viernes, 26 de octubre de 2018


Texto de apoyo y TP sobre COMUNICACIÓN Y PODER, Manuel Castells, Siglo XXI, México, 2012


1- De ejemplos de conformación de redes en los movimientos sociales. ¿Cuáles serían sus nodos? Analice la flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia de las mismas.
2- ¿Cómo pondría en funcionamiento el público los sistemas de predisposición y vigilancia con respecto a los movimientos sociales? Cómo podría demostrarse la hipótesis de Castells que señala que las personas son “avaros cognitivos” con relación a la actuación de los movimientos sociales.
3- De un ejemplo de “comunidades de prácticas”. De qué manera éstas utilizan la autocomunicación de masas para conformarse y sobrevivir.
(Colgar antes del 9 de noviembre)

El poder es la capacidad relacional que permite a un actor social influir de forma asimétrica en las decisiones de otros actores sociales de modo que se favorezca la voluntad, los intereses y los valores del actor que detente el poder. El poder se ejerce mediante la coacción o la posibilidad de ejercerla y/o mediante la construcción de significado partiendo de los discursos a través de los cuales los actores sociales guían sus acciones. Las relaciones de poder están enmarcadas por la dominación, que es el poder que reside en las instituciones de la sociedad.
Es necesario aclarar algunos conceptos. Actor: se refiere a distintos sujetos de la acción (individuales, colectivos, instituciones, organizaciones, redes). Capacidad relacional: el poder no es un atributo sino una relación. No puede abstraerse de la relación específica entre los sujetos de poder, los empoderados y los que están sometidos a dicho empoderamiento en un contexto dado. Asimetría: Si bien existe una influencia recíproca, en las relaciones de poder siempre hay un grado mayor de influencia de un actor sobre otro. Nunca existe un poder absoluto, siempre existe la posibilidad de resistencia que pone en duda la relación de poder. En cualquier relación de poder hay un cierto grado de cumplimiento y aceptación de los que están sujetos al poder. Pero cuando la resistencia y el rechazo se vuelven considerablemente más fuertes que el cumplimiento o la aceptación, las relaciones de poder se transforman. Según Castells cuando la dominación es total, las relaciones de poder se convierten en relaciones no sociales.
Cuanto mayor es el papel de la construcción de significado en nombre de intereses y valores específicos a la hora de afirmar el poder de una relación, menos necesidad hay de recurrir a la violencia. Sin embargo, la institucionalización del recurso a la violencia en el Estado y sus derivados establece el contexto de dominación en el que la producción cultural de significado puede desplegar su eficacia. En este sentido, hay un apoyo complementario y recíproco entre los dos principales mecanismos de formación de poder: la violencia y el discurso.
La violencia, o la amenaza de recurrir a ella, los discursos disciplinarios, la amenaza de implantar la disciplina, la institucionalización de las relaciones de poder como dominación reproducible y el proceso de legitimación por el que los valores y las reglas se aceptan por parte de los sujetos de referencia son elementos que interactúan en le proceso o de producción y reproducción de las relaciones de poder en las prácticas sociales y en las formas organizativas.
Para que un actor social participe en una estrategia con el fin de lograr un objetivo, adquirir el poder para actuar en los procesos sociales significa necesariamente intervenir en el conjunto de relaciones de poder que enmarcan  cualquier proceso social y condicionan el logro de un objetivo concreto. El empoderamiento de los actores sociales no puede separarse de su empoderamiento contra otros actores sociales. El poder para hacer algo es siempre el poder de hacer algo contra alguien, o contra los valores o intereses de aquel que están consagrados en los aparatos que dirigen y organizan la vida social. En sentido general, el poder es la capacidad para perseguir y lograr objetivos mediante el dominio de lo que nos rodea.
Por ello, el poder no se localiza en una esfera o institución social concreta, sino que está repartido en todo el ámbito de la acción humana. Pero también hay manifestaciones concentradas de relaciones de poder en ciertas formas sociales que condicionan y enmarcan la práctica de poder en la sociedad en general imponiendo la dominación. El poder es relacional, la dominación es institucional. Una forma específicamente relevante de poder ha sido, a lo largo de la historia, el Estado en sus distintas manifestaciones. Pero los Estados son entidades históricas, la cantidad de poder que ostentan depende de la estructura social en la que operan.
El fundamento de todo Estado es la fuerza. Este es el garante último de los micropoderes, es decir, de los poderes que se ejercen fuera de la esfera política. Cuando las relaciones de los micropoderes entran en contradicción con las estructuras de dominación incorporadas en el Estado, o éste cambia o la dominación se reinstaura por métodos institucionales. Si bien el énfasis está en la fuerza el poder se puede integrar a través de discursos y no habría una contradicción entre ambas posibilidades, debido a que los discursos disciplinarios están siempre respaldados por el uso potencial de la violencia. Asimismo la violencia del Estado se racionaliza, interioriza y en última instancia se legitima mediante discursos que enmarcan o conforman la acción humana. Por ello para desafiar las relaciones de poder existentes hacen falta discursos alternativos que puedan vencer la capacidad discursiva disciplinaria del Estado como paso necesario para neutralizar su uso de la violencia. La fuente de poder más importante para la soberanía es el poder sobre las ideas que dan lugar a la confianza.
Ahora bien, en la actualidad los límites nacionales de las relaciones de poder son solamente una de las dimensiones en las que operan el poder y el contrapoder, ya que si las relaciones de poder existen en estructuras sociales concretas que se conforman a partir de espacios espaciotemporales y estas ya no se sitúan a nivel nacional sino que son tanto locales como globales a la vez, los límites de las relaciones de poder trascienden lo nacional. Esto afecta al estado-nación, que si bien no desaparece como forma específica de organización política y social, evoluciona hacia una nueva forma de Estado: el estado-red.
La sociedad es conformada en la actualidad por múltiples redes socio-espaciales de poder superpuestas y en interacción continua. Por ello, para entender las instituciones en la actualidad, debemos comenzar desde las redes, desde las formas de ensamblaje entre lo local y lo global que definen las relaciones de poder. Las redes no tienen límites fijos y su expansión o contracción dependen de la compatibilidad o competencia entre los intereses o valores de cada red y de aquella con la que entran en contacto.
