previa que hace de que no pueden analizarse las capacidades de cada clase prescindiendo de los conflictos que las enfrentan y las capacidades de las otras clases. Las capacidades solo se ven en la lucha. Así analiza las capacidades de las clases medias via a vis las de las clases dominantes y las clases populares. Sus conclusiones son debatibles para el largo plazo posdictarura pero están bien planteadas: las clases dominantes fortalecieron ambos tipos de capacidades, las populares vieron mermar las estructurales pero no las organizativas y las clases medias serían las grandes perdedoras en ambos terrenos. Es para discutir si las clases dominantes no han perdido resortes estructurales de la economía desde el 2003 y que las clases populares no han recuperado capacidades estructurales junto con el empleo y la expansión de derechos (protección laboral, AUH, entre otros). Es cierto que la fragmentación y la desindicalización junto con la crisis del radicalismo afecto las capacidades organizativas y políticas de clases medias. Sin embargo, hay vitalidad para desarrollar formas novedosas de movilización social: asambleas barriales, ambientalismo, convocatorias por redes sociales, 13S, 8N, etc.  También es muy bueno el intento de comparar el reclamo por la seguridad con el de la libertad para ahorrar y gastar en dolares en las clases populares y las clases medias. Pero es dudoso que el interés de las clases medias sea afectado por la liberación cambiaria: la disponibilidad de dolares combinado con devaluación puede ser un interes patrimonial de primer orden para la pequeña burguesía excedentaria. Acceder a los dolares del BCRA antes de que se vacíe es un pingüe negocio que permite capitalizar para sí la segura devaluación posterior. Tal ha sido su comportamiento ante las crisis del 88/89, 90/91 que precipitó el Plan de Convertibilidad y el macroendeudamiento del país, y también en el 2001 con la diferencia que las clases dominantes financieras decidieron abortar el acceso a las divisas de entrada con el corralito. La inestabilidad de la definición de intereses en las clases medias también responde a que dichos intereses se definen de acuerdo a la evolución de la lucha entre las clases fundamentales: si las clases dominantes están en condiciones de imponer un ajuste y contracción económica el posicionamiento de las clases medias será distinto al que tendrán si las políticas de expansión de ingresos y consumo populares resulta deficitaria en divisas que se le sustraen a sus capacidades de ahorro y acceso a la propiedad y a estilos de vida deseados (turismo, autos importados, etc.). Creo que hay que repensar la idea de que las clases medias son grupos que “atentan” irracionalmente contra sí mismos. Creo con Olin Wright que son particularmente sensibles al estado de las capacidades de las otras clases, de ahí sus alineamientos y posicionamientos cambiantes.

El planteo de Sebastián respecto de que las luchas estudiantiles universitarias pueden enfocarse como forma de defender el capital cultural obtenido o en proceso a obtenerse frente a la posible devaluación de sus títulos, es interesante pero la respuesta es demasiado escueta y no pueden verse en qué tiene que ver esto con capacidades de clase. El eclipse del movimiento estudiantil universitario ¿cómo debería ser interpretado?. Las menciones al cepo cambiario y la inseguridad son certeras en términos de capacidades estructurales de clase pero están ausentes las organizativas.

Ramiro señala muy suscintamente las luchas estudiantiles y las movilizaciones antigubernamentales. Es claro que las luchas por el acceso y la calidad de la enseñanza y los títulos busca la preservación del capital educativo. Sin embargo, este gobierno tiene la particularidad de la fuerte inversión en las universidades nuevas alojadas en zonas de clases populares, quedó pendiente ese análisis y cómo impacta en los estudiantes de las universidades tradicionales.

1) En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?

Miguel acertadamente relaciona la dictadura con la apuesta a la educación de parte de las clases medias. Aunque quizás haya que agregar que el acceso al dólar barato y los viajes al exterior también tuvo su papel. Respecto de la educación hay que puntualizar dos cuestiones: impulso a la enseñanza privada paga y restricciones al acceso a la universidad. Asimismo la represión significa la desvalorización violenta de diversas subespecies de capital cultural y educativo (títulos en C. Sociales, Psicología y cualquiera que pueda relacionarse con las etapas de politización anteriores). Tambien los procesos de desindustrialización quitaron valor de mercado a los títulos técnicos, ingenieros, etc.
Ramiro también encuentra el mismo papel central de la educación de los hijos a través de la enseñanza privada. Hay que agregar que la internacionalización de títulos donde los colegios privados más caros hacen punta y también la educación universitaria de posgrado en el exterior también son formas de mantenimiento de diferencias en el espacio social.
Florencia es algo confusa pero también centra su respuesta en la reconversión hacia el capital educativo.
En todos estos análisis faltan otros elementos: el capital social (barrios privados, clubes selectos), el capital “político” en las estructuras tecnoburocráticas de gestión del neoliberalismo en el estado, el capital simbólico como acceso a la visibilidad y los medios de comunicación, entre otros. 

2)      ¿Es posible hablar de una clase de servicios o de Nueva Clase en nuestro país? ¿Qué aplicabilidad pueden tener estos conceptos en nuestro contexto?

Es excelente la consideración de Fernán sobre la movilidad intergeneracional: no es lo mismo ser profesional de primera o de tercera generación. Y esto es muy importante en el reclutamiento para las funciones de la “clase de servicio” que en nuestro país parece asumir características bastante alejadas de las señaladas por Goldthorpe. Contra la idea de Fernán hay que colocar el fenómeno de las urbanizaciones privadas que desde hace ya 3 décadas brinda entornos sociales comunes a las clases gerenciales (capa superior de las de servicios) y las clases dominantes. A favor de que no existe una clase de servicios hay que tener en cuenta que las empresas aquí flexibilizan las relaciones laborales incluso en los niveles más altos, con altas rotaciones y poca estabilidad.
Alina contesta brevemente que hay presencia de los intelectuales e intelligentzia técnica pero que no tienen el mismo peso que en los capitalismos avanzados.
1) En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?.

