DEVOLUCION TP 1
Miguel Alfredo aborda muy bien el tema de los rumores con los saqueos y con la gripe A pero no con el “corralito” bancario del 2001 porque las cifras de depósitos demuestran que la fuga previa al decreto de congelamiento fue relativamente leve. Increíblemente la gente confiaba bastante en Cavallo y en los avales del FMI y BM.
Fernán Gaillardou, Florencia Aguilera, Sebastián Pontoriero, Ramiro Tissera
Tomaron el tema del conflicto con el campo. Bien en el señalamiento de la movilización de recursos mediáticos pero también hay que señalar que partidos opositores y de izquierda pusieron sus estructuras a disposición de la movilización. Fernán hace un excelente el tratamiento del interés común entre las clases medias urbanas y los productores como enfrentadas a un estado clientelista y patrimonialista.
Florencia señala la bien los componentes pero además arriesga la oportunidad política: el voto de Cobos y la contramarcha de Delía, pero ésta es al principio y el de voto no positivo al final del conflicto y por tanto no puede ser leído como oportunidad. Además la contramarcha más que una oportunidad era una demostración de que el gobierno también iba a tener apoyo en la calle.
No queda clara la oportunidad política aunque arriesga un poco Ramiro al señalar las posibles diferencias internas dentro del gobierno.
La discusión de la oportunidad está abierta. Era un gobierno con alta legitimidad electoral y que no parecía afectado por una crisis de eficacia. En la primera semana del conflicto la mesa de enlace fue más prudente. Me da la impresión que fue la salida en las grandes ciudades de clases medias y el apoyo de los medios las que generaron a las patronales oportunidades de profundizar el conflicto.
Hay precisión al señalar las organizaciones pero cierto déficit al señalar las estructuras de movilización. ¿Qué ámbitos de socialidad cotidiana fungieron de generadores y circuladores de descontento? ¿fue así directo de las patronales agropecuarias a los medios y de estos a cada hogar?.
Marina Marchesi, M. Florencia, Jerónimo Ramos Padilla analizaron a los movimientos de desocupados desde Smelser.
Todos señalaron muy bien la tensión estructural de base del surgimiento de los movimientos de desocupados a partir del neoliberalismo y las privatizaciones.
Está muy bien el señalamiento del control social de la represión y los planes. Pero en realidad esto ocurrió ya desatado el conflicto y el factor de Smelser se refiere a la causa de la movilización. Acerca de las creencias generalizadas es discutible si la apuesta a la organización territorial y el corte de ruta iba a dar resultado. Quizás la creencia arraigada en el “derecho al trabajo” fue más eficiente.
Hay un equívoco en la ejemplificación de la declinación del sindicalismo peronista entre 1989 y 1995 como “conductividad estructural”. Este concepto se refiere a la “facilidad de reunión de los descontentos y difusión del descontento” o sea la libertad de reunión, de organización, de petición, de prensa, la concentración de gente en fábricas o instituciones, etc. Ojo que un par de Uds. no aplicaron el concepto. Es evidente que en el caso de los desocupados la conductividad estructural se corresponde con la “territorialización” del conflicto y el factor del debilitamiento del control social se corresponde con el debilitamiento por falta de recursos del poder político (punteros) y estatal locales.
Alina Ricci hace un excelente y preciso análisis del acampe de parte de la comunidad de pueblos originarios Qom en la av. 9 de julio en CABA en 2010 según los tipos de desobediencia civil.
Lautaro Batista Rodríguez hace una perfecta la caracterización del paso de acción no focalizada a focalizada en el caso de los incidentes ferroviarios en Haedo.