¿Qué es una red? Es un conjunto de nodos interconectados, cualquier componente puede ser un nodo y su función y significado dependerán de las características de la red y de la interacción con los otros nodos. La importancia de un nodo se expresa por su capacidad para contribuir a la eficacia de la red para lograr sus objetivos. Los nodos existen y funcionan exclusivamente como componentes de las redes. “La red es la unidad, no el nodo”. Las redes son estructuras comunicativas por donde circulan flujos de información conectadas a través de los nodos. Las redes cooperan cuando tienen la capacidad de comunicarse entre sí. Esto se logra cuando existen protocolos de comunicación comunes. Pero las redes funciona con una lógica binaria de inclusión o exclusión, por lo tanto, también pueden competir con otras redes.
Históricamente ha existido una supremacía de las organizaciones verticales jerárquicas sobre las organizaciones sociales en red, pero esto se ha debido a que estas últimas tenían límites materiales, especialmente con relación a la tecnología disponible. Por ello su capacidad para introducir nuevos actores y nuevos contenidos en el proceso social se incrementó a lo largo del tiempo con el cambio tecnológico y especialmente con la evolución de la tecnología de la comunicación. Esto quiere decir, que la disponibilidad de una tecnología adecuada es una condición necesaria pero no suficiente para la transformación de la estructura social.
Las redes avanzaron sobre otras formas de organización social cuando tres rasgos fundamentales se beneficiaron del cambio tecnológico: flexibilidad, adaptabilidad y capacidad de supervivencia. Flexibilidad: las redes pueden reconfigurarse en función de los cambios en el entorno, manteniendo su objetivo aunque varíen sus componentes. Adaptabilidad: pueden expandirse o reducir su tamaño con pocas alteraciones. Capacidad de supervivencia: al no poseer un centro y ser capaces de actuar con diferentes configuraciones, las redes pueden actuar resistir ataques a sus nodos y a sus códigos, porque los códigos se encuentran en todos los nodos y de esta forma encontrar otras formas de actuar.
La sociedad red es aquella cuya estructura social está compuesta por redes activadas por tecnologías de digitales de la comunicación y la información basadas en la microelectrónica y debe analizarse: 1. Como una arquitectura global de redes autorreconfigurables, programadas y reprogramadas por los poderes existentes en cada dimensión; 2. Como resultados de la interacción entre las diferentes estructuras de las redes que incluyen actividades básicas, como aquellas que configuran la vida y el trabajo en la sociedad; y, 3. Como el resultado de una configuración de segundo orden, entre estas redes dominantes y aquellas que quedan fuera de la lógica de la red global.
El valor en la sociedad en red es lo que las instituciones dominantes de la sociedad deciden que sea. Es decir, el valor es una expresión del poder, quien ostenta el poder decide lo que es valioso.  Pero dada la variedad de orígenes potenciales de la dominación de las redes, la sociedad red es una estructura social multidimensional en la que redes de diferentes clases tienen distintas lógicas para crear valor. Por ello es muy difícil reducir todos los valores a un criterio común, tal situación se enfrenta a dificultades metodológicas y prácticas insuperables.
La cultura común en esta nueva realidad es una cultura de protocolos que admite la comunicación entre diferentes culturas sobre la base no necesariamente de valores compartidos, sino de compartir el valor de la comunicación. Esta nueva cultura no está basada en el contenido sino en el proceso. Más que la aparición de una cultura homogénea global, lo que puede observarse como tendencia principal es la diversidad histórica y cultural: fragmentación más que convergencia.
La conexión y la programación de las redes globales son las maneras de ejercitar el poder en la sociedad red global. La conexión la realizan los enlaces y la programación los programadores. Quien es quien depende de cada red. Los medios concretos de conexión y programación determinan en gran medida las formas de poder y contrapoder en la sociedad red. Hay una segunda gran fuente de poder: la capacidad de programación de las redes. Esta depende de la posibilidad de generar, difundir y poner en práctica los discursos que enmarcan la acción humana. Sin esta capacidad discursiva, la capacidad de las redes concretas es frágil y depende únicamente del poder de los actores atrincherados en las instituciones. La mente pública (el conjunto de valores y marcos que tienen una gran visibilidad en la sociedad) es en último término lo que influye en el comportamiento individual y colectivo, la programación de las redes de comunicación es la fuente decisiva de los materiales culturales que alimentan los objetivos programados de cualquier otra red. Los proyectos alternativos y los valores que plantean los actores sociales para reprogramar la sociedad también deben pasar por las redes de comunicación a fin de transformar la conciencia y las opiniones de la gente para desafiar a los poderes existentes. Para resistir las relaciones de poder existentes se necesitan discursos alternativos que puedan vencer la capacidad discursiva disciplinaria del Estado como paso necesario para neutralizar su uso de la violencia.
El poder de programación condiciona el poder de conexión porque los programas de las redes determinan el rango de posibles interfaces en el proceso de conexión. Los discursos enmarcan las opciones de lo que las redes pueden o no hacer. En la sociedad red, los discursos se generan, difunden, debaten, internalizan y finalmente incorporan en la acción humana, en el ámbito de la comunicación socializada construido en torno a las redes locales-globales de la comunicación digital multimodal. El poder en la sociedad red es el poder de la comunicación.
La oposición al poder se efectúa mediante los dos mecanismos que constituyen el poder en la sociedad red: los programas de redes y las conexiones entre ellas. El primer mecanismo de resistencia es la introducción de nuevas instrucciones y códigos en los programas de las redes, como por ejemplo la acción colectiva de los movimientos sociales. Un segundo mecanismo consiste en bloquear los puntos de conexión entre redes que permiten el control de estas por los metaprogramas de valores compartidos que expresan la dominación estructural. Una característica central de la sociedad red es que tanto las dinámicas de dominación como las de resistencia están basadas en la formación de redes y en la estrategia de ataque y defensa mediante redes.