Sebastián señala con acierto la apuesta a la educación privada como estrategia principal de ascenso al cercenarse o estrecharse los canales de acceso a la propiedad. Sin embargo, la propiedad económica inmobiliaria, industrial, comercial y agraria sigue siendo un elemento distintivo de nuestra estructura de clases respecto incluso de las de los capitalismos avanzados.  Es materia de discusión si la enseñanza universitaria pública gratuita también está igualmente desvalorizada simbólicamente como la básica y media.

lunes, 7 de octubre de 2013

TEXTO DE APOYO Y TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3. Parte A

Los textos de Giddens y Crompton señalan el conjunto de limitaciones con que se topan los planteos clásicos herederos de Weber y Marx en la evolución de los capitalismos avanzados, sobre todo a partir de los años ’60. Las tendencias  a la despolarización de la estructura de clases, el crecimiento de los sectores de servicios y del trabajo no manual, el abandono del trabajo como fuente de identidad y de pertenencia colectiva, las orientaciones culturales consumistas e individualistas, la incidencia de diferenciaciones raciales y de género, el surgimiento de actores políticos transclasistas (ecologistas, pacifistas), el desclasamiento del voto (apoyo electoral de clases obreras a conservadores), etc. pueden resumirse en tres grandes procesos que debilitan el análisis de clase: el “pos industrialismo”, el “pos fordismo” y el “pos modernismo”.

El esquema giddensiano que apela a los procesos de estructuración de clase puede decirse que constituyeron el último gran esfuerzo de enfrentar estos problemas con las herramientas legadas por los clásicos. La solución de Giddens es simplemente pensar las clases como capas de determinaciones sociales que empiezan por el mercado de trabajo, siguen en los factores comunitarios y demográficos  y terminan en aspectos de status y prestigio, sentidos de pertenencia e identidad, sin olvidar el papel de la lucha de clases. Giddens hace un verdadero melting pot que mezcla todo y así multiplica las dificultades más que subsanarlas.

Los enfoques contemporáneos que parten de Olin Wright y Bourdieu (ambos tienen antecedentes en Poulantzas el primero y en Norbert Elías el segundo) comienzan a modificar o abandonar de manera ostensible los parámetros de la tradición marxiana y weberiana y en este sentido podría decirse que inauguran una etapa posclásica.

O. Wright avanza en un modelo de determinación global que categoriza las relaciones entre estructuras económicas y políticas con la lucha de clases. Podríamos decir que los aportes sustantivos a este respecto son dos: 1) lejos de la tradición clásica, la lucha de clases no se deriva del mercado o las relaciones de producción, sino que establece una serie de relaciones de limitación y transformación. La lucha de clases no permanece como efecto exterior a la estructura sino que es la forma misma del proceso de transformación de la estructura. El “secretillo” del esquema de O. Wright es que si la estructura económica puede establecer un límite de compatibilidad funcional a otras estructuras, no puede establecerlo sobre la lucha de clases. La lucha de clases está limitada pero es “libre” frente a las estructuras, es decir puede transformarlas.  Las estructuras sin dudas introducen limitaciones a la lucha de clases pero no al punto de que la lucha de clases no pueda incidir sobre las mismas estructuras que la limitan.

2) Además las relaciones de limitación (que en los planteos clásicos era la única reconocida) entran en no correspondencia con los de reproducción. Una estructura económica puede establecer límites de variabilidad a las estructuras políticas y la lucha de clases pero ello no garantiza que las intervenciones políticas y la lucha de clases asuman un papel no reproductivo y de mediación o transformación de las mismas estructuras.

 

El otro de los aportes rupturistas en lo teórico de este autor es la idea extraordinaria de que las clases medias tienen posiciones estructuralmente ambiguas o contradictorias pero no por ello dejan de ser clases. Las clases medias no pertenecen a un modo sino que cruzan dos modos de producción: el mercantil simple y el capitalista.  Asimismo es importante el análisis de los tres procesos contemporáneos que inciden en los procesos de establecer fronteras de clase entre las clases medias: la pérdida de control en el proceso de trabajo, la diferenciación de funciones del capital entre propiedad y gestión, y las jerarquías de autoridad y las formas de control técnico impersonal.

También es novedoso el planteo de diferenciar interés de clase y capacidades de clase (estructurales y organizativas), abriendo conceptualmente la cuestión del proceso de formación de clase que, a su vez, es objeto mismo de la lucha de clases. Es decir, siembra las bases de la politización y deseconomización de la lucha de clases: las mismas  capacidades de clase no son derivaciones directas de la posición económica de clase sino que son objeto y producto  de la lucha de clase misma.

También es importante la discusión sobre el concepto de explotación, que es un tradicional pilar de las teorías clásicas. Aquí se ve algo poco señalado: la explotación supone niveles de dependencia recíproca entre explotador y explotado, a diferencia de las relaciones de opresión. Es clásico el planteo de Wright en tanto que clase se sigue refiriendo a relaciones de explotación y no de opresión pero, no obstante, las relaciones de dominación de clase (regulan el nivel de esta interdependencia o reciprocidad) son importantes aunque subordinadas a la explotación.

También son aportes muy sugestivos la manera de caracterizar el poder de clase como en tres dimensiones situacional, institucional o sistémico.  Sintéticamente el primero es el poder de dar órdenes a los actores para que actúen de determinada manera (poder positivo), el segundo es el poder de excluir o quitar de la agenda, de la consideración, determinadas acciones (poder negativo) y el tercero es lograr que las reglas de juego que destribuyen posibilidades de ejercer los otros dos tipos de poder sean sesgadas a favor de la propia clase. Este tipo de poder sistémico es en cierto punto invisible y controla lo que es pensable políticamente para las posiciones de clase subordinadas. Las luchas de clase siempre son tridimensionales y afectan estas tres dimensiones con dominancias cambiantes: hay una lucha liberal/ “progresista”/”populista”  el poder positivo, una lucha reformista/conservadora por el poder institucional y una revolucionaria/reaccionaria por el poder sistémico.