La comunicación se produce activando las mentes para compartir significados, es decir, es un proceso por el que se realiza una movilización cognitiva para informarla o comunicarla a otra persona. Las ideas son configuraciones de imágenes mentales. Las imágenes mentales son a su vez, elementos esenciales para el funcionamiento del cuerpo. Debemos entender la mente como un proceso de construcción de la realidad, no como un órgano. La mente funciona con redes de imágenes, ideas y sentimientos, que son vitales para realizar relaciones espaciales y temporales, así como para la comprensión e interacción con el mundo exterior. La mente percibe las emociones como sentimientos. Las emociones son modelos diferenciados de respuestas químicas y neuronales al detectar el cerebro un estímulo emocionalmente competente (ECS), es decir, cambios en el cerebro y en el propio organismo inducidos por el contenido de una percepción. Esto nos permite tener una capacidad de abstracción y de evaluación del entorno. “El cerebro político es un cerebro emocional”.
El comportamiento humano se produce a través de un proceso de toma de decisiones que involucra tanto a emociones, sentimientos, como razonamiento. Pero las emociones tienen un doble papel a la hora de influir para la toma de decisiones: por un lado, activan de manera encubierta las emociones relacionadas con el hecho sobre el que hay que tomar una decisión. Por otro lado, pueden llevar al individuo a actuar directamente según lo que siente. No es que no exista el razonamiento, sino que las personas tienden a seleccionar la información que ayuda a tomar la decisión que se sienten inclinados a tomar.
La comunicación, en sus diferentes modalidades, desempeña un papel fundamental para activar las redes neuronales correspondientes en el proceso de toma de decisiones. La comunicación puede influir en el comportamiento mediante la activación de las llamadas neuronas espejo del cerebro. Las neuronas espejo representan la acción de otro sujeto. Activan los procesos de imitación y empatía. Permiten comprender los estados emocionales de otros individuos, un mecanismo subyacente a la cooperación en animales y humanos.
Los votantes particularmente, se mueven con inteligencia afectiva en dos sistemas fundamentales: Sistema de predisposiciones y Sistema de vigilancia. El primero funciona a partir del entusiasmo y el otro a partir de la preocupación. Los afectos positivos y negativos se relacionan con dos sistemas motivacionales básicos que son resultado de la evolución humana: aproximación y evitación. El sistema de aproximación tiene que ver con un comportamiento de búsqueda de objetivos que produce emociones positivas, dirigiendo al individuo a experiencias y situaciones que producen placer y gratificación. El afecto negativo está relacionado con la evitación para proteger al individuo de los acontecimientos negativos.
Como señala Castells, las personas son avaros cognitivos, ya que buscan información que confirmen sus creencias y costumbres, este es un atajo que reduce el esfuerzo mental necesario para realizar una tarea. Es decir, las personas tienden a creer lo que quieren creer. Filtran la información para adaptarla a sus juicios previos.
Las acciones explícitas construyen un conjunto ilimitado de informaciones. En cambio, las implícitas son el resultado de asociaciones automáticas de muchos factores y tienden al estereotipo. Las actitudes implícitas y explícitas a menudo entran en conflicto. Las implícitas desempeñan un importante papel en las decisiones políticas porque ayudan a construir las coaliciones que fomentan la cooperación. Tal como las características comunes que ayudan a conformar coaliciones.
Para el autor, el enmarcado de la opinión pública se realiza mediante procesos que se producen principalmente en los medios de comunicación. La investigación sobre la comunicación ha identificado tres grandes procesos que intervienen en la relación entre los medios y las personas durante la emisión y recepción de noticias sobre las que los ciudadanos se perciben en relación con el mundo: el establecimiento de la agenda (agenda setting), la priorizacion (priming) y el enmarcado (framing). El establecimiento de la agenda representa la asignación de una especial relevancia a un asunto particular o a un conjunto de informaciones por parte de la fuente del mensaje con la expectativa de que el público prestará una mayor atención al contenido y formato del mensaje. La priorización se produce cuando el contenido de las noticias sugiere a las audiencias que deben utilizar determinados asuntos como referencia para evaluar la actuación de los líderes y de los gobiernos. El enmarcado es un dispositivo esencial de activación del pensamiento porque relaciona directamente la estructura de una narración transmitida por los medios con las redes neuronales del cerebro. Asimismo, la emisión de mensajes en los medios depende también de operaciones concretas que reducen la autonomía de la audiencia para interpretarlos. Una de estas operaciones es la indexación. Los editores y directores tienden a indexar la relevancia de las noticias y de las opiniones según la importancia que las élites y la opinión pública den a un asunto determinado. Más concretamente, los profesionales de los medios tienden a clasificar la importancia de un asunto en función de las declaraciones del gobierno.
El poder se construye conformando la toma de decisiones, por coacción o por construcción del significado, o por ambos a la vez. La lucha secular por la democracia pretendía crear reglas para compartir el poder sobre la base de la ciudadanía. Los ciudadanos se encargaron de delegar su poder en representantes responsables, pero las manipulaciones políticas por parte de quienes ostentan el poder han deformado el ideal de la democracia.
La clave está en cómo se deciden las políticas. Hay políticas buenas y políticas malas para grupos concretos y para la colectividad en su conjunto, la pureza de los ideales políticos se busca en la confrontación de políticas bien diseñadas para resolver los problemas de la colectividad.
Pero para llegar al nivel de la toma de decisiones políticas tienen que llevarse adelante unos procedimientos democráticos con una comprensión plena de los procesos que intervienen. Estos procesos son en gran medida emocionales, se articulan en torno a sentimientos conscientes y están conectados a decisiones que provocan un conjunto complejo de respuestas dependientes de los estímulos recibidos de nuestro entorno de comunicación. Los datos y las teorías de la comunicación política convergen para poner de relieve el poder del marco en el proceso del ejercicio del poder.
En la actualidad, las instituciones del Estado juegan un papel vital para la democracia o el autoritarismo. Este papel decisivo se basa en gran parte, en la capacidad de modelar las mentes construyendo significados a través de la creación de imágenes de poderoso significado semántico. Dicha construcción de imágenes se realiza en el ámbito de la comunicación socializada. En esto, los grandes medios de comunicación y los medios de autocomunicación (Blogs, foros, redes sociales, donde el administrador dosifica y recibe la retroalimentación que quiere) tienen un papel determinante.
El autor señala que no se puede aislar el poder de los medios en los regímenes autoritarios, dónde el estado tiene el monopolio, además de que puede censurar los medios de autocomunicación. Si realizamos un paralelo de los regímenes autoritarios y los sistemas democráticos, vemos que la censura se presenta de otra forma. Primero con una sobre-exposición a una información escueta y deficiente, que termina teniendo un efecto narcotizante, por otro lado, los medios en este sistema siempre responden a intereses políticos y empresariales. A este punto, no debemos ver la democracia como un ente orgánico, sino como un conjunto de prácticas en vías de la paridad, por eso, la diferencia entre la democracia de manual y el autoritarismo no es tan abismal.
Los medios de comunicación son más que el cuarto poder, son el centro y donde se desarrolla el poder mismo, sin mencionar que tienen credibilidad por antonomasia y en Internet las empresas de medios son las más consultadas. A menudo, los medios tienen líneas editoriales y un sesgo tan profundo, que no sirven para formar opiniones, sino para reafírmarlas, porque se dirigen a públicos específicos.
En la política mediática es recurrente que los escándalos se sobrepongan a las ideas, a menudo candidatos realizan sondeos negativos en contra de otro candidato para dañar su imagen. Esto puede tener un efecto nocivo en la víctima, si tenemos en cuenta la dimensión de los medios de comunicación.
La política mediática tiene como fin las siguientes tareas claves:
Primero debería asegurarse el acceso a los medios de comunicación. Los actores y políticos deben asegurar su poderío en los medios. Deberían elaborar mensajes que sirvan a sus intereses, utilizar la información como instrumento. Deberían tener elementos para realzar una medición y difusión de su mensaje. El mundo post-moderno, se encuentra enmarcado en el consumismo. En ese orden de ideas, los medios deben proporcionar entretenimiento y dar una falsa percepción de arraigo al público. Por esto, los escándalos de los candidatos resultan atractivos, el espectáculo se sirve a la orden del día.
Ahora bien, podemos pasar al escenario de la publicidad política, está se da en la mayoría de países del mundo, casi en todos los casos, hay un regulación por parte del estado, que varía por el contexto cultural y el régimen político de dicho país. Esta regulación, también puede responder a los intereses de los grupos empresariales que responden a intereses políticos y empresariales y que terminan censurando o apoyando a uno u otro candidato.
Hay formas en que los medios ponderan o no a los candidatos, debemos diferenciar entre la publicidad pagada y la habitualidad con que los candidatos aparecen en notas periodísticas de los magazines o noticiarios. Uno de los efectos de esto, es que los candidatos tiendan a llamar la atención de los medios, para lograr visibilidad en ellos.
Para esto, hay cuatro puntos fundamentales: 1.El acceso que brindan los medios a los políticos; 2. Las decisiones o tendencias editoriales de los medios; 3. Las opiniones de los periodistas (Líderes de opinión); 4. Lógica de asignación de espacios.
Para lograr el acceso de los medios, los políticos y candidatos deben aprender a jugar con el lenguaje y la teatralidad de los medios, pues sino, no ofrecen espectacularidad necesaria en medios como la televisión y terminan relegándose.
Así pues, a nivel makro, podemos diferenciar dos filtros.
Primer filtro: Control gubernamental.
Segundo filtro: Dueños de medios – línea editorial.