No es menos novedoso el planteo de P. Bourdieu en el Cap. 2 de ese clásico de la sociología de la cultura que es La Distinción. Allí se establecen con gran fuerza los conceptos analíticos del “espacio social”, es decir, el locus sobre el que se hacen inteligibles las clases sociales. En este capítulo Bourdieu desarrolla una teoría de las clases sociales sobre las nociones de habitus, campo y especies de capital que intenta superar las limitaciones metodológicas y analíticas de los planteos empiristas, marxistas, etc. El procedimiento constructivo adoptado asume la forma de una topografía móvil o de mapa dinámico en el que se intersectan los planos sincrónicos estucturales y diacrónicos tendenciales.

 

La problemática de las clases es definida como aquella búsqueda de explicación de distribuciones de bienes y prácticas, aclarando dos cosas: a) que los  bienes no son objetividades dadas sino que se inscriben en usos sociales asociados a estilos de vida, donde los productos son también productos de las disposiciones de los agentes (formas de percepción, acción y apreciación) ; y b) las prácticas no son puras elecciones voluntarias y concientes indeterminadas sino que deben ser comprendidas no como simples efectos mecánicos de la posesión de capital objetivado social y económico, sino también como estructuradas a través de habitus (capital incorporado) y en relación a las fuerzas y tensiones que atraviesan los campos específicos en donde se ponen en juego. No solamente las condiciones homogéneas de existencia, sino también las disposiciones incorporadas en los agentes explican la similitud de prácticas.  Además, los mecanismos de acceso a las posiciones de clase seleccionan en múltiples formas visibles o enmascaradas según criterios de evaluación de disposiciones muchas veces “secundarias” . La dialéctica entre la posesión y la disposición es el dispositivo teórico mediante el cual Bourdieu intenta develar la eficacia “objetiva” de las clases sociales.

La causalidad propia de la determinación clasista asume una forma “estructural” y no “lineal” que obliga a indagar cómo cada factor (edad, sexo, residencia, etc.) y tipo de capital es mediado por los otros.  Así Bourdieu presenta un espacio social de constitución de clases, construido en dos dimensiones de tres series: volumen, estructura (composición por tipo) y evolución del capital; y capital económico, social y cultural. Estos espacios ofrecen relaciones variables de congruencia y simetría. Desde grupos que comparten altos volúmenes de todos los tipos de capital y son fundamentalmente estables en su composición y permanencia futura, y otros grupos que ofrecen disparidades notables y fuertes inestabilidades. Diversas fracciones de la pequeño burguesía son ejemplos de estos últimos. La evidencia empírica muestra que dentro de diversas clases y fracciones existe una relación inversa entre capital económico y capital escolar y cultural. Las burguesía en sus fracciones superiores se independiza de las exigencias de la adquisición de capital cultural, y en cambio la pequeña burguesía y los profesionales depositan en él su esperanza de sostenimiento y ascenso social.

La contribución más rica del texto es la que analiza las trayectorias, el dinamismo de los campos considerados y las estrategias de los agentes. Todos los grupos tienden a una doble  lucha: para mantener y acrecentar el valor de la especie mayoritaria de capital propio, y por la prevalencia de los criterios de valorización más favorables a ellos en cada campo.  Este es un cuarto tipo de capital: el capital simbólico que viene anexo a todas las otras formas de capital.  Hay que luchar por la distribución de cada forma de capital y también por la vigencia, el reconocimiento por parte del resto de los agentes y la legitimidad del propio valor del capital apropiado.  

Una de las estrategias de los agentes es la movilidad de capital que puede ser vertical cuando es ascenso/descenso dentro del mismo tipo de capital. Pero las más interesantes son  las que implican un desplazamiento transversal, es decir, entre campos distintos que obliga a establecer una reconversión de valor entre el capital poseido y el capital que se adquiere con él. Es en este sentido que juega la idea de “inversión” como apuesta a un juego de valorizaciones. A ello lo llama procesos de “conversión” y son cruciales a la hora de entender las luchas en el espacio social: los agentes tienen estrategias de “apuesta” a ganar espacios en diversos campos mediante la conversión de un tipo de capital en otro.

En este esquema explicativo, el autor estudia uno de los fenómenos más interesantes del campo cultural: la superproducción de títulos, la democratización de la enseñanza superior y la devaluacion del capital cultural escolarizado.

Las estrategias de aumento del capital escolar, aumentando la inversión económica de las familias en educación, chocan con el efecto de pérdida de valor de mercado de los mismos títulos alcanzados. Bourdieu describe el efecto de alodoxia como un autoengaño que retrasa la percepción real del valor objetivo de los títulos, ya que los habitus incorporados siguen aplicando formas de apreciación ancladas en su tiempo de adquisición y no en la situación de mercado actual. Es por ello que la expansión de la distribución de capital cultural escolar se acompaña de una “generación engañada” que no puede alcanzar las expectativas prometidas asociadas a su inversión en esta especie de capital, dando lugar a procesos de desclasamiento o al riesgo de de desviarse por debajo de las trayectorias esperadas. Los sectores de la pequeño burguesía son particularmente sensibles a estas amenazas y ante ellas ponen en práctica estrategias de movilización no solo de su capital social, sino también de búsquedas de posiciones accesibles y acomodamientos que redefinen profesiones y puestos de trabajo. Así, los campos laborales más nuevos, más dipersos y menos codificados dan oportunidades a una gama variada y flexible de empleos semiburgueses vinculados a los servicios personales, medios de comunicación, entretenimiento, cultura y a todas las formas novedosas de ejercicio de la dominación suave y la integración simbólica de las clases subordinadas.

Los procesos de devaluación de títulos generalmente adoptan la forma invisible e insensible y suave que maximiza el efecto de alodoxia multiplicando los errores de apreciación que no tardan en convertirse en crisis personales. Las transformaciones del campo escolar apelan a tres mecanismos de filtrado de las estrategias de ascenso de estos sectores: eliminación suave o rezago progresivo, relegamiento a circuitos educativos explícitamente desvalorizados, y devaluación del valor del título. Si todo esto no fuera suficiente siempre quedan los mecanismos de exclusión, discriminación, selección, cupos, patronazgo, etc. con el que  se preservan espacios y monopolios de oportunidades.