La transformación social se consigue a partir de la conformación de una red de cambios donde se unen los factores culturales, relacionados a los valores y creencias humanas, y los factores políticos, cristalización de la institucionalidad y normativas que las sociedades contemplan para sí. Estos son buscados por los movimientos sociales y las políticas insurgentes, esta última con menos arraigo en las instituciones.
Son estos movimientos sociales los que buscarían cambios mediante la utilización del espacio público como centro de control de la comunicación socializada, claro que ahora, en la era de la información, este espacio público ha devenido en espacio virtual, digital, por lo que los cambios sociales deben ser instalados desde la programación de las redes de comunicación. Pero aquí está el conflicto de la notoriedad: en un mundo donde la autoobservación y la autocomunicación de las masas derivan de un mayor acceso, los mensajes se multiplican pero la atención a los mismos se divide. Por ello, se termina replicando el modelo de los medios tradicionales, dado que estos tienen audiencias masivas, justamente a lo que aspiran los movimientos.
En el capítulo 5 el autor ejemplifica su teoría sobre la comunicación y el poder sobre tres movimientos: el ecologismo, los movimientos contra la globalización, el 11 M y la campaña presidencial de Obama en EEUU.
Los casos que analiza muestran el cambio social en nuestro tiempo, donde intervienen los movimientos sociales y movimientos insurgentes que desafían la inevitabilidad de la política de siempre y regeneran las raíces de nuestra democracia. En los dos casos (movimientos sociales e insurgentes) se modifican las relaciones de poder existentes e introducen nuevas fuentes para la toma de decisiones. Un elemento significativo para conseguir el cambio social en la sociedad de red es la reprogramación de las redes de comunicación que constituyen el entorno simbólico para la manipulación de las imágenes, además del procesamiento de la información en nuestras mentes que determinan las prácticas individuales y colectivas.
Un concepto importante es el de comunidades de práctica: son agrupaciones sociales de individuos que comparten valores, creencias y normas con aquellos que se identifican como pertenecientes a la comunidad. Cada comunidad se define por criterios concretos: fronteras territoriales, afiliación religiosa, orientación sexual, identidad nacional y cosas parecidas. Las comunidades de práctica son las que se construyen en torno a una práctica definida, tal como un proyecto científico, una creación cultural o un proyecto empresarial. Lo que las distingue es que forman fuertes vínculos durante la práctica pero no se mantienen como comunidades después. Son efímeras pero intensas. De modo que pueden reproducirse y expandirse formando distintas comunidades; por ejemplo, los científicos pueden reunirse de nuevo con sus colegas en otro equipo de investigación formado a partir de una experiencia previa satisfactoria. Cada comunidad de práctica se identifica por la práctica y se agota con la práctica concreta que dio origen a la comunidad.
En cuanto a los sujetos comunicadores, mientras más grande sea su autonomía respecto de los controladores de los nodos de comunicación sociales, mayores serán sus oportunidades para introducir mensajes que cuestionen los valores dominantes y los intereses en las redes de comunicación.
Por eso, el nacimiento de la autocomunicación de masas  proporciona nuevas oportunidades de cambio social en una sociedad organizada alrededor de una meta-red de redes de comunicaciones electrónicas. En consecuencia, la reprogramación de las redes de significado afectará el ejercicio del poder en todas las redes. Un ejemplo de lo anterior sería que en la actualidad, toda persona es un periodista en potencia porque puede informar con un teléfono móvil, y al mismo tiempo vigilar a los grupos influyentes.
De esta forma, el nuevo sistema multimodal interactivo refuerza a los mensajes y mensajeros, para que ocupen las redes de comunicación de toda la sociedad, reprogramándola con sus intereses, valores y proyectos. Pese a ello, los grandes grupos siempre estarán manejando a su antojo las herramientas de autocomunicación de masas. Por eso, hoy los movimientos sociales luchan por conservar la libertad en Internet, para construir un espacio de autonomía para la comunicación, la base del nuevo espacio público de la Era de la Información.

viernes, 19 de octubre de 2018

Texto de apoyo y TP Unidad III- Texto de Fillieule y Tartakowsky (colgar antes del 26/10)


Texto de apoyo y TP Unidad III- Texto de Fillieule y Tartakowsky

Estimad@s: a continuación facilito el link de la Revista  Pacarina del Sur, de donde podrán leer una  reseña de mi autoría del libro de Olivier Fillieule y Danielle Tartakowsky, “La manifestación cuando la acción colectiva toma las calles”.

A continuación les propongo pensar:

1-      ¿Por qué las demandas y marchas del movimiento feminista son reclamadas por las tecnologías de información?
2-      ¿El motor de acción del movimiento de inquilinos responde a cierto espontaneísmo por  las demandas irresueltas de sus integrantes?  ¿se encuentra lo suficientemente maduro para generar lazos identitarios? ¿Cómo se ejecuta la solidaridad en el movimiento?

lunes, 10 de septiembre de 2018


Textos de apoyo y TP de textos de Sadaba y Gómez de Unidad 3. Colgar antes del 5/10.

Teniendo en cuenta la lectura de los siguientes textos:
Sadaba Garraza, Maria Teresa (2008): “El éxito del framing en la teoría de la comunicación” en Framing: el encuadre de las noticias. El binomio terrrismo-medios, La Crujía, Buenos Aires.
Gomez, Marcelo (2009): “Los medios de comunicación y los enmarcamientos clasistas de la protesta social. El caso argentino” en Revista Comunicación y Ciudadanía, Nº2/Julio 2009, Colombia, pp. 18-41.
a) Busque un ejemplo en los medios de comunicación masiva de agenda-settings y agenda building relacionado con los movimientos sociales. Justifique.
b) Analice los marcos con los cuales se construye una noticia sobre los MS con los conceptos de reflexividad e indexividad.
c) ¿Sería posible un análisis cuantitativo del tratamiento que realizan los medios sobre las acciones de los MS? ¿De qué manera? ¿Sería de utilidad en su trabajo monográfico?
c) En su tema de monografía, cómo plantean los medios la posición del movimiento como sujeto de necesidad, de derecho o de decisión.