Las estrategias de los grupos y las respuestas de los que disputan con ellos van generando efectos de deformación de la estructura o de traslación de estructuras por la cual las distancias jerárquicas entre posiciones se mantienen no a pesar, sino justamente en virtud de los cambios en las acciones y disposiciones de los grupos. Las propiedades ordinales de los campos se conservan mediante cambios en sus propiedades cardinales (posicionales), concluirá Bourdieu que, sin embargo, termina alentando expectativas de cambios estructurales por los efectos de una crisis de frustración de expectativas generalizadas.

El indudable defecto de la gigantesca contribución de Bourdieu es su omisión a la lucha y el conflicto. Si bien él las considera conceptualmente en la dimensión analítica de la “historia” del campo en particular, en sus investigaciones empíricas brillan por su ausencia y los campos aparecen como espacios sociales rígidos y carentes de tensión. No obstante, los conceptos de Bourdieu son casi insustituibles a la hora de pensar un análisis de la lucha desde una perspectiva clasista.

Por último tenemos los textos de Gouldner y Goldthorpe como dos de los principales teóricos de la emergencia de la clase media.  El primero tributario de las teorías del posindustrialismo y la tecnoestructura directamente tiende a considerar a las clases medias como los verdaderos soportes de la sociedad contemporánea y en fuerte disputa con las viejas clases propietarias. Aunque en muchos sentidos este planteo haya envejecido notablemente (la concentración de ingresos y propiedad en el capitalismo global actual refuta claramente sus análisis) no deja de llamar a la reflexión algunos de sus señalamientos históricos. Considero que el Codigo de Discurso Crítico sigue siendo un lenguaje  universal de las clases medias basadas en el saber y la competencia técnica y humanística.  Además también tiene considerable asidero histórico que el papel de las clases medias en los procesos de cambio social ha sido siempre importante.

Goldthorpe es un analista de la estructura de clases en el primer mundo y sus hallazgos empíricos hacia finales de los ’80 llevaron a posar la atención en el fenómeno llamado de las “clases de servicios” caracterizadas por evadir algunas de los rasgos propios de las relaciones laborales de asalariados. A la manera de una “incrustación” estamental en el medio de las organizaciones corporativas económicas más modernas, las clases de servicios (gerentes, desarrolladores, técnicos expertos,  etc.) se caracterizan por elevados grados de autonomía en el trabajo, fuertes identidades y sentidos de pertenencia profesionales, bajo compromiso con las organizaciones, son beneficiarios de relaciones de confianza por parte de los propietarios y accionistas, y también tienen expectativas de seguridad y estímulos diferenciales o expectativas de “privilegios” prospectivos (carrera profesional o ejecutiva, muchas veces honorarios en vez de salario, etc.). Los señalamientos de que estos sectores tienen un amplio reclutamiento de origen popular (merced a la inversión en capital y credenciales educativas) y que podrían ser la base de cuestionamientos al sistema, sostener orientaciones contraculturales y conductas de radicalismo político, no dejan de ser interesantes ya que hay suficientes estudios que localizan la presencia de este tipo de agentes sociales en los movimientos sociales ecologistas, pacificistas, contraculturales, feministas, etc.  

TRABAJO PRÁCTICO 4

Elija una.

1)      Utilice el esquema propuesto por O. Wright acerca de cómo interpretar el papel de la lucha de clases en la determinación de las estructuras económicas y estatales, y en las intervenciones políticas estatales, para procesos históricos de Argentina o A. Latina. Otra manera de formular la consigna es ¿Qué tipos de mecanismos de mediación y transformación ejerce o ejerció la lucha de clases en el contexto de Argentina y A. Latina?

2)      ¿Cuáles han sido las capacidades estructurales y organizativas desarrolladas por las clases medias en nuestra historia reciente?

Elija una.

1)      En términos de la terminología de Bourdieu (volumen, tipo de composición de capitales) cómo caracterizaría la evolución de las clases medias en la Argentina desde la dictadura en adelante. ¿Cómo evolucionó el espacio social de clase media?.

2)      ¿Es posible hablar de una clase de servicios o de Nueva Clase en nuestro país? ¿Qué aplicabilidad pueden tener estos conceptos en nuestro contexto?

viernes, 13 de septiembre de 2013

DEVOLUCION TP UNIDAD 2B

DEVOLUCION TP UNIDAD 2B

1) Respecto de Elster y las paradojas de la acción colectiva.
Miguel cuestiona a Elster pero no contesta la pregunta acerca de cómo se suele comportar él... mmmmm muy sospechoso.
Fernán va al asunto de las tres actitudes ante el dilema del free rider pero tampoco confiesa qué hace él.... mmmmmmm muy sospechoso. 
Florencia se considera una kantiana abnegada y universalista.... mmmmm más sospechoso aún.
Jerónimo también adopta la máxima kantiana, pero reconoce un tema importante: EL PRINCIPISMO suele tener costos hacia otros (rememorando la famosa antinomia weberiana entre ética de responsabilidad y ética de convicción). El kantiano invocando el bien superior colectivo y su propio “sacrificio” legitima la transferencias de costos hacia otros individuos o colectivos.
Alina queda bien con todo el mundo, cumple la consigna, cumple con Elster, lo que se llama una respuesta “políticamente correcta”. En el mismo sentido va la escueta respuesta de Sebastián.
Florencia Aguilera introduce la cuestión mayor de la tensión entre lo individual y lo colectivo a nivel ideológico y cultural. Sin embargo, esta cuestión también está atravesada por paradojas: los individualistas partidarios de la libre iniciativa privada tienen que organizarse colectivamente para defenderla, lo mismo que los que sostienen causas supuestamente colectivas no pueden ignorar los intereses individuales de los que luchas por esas causas colectivas. Tiene razón Florencia en que los justicieros trazan el mínimo de racionalidad: la acción colectiva con sus costos y riesgos tiene sentido si al menos el beneficio individual medio o mayoritario los justifica.
Marina dice bien que depende de cada tipo de lucha. Hay luchas donde la implicancia de los intereses individuales son directos e inmediatos (aumento salarial, por ej.) y en otros que son muy indirectos (inclusión social, igualdad de género, ley de medios, etc.). Pero esto no sé hasta qué punto condiciona la adopción de decisiones de participar en la lucha en sentido kantiano, utilitarista o justiciero. ¿Uno va a una marcha por la igualdad de género aunque sepa que no va ir nadie más y no va a tener repercusión o uno se suma cuando ya el movimiento demuestra su importancia? 

2) Soluciones al dilema del free rider.

Miguel menciona con acierto el peso de la integración cultural comunitaria campesina en Bolivia, pero no entiendo cómo relaciona a la guerrilla del M26 cubana con las soluciones de mercado: ¿fidel les pagó a los que se embarcaron en el Gramma?. Acá puede haber un error de comprensión del texto de Lichbach. En realidad si el argumento es que eran sectores medios pudientes los primeros integrantes de la guerrilla, los incentivos de mercado son menos eficientes.

Fernán propone el conflicto con el “campo” y arriesga la hipótesis de una solución comunitaria para acercar a las clases medias urbanas pero luego no terminó de entender el argumento. En realidad el ejemplo es bueno si se consideran las apelaciones a la “patria”, la unidad de los “argentinos de bien”, la equivalencia de campo=nación, etc.
El ejemplo sobre solución jerárquica no se entiende atribuida al peronismo, los empresarios, los sindicalistas, no se entiende bien, mucho menos la del 17 de octubre. Si hay algo que el 17 de octubre no fue, es algo jerárquico: las masas desconocieron la resolución del C.D de la CGT. A repasar algo de historia ¡que no viene mal!

Es muy bueno en cambio el ejemplo de los comedores de Florencia P. y el intento de solución sobre la base de valores comunitarios. Pero en este caso no se ponen en juego valores o identidades comunitarias sino una ideología “comunitarista” moralista. En realidad la solución comunitaria supone la invocación de identidades fuertes preexistentes o valores o costumbres arraigadas: el cristianismo popular, la pertenencia a una etnia particular o culto religioso, por ej.  También es bueno el ejemplo del EZLN como solución de contrato y autogobierno.

 Jerónimo en cambio plantea que los desocupados resuelven por sentido de pertenencia al grupo. Creo que esta hipótesis es falsa por lo menos en la fase inicial y de ascenso de estos movimientos ya que las acuciantes necesidades aglutinaba gente que no se conocía entre sí e incluso que recelaban entre sí. Las soluciones que ofrecían estos grupos pasaban claramente por criterios de equidad en la distribución de los planes y beneficios obtenidos entre quienes más participaban en las luchas y la organización: es decir una solución de mercado (expectativa de beneficio) y de contrato (cumplimiento equitativo).
Acierta con las soluciones comunitarias vinculadas al centro simbólico de la tierra en el caso del campesinado indígena boliviano.
Alina malinterpreta solución de mercado con competencia de grupos opuestos. Esto es una seria confusión. Tampoco creo que sea muy atinada la idea de la lucha estudiantil contra la Ley universitaria del 95 como un tema de “valores comunes”, en todo caso habría que justificarlo mejor. Hay que releer el texto, el texto de apoyo o preguntar mejor a los profes.
Florencia A. propone ERP y Montos como ejemplos de valores comunes o sea por la homogeneidad ideológica. Es atendible pero también hay que recordar que las organizaciones militares básicamente evitan los free riders y oportunistas a través de la disciplina interna y la jerarquía de mando.
El ejemplo de Marina es interesante: la lucha por el edificio con la toma de la facultad incluyó estrategias comunitarias. Pero esto debería fundamentarse si se hubiese apelado a identidades e idiosincracias propias de sociales. Llamar a asambleas no es en sí misma una solución “comunitaria”. Si hay necesidad de hacer algo para “reforzar el compromiso”, eso mismo quiere decir que los lazos identitarios y comunitarios son débiles.
El ejemplo de Sebastián es escueto pero preciso: efectivamente la Iglesia invoca sacrosantos valores identitarios para evitar desertores y también un toque de jerarquía: de hecho los colegios católicos “obligaban” a alumnos y padres a participar de las marchas.

3) Sobre empresarios sociales

Miguel propone a Blumberg y De Angelis acertadamente. La particularidad del primero es que su calidad de “víctima” sufriente le otorga el capital social que moviliza como “empresario social” al que pretende adicionarle “el título de Ingeniero”. También Jerónimo y Alina lo proponen, espero que no sea por la burda coincidencia de que Blúmberg es de hecho de ocupación “empresario”. La palabra empresario en la teoría de la movilización de recursos tiene valor figurativo, metafórico, no literal. No obstante es alguien traslada su “respetabilidad” como directivo gerencial al movimiento de la seguridad y por tanto el ejemplo me parece correcto. También es acertado el ejemplo de Castells en su momento con los jubilados. Pero ojo que no cualquier líder es un empresario social. Por eso que el ejemplo de Moyano que propone Marina es completamente equivocado y supone un error de comprensión del concepto.
Fernán propone a Lanata y aunque es para discutir pero me parece que acierta.
Florencia P. propone a la chechu Pando, y aquí habría que hacer una disgresión: en tanto militante de una causa no es una empresaria política pero en tanto que por su tipo de personalidad desinhibida y brutal tiene un capital mediático que trasporta al movimiento le cabe la figura de empresaria del movimiento.
Sebastián invoca una consigna pero contesta otra en dos renglones. ¡que no se note tanto que están apurados y llenan el TP para zafar!

Respecto de las oportunidades políticas del movimiento anti K es interesante el aporte de Florencia A.: la disputa con Clarín y el accidente de Once evidentemente configuran ventanas de oportunidad políticas. Cabría agregar que otros “traspies” del gobierno: el fracaso de Repsol y el embargo de los fondos buitres podrían haber significado una oportunidad pero terminaron fortaleciendo al gobierno.