Movimientos sociales y medios de comunicación. La cuestión de la incidencia de los medios sobre la percepción de la realidad. 
Según Sadaba el objetivismo parecería ser el ideal periodístico, según éste la verdad informativa estaría garantizada a partir del cumplimiento de reglas claras que permitirían separar los elementos subjetivos de los objetivos. Pero éste parece ser sólo un elemento defensivo que utilizan los periodistas ante los ataques del público, ya que en realidad el objetivismo sería uno de los aspectos más ideológicos del discurso periodístico. Esta pretensión de ser objetivo ha tenido tanta influencia que, aunque se entiende que tal objetividad no existe, sería un ideal a seguir. Una de las maneras de tender a ello sería presentando todos los puntos de vista sobre una noticia, para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones. Aunque esta tampoco sería una solución, ya que al presentar cada una de las variantes, el periodista pondría diferentes énfasis en cada una, incidiendo en la lectura final del público. Uno de los errores corrientes en relación a la objetividad es el lenguaje que se utiliza, donde determinados vocablos implican un juicio de los acontecimientos, una valoración sobre ellos.
La teoría del framing niega los postulados del objetivismo ya que según éste cuando el periodista cuenta un acontecimiento encuadra de alguna manera la realidad y aporta su punto de vista. Igualmente no hay una postura única sobre el framing y según D´Angelo pueden distinguirse tres:
1.       Cognitiva: interesa comprobar hasta dónde influyen los marcos sobre los lectores, en cuanto los hacen propios, los reproducen, los reinterpretan o los rechazan.
2.       Construccionista: los individuos negocian los significados, para luego formar sus propias opiniones.
3.       Crítica: la profesión periodística estaría dominada por los grandes grupos económicos, que utilizarían los marcos para mantener su poder.
Podríamos agregar una cuarta, donde los medios se situarían como mediadores entre la realidad y el público, ya que los medios serían la única manera de acceso “de lo que sucede ahí afuera”. Esta mediación no sería un mero enlace del medio con la sociedad, ya que estos también son parte de esa realidad social a la que contribuyen con sus propios marcos. Para ello los periodistas otorgan a las noticias un encuadre determinado (frame), es decir una idea central que organiza el sentido de los acontecimientos y insinúa cuál es la materia tratada. La definición de framing sería entonces “el proceso por el que una fuente de comunicación, por ejemplo una organización de noticias, define y construye un asunto político o controversia pública”.
El concepto de frame está relacionado con el concepto de agenda. Esta se compone de los asuntos públicos polémicos que deben ser resueltos, es decir, aquellos que afectan a un número importantes de ciudadanos. En la agenda mediática se encuentran aquellos que adquieren mayor relevancia por ser difundidos de modo masivo. Por otra parte, se supone que ésta puede ser cuantificable. En efecto, la medición de la opinión pública puede basarse en datos acumulados o individuales, o también se pueden analizar cuáles son los temas o asuntos de mayor circulación.
Aunque las distintas agendas tienen sus propias estructuras (políticas, públicas o mediáticas), las tres tienen una íntima relación y en algunos casos se retroalimentan.
En el caso de la agenda mediática, los estudios han girado en torno a la teoría de la agenda-settings, que se centra exclusivamente en el estudio de la agenda de los medios de comunicación, en cómo se establece la agenda del público. A partir de algunos estudios se ha demostrado la existencia de una importante correlación entre la importancia que en los medios se otorgaba a un tema y lo que la sociedad consideraba como prioritario. Por lo tanto, los medios establecían la agenda del público. En otros estudios, se establecía que los medios además nos dicen cómo pensar sobre ciertas cosas. Y es aquí donde el framing y la agenda-setting comparten un mismo campo, aunque en el caso del framing se concibe al individuo más activo, es decir participante del enmarcado. La diferencia se encontraría en que los frames o marcos se situarían en el campo de la elaboración de las agendas, más que en el de sus efectos. “La agenda setting está relacionada con la transferencia y la accesibilidad; el framing con la interpretación del mundo”.
Un paso más presenta la teoría de la agenda building, donde se supone que los efectos de los medios dependen además de: cuál es el contenido de los medios, cómo se crean y cómo se presentan. Se analiza, por lo tanto, cómo se genera la noticia, proceso en el cual se realizan los enmarcados o el framing.
En este sentido, algunos estudios como el de Tuchman trasladan las ideas de la sociología interpretativa al modo de entender el trabajo de los periodistas y del proceso de elaboración de una noticia.  Señalando que los elementos que determinan los marcos interpretativos de los medios de comunicación son su organización y las actitudes profesionales de los periodistas que trabajan en ellos. En este caso los marcos serían las normas transmitidas y compartidas por los miembros de una redacción a través de las cuales se analiza la realidad sobre la cual se informa. La noticia se constituiría como un proceso de socialización a partir de una determinada metodología en donde se recogen, se seleccionan y difunden la información, dependiendo de la organización en la que se trabaja. Su análisis se enfoca en los factores que repercuten en las organizaciones: el lugar desde donde se cubre la noticia; la organización de las distintas secciones; quién es el seleccionador de la noticia; el momento en que sucede la noticia; y la tipificación de la misma (noticias duras, cuestiones importantes; o noticias blandas, cuestiones más superficiales).
Todos estos condicionamientos constituyen el marco a través del cual el periodista mira la realidad. Pero también, a partir de este marco la noticia define y da forma el propio suceso. Es decir, que el significado de los hechos los da el periodista, ya que los hechos no tienen significado.
Para explicar el funcionamiento de estos marcos, Tuchman utiliza dos conceptos: reflexividad e indexividad.  La primera se refiere a que las crónicas se encuentran insertadas en la misma realidad que definen, registran o estructuran. Los marcos permiten que los sucesos puedan ser comprendidos. La indexividad es la facultad que permite que un suceso pueda ser explicado fuera del contexto en el que se produjo, pero necesitan de un contexto propio. La reflexividad de las noticias hace que se ordene la realidad para hacerla accesible a las audiencias; la indexividad convierte la noticia en un significado para los que la reciben. Ambas características son elementos integrantes de la transformación de los sucesos en acontecimientos informativos. La conformación de los marcos interpretativos en los medios sería un proceso de mediación entre una realidad que no vivimos directamente, contada por periodistas a los que no conocemos, para una audiencia con la que no convivimos sino virtualmente.