DEVOLUCIONES DE AVANCES DE MONOGRAFÍAS

Grupo: Sebastián Pontoriero, Alina Ricci y Ramiro Tissera
Tema: toma de sociales en 2010

El fenómeno de la lucha estudiantil en Sociales es interesante y encuadra perfectamente con el Taller, y por si fuera poco podría contribuir al debate interno. Así que es muy bueno que lo hayan elegido. Pero el problema es cómo ajustar el eje de análisis: la cuestión reivindicativa en sí misma e institucional es me parece aburrida y corre el riesgo de volverse redundante. Mucho más interesante es sondear las características del alumnado de sociales (fuentes primarias, censo estudiantil, etc.) y sobre todo las características de la militancia estudiantil y poder relacionar ambas con el reclamo del edificio y la opción por la toma: hacer biografías militantes, caracterizaciones de clase de las familias de los militantes, las relaciones de esto con las prácticas de participación/movilización de los alumnos, la particularidad del proceso de movilización en la toma, las actitudes de los profesores, y las autoridades  vistas por los alumnos, etc. Qué construcciones de sentido se hacen en torno al tema edilicio.
La sugerencia es que propongan una serie de preguntas analíticas pero ajustadas a estas dimensiones y ejes clasistas de la movilización, y que vayan delineando el planteo metodológico adecuado: fuentes, entrevistas, contactos, criterios para seleccionar los entrevistados, etc.

Jerónimo Pazos Padilla
Tema: asambleas ambientalistas

Desde ya el tema es de interés, actualidad y enmarca perfectamente en el taller. El tema es el recorte y la focalización: son demasiadas preguntas, hay que seleccionar qué aspectos van a ser ejes de la monografía. Las cuestiones de extractivismo y modelos de desarrollo ya están bastante desarrolladas por Svampa, Giarraca y otros. A mí los que más me interesan y que podrían aportar sobre lo que ya se sabe es la cuestión de las clases medias del interior del país que se movilizan por estos temas. Cómo definen sus intereses y cómo ven amenazados sus estilos de vida, cómo construyen su protagonismo en torno a la defensa de bienes comunes, cómo se relacionan con otros sectores, definen oponentes y aliados, etc. Es decir, analizar las asambleas ambientalistas desde el posicionamiento de clase de sus integrantes.
La sugerencia es que formules preguntas analíticas y objetivos de la monografía exclusivamente en torno a esta cuestión.
El otro tema es què planteo metodológico con qué fuentes, accesos a los movimientos, criterios de selección de casos, etc.
  
Fernán Gaillardou
Tema: la militancia juvenil del PRO

Es excelente el tema por lo nada estudiado. Pero faltaría focalizarlo, es decir, acotarlo, darle un eje más fino: yo trabajaría con las trayectorias políticas familiares y las experiencias de politización y socialización política, las formas de capital económico, social y cultural movilizadas en este tipo de inserción política juvenil. Es decir, te sugeriría que hagas las preguntas y traces los objetivos en torno a estas dimensiones exclusivamente. Luego habría que pensar un planteo metodológico: fuentes, contactos, accesos, etc.