Aquí hay una transformación en el modo de entender el framing, desde los estudios de los movimientos sociales se consideraba que la elaboración del sentido de los acontecimientos era una construcción social de la cual también participaban los medios. En cambio las investigaciones en comunicación señalan que son los medios los que imponen el significado. Esto lleva a considerar que las noticias también son creadoras de realidad.
Otros autores señalan la importancia de la presentación de las noticias, donde también se podrían descubrir los frames: la ubicación de la noticia, su título, las fotografías, etcétera. Pero en el proceso de elaboración hay muchas cuestiones que no se reflejan en el proceso noticioso, pero que resultan decisivas para entender el resultado final. Es decir, los frames no se reducen a la forma en que una nota está redactada, ni a los elementos visuales, aunque determinadas palabras, connotaciones y formas podrían ser indicadores válidos de los marcos interpretativos. Por lo tanto, para descubrir los frames se precisa una lectura de las noticias que remita a contextos más amplios. Estos se encontrarían no solo en los textos, sino también en el emisor, el receptor y la cultura donde aparece el mensaje. Los mensajes instauran significados que los receptores pueden comprender de acuerdo a un determinado contexto cultural. El intercambio de contenidos sería imposible de no existir estos significados compartidos.
Los frames se encontrarían en los cuatro lugares que hemos señalado, los periodistas deciden qué comunicar guiados por sus propios esquemas de conocimiento; los textos contienen frames en los que se presenta o no determinadas palabras claves, fuentes de información o imágenes; por su parte, los receptores cuentan con su propia forma de pensar, coincidiendo o no con las de los periodistas y con el resultado de las noticias; y, por último, la cultura es el reservorio de los frames que se invocan comúnmente. Esta introducción del público en el análisis, procura descubrir hasta qué punto los enfoques de los medios determinan los significados que el público acepta como auténticos.
Entman concibe el framing como una selección de la realidad, puesto que los medios resaltan o esconden atributos de las cuestiones con el consiguiente impacto en la opinión pública. Esta selección puede genera además una rutina en la cobertura.
Otro concepto importante para analizar esta cuestión es el de key events, estos se producen cuando un hecho tiene tanta relevancia que atrae una mayor cobertura y genera esquemas periodísticos propios y prioritarios. De esta manera, se generan frames persistentes, donde los frames iniciales van a determinar cómo se presentaran las cuestiones referidas al mismo tema en el futuro.
El artículo de Gómez muestra claramente que los procesos de enmarcados son históricamente determinados, tanto los movimientos sociales (MS) como los medios de comunicación son productores o fuentes de procesos cognitivos, proporcionadores de marcos de percepción y comprensión de acontecimientos y situaciones sociales. La lucha por la definición de ciudadanía, es decir, quiénes, cómo y en qué los MS pueden ser reconocidos como agentes políticos, es elemento de una lucha simbólica que cambia permanentemente con las coyunturas y los procesos enmarcadores pasados. El artículo, a través del análisis de la historia reciente (desde la década del noventa hasta el conflicto con el campo) indaga sobre los cambios producidos con relación a la producción de significados en torno a la lucha política y el conflicto social.
En este sentido, una de las funciones elementales de cualquier intento enmarcador es la de atribución, donde tanto los medios como los movimientos sociales pugnan por la construcción de sentidos y disputan sobre la atribución de rasgos e identidades a los protagonistas de los hechos. El medio no solo vende espectáculo para atraer a la audiencia sino que también vende esquemas de elaboración de sentido acerca de los hechos que está mostrando. Existen dos factores causales que inciden en la conformación de las claves “mediatizadoras”. Por una lado, el imperativo de lo “noticiable”, es decir de aquello que puede atraer la atención del público. Y, por otro lado, los intereses propios de las propias empresas de comunicación, que priman a la hora de la construcción de la noticia.
En general los estudios sobre la relación entre los medios de comunicación y los movimientos señalan que debe haber un intercambio entre la visibilidad y la repercusión de los reclamos y la espectacularidad y la atención pública. Asimismo, los estudios confirman que la eficacia de los medios sobre las audiencias es mayor cuanto mayor es la distancia social del público con el tema tratado, y además cuando el conocimiento con relación al hecho o tema es muy bajo. El éxito de los medios se basa en su capacidad de estimular al público a utilizar un marco interpretativo ya disponible y arraigado en ellos, para interpretar otro tipo de temas o eventos.
La forma más común de enmarcamiento mediático de las acciones de los movimientos sociales, es la de poner en primer plano las acciones espectaculares, dejando de lado las tareas organizativas, culturales, sociales que permiten dicha acción. Por ello es necesario que los MS combatan el enmarcado mediático mediante algunos recursos: en primer lugar, tratando de dejar la menor libertad posible para que los medios produzcan un reenmarcado o una manipulación mediática de las protestas; en segundo lugar, tratando de evitar la estigmatización, intentando moderar o descartar el uso de la violencia; en tercer lugar, la construcción de canales propios y más controlados de comunicación.
Una clave importante del enmarcamiento mediático, es de atribución o negación de atribución de “agentividad”, es decir, la posibilidad de ciertos grupos como actores legítimos de enunciación de significado sobre el orden colectivo o, por el contrario, grupos privados de esta posibilidad. En este sentido los medios de comunicación generalmente enmarcan a las clases populares como objetso pasivos dentro de un orden y no como sujetos activos capaces de cambiar o intentar cambiar un orden. En relación con ello, algunos análisis plantean tres grados de importancia con respecto a la responsabilidad y capacidades de incidencia sobre el orden social de los distintos grupos.
1_ Sujetos de necesidad: se los reconoce como meros carentes, damnificados, víctimas que en su fragilidad pueden ser manipulados o utilizados. Serían meros receptores de la solidaridad colectiva, dependientes de la atención del Estado.
2_Sujetos de derechos: Son víctimas de una injusticiaa o portadores de intereses propios reconocidos como legítimos. Estos tienen capacidad de acción en tanto dejen en manos del orden la respuesta a sus demandas. Estan limitados a la queja, beneficiarios de la corrección del orden dado.
3_Sujetos de decisión: Son responsables y autosuficientes, no están condicionados por necesidades ni injusticias, están legitimados para expresar sus preferencias sobre el orden colectivo y el bien general. Estos son capaces de tomar decisiones en lugar de sus representados o grupos inhábiles.