martes, 25 de junio de 2013

Texto de apoyo y TP de Unidad 2 Parte B

ALGUNOS ELEMENTOS TEORICOS PARA ENTENDER EL ENFOQUE DE LA ELECCION RACIONAL EN LA ACCIÓN COLECTIVA

Los desarrollos más difundidos de la teoría sociológica en los ’90 pasan por lo que se ha denominado "individualismo metodológico". Contrariamente a lo que pueda pensarse estos enfoques han arraigado incluso en importantes autores neomarxistas como A. Przeworsky, E. Olin Wright y otros. Según este enfoque los conceptos "colectivos" pueden y deben ser reconstruidos en términos de elecciones adoptadas por sujetos diestros que evaluan alternativas y se atienen a algunas reglas de decisión. En estos enfoques se les reconoce a los sujetos "competencia estratégica", es decir, capacidad para orientarse de manera conveniente ante el comportamiento de los otros. En este sentido, el individualismo metodológico reconoce una matriz dentro de la economía neoclásica pero fundamentalmente dentro de la llamada "teoría de los juegos" que intenta predecir las estrategias más probables de un actor dada una situación y un comportamiento de otros actores.Así, por ej., Przeworsky analiza la racionalidad estratégica de la opción obrera por la socialdemocracia europea dadas las relaciones de poder y comportamientos de la burguesía. Un ejemplo de este mismo autor es el de la huelga obrera: es un hecho sin dudas colectivo pero no puede obviarse que a cada obrero en particular, a cada obrero en sí mismo, le conviene no hacer huelga y que los demás sí la hagan: de esta manera cobra el aumento si se consigue (los aumentos son "bienes públicos" que no discriminan entre quienes hicieron huelga y quienes no) y si no se consigue no corre los riesgos de la lucha (despidos, descuentos, etc. que sí son "privados" y no públicos). Por tanto, toda acción colectiva debe estar preparada para resolver este dilema y contrarrestar la propensión individual a la pasividad (teorema de Olson).En el conocido libro de Elster "Tuercas y Tornillos. Una introducción a los conceptos básicos de las ciencias sociales", Gedisa, Barcelona, 1993, se plantea el comportamiento social como una forma de arbitrar entre Deseos y Oportunidades: el sujeto evalúa la situación de acuerdo a sus deseos y eventualmente aprovecha las oportunidades que encuentra para realizarlos. Si no encuentra oportunidades busca reducir la frustración reduciendo sus apetencias o cambiando las preferencias.Pero es claro que deseos/oportunidades no son independientes sino interdependientes: los deseos pueden generar o inhibir oportunidades ausentes o disponibles, y las oportunidades generar deseos o inhibirlos. "Donde la naturaleza es demasiado pródiga no hay necesidad y donde es escasa no hay oportunidad"En el largo plazo, cuentan las oportunidades ya que ellas son producto y modelan los deseos. El deseo de aumentar las oportunidades no es obvio ni universal, y la autolimitación de oportunidades también es una conducta equilibradora que intenta evitar la frustración.Cuando las acciones entre dos sujetos están recíprocamente referidas, es decir, cuando uno intenta ajustar su acción a la acción del otro, la estrategia dominante o "mejor respuesta" a todos los movimientos del oponente, lleva al llamado dilema del prisionero en el que ambos esperan que el otro no coopere pues saben que para ambos la tentación de aprovechar el beneficio sin costo de la cooperación unilateral es más grande que el beneficio de una cooperación mancomunada. Ambos esperan aprovechar la cooperación unilateral del otro, o esperan que el otro coopere para no cooperar y alcanzar algún beneficio sin costos. Se produce así un resultado colectivamente desastroso pero el más racional desde el punto de vista individual al mismo tiempo. El riesgo de cooperar ante la incertidumbre del otro hace irracional la cooperación, mucho más cuando se sabe con certeza la racionalidad del otro que hace el mismo cálculo. El carácter paradójico de la acción cooperativa y sus racionalidades imposibles se multiplican: Elster dice que la pasión sirve mal a la pasión. La mejor manera de apartarse de la racionalidad es ser racional. Los esclavos sirven mejor si son algo autónomos, etc. Elster también encuentra que los sujetos pueden encontrar racionalidad en los prejuicios o a través de gratificaciones sustitutivas: la imposibilidad de pruebas que fundamenten decisiones tiende a eludirse reemplazándola por creencias míticas que me permiten seguir resistiendo a que las cosas no son como deseo (principio del placer o gratificación inmediata): cuando las pruebas van en contra, sigo buscando hasta que me den a favor. Así mis creencias pueden perjudicarme aunque me gratifiquen. Las creencias no son irracionales si producen placer, autoestima, etc. y no se puede decidir creer o cómo creer.Otra paradoja importante es la de la espontaneidad: si cedo a la espontaneidad disminuiré las oportunidades futuras de comportarme así. La valorización de lo espontáneo requiere preocupaciones no espontáneas. En realidad, estas paradojas ya habían sido establecidas por Platón y magistralmente formuladas por Hegel: "el hombre está condenado a ser libre haciéndose esclavo de la ley". Todo ello da lugar a una profunda necesidad de reflexionar sobre el concepto hoy muy en boga de "autonomía".El supuesto teórico fuerte y discutible por cierto es la Tesis de la inexistencia de la voluntad popular: el individuo puede saber qué quiere y la sociedad no. En el individuo entre la decisión y la ejecución no hay interferencia alguna salvo problemas neuromotores, etc. , la sociedad solo lo resuelve en la interacción entre individuos.Las paradojas de la acción colectiva están en la imagen de la bandera colectiva en la marcha del texto: los participantes no pueden gozarla más que destruyéndola.El Problema de la acción colectiva (AC) : es mejor que lo hagan muchos que que no lo haga nadie, pero es mejor para cada uno no hacerlo. Cooperar es actuar en contra del interés propio de manera que beneficie a muchos solamente si todos actúan de ese modo. Esta es la base de la perversa tendencia de la racionalidad individual a generar desastre colectivo. Si todos actúan mi contribución es innecesaria y la tendencia a capitalizar el esfuerzo de los demás, grande. Si nadie actúa, desde ya que no actúo.La curva de beneficios lineal basada en que cada contribución de cada cooperador añadido es igual en el tiempo, tiene pendientes paralelas ascendentes iguales y por tanto, nunca se tocan y siempre es conveniente esperar el esfuerzo de los demás.Sin embargo, puede haber contribuciones no lineales: los primeros y los últimos generalmente no tienen importancia, también puede que sean perjudiciales (represión a circunstantes) o que el exceso de cooperación más allá de un punto se convierte en caos perjudicial.En las soluciones al problema de la AC se impone el reforzamiento de soluciones (interés propio, normas, altruismo, etc.): la esperanza confirmada de reciprocidad, coopera en la primer ronda, coopera en la segunda solo si el resto cooperó en la primera, etc.Según Elster se pueden tipificar 3 figuras calculadoras frente a la acción colectiva: -los kantianos que obran de acuerdo a la máxima de lo mejor universal y por tanto no consideran ni los perjuicios que sufren ellos mismos ni los costos que puedan ocasionar a los demás; - los utilitarios que esperarán que los kantianos comiencen y que la cantidad de seguidores signifique que con su propia cooperación el umbral de beneficios para los cooperadores superara sus costos; - los que siguen la norma de justicia que esperarán que la cantidad de cooperantes posibilite un beneficio medio favorable aunque no todavía para los cooperantes.El utilitario participa cuando el beneficio esperado con su participación se vuelve positivo. El justiciero lo hace cuando el beneficio general se vuelve positivo. De acuerdo a las trayectorias esperadas de beneficios propios y colectivos, los kantianos pueden ser detonantes catalizadores de los justicieros y los utilitarios, y estos son multiplicadores de los kantianos. La "reacción en cadena" puede llegar a la cooperación universal aunque no sea conveniente. El texto de M. Lichbach busca encontrar dentro mismo de los supuestos del individualismo metodológico no la explicación de la pasividad, sino las formas de resolver o superar la parálisis a la que se someten los individuos merced el dilema del rebelde. Así encuentra que existen tanto soluciones de incentivos directos o indirectos, reducción de costos, etc. (soluciones de mercado) pero también soluciones de tipo contractual (basadas en el dilema de seguridad) o soluciones no maximizadoras basadas en identidades, creencias o convicciones (soluciones comunitaristas) o simplemente en obediencia y jerarquía (soluciones jerárquicas).

TRABAJO PRACTICO UNIDAD 3 Sobre textos de Elster, Lichbach, y Craig Jenkins - ENTREGA PARA antes de la primer clase del próximo cuatrimestre.

Conteste las 3 pero brevemente.

1) Cómo se comporta Ud. Ante una acción colectiva: como un kantiano, como un utilitario o como un liberal democrático justiciero (Elster).

2) Busque dos ejemplos de formas de solución predominantes de control de los free riders (colados, oportunistas) o soluciones del dilema del rebelde por parte de organizaciones sociales: 1) en su experiencia propia de participación en movimientos u organizaciones colectivas, o 2) en ejemplos procesos de movilización o revoluciones estudiados en esta u otras materias.

3) Sobre el texto de Craig Jenkins (tome uno de 4)

A) En los procesos de movilización social en la Argentina ¿Quiénes podrían encajar con la figura de “empresario” social o político respecto de los movimientos sociales?.

B) Tome los movimientos anti K y analice todos los tipos de recursos tangibles / no tangibles, etc. movilizados y su importancia. ¿es igual o no a los casos mencionados por Jenkins en EEUU?

C) Mencione algunos factores políticos importantes que han favorecido la aparición de las movilizaciones anti K en los últimos años en nuestro país ¿Cuáles serían las oportunidades políticas que han aprovechado?.


DEVOLUCION TEMAS MONOGRAFIAS




Evidentemente el eje excluyente son las movilizaciones posneoliberales o "antipopulistas". Esto es muy bueno ya que los trabajos pueden hacerse de manera integrada y mutuamente beneficiosa: si se hacen entrevistas se pueden incluir preguntas que serían interesantes también para el trabajo de un compañero, y cosas por el estilo, además de que el aporte colectivo sería muy bueno en un tema de última actualidad. Ahí van las orientaciones y sugerencias. 
Aclaración: aquellos que quieran pueden reunirse conmigo para recibir más orientaciones o charlar de sus dudas o inquietudes en la formulación y definición del tema. Me escriben al mail y arreglamos.

Grupo: Aguilera, Florencia
Batista Rodríguez, Lautaro
Alfredo, Miguel

A pesar de los sintético, excelente el punto de partida: el tema general es la composición social del Kirchnerismo, el aspecto particular: su base de movilización y de ámbitos de debate. El recorte es, dentro de la clase media, la participación juvenil. El fenómeno-objeto de estudio: las grandes movilizaciones K (acto de Velez, bicentenario, Día de los DDHH, etc.). En las preguntas se ven algunas de las variables: las trayectorias familiares, económico -laborales y políticas, formas del reclutamiento, motivos o detonantes de la adhesión. No habría que olvidar un componente de género. Otra cuestión importante de última moda a no olvidar es el tema de si son nuevas o viejas clases medias.
Lo único que faltaría pulir es a qué niveles de adhesión al K se apunta: ya que los movilizados pueden no ser militantes o miembros de organizaciones, y los que son miembros de organizaciones pueden tener diversos niveles de participación.
Ahora tienen que pasar a la fase siguiente de ir pensando un planteo metodológico de abordaje: fuentes, tipos de instrumentos de relevamiento, accesos a las fuentes, al trabajo de campo.


Grupo:
Pontoriero, Sebastián
Tissera, Ramiro

Es demasiado escueto el planteo que desde ya está bien como tema general. Hay que pensar preguntas más acotadas y focalizadas. Las “clases medias movilizadas” es un concepto amplísimo: ¿los que concurrieron a los actos, los que participan en la convocatoria y organización, los jóvenes, los mayores y los viejos, las mujeres, los que tienen algún tipo de participación anterior y los que no?, etc. Una recomendación que me parece práctica es que tendrían que recortar algún segmento y hacer preguntas sobre él y acotar el tema de las demandas a este segmento. Cuestión importante de última moda a no olvidar es el tema de si son nuevas o viejas clases medias de acuerdo a la trayectoria laboral-económica familiar. 


Marina Marchesi

Está muy claro el objeto de estudio en general: el movimiento por la seguridad encarnado por Blúmberg, pero las preguntas se bifurcan en dos cuestiones separadas: cómo se produjo la reforma penal en tanto efecto de la movilización y el papel de los medios, por un lado, y por otro: la demanda de seguridad como movilizadora de clases medias. El primero sería más un trabajo de sociología política y/o de la comunicación. El segundo es más sociológico y obliga a hacerse preguntas sobre cómo los agentes relacionan condiciones materiales de vida “de clase media” con la cuestión de la inseguridad y cómo se articula como demanda política, incluso como demanda política central de estos sectores. Es interesante la comparación con Brasil en dónde por lo poco que sé Lula fue eficiente en neutralizar la articulación política de la demanda de seguridad.
Te sugiero que acotes más las preguntas en torno a esta segunda cuestión, la de la última de tus preguntas, y tomes el movimiento de Blúmberg en torno a ella. Es decir hacer al menos tres preguntas sobre los motivos de las clases medias para movilizarse por la seguridad. Quizás este último tema sea más fácil tomarlo directamente de las movilizaciones actuales anti K o de movilizaciones por casos concretos de inseguridad como las que hay en Lanús o Wilde por ej., en vez de tomar un caso ya histórico como el de Blúmberg. Además de esta manera todos los trabajos estarían enfocados en las movilizaciones de clase media posneoliberales lo cual le agrega sinergia a los trabajos de campo.

Florencia Prego

 

Como idea general tiene grandes potencialidades y grandes riesgos. Empecemos por lo segundo que es lo que hay que evitar: es fundamental no hacer un trabajo centrado en memoria/  olvido que no se corresponde con la temática del taller. El tema tiene que ser “movilización y acción colectiva”.  Es decir, el tema tiene que estar encuadrado en los movimientos por los derechos humanos y los movimientos contra el juicio, castigo, verdad, etc. O directamente las movilizaciones o movimientos que reivindican la actuación de las dictaduras militares. Este último tema es genial, ya que nadie lo ha investigado: esto requeriría hacer trabajo de campo con los grupos de Cecilia Pando, lo que fue FAMUS y eventualmente con los que participan en grupos caceroleros reaccionarios que se pueden encontrar en la web. Lo que me parece extraordinario y Si te animás yo te ayudo.  El tema de los movimientos de DDHH es mucho más conocido y aburrido.